Escritos y discursos de Lyndon LaRouche


LaRouche visita Monterrey, México

Fuera las ideas maltusianas; ¡desarrollemos el planeta!

por Lyndon H. LaRouche

El estadista y economista estadounidense Lyndon LaRouche regresó a la ciudad mexicana de Monterrey el 18 de abril, para hablar ante 240 personas, entre ellas 200 estudiantes, en una de las universidades más elitistas de México, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), donde ya había hablado en dos ocasiones anteriores. Sus anfitriones fueron las sociedades de alumnos de los departamentos de Relaciones Internacionales y de Economía. Rubén Leal, quien preside la segunda, fue quien dio la bienvenida.

A continuación reproducimos el discurso de Lyndon LaRouche, seguido por el diálogo que tuvo con los jóvenes estudiantes. Se añadieron los subtítulos.

Presentadora:

Muy buenas tardes tengan todos ustedes. En nombre de la Sociedad de Alumnos de Economía del Tecnológico de Monterrey —el campus Monterrey—, en colaboración con la Sociedad de Alumnos de la Licenciatura de Relaciones Internacionales, reciban la más cordial bienvenida a esta conferencia magistral del señor Lyndon LaRouche, ex candidato presidencial de Estados Unidos.

Agradecemos la presencia de directivos, maestros y alumnos del campus.

A continuación, invitamos a nuestro compañero y amigo Rubén Leal para que nos dirija un mensaje de bienvenida.

Rubén Leal: Muy buenas tardes. Bienvenidos a esta conferencia magistral, que se engalana con la presencia de un ex candidato presidencial de los Estados Unidos de Norteamérica; un aspirante, en su momento, a ser el hombre más poderoso del mundo, y que ha apuntalado la discusión sobre diversos temas económicos a nivel internacional.

Alrededor de la figura de Lyndon LaRouche se tienen, aun hoy día, las discusiones sobre la crisis del sistema financiero internacional y sobre la debilidad del dólar estadounidense. En los próximos minutos seremos testigos de una inmensa cantidad de información valiosa, de información oportuna, pero sobre todo de información de primera mano de uno de los líderes políticos más influyentes de nuestra era. Podemos estar o no estar de acuerdo con las posturas y teorías vertidas en esta conferencia. Digo, a final de cuentas, es solamente en los sistemas autoritarios donde se alcanzaría la unanimidad. Pero lo que no podemos hacer, lo que no podemos hacer, es permanecer indiferentes, porque eso sería atentar contra todo lo que un espíritu estudiantil representa: un escrito crítico, un escrito científico.

Nuestro deseo de compartir juicios y experiencias operativas es lo que nos impulsa a estar aquí, para adquirir más conocimiento, para adquirir herramientas que nos permitan tomar mejores decisiones en lo futuro.

De nuevo, les doy la más cordial bienvenida a esta conferencia, esperando que la disfruten, que les resulte inolvidable, teniendo en cuenta que, si quieren actualizarse y adquirir amplias perspectivas de la política internacional y del sistema financiero, están en el lugar correcto.

Muchas gracias.

Presentadora: Muchas gracias por tus palabras. Para comenzar con nuestra conferencia, queremos presentar al señor Lyndon LaRouche.

El señor Lyndon LaRouche nació en Rochester, New Hampshire, en 1922. Prestó servicio en la Segunda Guerra Mundial y asistió a la Universidad Nororiental en los años 40. Es director fundador de las revistas Executive Intelligence Review y Resumen ejecutivo de EIR. Está casado con la reconocida política alemana Helga Zepp–LaRouche.

El ex candidato a la Presidencia de Estados Unidos por el Partido Demócrata, Lyndon LaRouche, es un economista de renombre en el ámbito internacional por su defensa de la justicia económica y la soberanía de todas las naciones.

