Vol. XXIII, núm. 21, 1a quincena de noviembre de 2006 Federico Engels (de barba y bigote) “expresó su exhibición soberbiamente arrogante, y también en extremo ridícula, de lo que él en una ocasión describió como su propio ‘pulgar opuesto’ simiesco”. (Foto del gorila: clipart.com).
La ciencia es el quid de la economía: Cómo los liberales intentaron hacer del mono de Engels un hombre por Lyndon H. LaRouche La guía de un conocedor del universo
Reportaje especial El fraude de 1988 en Alexandria: ¡Cómo aterré a los fascistas!
LYM: Sin tregua contra los fascistas
Editorial
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