El ataque macarthyista en EU contra China
es un ataque al Presidente Trump
22 de noviembre de 2019 (EIRNS) – La editorial de Executive Intelligence Review dio a conocer este viernes 22 un informe especial de 24 páginas (https://larouchepub.com/special_report/2019/1123-EndChinaWitchhunt/) en donde se muestra el hecho de que las mismas personas que dirigen el intento de golpe de Estado contra el Presidente Donald Trump, tanto el fraude del Rusiagate como la farsa de las audiencias para el juicio político, están detrás de la histeria en contra de China en Estados Unidos, y por el mismo motivo: sabotear el propósito firme que tiene el Presidente Trump de entablar relaciones amistosas con China y con Rusia, para terminar de este modo el esfuerzo incesante imperial británico de provocar una confrontación militar entre Estados Unidos y Rusia y China. La histeria macarthyista en contra de China está dirigida en estrecha colaboración con la dirigencia del Partido Demócrata, los elementos neoconservadores del Partido Republicano (entre ellos algunos miembros del gobierno de Trump, como el vicepresidente Pence, el secretario de Estado Pompeo, y el director del FBI, Christopher Wray), y por supuesto, toda la prensa corrupta, tanto la versión “Pro Trump” como la versión “Anti Trump” de los medios que difunden noticias falsificadas. En la entrevista que le hicieron al Presidente Trump en el programa “Fox and Friends” el viernes 22, los periodistas trataron de hacer que el Presidente mordiera el anzuelo al cuestionarlo sobre su “posición a favor de Hong Kong” para presionarlo a que promulgue la nefasta “Ley de los derechos humanos y la democracia en Hong Kong” que aprobaron ambas cámaras del Congreso la semana pasada con un solo voto disidente. Trump les respondió: “Yo voy a estar a favor de Hong Kong, pero también voy estar a favor del Presidente Xi. Él es amigo mío, es un tipo increíble”.
Esa ley es una provocación para la guerra, pues le da un abierto apoyo a las pandillas terroristas que están destruyendo a la ciudad de Hong Kong, la cual ha sido parte del Estado soberano chino desde su liberación del imperio británico en 1997. Las pandillas terroristas están destruyendo los sistemas de transporte, incendiando cientos de negocios, y asesinando y quemando personas inocentes que se oponen a la violencia jacobina. El Presidente Trump ha expresado su rechazo a la violencia y ha planteado que la resolución de la crisis es una cuestión que compete al Estado soberano chino.
El folleto de EIR, End the McCarthyite Witch Hunt Against China and President Trump (Paren la cacería de brujas macarthyista contra China y el Presidente Trump) https://larouchepub.com/special_report/2019/1123-EndChinaWitchhunt/ tiene una introducción de Helga Zepp-LaRouche, fundadora de los Institutos Schiller en el mundo, a quien se conoce en China como la “Dama de la Ruta de la Seda”. En su introducción, Zepp-LaRouche repasa el desarrollo fenomenal dentro de China desde que se inició el proceso de “reforma y apertura” con Deng Xiaoping, mediante el cual China está llegando ahora a su meta de eliminar totalmente la pobreza en el país. Zepp-LaRouche demuestra que la Nueva Ruta de la Seda del Presidente Xi Jinping, la Iniciativa de la Franja y la Ruta, constituye un nuevo paradigma para la cooperación de todas las naciones de la Tierra, que extiende la histórica transformación interna de China en un programa con base a la creación de infraestructura para llevar finalmente el desarrollo verdadero a las naciones del mundo que fueron antes colonias de alguna potencia.
Un capítulo está dedicado a exponer la vil campaña racista que dirige el director del FBI, Christopher Wray, para acusar a toda persona china que trabaja o estudia en Estados Unidos, e incluso a prominentes científicos estadounidenses de ascendencia china, como posibles espías a quienes se les debe investigar. En esta campaña se le ha ordenado a las Universidades e instituciones científicas que espíen a sus empleados y estudiantes chinos o chino-americanos o si no, pierden el financiamiento federal para sus programas académicos. Debido a esta campaña, varios prominentes investigadores del cáncer y del mal de Parkinson han perdido sus empleos, y en general ha creado un ambiente de terror en contra de las personas de ascendencia china en todo Estados Unidos.