En el transcurso de los últimos 30 años, se ha erigido como una de las personalidades políticas internacionales más polémicas de nuestra era. Esa polémica la alimentan cosas como su ofensiva para destruir el narcotráfico internacional, su participación como iniciador de lo que el Presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, anunció en 1983 como la Iniciativa de Defensa Estratégica, y su incansable campaña para remplazar el sistema de libre comercio y globalización del FMI por uno proteccionista, de desarrollo mundial mediante el uso de tecnología de punta.

El señor Lyndon LaRouche se ubica en el centro de la discusión sobre la actual erupción de la crisis financiera internacional, de la que la caída del dólar es representativa. El señor LaRouche es un defensor del sistema de Bretton Woods, que el presidente estadounidense Franklin Roosevelt creó al término de la Segunda Guerra Mundial. En los últimos años ha hablado en más de 20 naciones europeas, iberoamericanas, africanas, asiáticas y del Oriente Medio sobre la necesidad de reformar el sistema librecambista vigente y restaurar la orientación de Roosevelt. Ha escrito incontables artículos y libros, muchos de los cuales se han traducido al español, entre ellos Así que quieres aprender economía.

En México es conocido por los dirigentes del Partido del Trabajo; lo consideran su líder intelectual.

Demos la bienvenida al señor Lyndon LaRouche.

LaRouche: Gracias, gracias a todos por esta grata recepción. El 25 de julio de 2007 di una conferencia internacional desde Washington, D.C., en la que anuncié la venidera —en cuestión de días— desintegración del sistema financiero internacional, que continuaría hasta que se le diera solución o hasta que el sistema se desintegrara. En ese momento, cuando hice la presentación, ya había participado en una discusión con ciertos círculos dirigentes dentro de Estados Unidos, así como de otros lugares, y había presentado la primera de mis medidas propuestas para abordar y resolver esta crisis internacional. La primera es una muy sencilla, que cualquier economista competente debería reconocer, pero muchos políticos están renuentes a hacerlo porque, en economía, a menudo se tienen que tomar decisiones que los políticos temen abordar. Yo me especializo en ese tipo de actividad, de hacer las cosas que los políticos temen hacer, porque es necesario hacerlo.

Lo que propuse sencillamente fue que el efecto del desplome pegaría duro en el ramo de las hipotecas inmobiliarias, y que sería algo general e internacional. Por tanto, teníamos dos cosas que debían preocuparnos: primero, una desintegración general del sistema financiero por el desplome de las hipotecas, y, segundo, un desplome del sistema bancario; en particular una parte del sistema bancario, la parte más importante, que es lo que en EU llamamos los bancos autorizados, autorizados por el gobierno federal o por los gobiernos estatales. Éstos son los tipos de bancos que no son bancos especulativos como tales, pero que reciben depósitos, que hacen préstamos y son un vehículo esencial del gobierno federal para poder canalizar la emisión federal de dinero, en tanto crédito, a través del sistema bancario para su uso gubernamental y privado.

Entonces, mi primera preocupación era que no se permitiera la desintegración del sistema. Lo primero que hay que hacer es asegurar que los ciudadanos conserven sus hogares, aunque la hipoteca esté técnicamente en incumplimiento, y que los bancos autorizados sigan funcionando de una manera más o menos normal, con todas sus actividades ordinarias, en las comunidades.

Eso no resuelve el problema, pero es una medida que nosotros llamamos de "cortafuego"; es como un muro de contención que se usa para que un gran incendio en un bosque no siga adelante. Hay que parar cualquier reacción en cadena y hacer que las funciones normales de la sociedad no se vean destruidas por una catástrofe económica. Es decir, la gente se queda en su casa, la economía funciona y las funciones bancarias esenciales para estas sociedades llevan adelante sus actividades normales. Las empresas anormales se pueden suspender, pero las normales tienen que seguir adelante.

