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LLAMADO URGENTE A LA ACCIÓN
PARA LOS JEFES DE GOBIERNO:
LA ASAMBLEA GENERAL DE LA ONU
ES LA ÚLTIMA OPORTUNIDAD PARA EL MUNDO

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Por Helga Zepp LaRouche, fundadora del Instituto Schiller

1 de septiembre de 2015 — Cada vez más personas alrededor del mundo están profundamente preocupadas por lo que tan sólo unas cuantas personas prominentes dicen públicamente: Está en marcha la confrontación de la OTAN con Rusia y China y va en escalada, hasta el punto en que es casi inevitable una guerra termonuclear a escala global, a menos que cambiemos dramáticamente el rumbo político. El colapso mundial de las bolsas de valores que sucedió al "Lunes Negro" eliminó unos 5 billones de dólares, los cuales casi de inmediato fueron de nuevo a parar a los bolsillos de uno u otro especulador, luego de que los bancos centrales pusieron a trabajar sus prensas de impresión electrónicas a gran escala.

El derrumbe definitivo del sistema financiero transatlántico ha sido pospuesto a corto plazo mediante una gigantesca dosis de "emisión cuantitativa", el incondicional lanzamiento de "dinero desde un helicóptero", como lo llamaba en su día el ex presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke. Pero es en este inminente derrumbe financiero de Wall Street y la City de Londres donde se encuentra el origen del agudo peligro de guerra actual, y no en cosa alguna que hayan hecho Rusia o China.

"Rusia se prepara para un conflicto con la OTAN, y la OTAN se prepara para una posible confrontación con Rusia", dice un reciente estudio elaborado por la Red de Liderazgo Europeo (European Leadership Network), integrado por ex Ministros de Defensa europeos y rusos y por expertos militares. En verdad, la modernización de armas nucleares tácticas en Europa, el establecimiento del Sistema de Defensa Antimisilístico (BDM) de Estados Unidos en el Este de Europa y la doctrina de un primer ataque de la OTAN, no permiten otra conclusión. Rusia y China han reaccionado a su vez con la modernización de sus propias capacidades nucleares y con el desarrollo de misiles supersónicos que podrían destruir los sistemas de la OTAN. Si esta guerra fuese a ocurrir, existe una alta probabilidad de que la humanidad sea aniquilada en su totalidad o en su mayor parte.

La desgarradora crisis de refugiados que se desenvuelve actualmente en Europa, y que ha resultado de una serie de guerras basadas en mentiras en el suroeste Asiático y el norte de África, debiera ser una advertencia clara para todo el mundo, de que se ha derrumbado todo el sistema de la comunidad internacional de los pueblos. Cada una de las diez mil personas que han perdido la vida ahogadas en el Mediterráneo; cada una de las cientos de miles de personas que en la actualidad se encuentran huyendo sólo para exponerse a la violencia de terroristas de extrema derecha; y cada una de las millones de personas que han sido desarraigadas y que ahora son refugiados, representan una atronadora acusación dirigida a los responsables de estos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

Una nueva dirección

¿Donde está la institución que pueda intervenir prácticamente en el último minuto? ¿Donde se encuentra el tribunal internacional ante el cual puedan ser juzgados estos grandes crímenes? ¿Somos nosotros, como humanidad, colectivamente capaces de desviarnos de un curso que amenaza con llevarnos hacia nuestra propia destrucción?

Si hay alguna institución semejante, es la próxima Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Un gran número de Jefes de Estado y de gobierno participarán en este encuentro desde el día 24 de septiembre al 1 de octubre. Manhattan, durante este periodo, será el lugar en el que se debatirá el destino de la humanidad ante los ojos del mundo entero y en donde se podría acordar la visión de un futuro mejor, o para decirlo de otro modo: Se establecerá la condición para determinar si tendremos o no un futuro.

Hay una solución para esta crisis existencial, pero se debe situar en un paradigma completamente nuevo; este deberá de restablecer la identidad de la humanidad como una especie creativa y proclamar conscientemente una nueva era para la humanidad.

Lyndon LaRouche insistió en un llamado de emergencia emitido el 26 de Agosto, en que solo la introducción de la separación bancaria según la ley Glass-Steagall, exactamente tal y como fue introducida por Franklin D. Roosevelt en 1933, puede proteger la economía real de los efectos de un inminente derrumbe financiero. Wall Street está en una situación de bancarrota irremediable. Por lo tanto, se necesita una movilización con todo para inducir al Congreso a cerrar de manera preventiva a Wall Street mediante el restablecimiento de la Ley Glass-Steagall. Dado que es la crisis es global, el modelo de la Glass-Steagall se tiene que establecer internacionalmente, es decir, se tiene que intervenir al sistema financiero global y someterlo a una reorganización ordenada por bancarrota, y proceder a establecer un sistema de crédito, a fin de restablecer la producción necesaria con capital intensivo en la economía real.

El endeudamiento total del sistema financiero global se estima en $2 mil billones de dólares, de los cuales un 90 % son contratos de derivados financieros, lo cual resulta mucho menos sostenible que la deuda griega. Solo si se elimina la economía de casino, esto es, si se elimina la parte virtual y tóxica del sector bancario, y se protege la sección del sistema bancario que sirve a la economía real, puede entonces haber una recuperación de la economía física, y de este modo también se frena la dinámica hacia la guerra.

