¿Osarán los demócratas aceptar
el desafío de LaRouche a debatir?

Lyndon H. LaRouche, quien ocupaba el primer lugar entre los aspirantes a la candidatura del Partido Demócrata a la Presidencia de los Estados Unidos, invitó el 11 de mayo a los otros nueve precandidatos a unírsele en una serie de diálogos a transmitirse por internet, sobre las cuestiones candentes que enfrenta el país, el primero de los cuales se programó para el 2 de julio. LaRouche in 2004, el comité de campaña de LaRouche, imprimió medio millón de volantes con la invitación, que también le llegó a sus contricantes.

Asimismo, WTOP, la principal emisora de noticias de Washington, la capital estadounidense, comenzó a transmitir el 14 de mayo una cuña de la campaña con el desafió de LaRouche a debatir: "¿Tiene pertinencia para la crisis de hoy la respuesta del presidente Franklin D. Roosevelt a la Gran Depresión? Esa es una de las cuestiones que Lyndon LaRouche dice que deben abordar todos los aspirantes a la candidatura presidencial demócrata, si es que el Partido Demócrata ha de presentar una oposición bien centrada a las crecientes sandeces que representa el gobierno de [George] Bush", decía el anuncio.

A diez días de lanzar LaRouche su desafío, el Comité Nacional Demócrata, o DNC, a instancias del Consejo de Liderato Demócrata (DLC, siglas en inglés), organismo establecido por el hampa y Wall Street para tomarse al partido, exigió que los otros precandidatos firmaran un acuerdo comprometiéndose a no participar en más de un debate al mes.

LaRouche calificó este pacto de suicidio mutuo, como un "nuevo aborto del DNC". Dijo que, "en lo que a todas luces es una expresión de su falta de agallas de caballero para enfrentarme en un debate público, Terry McAuliffe, el presidente del DNC, propone amordazar a los nueve precandidatos presidenciales aprobados por el DNC, limitando su participación en debates a una vez por mes, y eso en un marco controlado por la mafia derechista del DNC.

"Antes de que les diga lo que yo pienso hacer sobre el berrinche más reciente de McAulife, los preparo con una cita del New York Times sobre la interpretación de un hombre sobre la última payasada de McAuliffe: `Bueno, esos foros son mucho más complicados de lo que parecieran ser. No es cuestión de un candidato meramente montarse en un avión con uno o dos asesores, y presentarse ante las cámaras de televisión. En Carolina del Sur, por ejemplo, no era nada raro ver a los candidatos llegar con una docena de asesores para ayudarlos en los preparativos de la gran noche. Para un candidato preocupado por los gastos, son muchos cuartos de hotel, boletos de avión, comidas y, por supuesto, cuentas de cantina.

" `Para un debate televisado nacionalmente, un candidato pasa dos días fuera de la vista del público, en sesiones de práctica, y descansando para la gran noche. El candidato tiene mucho que hacer ya en esos días, desde recabar fondos y contratar miembros de su equipo, hasta resolver qué es lo que él representa. . . Entre más debates, menos las cosas nuevas que puedan decir los candidatos, lo que significa que lo único que tiende a atraer la atención son los errores y los descuidos, como dijo hoy un asesor de campaña'.

"Si yo no pudiera participar en un debate improvisado, con no más de unas cuantas palabras de uno de mis colaboradores, y bregar de forma competente con cualquier cosa a la que debiera responder, no hubiese emprendido esta campaña por la Presidencia. Sin otra preparación que ésta, estaría listo para responder a casi cualquier pregunta sustancial pertinente, cualquier día de la semana. Cualquiera que requiera la suerte de preparativos que describe la fuente citada por el New York Times, no es ni intelectual ni emocionalmente apto para ocupar el cargo al que aspira", dijo LaRouche.

"De ser alguno de esos candidatos tan sandio como para seguirle la corriente al ciclo menstrual propuesto por McAuliffe, yo estaré esperando para responderle a todos y cada uno tan pronto vea su desempeño en la televisión. Programaré un transmisión por la internet, desde cualquier parte del mundo en que me encuentre, lo más pronto que sea físicamente posible hacerlo, después del espectáculo de McAuliffe". La alternativa cuerda de los precandidatos al pacto suicida del DNC, sería aceptar el desafío a debatir de LaRouche

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