Executive Intelligence Review. (larouchepub.com/spanish)
Congresista de EU le pide disculpas publicamente a LaRouche
30 de noviembre El 14 de noviembre, en un audiencia pública que tuvo lugar en la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos, convocada por los congresistas John Conyers, demócrata de Michigan, y Dennis Kucinich, demócrata de Ohio, para discutir el tema de "Los hospitales públicos en crisis", la representante Maxine Waters, demócrata de California, dijo: "Sólo déjenme decir esto. Y yo no estoy exenta de controversia. Hemos tenido a un grupo de personas viniendo a este Congreso, tratando de que nos concentremos en lo que está sucediendo con el Hospital General de Washigton. Y nosotros, básicamente, le dijimos: 'No se trata de nuestro distrito. No es un asunto nacional'. Y muchas personas le sacaron el cuerpo al asunto, debido a que al frente estaba la organización de [Lyndon] LaRouche, tratando de ayudarnos a entender lo que estaba pasando. "Todos nosotros debiéramos disculparnos. Y yo lo hago ahora. Yo me disculpo porque tuvieron razón. Sí es un asunto nacional. Y nosotros debimos haberlo entendido. "Y, segundo, yo creo que debemos decirle a nuestros colegas en Washington: 'Nosotros queremos ayudarles. Porque al ayudarlos, nos estamos ayudando a nosotros mismos con este asunto'. "Y habiendo dicho eso, yo pienso que muchos de nosotros vamos a tener que reenfocarnos". Las declaraciones de Waters fueron muy aplaudidas por los asesores y empleados del Congreso que estaban presentes en la audiencia. Posteriormente, durante la misma audiencia, Waters se refirió al "11 de septiembre" como un parteaguas, luego del cual el hecho de que "LaRouche tuvo la razón" ya no puede cuestionarse. De hecho, luego del 11 de septiembre, el asunto del Hospital General de Washington dejó de existir como tal. La cuestión es la falta de capacidad para responder a emergencias en las ciudades de los Estados Unidos, incluso en la propia capital del país; es la falta de capacidad para responder a desastres biológicos o químicos, sean estos perpetrados por terroristas o el resultado de accidentes; además de la falta de capacidad para responder a brotes epidémicos de enfermedades tales como la influenza. Esto se puso de relieve cuando un puñado de personas murió de ántrax, y muchas más entre ellas miembros del Congreso estadounidense, se vieron amenazadas de contagio. La falta de preparativos que las propias autoridades de la ciudad le impusieron a Washington, causó la muerte de varios empleados del servicio de correo, y probó ser ciertas las previas advertencias de LaRouche. Eleanor Holmes Norton, la delegada de Washington al Congreso, de manera deliberada bloqueó todos los esfuerzos de sus colegas para responder a la penosamente evidente crisis de salud pública en los Estados Unidos, amenazando con que se les tacharía de "colaboradores de Lyndon LaRouche", si hacían algo. Esto, junto al hecho de que los senadores Tom Daschle, Tom Johnson, y otros demócratas prominentes retractaron su apoyo a los esfuerzos para que el Hospital General siguiera funcionando (cosa de no 'enanjenar' a Al 'nacido para perder' Gore), causó que el hospital cerrara sus puertas en julio. Decenas de residentes de la ciudad de Washington murieron a raíz de ese cierre, impuesto en aras de la 'prudencia fiscal', pese a la oposición unánime del Concejo Municipal de la Ciudad de Washington, por la ya extinta junta de Control Financiero de Washington, con el apoyo de la ahora difunta Katherine Meyer Graham y su anti larouchista Washington Post. En julio, el semanario The Hill, de Washington, informó: "La posición pública de Norton es 'tengo las manos atadas'... En una reciente declaración oficial, Norton dijo: 'Lo del Hospital General es un asunto local a resolverse en Washington, y no por ningún miembro del Congreso' ". Pero eso no era más que un señuelo. El 22 de marzo Norton había dicho: "Tiene que haber un plan. La Junta de Control lo ha dejado en manos del alcalde y el Concejo Municipal, y ellos tendrán que hacer un plan sobre cómo cerrarán este maldito lugar". El 9 de mayo, Norton le envió un memorando "confidencial" a sus colegas en el Congreso: "Asunto: lo del Hospital General de Washington es un asunto local y no está ante el Congreso", que decía: "Para mañana, 10 de mayo, se han programado una marcha y un día de cabildeo en el Congreso. Pueda que haya mucha más actividad en ese sentido en las semanas venideras... En muchos de los grupos que han venido a las oficinas de la congresista Norton, la mayoría de los integrantes han sido seguidores de Lyndon LaRouche, y la publicidad y las actividades las coordinan LaRouche y el Instituto Schiller, un frente de LaRouche". En agosto, la senadora Mary Landrieu, quien previamente había dicho que sólo intervendría en lo del Hospital General con el visto bueno de la Norton, trató de incorporar el siguiente párrafo en el anteproyecto de asignaciones presupuestales suplementarias para el año 2000: "Esta sección ratifica y aprueba, y le da el peso pleno de la ley federal a la decisión tomada por la Junta de Control Financiero de Washington, Distrito de Columbia, el 30 de abril de 2001 [de cerrrar el Hospital General]". Con eso la verdad quedó al descubierto: Norton mintió y engañó a sus colegas en el Congreso. La importancia de la disculpa pronunciada por la congresista Waters debe verse a la luz de lo anterior, pero también en el marco del cambio de ambiente que existe luego de los sucesos del 11 de septiembre, y el papel de LaRouche en poner al descubierto el conato golpista contra el gobierno de George W. Bush, que se puso en marcha ese día. Ahora, el senador Daschle, en aras del bienestar general del pueblo de los Estados Unidos, debe retractarse tal vez en contra de los deseos de Trent Lott, etc., y actuar en defensa de la salud de la ciudadanía estadounidense, empezando con la restauración y la ampliación de la funciones de salud pública del Hospital General de Washington.
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