Se han sentado las bases

Probablemente la Asamblea General de la ONU sea la última oportunidad para resolver sobre dicha reorganización de bancarrota. Es quizás una coincidencia histórica que la Asamblea vaya a ocurrir en Manhattan, en el lugar donde el primer Secretario del Tesoro de Estados Unidos, Alexander Hamilton, estableció el Sistema Americano de Economía y el principio del Banco Nacional. Fue precisamente sobre esta tradición de Hamilton que Franklin D. Roosevelt sacó a Estados Unidos de la Depresión de los años 30, con la Ley Glass-Steagall y la Corporación de Finanzas para la Reconstrucción. Este fue también el modelo con el cual la Kreditanstalt fuer Wiederaufbau (Corporación de Préstamo para la Reconstrucción) reconstruyó Alemania desde los escombros después de la Segunda Guerra Mundial e hizo posible el milagro económico alemán.

Ese milagro económico se necesita en muchas regiones del mundo, y su realización está a nuestro alcance. El Presidente Chino Xi JinPing, ha estado poniendo en el orden del día desde el 2013, la propuesta para construir la Nueva Ruta de la Seda como un nuevo modelo de cooperación económica entre las naciones, con la perspectiva de una "cooperación en la que todos ganan".

Cuando menos desde la Cumbre de los BRICS en Fortaleza, Brasil, en 2014, se ha desenvuelto una dinámica de cooperación sin precedentes entre las naciones de los BRICS, así como en América Latina, Asia, África e incluso algunas naciones europeas, para la realización de proyectos de infraestructuras que ya deberían haberse emprendido hace mucho tiempo: El Canal de Nicaragua, el ferrocarril transcontinental entre Brasil y Perú, varios túneles para conectar el Pacífico y el Atlántico entre Argentina y Chile, una amplia cooperación en energía nuclear entre las naciones de los BRICS y países en desarrollo, y programas espaciales conjuntos, por nombrar algunos de ellos. Ha sucedido una explosión de desarrollo, bloqueado por décadas. La construcción del Canal de Suez en tan sólo un año es emblemática de este nuevo espíritu.

Lo que ahora se necesita de los Jefes de Estado reunidos en la Asamblea General de la ONU, es su capacidad para presentar una visión para la humanidad. Ya se han sentado las bases. La construcción de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Ruta Marítima de la Seda ("Una Franja, Una Ruta") y su integración con la Unión Euroasiática ya están en marcha. Muchos otros Estados en Asia, América Latina y África están avanzando en su desarrollo a través de la cooperación con los países del BRICS. Todos los problemas del mundo podrían encontrar solución, si esta Asamblea General de la ONU tiene éxito en lograr que las naciones de Europa y Estados Unidos cooperen con los países del BRICS para desarrollar las regiones del mundo que en la actualidad están siendo destruidas bajo condiciones de guerra, hambruna, escasez de agua, epidemias y terrorismo.

Si esta Asamblea General de la ONU logra —en el marco de la Nueva Ruta de la Seda, que está convirtiéndose en un Puente Terrestre Mundial que conecta a los pueblos del mundo— adoptar una perspectiva común de desarrollo, principalmente para el Suroeste Asiático y para África, pero también para Centroamérica y Sudamérica —una perspectiva por la cual trabajen juntos Rusia, China, India, Irán, Egipto, Alemania, Francia, Italia, otras naciones europeas, y Estados Unidos-– entonces sería relativamente sencillo vencer al terrorismo, y que los pueblos de esas regiones tengan una perspectiva real para su futuro, a saber, reconstruyendo económicamente sus Estados. Pero a la vez, ahí se encuentra la única oportunidad para dar esperanza a aquellas personas que ahora se encuentran huyendo de la guerra y del terror, y para frenar la nueva migración de millones de personas hacia una sobrecargada Europa o América.

La geopolítica y la idea de resolver los conflictos por medio de guerras, que en una era de armas termonucleares llevarán al exterminio de la especie humana, debe ser reemplazada por la idea de las metas comunes de la humanidad, metas en las que todas las naciones del planeta deban de participar en su realización. Si los Jefes de Gobierno y otros representantes logran inspirar a sus naciones, en el momento de mayor peligro para la supervivencia de la humanidad, en el espíritu de que nos debemos atrever a abandonar los trillados senderos de las reglas del juego oligárquicas, para llegar a un acuerdo en torno a los mega proyectos que irán a construir el futuro de la humanidad, entonces podemos estar confiados en el valor parara resolver todos, realmente todos los problemas de hoy, y comenzar así una nueva era de la humanidad, una era en la que la humanidad sea realmente humana, y poner nuestras leyes y nuestra actividad aquí en la Tierra en armonía con las leyes del orden de la creación, el Cosmos.

Solo de esta manera sobreviviremos como especie. Y por esa norma serán medidos los Jefes de Estado que se reúnen en Manhattan. Porque si la humanidad va a tener una historia, serán recordados como monstruos, o como individuos extraordinarios, que lograron en un momento decisivo, realizar un dulce y apasionado amor por la humanidad, y dar inicio a una nueva fase de la evolución.