Las armas de la paz: el exhorto de Semana Santa del Papa Francisco por la humanidad
22 de abril de 2025 (EIRNS) — En un mundo que sufre por la guerra y la división, el Papa Francisco dirigió su homilía Urbi et Orbi de Semana Santa para renovar su llamado al mundo por la paz, la compasión y la humanidad compartida, para llegar a los que sufren en Gaza, Oriente Medio y las zonas de conflicto de todo el mundo. Los extractos siguientes hablan por sí mismos:
“En este día, quisiera que volviéramos a esperar y a confiar en los demás, incluso en quienes no nos son cercanos o provienen de tierras lejanas, con costumbres, formas de vida, ideas y hábitos diferentes de los que a nosotros nos resultan más familiares. ¡Pues todos somos hijos de Dios!”, dijo el Papa Francisco.
“Quisiera que volviéramos a espera en que la paz es posible. Que, desde el Santo Sepulcro, Iglesia de la Resurrección, donde este año católicos y ortodoxos celebran la Pascua el mismo día, que la luz de la paz irradie por toda Tierra Santa y sobre el mundo entero. Me siento cercano al sufrimiento de los cristianos en Palestina y en Israel, así como a todo el pueblo israelí y a todo el pueblo palestino”, continuó.
“Al mismo tiempo, mi pensamiento se dirige a la población de Gaza y de modo particular a la comunidad cristiana de Gaza, donde el terrible conflicto sigue llevando muerte y destrucción y provocando una crisis humanitaria dramática e indigna. Apelo a las partes beligerantes: que cese el fuego, que se liberen los rehenes y se preste ayuda a la gente que tiene hambre y que aspira a un futuro de paz...”.
En referencia a Líbano y a Siria, dijo: “Exhorto a toda la Iglesia a acompañar con atención y con la oración a los cristianos del amado Oriente Medio”. Habló de la necesidad de alcanzar la paz para los pueblos de Yemen, Ucrania, el Cáucaso Sur, los Balcanes, la República Democrática del Congo y Sudán. “Dirijo también un recuerdo especial al pueblo de Yemen, que está viviendo una de las peores crisis humanitarias ‘prolongadas’ del mundo a causa de la guerra, e invito a todos a buscar soluciones por medio de un diálogo constructivo”.
“Hago un llamado a todos aquellos que ocupan puestos de responsabilidad política en nuestro mundo para que no cedan a la lógica del miedo, que solo conduce al aislamiento de los demás, sino que utilicen los recursos disponibles para ayudar a los necesitados, luchar contra el hambre y fomentar iniciativas que promuevan el desarrollo. Estas son las ‘armas’ de la paz: armas que construyen el futuro, en lugar de sembrar semillas de muerte.
“Que el principio de humanidad nunca deje de ser el sello distintivo de nuestras acciones cotidianas. Ante la crueldad de los conflictos que afectan a civiles indefensos y atacan escuelas, hospitales y trabajadores humanitarios, no podemos permitirnos olvidar que no son objetivos lo que se ataca, sino personas, cada una de ellas dotada de un alma y dignidad humana”.
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