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Se debe convocar a una conferencia de emergencia
'Hay que parar esta guerra', resuelven participantes en conferencia internacional del Instituto Schiller en Alemania


24 de marzo (EIRNS)—El 23 de marzo de 2003, los participantes en una conferencia internacional convocada por el Instituto Schiller en Bad Schwalbach, Alemania, resolvieron luchar para parar la guerra contra Iraq. Los participantes, provenientes de 46 países —Alemania, Argentina, Austria, Belarús, Bélgica, Camerún, Canadá, China, Chipre, Congo, Corea, Croacia, Dinamarca, Egipto, Eritrea, Eslovaquia, Estados Unidos, Finlandia, Francia, Georgia, Gran Bretaña, Hungría, India, Irán, Iraq, Italia, Kuwait, Marruecos, México, Nigeria, Noruega, Países Bajos, Perú, Polonia, Rusia, Rwanda, Sudán, Suecia, Suiza, Togo, Túnez, Ucrania, Uganda, Venezuela, Zimbabwe—, firmaron la siguiente declaración de emergencia.

1. La guerra de agresión en marcha contra Iraq, no sólo debe condenarse por ser absolutamente ilegítima y un ataque contra el derecho internacional, ¡hay que detenerla! Hay que detenerla porque da pie a una era de anarquía y a un regreso al imperio del "faustrecht" (el derecho del más fuerte), pero esta vez con las condiciones del poder mortífero de las armas modernas, o incluso de las armas nucleares. Puesto que Iraq es sólo el primer blanco de semejantes guerras imperiales preventivas ilegítimas, debe ponérsele un alto a este "choque de civiizaciones" que se desenvuelve, ¡ya!

2. Nos encontramos ahora en la fase final de un derrumbe sistémico, financiero y demás, en el que las intituciones de la posguerra, por ejemplo el FMI, la OTAN y la Unión Europea, se desintegran. Por tanto, creemos instituciones nuevas que sirvan mejor a los intereses de los pueblos y las naciones del mundo.

Específicamente, todos aquellos gobiernos en las Naciones Unidas que se han pronunciado en contra de la guerra contra Iraq, deben unise ahora y convocar a una conferencia de emergencia para reorganizar de inmediato el sistema financiero internacional conforme las pautas del "Nuevo Bretton Woods" propuesto por Lyndon LaRouche.

3. La "union eurasiática" que ha surgido como una alianza ad hoc contra la guerra unilateral angoamericana, debe proceder a instrumentar la alternativa necesaria: el programa de infraestructura del Puente Terrestre Eurasiático, que debe convertirse en la locomotora del desarrollo mundial. Basados en los principios de la economía física, estos proyectos de infraestructura a largo plazo, a unos 25 años, financiados con créditos generados por los gobiernos de los Estados nacionales soberanos, pueden superar la depresión y el desempleo generalizado. El Puente Terrestre Eurasiático no se limita a Europa y Asia, sino que está diseñado para extenderse hacia África por el Oriente Medio, y a las Américas por el estrecho de Bering. De este modo, nos comprometemos a repudiar de una vez por todas todo el orden imperial colonialista de libre cambio y banca central que conduce a la destrucción y la guerra.

4. Para detener este "choque de civilizaciones", dirigentes de naciones de todo el mundo deben actuar para que cambie la política de los Estados Unidos de América. Una palanca para lograrlo es la campaña de elección presidencial en los EU, y en ella, sobre todo, la candidatura de Lyndon LaRouche. Lyndon LaRouche, aspirante a la candidatura presidencial demócrata, dedica todas sus energías a integrar a los Estados Unidos a este proceso de reconstrucción mundial pacífica. Este proceso encabezado por Lyndon LaRouche, y no la guerra imperial, representa el verdadero interés de los Estados Unidos.

5. Sólo podemos lograr la paz y construir un mundo mejor, si creamos de manera conciente un nuevo Renacimiento. La mejor forma de hacerlo es mediante un diálogo de civilizaciones entre todas las naciones que participan en el gran proyecto de desarrollo del Puente Terrestre Eurasiático. Este diálogo debe centrarse en la imagen universal del hombre como ser cognoscitivo singularmente dotado con el don de la razón creativa que, por tanto, constituye la base misma de la noción de dignidad humana.

6. La crisis en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas por la guerra contra Iraq, ha revelado la necesidad de ampliar el presente concepto inadecuado de derecho internacional, fundándolo de forma más profunda y rigurosa en el concepto de ley natural. Las relaciones entre las naciones como entre los individuos, deben estar en armonía con las leyes de la creación universal.

7. Es probable que la humanidad nunca haya padecido una crisis existencial como la presente. Todo ser humano está llamado a crecer moralmente y a asumir responsabilidad por el desenlace de este momento histórico. Hombres y mujeres ordinarios están llamados a tomar el liderato. En un momento extraordinario como este, uno no puede pasarle la responsabilidad a las instituciones existentes que, o contribuyeron a la tragedia actual, o no la impidieron. Toda la gente de buena voluntad, pero especialmente los jóvenes del mundo, deben producir el liderato necesario para guiar al mundo a puerto seguro.

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