Resolución por una resistencia mundial al fascismo global.
Alto al asalto de los bancos centrales
Instituto Schiller, 19 de noviembre de 2020
Setenta y cinco años después de que terminó la Segunda Guerra Mundial, el mundo se ve amenazado por una nueva dictadura fascista. Esta vez se trata del intento de los principales bancos centrales del mundo, la City de Londres y Wall Street, de consolidar un control total sobre todas las inversiones financieras en provecho de los súper ricos, a expensas de las clases medias y de los pobres del mundo. La “transición ecológica” que promueven significa la toma de posesión financiera destructiva de las economías por parte de los financieros especuladores, en donde el color “verde” no es más que la bandera de su propósito de saquear.
Le llaman el “Gran Reajuste”. Con el pretexto de reconstruir la economía mundial después de la pandemia de COVID-19, los más grandes banqueros privados y multimillonarios pretenden llevar a cabo un “cambio de régimen”, en el cual la política monetaria y fiscal ya no será decidida por los gobiernos elegidos, sino por los bancos centrales privados y los principales inversionistas financieros directamente. En esta fase final de la política maltusiana de décadas a favor de los especuladores, éstos tendrían el control definitivo de todas las inversiones y las canalizarían totalmente hacia las “tecnologías verdes”, y cortarían así todas las inversiones en los sectores productivos de energía de alta tecnología, de la industria, de la agricultura y de la infraestructura.
Si se lleva a cabo este plan que promueve el Foro Económico Mundial con una serie de conferencias sobre el “Gran Reajuste”, significaría el fin de las naciones industrializadas del llamado sector avanzado, y la muerte de millones, literalmente, y luego miles de millones de personas en los países en desarrollo, porque hay una correlación directa entre la productividad de una economía y la densidad de flujo energético utilizada en el proceso productivo, y el número seres humanos que se puede sostener. Si se “descarboniza” toda la economía mundial, en lo que Schellnhuber y sus socios ya denominaban años atrás como la “Gran transformación de la economía mundial”, que incluye el abandono de la energía nuclear y la investigación, entonces el número de personas que se puede sostener será apenas poco más de mil millones. ¿Y qué pasa con los otros siete mil millones? Si no se da marcha atrás a este enfoque, solo puede llevar al caos y a una nueva guerra mundial.
Parte integral del “Gran Reajuste” es el plan para introducir las criptomonedas y la digitalización de las monedas. Esto les permitiría la vigilancia total de todos los datos personales en cualquier campo de la actividad económica, para completar lo que ya está sucediendo con la vigilancia física que hace la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y su homólogo británico, el GCHQ. Si la direccionalidad de la sociedad sigue siendo para el beneficio de la élite financiera privilegiada, ahora se utilizará para devaluar la deuda impagable acumulada a través de depreciaciones y de inflación, tal y como sucedió en Alemania en 1923, y para saquear a la gente y a la economía productiva. La digitalización de las monedas solo puede encontrar una aplicación útil si la sociedad está orientada hacia el beneficio del bien común.
Este esfuerzo por establecer un control total sobre la política monetaria y fiscal, para darle ese control a los bancos centrales en el marco del “Gran Reajuste”, e imponer un Nuevo Trato Verde, se basa en los mismos principios fascistas de la política de Hjalmar Schacht, el presidente del Banco Central del Reich (Reichsbank) durante la dictadura de Hitler, y debe ser rechazado absolutamente.
Exigimos:
* Una separación bancaria global como la ley Glass-Steagall de 1931 en Estados Unidos, poner fin al apoyo al sector de la banca de inversión especulativa y el cierre de toda la economía sumergida.
* El restablecimiento de la soberanía sobre las monedas nacionales.
* La creación de una banca nacional en cada país, y la recuperación de la
facultad de creación de crédito de los gobiernos soberanos.
* La creación de un nuevo sistema de crédito en la tradición del propósito original del Sistema de Bretton Woods de Franklin Delano Roosevelt y de la Declaración de los Países No Alineados en la Conferencia de Colombo de 1976. El objetivo principal es el de elevar los niveles de vida de todos los seres humanos del planeta, como condición necesaria para la paz, y la superación de todos los desafíos como la pandemia, la hambruna mundial y la pobreza.
* Un aumento drástico en la productividad para avanzar hacia una nueva plataforma económica basada en la utilización comercial de la energía de fusión termonuclear y la cooperación internacional en la investigación y exploración espacial.
La oposición fundamental que determina nuestro futuro y el de las generaciones por venir, se encuentra entre una sociedad de vigilancia masiva bajo el imperio de las finanzas fascistas verdes, y un mundo de distensión, de entendimiento y de cooperación entre todos los pueblos y las naciones, de la manera en que todos los humanistas han planteado y plantean el desafío. Estamos comprometidos a luchar por ello.
Este texto circula internacionalmente, y se invita a todas las personas a que lo firmen. En 1945, todos los que habían vivido bajo el fascismo y la guerra mundial dijeron con claridad: “¡Nunca más!” Nos encontramos ahora en el momento de la decisión: ¿Hemos aprendido algo de la historia, o somos más inmorales que nuestros antepasados?
Lista de firmantes,