Esta propuesta se convirtió en un proyecto de ley que redacté para el 2007, llamado Ley de Protección a los Bancos y Propietarios de Vivienda de 2007. Desde entonces, este proyecto de ley, que fue apoyado por muchos de mis amigos de la comunidad bancaria, ha topado con la resistencia del Gobierno de Bush, así como con la de otros círculos internacionales, pero sigue siendo necesaria. En el último período son 80 —y esto va a subir a 100— los casos de ciudades, de municipalidades que han votado a nivel local para que el gobierno federal apoye y respalde esta legislación.

Esto significa que el gobierno federal pone la totalidad del sistema, el sistema hipotecario y el sistema de bancos autorizados, bajo la protección de una reorganización por bancarrota, para que pueda llevar adelante todas las funciones esenciales normales mientras resolvemos todo este desastre financiero que tenemos.

La segunda medida que propuse posteriormente —porque la primera era la prioritaria, urgente, porque la estabilidad social y de las funciones bancarias locales es la parte más esencial de cualquier economía, si es que la gente puede seguir viviendo vidas más o menos normales con un sentido de seguridad, a pesar del hecho de que ha tenido una crisis fundamental—, la primera obligación es usar el poder del gobierno, el "poder de la bancarrota", de la bancarrota de protección, para poner algo bajo protección por bancarrota, de modo que los acreedores no puedan desalojar a la gente. Ése es el primer paso necesario.

El segundo paso es un poco más complicado y, por tanto, lo presenté un poco después, porque primero me preocupaba el primero. Segundo, se tienen que regular las tasas de interés. Contrario a lo que se hace ahora en diferentes partes del mundo, que yo considero loco, hay que fijar la tasa de interés, a fin de que la tasa básica de interés para cierta clase de transacciones, para la creación de crédito, sea a 1 o 2% de interés simple. Porque uno tiene que asegurar que el ritmo de creación de riqueza de capital para su circulación en la economía sea por un orden no inflacionario. Y la gente que necesita pedir prestado, lo puede hacer al 1 o 2%; es una categoría grande de personas. Por ejemplo, en los 1930 en EU se funcionaba a ese nivel, de una tasa federal de descuento del 1 a 2%, y se necesita una tasa de descuento con la que pueda dársele un estímulo a sectores útiles de la economía, para que empiecen a tener algún crecimiento y la estructura esencial.

Por otro lado, para las otras cosas que no se deben proteger, que la tasa de interés flote y llegue al nivel que deba hacerlo.

Porque la característica de una bancarrota como la que enfrentamos hoy es que las obligaciones pendientes exceden, y con mucho, el valor de los activos. No hay manera en que se puedan pagar todas las deudas, en esos niveles, a su valor completo nominal; ni debe tratarse de hacer. Muchas cosas tendrán que morir y eliminarse financieramente por las cosas parasíticas que ocurren internacionalmente ahora. Hay que proteger la industria esencial, la producción esencial, las funciones esenciales de la sociedad. Y hay que reconstruir y, en esencia, crear un cimiento sólido sobre el cual hacerlo. Esto significa una tasa de interés de entre 1 y 2% para categorías protegidas federalmente para todas las prioridades legalmente indicadas. Esto se administra... Por ejemplo, en este sistema se sometería al sistema de la Reserva Federal de EU al control del gobierno, como una institución privada bajo control del gobierno federal. La Reserva Federal seguiría funcionando, estaría de pie, pero bajo control del Tesoro, del Departamento del Tesoro del gobierno.

Y el crédito no lo crearía la Reserva Federal, sino el gobierno federal, por una ley del Congreso. El crédito así creado pasaría por los llamados canales de la Reserva Federal, para los propósitos y destinos que indique la legislación o la regulación gubernamental. Y eso es lo que se necesita en una situación como esta.

¡Clausuremos la OMC!

Lo que tenemos no es una crisis estadounidense; nunca fue una crisis estadounidense como tal. Lo que estalló a mediados de 2007 fue la totalidad del sistema monetario–financiero internacional. El sistema ya murió; está muerto, o debería estarlo.

