Escritos y discursos de Lyndon LaRouche
Declaración emitida por Lyndon LaRouche
22 de diciembre de 2001(EIRNS)Lyndon LaRouche, precandidato demócrata a presidente de los Estados Unidos, emitió la siguiente declaración sobre la crisis argentina: "El gobierno de los Estados Unidos se va a acarrear un gran desastre, a menos que adopte de inmediato dos nuevas directrices en respuesta a la situación más que madura que acaba de reventar en la cara de las recetas, completamente fallidas, del Fondo Monetario Internacional. "1. Debe reconocer que la política que los EU y el FMI han seguido por décadas hacia Argentina acaban de demostrar que ha sido la causa de la catástrofe financiero-monetaria presente que se propaga mundialmente, la cual hace erupción en las secuelas del inevitable incumplimiento de pagos de esta semana. "2. Debe reconocer que cualquier intento de mantener las medidas de austeridad que provocaron la caída actual del mercado de la deuda externa de Argentina no tendría otro efecto que hacer estallar una catástrofe mundial que, por medio de España, se extendería por toda Europa continental, a una Polonia ya madurísima para un crac semejante, y amenazar con desencadenar una explosión de esa hiperinflacionaria burbuja de deuda de Japón de la que el sistema financiero estadounidense sigue dependiendo en este momento. "El ya inminente e inevitable incumplimiento de pagos de Argentina de esta semana marca un punto límite en la economía mundial. Esta semana, el sistema financiero y monetario mundial actual llegó a un punto crítico de su existencia posterior a agosto de 1971, más allá del cual mantener las medidas monetaristas recientes de 'disciplina fiscal' hundiría al mundo entero, en las semanas venideras, en una condición mucho peor que cualquiera que se haya visto en la depresión mundial de 1929-1933. Se ha llegado al punto en que las naciones todavía en garras de la ideología de los lemmings monetaristas tienen que abandonar sus ilusiones monetaristas o saltar al abismo. Gústeles o no, al gobierno de los Estados Unidos y a los de otras naciones del Grupo de los Siete ya los tiraron al agua; deben aceptar el hecho y nadar, aun si nadar no concuerda con sus ideologías acostumbradas. "El gobierno de los Estados Unidos debe confesar, por fin, que el sistema monetario-financiero internacional, tomado en su conjunto, ha entrado en un conjunto de lo que, irónicamente, son condiciones como las de Enron, caracterizadas principalmente por el aumento desesperadamente hiperinflacionario del jefe de la Reserva Federal, Alan Greenspan, de las obligaciones y activos financieros nominales, junto con el derrumbe crecientemente deflacionario del empleo en el mantenimiento de la infraestructura esencial y la producción de bienes físicos esenciales. "Esto quiere decir que los Estados Unidos, en particular, deben abandonar de inmediato la confianza en una engañada fe de monetarista en la hoy agonizante economía impelida por el mercado, y volver a la forma tradicional del sistema americano de economía, en el que los mercados son impelidos por la ampliación del empleo en la producción tecnológicamente progresista de bienes. "El Poder Ejecutivo del gobierno de los Estados Unidos debe reconocer qué catastrófico fracaso ha sido el desempeño de 2001 del Congreso hasta la fecha: ese Congreso entra ahora en receso, pero desde hace meses perdió la sesera. Las sesiones de 2001 del Congreso, hasta la fecha, han estado entre las más vergonzosas de la historia de esa institución. El presidente enfrenta una situación económica mundial en la que yo, si fuera presidente, traería de vuelta al Congreso, a celebrar sesiones extraordinarias. Se deben elaborar y adoptar de inmediato ciertas acciones inmediatas de política económica de urgencia, congruentes con el espíritu de nuestra Constitución Federal, pero con implicaciones mundiales decisivas, si se quiere evitar que se desenvuelva una catástrofe económica mundial, probablemente incluso antes de que el presidente haya completado su primer período de gobierno. "La Presidencia debe reconocer también que, aunque la tendencia del Poder Ejecutivo, posterior al 11 de septiembre, a hacer del gobierno federal el salvador de una economía desfalleciente es correcta en la intención, ha fallado en general en su diseño. El modo de sacar a una economía como los Estados Unidos actuales de una nueva depresión económica mundial no es derramar fondos federales de rescate en el sistema financiero empresarial, sino otorgar contratos financiados con crédito en la construcción de empleo, tanto en infraestructura económica básica como en tecnología física empresarial. En todas las recuperaciones económicas exitosas de condiciones deprimidas, la fuente principal del mejoramiento de la productividad, aun de grandes compañías, ha sido la inversión pública en infraestructura económica básica, combinada con estímulos crediticios a formas no accionarias de iniciativa empresarial tecnológicamente progresista en la agricultura, la industria e inversiones afines. "La tontería del programa de desregulación y privatización puesto en marcha bajo el gobierno de Carter, creado por Zbigniew Brzezinski, ha sido la fuente principal del ímpetu de la caída que sufre hoy día la economía estadounidense. La reinstauración inmediata de un sistema monetario internacional de tipos de cambio fijos, propósito para el cual se utilice una norma fija de reserva de oro, se debe combinar con los paquetes proteccionistas y de estímulo necesarios para efectuar una rápida expansión del empleo y la inversión tecnológicamente progresiva tanto en la infraestructrura pública como en la empresa privada en la agricultura y la industria. "El actual sistema monetario-financiero mundial no está meramente en quiebra; está ya en quiebra sin remedio. El equivalente a muchos billones de dólares está a punto de desaparecer de los libros. No se puede salvar ese sistema monetario-financiero; pero podemos salvar la economía. Podemos mantener y ampliar la producción y la distribución de bienes y servicios útiles, prácticamente sin interrupción. Ha llegado la hora de votar por el futuro, no las manos muertas del pasado reciente. "Ha llegado la hora de abandonar toda la ideología monetarista de la Sociedad Mont Pelerin e imitadores semejantes del economista británico de principios del siglo 18, John Law. Los gobiernos, encabezados por el propio gobierno de los Estados Unidos, deben emprender acciones de urgencia inmediatas para sujetar al FMI y el Banco Mundial a una reorganización por bancarrota, y revivir los principios comprobados que proveyeron los éxitos del sistema monetario proteccionista de Bretton Woods de 1945-1963, con tipos de cambio fijos. "Los peores zonzos que hay en los gobiernos de hoy día son esos charlatanes que sostienen que 'no se puede volver a meter el dentífrico al tubo'. Cualquier granjero o trabajador industrial competente sabe exactamente cómo volver a meter el dentífrico al tubo. Pregúntenles; ellos les mostrarán cómo hacerlo. También, por precaución, despidan a todos los políticos y economistas que afirmen que no se puede. "Mi consejo final es: no se porten como una manada de lemmings. No den el paso siguiente al abismo monetarista. Abandonen las llamadas medidas de 'austeridad fiscal' que los Estados Unidos, entre otros, han usado no sólo para llevar a la Argentina a la bancarrota del Estado, sino para crear ese detonador del incumplimiento argentino de pagos que ahora amenaza con hacer reventar también a la mayor parte de las economías del mundo. "¿Tengo que volver a recordarles que se los dije?"
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