Otro capítulo documenta el carácter de la perversa secta Falun Gong, que se ha convertido en una fachada de los halcones belicistas del mentado “Comité sobre el peligro presente: China”, encabezados por Stephen Bannon, con el objeto de inducir a los partidarios de Trump a que se traguen la mentira macarthyista de que China se quiere apoderar del mundo e imponer dictaduras comunistas contra Estados Unidos en todo el mundo. Otro capítulo documenta la transformación que está sucediendo a través de África, en Centroamérica y Sudamérica con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, donde por primera vez en la historia, las otrora naciones colonizadas tienen ahora un motivo de esperanza para salir de la pobreza efectivamente, como lo ha hecho China, mediante los proyectos de infraestructura, precisamente la infraestructura que les han negado con el mito dictado por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial de que esos países solo se pueden dar el lujo de tener “tecnologías apropiadas”. Estados Unidos también se beneficiaría enormemente si el Presidente Trump puede establecer la colaboración con China -- como lo ha estado procurando desde que inició su gobierno-- para ayudar a reconstruir la infraestructura de Estados Unidos que se está desmoronando.
El informe demuestra que las relaciones de Estados Unidos con China durante el último siglo, y hasta más, han sido siempre en confrontación directa con el colonialismo británico, desde que los Presidentes Abraham Lincoln y Ulysses Grant lucharon por la utilización de los métodos del “Sistema Americano” para construir infraestructura para contrarrestar el comercio británico del opio y el saqueo colonial de Asia. El prócer republicano de China, Sun Yat Sen, fue un promotor del Sistema Americano hamiltoniano contra el colonialismo británico, y el Presidente de China, Xi Jinping, hoy está impulsando exactamente ese programa para construir naciones industriales modernas basadas en la soberanía y el desarrollo. Esa pelea por el Sistema Americano y contra la política imperial británica continúa hoy en día, y avanzará con los esfuerzos del Presidente Trump para resolver los problemas comerciales y establecer relaciones amistosas con Pekín.
Esta publicación del movimiento de LaRouche llega en un momento de gran peligro, en que el sistema financiero occidental se comienza a desbaratar, y los geopolíticos británicos y estadounidenses buscan provocar confrontaciones militares con China y con Rusia. Casi todos los miembros del Congreso de Estados Unidos junto con los medios informativos dominantes, mienten descaradamente al decir que Xi Jinping es un dictador despiadado, que oprime a su pueblo, que le niega el derecho a practicar su religión, y que utiliza la Iniciativa de la Franja y la Ruta como un truco imperialista para apoderarse del mundo. El hecho de que muchos estadounidenses, quizás una mayoría, y las poblaciones de Europa se han tragado esta gran mentira, constituye un peligro existencial para el futuro de la civilización. Una guerra con China y con Rusia, significaría el fin de la civilización que conocemos.
Se incluye un capítulo con una presentación del finado estadista y economista Lyndon LaRouche, tomada de un discurso que dio en mayo de 1997, en el momento en que los banqueros occidentales y los oportunistas de toda laya estaban desmembrando a la Unión Soviética. En ese momento, el señor LaRouche insistió en el papel muy especial y urgente de la relación entre Estados Unidos y China. Dijo entonces:
“Solo quedan dos naciones que son respetables en este planeta. Esto es, naciones de poder respetable. Estas son Estados Unidos, en particular Estados Unidos no como la representa el Congreso, sino el Presidente. Es la identidad de Estados Unidos, que es una potencia política, no una concatenación de sus partes. Estados Unidos solo está representado por su Presidente, como institución política. El Congreso no representa a Estados Unidos; ni ellos mismos están seguros de a quién representan, estos días, dado que no han visitado a sus electores recientemente…
“Ahora bien, hay solo otra potencia en este planeta, que puede ser tan insolente como eso, hacia otras potencias, y esta es la República [Popular] de China. China se encuentra ahora empeñada en un gran proyecto de desarrollo de infraestructura, en el cual mi esposa y otros han estado dedicados desde hace años hasta el momento. Hay una gran reforma en China, que es un reforma turbulenta. Están tratando de resolver un problema; eso no quiere decir que no haya problema. Pero están tratando de resolverlo. Por lo tanto, si Estados Unidos, el Presidente de Estados Unidos, y China, participan en el fomento de ese proyecto, llamado a veces Proyecto de la Ruta de la Seda, a veces Proyecto del Puente Terrestre, si se extiende ese proyecto para construir corredores de desarrollo por toda Eurasia, hacia África, hacia Norteamérica, ese proyecto es trabajo suficiente como para poner a todo el planeta en un renacimiento económico”.
Es también este un momento de gran potencial para un nuevo paradigma para el progreso humano. El programa de LaRouche plantea que las grandes potencias de China, Rusia, India y Estados Unidos, establezcan un sistema para el desarrollo universal humano mediante un Nuevo Bretton Woods. Esto está ahora a nuestro alcance. Es urgente y factible, que la defensa del Presidente Trump contra el intento de golpe de Estado en marcha, vaya de la mano con el propósito de que Estados Unidos se una al espíritu de la Nueva Ruta de la Seda. La alternativa a esto, es impensable.