Eso no significa que vamos a dejar que todo se desplome. Quiere decir que si no se toman las medidas necesarias, todo va desplomarse de todas maneras. Así es que se toma la medida para prevenir el desplome y, por ende, tiene que crearse crédito para estimular esos aspectos de la economía y de la vida social que son esenciales para la estabilidad y el crecimiento. Y se deja que muchas otras cosas, que son desperdicio, mueran, porque no se puede pagar eso.

Eso es lo que se hace en cualquier situación de bancarrota. Si una empresa cae en bancarrota, una empresa que se tiene que mantener viva, ¿qué se hace? Esa empresa es importante para la comunidad y tiene una función esencial; uno no puede permitir que muera. Entonces, se le somete a un proceso de reorganización por bancarrota, se determina cuáles son los aspectos vitales, necesarios, que se tienen que proteger, y se definen las cosas que no vale la pena proteger, se hace una distinción. Uno pasa por un proceso de asegurar, de afianzar las cosas esenciales, para que las funciones fundamentales continúen, y se congelan las obligaciones que no vale la pena defender.

Luego queda la cáscara, el cascarón, que funciona y se trata de reorganizar. Eso es lo que se hace en un proceso de bancarrota privada; se somete a una reorganización por bancarrota, debe asegurarse la parte valiosa para beneficio del público. No estamos hablando del beneficio privado nada más, sino del público, del de la sociedad, de la estabilidad social, en beneficio del crecimiento, de las funciones esenciales que aporta, por ejemplo, un empresario privado. Eso se tiene que proteger. Sin eso, la sociedad sufrirá; por eso, la sociedad sufrirá. Por consiguiente, el gobierno federal, en el caso de EU, interviene por medio de varios canales y mecanismos para asegurar que las cosas que son esenciales, las firmas esenciales y las funciones esenciales, sigan cumpliendo esas funciones. Y uno se mantiene firme en eso.

Ahora bien, todo el sistema está en quiebra. Tenemos la fase actual, que ha estado pasando por un desplome desde que empezó en realidad la caída del sector hipotecario en Inglaterra y en EU. Esto empezó a fines de junio de 2007, unos días después de que hablé de eso en mi mensaje internacional. ¡Lo que está muriendo es la totalidad del actual sistema monetario–financiero del mundo! Y en la medida que pasan los meses, hay más y más pruebas precisamente de eso.

Se ve en el caso más reciente, que es la crisis de alimentos. Es por directrices de entidades como la Organización Mundial de Comercio [u OMC], que sugeriría debe enterrarse lo más pronto posible. Porque por las políticas de la OMC respecto a los alimentos, por ejemplo, tenemos una crisis que representa una amenaza de muerte por hambre e inanición, por falta de comida. Porque a alguien se le ocurrió la brillante idea de tener un mercado de libre comercio de alimentos y prohibirle a ciertos países que desarrollen su potencial de producción alimentaria, cerrarlos para tener un "sistema manejable". Esto llegó a conocerse como la OMC, que es una especie de cáncer que yo sugiero que se extirpe lo más pronto posible; y está en proceso de extirpación.

Lo que ha pasado en el período más reciente es que hay varios gobiernos, entre ellos el de India, que han tomado medidas, porque hay escasez de alimentos, para proteger a su gente y el abasto de alimentos de un desplome internacional, un desplome inflacionario internacional del abasto de alimentos. Es inflacionario porque aumenta el precio de la comida; se habrán dado cuenta ya de eso en varios lugares.

Cada día, cada semana, estratos enteros de la población humana, en especial en ciertos países, están entrando a una fase de hambruna, porque sus ingresos no les permiten comprar comida a los precios en aumento o, porque en algunos casos, no existe abasto de alimentos a ningún precio. Así que los países han tomado medidas para destruir a la OMC. No hay una declaración general en ese sentido, pero es algo que está ocurriendo, paso a paso, por parte de países, y va a dar el mismo resultado.

