Diálogo semanal con Helga Zepp-LaRouche
VIDEOCONFERENCIA:
La conferencia del Instituto Schiller atraviesa la bruma de la guerra
11 de diciembre de 2024
11:00 am (hora Este de EU)
Acompaña a Helga Zepp-LaRouche en su videoconferencia semanal, y ayúdanos a impulsar este año el Nuevo Paradigma para toda la Humanidad. ¡Unidos podemos mover montañas!
Puedes enviar preguntas para la señora Helga Zepp-LaRouche a:
questions@schillerinstitute.org, en inglés;
preguntas@schillerinstitute.org, en español
Schiller Institute schillerinstitute. com
Instituto Schiller es-schillerinstitute. nationbuilder. com
El mensaje de la histórica conferencia de fin de semana del Instituto Schiller, “En el espíritu de Schiller y Beethoven: ¡Todos los hombres volverán a ser hermanos!” fue sonoro y claro. El mundo se encuentra en un “punctum saliens” en el que el duro trabajo realizado a lo largo de los cuarenta años del Instituto Schiller ha creado una posibilidad real para que el mundo rompa el ciclo del subdesarrollo, la pobreza y la guerra constante.
La fundadora del Instituto Schiller, Helga Zepp-LaRouche, inició su discurso inaugural: “Nos hemos reunido aquí en esta conferencia internacional por Internet para hacer un llamado urgente al mundo, no sólo porque estemos a semanas, días u horas de la mayor catástrofe potencial de la historia de la humanidad, a saber, su posible aniquilación en una guerra termonuclear, sino también para hacer hincapié en que hay una solución, una salida a este peligro, si las personas de buena voluntad se unen en todo el mundo para ejercer su aplicación. Es para mí un gran honor saludar a todos los distinguidos panelistas que representan tanto al Sur Global como a las naciones occidentales, en este 40 aniversario de la fundación del Instituto Schiller”.
Los “distinguidos panelistas”, hombres y mujeres de buena voluntad, provenían de instituciones al más alto nivel dentro y fuera de los gobiernos, de Occidente y Oriente, del Norte y del Sur: ex Presidentes y ex Primeros ministros, embajadores, militares, economistas, dirigentes agrícolas y profesores. Todos destacaron el hecho de que la humanidad se encuentra en este desbarajuste potencialmente fatal debido a la negativa de las élites occidentales a abandonar la idea de la hegemonía geopolítica; todos instaron, de diferentes maneras, a que se tiene que ocasionar a que Occidente vea el cambio inexorable en el orden mundial hacia la igualdad de las naciones soberanas y el derecho de todos a desarrollarse no como una amenaza, sino como un gran bien, y el único camino a seguir para todos los países.
El domingo, tercer panel, “Los motores científicos de la economía física”, planteó los proyectos de desarrollo muy reales y el método de pensamiento para el camino a seguir. Y el cuarto panel, “La belleza de las culturas del mundo: Un diálogo de civilizaciones”, planteó el minucioso arte de gobernar clásico de Lyndon LaRouche, motor de los avances que permiten salir de la guerra y el genocidio.
Como planteó la fundadora del Instituto Schiller, Helga Zepp-LaRouche, y desarrollaron los demás participantes en el diálogo, la idea plantea una paradoja, que desafía al oyente a trabajar el problema hasta el final, llegando a una solución en un nivel superior sólo soñado antes. Lo “clásico” funciona en un mundo en el que existe una coherencia y una conexión causal entre los requisitos “objetivos” del mundo y el mundo “subjetivo” de la mente. Así, un tema de apertura, rico aunque aún no del todo captado, atrae al oyente, permitiendo que la belleza de la idea lo conduzca a través del desarrollo coherente de las riquezas sin explotar implícitas en la apertura; de modo que transforme al oyente en una versión de un estadista capaz.
Federico Schiller se negó a dejar escapar una paradoja científica crítica, según la cual la Revolución Americana había demostrado que se podía superar el modo imperial y hegemónico del imperio británico, pero la revolución francesa demostró un atraso cultural que sustituyó la necesaria pasión por la justicia por una rabia animal e impotente. Schiller sabía que la humanidad había nacido para algo mejor y luchó por un método clásico, en la poesía, en la música, en la historiografía y en el arte de gobernar, para que un gran momento de la historia, un punctum saliens, no encontrara una población de mente estrecha.
Diálogo previo de Helga Zepp-LaRouche:
Ignoren a los “expertos”; ¡Que haya paz es bueno!
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