Executive Intelligence Review (larouchepub.com)
7 de enero (EIRNS)La crisis mundial y cómo resolverla será el tema de un discurso de fondo que pronunciará Lyndon LaRouche, precandidato demócrata para las elecciones presidenciales de los Estados Unidos en 2004, ante una reunión que se celebrará en Washington el 24 de enero de 2002, a partir de la 1 p.m., hora del este de los Estados Unidos. De acuerdo con un comunicado que emitió LaRouche in 2004, su comité de campaña, el discurso se difundirá por todos los Estados Unidos y el mundo por internet, con traducción simultánea al español, por los sitios www.larouchein2004.com y www.larouchepub.com/spanish De acuerdo con el comunicado, luego de hacer una declaración inicial, LaRouche dialogará con el público presente, y también responderá a preguntas que se le envíen vía internet. La ponencia de LaRouche se titula "Continuemos la Revolución Americana", y en la misma hablará sobre las cualidades de conducción que se necesitan para resolver la presente crisis de desintegración global. LaRouche fundamentará su discurso en su reciente estudio estratégico, titulado, "Zbigniew Brzezinski y el 11 de septiembre", un extenso ensayo en el que pasa revista a su evaluación de que el ataque del 11 de septiembre fue un conato de golpe contra el gobierno de George W. Bush, y pone al descubierto el papel revelador de los autores de la perspectiva del "Choque de Civilizaciones", centrado en personajes tales como William Yandell Elliott, y tales de sus discipulos como Brzezinski y Samuel P. Huntington. El ensayo, en inglés, puede leerse en el sitio electrónico de la campaña de LaRouche: www.larouchein2004.com. Para LaRouche, la actual situación estratégica se resume de la siguiente manera: "1. El mundo ha entrado en la fase final decisiva de la desintegración del sistema monetario-financiero internacional presente... "2. De modo que, mientras los gobiernos se aferren a defender las directrices axiomáticas que le dan forma a la política de las instituciones monetarias internacionales presentes, cada uno se verá reemplazado hasta que se llegue al punto en que esas naciones se empiecen a desintegrar o hasta que aparezcan gobiernos sin ninguna de las características esenciales de los principales partidos políticos que contienden actualmente en América, Europa Occidental y muchas otras regiones del mapa. "3. Estas circunstancias nos otorgan a mis colaboradores y a mí una clase única de autoridad de liderazgo. Dos rasgos de dicha autoridad son descollantes. Primero, los pronósticos económicos que he difundido internacionalmente ya por más de treinta años son los únicos pronósticos conocidos que han sido sistemáticamente correctos... Segundo, la llamada facción estratégico-militar utópica que ha cobrado dominio creciente en los asuntos de la OTAN y otras naciones en los últimos cincuenta años ha arrastrado al mundo entero al borde de una devastadora guerra religiosa mundial, que amenaza con reescenificar, a escala mundial, el horror de la guerra religiosa europea de 1618-1648. "4. En todo lo que he enseñado y en toda la práctica política de mi asociación, a lo largo de los últimos treintaicinco años de nuestra existencia, el punto de vista de toda nuestra política ha sido la calidad única del Sistema Americano de economía política en tanto el principal modelo de economía del mundo hasta la fecha. Así, aunque las condiciones internacionales han socavado a las instituciones de la política interna e internacional, la afirmación de la Revolución Americana original bajo el liderazgo del presidente Lincoln, así como la resistencia a la corrupción del torysmo estadounidense, con el presidente Franklin Roosevelt, le da a las tareas que los Estados Unidos tienen por delante hoy en día la característica esencial de ser una renovada afirmación... de la Revolución Americana. "5. Debemos proceder, por tanto, con confianza inconmovible en que nuestra contribución al liderazgo mundial en esta coyuntura es indispensable. Debemos mirar a esas enseñanzas del pasado, que ya han demostrado que, en épocas de gran crisis, gobiernos poderosos y aun los partidos políticos y manías populares mejor establecidos, son barridos del escenario de la historia con presteza pasmosa. Las modas culturales decadentes son arrojadas a los basureros de la historia de manera repentina e implacable. El liderazgo basado en las ideas necesarias para una época de crisis como la actual es el único liderazgo interesante, el único que vale la pena".
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