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Moscú: Trabajar con un Estados Unidos revolucionario contra el imperio británico y los jacobinos franceses

22 de abril de 2025 (EIRNS) — El Servicio de Inteligencia Exterior (SVR) de Rusia publicó  un notable informe en el que invita a Estados Unidos a que redescubra su historia única, que situaría las relaciones ruso-estadounidenses en una base saludable, con la misión conjunta de liberar al mundo de siglos de “eurofascismo”, ya sea el imperialismo británico o el totalitarismo jacobino francés. El informe titulado “SVR: Eurofascism, Just as 80 Years Ago, Is the Common Enemy of Moscow and Washington” (SVR: El eurofascismo, al igual que hace 80 años, es el enemigo común de Moscú y Washington), se publicó, posiblemente no por casualidad, justo cuando Estados Unidos cumple 250 años del inicio de la Revolución Americana.

El SVR emitió una declaración sobre el informe que presenta momentos pasados de alineamiento entre las dos potencias (desde la simpatía de Estados Unidos durante la guerra de Crimea, hasta la crisis de Suez de 1956) como modelos para la cooperación actual. El SVR considera que el conflicto en Ucrania es simplemente el último ejemplo de lo que denomina aventurerismo angloeuropeo, en el que Estados Unidos fue arrastrado al conflicto por las potencias del Viejo Mundo, en particular el Reino Unido y Francia.

“La actual disensión en las relaciones entre Estados Unidos y los países de la Unión Europea, que culpan a Donald Trump de autoritarismo, se está convirtiendo, en el contexto del próximo 80º aniversario de la Victoria en la Gran Guerra Patria, en un factor que contribuye a un acercamiento situacional entre Washington y Moscú, como ha ocurrido en muchas ocasiones anteriores”.

“Los británicos están alentando al régimen de Kiev de todas las formas posibles”, señala el informe, “que glorifica a los verdugos de Bandera, que lucharon del lado de Hitler, y que hoy comete numerosos crímenes contra la humanidad”. Las tendencias destructivas de Gran Bretaña, dice, no son nada nuevo, y cita como ejemplo la quema del Capitolio de Estados Unidos en 1814 y destaca que algunos historiadores estadounidenses llaman acertadamente a Gran Bretaña el primer “imperio maligno”.

Dice que los británicos proporcionaron el modelo utilizado por los nazis para los campos de concentración, señala los cálidos lazos entre la aristocracia británica y los nazis, y acusa a Churchill de admirar a Mussolini antes de desencadenar la Guerra Fría con su discurso de la “Cortina de Hierro” en Fulton, Misuri, en 1946.

El SVR cita ejemplos totalitarios franceses, como “la dictadura jacobina, que masacró a miles de sus propios ciudadanos entre 1793 y 1794 y encarceló a 300.000 personas por sospecha de ‘contrarrevolucionarios’, y mencionan las sangrientas acciones de Napoleón”. Asimismo, en la Segunda Guerra Mundial, los soldados franceses de las SS defendieron Berlín hasta el final.

“Se destaca que Estados Unidos es libre gracias a la voluntad de los antepasados de los estadounidenses modernos de enfrentarse a dictaduras como la monarquía británica o la Revolución Jacobina”, señala el informe.

Entre los ejemplos de cuando Estados Unidos ha actuado según sus mejores tradiciones, se dice: “Los expertos recuerdan que hubo momentos en el pasado en que Washington y Moscú se aliaron para contrarrestar a Londres y París en la escena internacional. Un ejemplo típico de ello es la crisis de Suez de 1956. La línea dura de la URSS y d EU detuvo la agresión tripartita de Gran Bretaña, Francia e Israel contra Egipto”.

En la guerra de Crimea de 1853-1856, “cuando, al igual que la actual ‘coalición de los dispuestos’, Gran Bretaña, Francia, el Imperio Otomano y el Reino de Cerdeña se unieron contra Rusia”, dice el informe. Pero “la Casa Blanca... simpatizaba en ese conflicto con San Petersburgo”. Esto puede confirmarse con hechos como la participación de médicos estadounidenses en el tratamiento de los defensores de Sebastopol; “la solicitud de 300 fusileros de Kentucky” para enviarlos a proteger la ciudad; la actividad de la empresa ruso-estadounidense que suministraba pólvora y alimentos a nuestras fortalezas y posesiones en la costa del Pacífico”.

El bombardeo anglo-francés de ciudades como Odessa, Mariúpol y Berdiansk (“que Occidente llama hoy ucranianas”) se compara con la destrucción nazi de las mismas ciudades durante la Segunda Guerra Mundial.

El mensaje de Moscú es claro: Washington debe dejar de defender un orden europeo que se derrumba y recordar su propio legado revolucionario. El verdadero camino hacia la estabilidad, concluye el SVR, pasa por unos Estados Unidos soberanos, conscientes de su historia revolucionaria, que se unan a Rusia para rechazar el imperialismo y enfrentarse, una vez más, a las fuerzas del “eurofascismo”.

 

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