También significa que el WWF, el Fondo Mundial para la Naturaleza, va a cerrar de aquí a poco, porque sus políticas exigen que aumente la inanición y la muerte en masa, en especial en los países más pobres, pero también en otros. Necesitamos crear estabilización en contra de una inflación galopante, no sólo en el precio de los alimentos, sino de otros bienes esenciales a escala mundial. El ritmo de la inflación va a acelerar; no va a aumentar, sino a acelerar. Y los países ya están tomando medidas, medidas desesperadas para proteger su abasto alimentario de la escasez y de esta crisis.

Bueno, ¿cómo bregamos con este tipo de crisis? Primero, tenemos una escasez de producción, una falta de producción de alimentos, en gran parte por las políticas de la OMC; ésa es la causa inmediata. Por tanto, ¿qué vamos a hacer? Tenemos que aumentar la producción, tenemos que aumentar la producción de alimentos; tenemos que asegurar que existan suministros seguros para los países que ahora peligran. No podemos tener guerras por la comida.

Necesitamos un Nuevo Bretton Woods

Tenemos que actuar, y tenemos que crear un nuevo sistema monetario–financiero internacional. Tenemos que regresar a algo como lo que se destruyó en 1971–72, con el Gobierno estadounidense de Richard Nixon.

Hay dos cosas que ocurrieron a principios de los 70, que son en buena medida responsables de la mayor parte del caos que está ocurriendo en el mundo hoy, del caos económico y financiero. Número uno, Richard Nixon, el Presidente de EU, por presión del mismo George Shultz cuya inteligencia instaló a[l dictador Augusto] Pinochet en Chile, este presidente Nixon, un buen día, un domingo, por presión y sugerencia de George Shultz, canceló el sistema de Bretton Woods que había creado Franklin Delano Roosevelt. Esto es algo que yo había pronosticado, porque lo veía venir. Era una opción, pero veía que iban a optar por eso; veía, desde diez años antes, que era inevitable, que íbamos en una dirección, en especial después del asesinato de John F. Kennedy, en una dirección acelerada por la guerra de Vietnam, hacia exactamente esa clase de decisión. La gente en el poder iba a tomar ese tipo de decisión, porque su percepción de los intereses políticos iba a impulsarlos en esa dirección. No era necesario, pero su percepción de los intereses políticos les dijo: "Vamos a hacerlo". Y lo hicieron.

A esto le siguió una desintegración, un desplome internacional del sistema de Bretton Woods en una conferencia el año siguiente, en enero. Por el lado de EU, quien encabezó esto fue George Shultz. Pero luego ocurrió una segunda cosa: a principios de los 70 hubo una escasez artificial de petróleo, en el momento en el que los mares y los puertos del mundo estaban inundados de buques tanque llenos de petróleo. Hubo de repente una supuesta y declarada escasez de petróleo; la gran escasez de petróleo de principios de los 1970. No había razón para eso. No había escasez real de petróleo. El mundo estaba inundado de buques tanque llenos de petróleo, que estaban justo en las costas listos para su entrega, pero no estaban llegando a los puertos.

Lo que hizo esto, que fue una operación del Reino Unido y el reino de Arabia Saudita, fue llevar a la formación de una organización que después se conoció como [la empresa armamentista británica] BAE. Esta organización, al crear una escasez artificial de petróleo, generó un fenómeno que se conoce como el mercado de entrega inmediata de petróleo, el mercado internacional de entrega inmediata de petróleo. Esto puso el poder sobre una buena parte de la producción internacional de petróleo en manos de un grupo con sede en Ámsterdam; en lo financiero, un mercado de entrega inmediata.

Como resultado de esta combinación, el hecho de que se dejó flotar el dólar (cosa que hizo el presidente Nixon) y el mercado de entrega inmediata, la seguridad del dólar estadounidense ya no estaba fundada en su valor, sino que empezó a fundarse en el valor fluctuante del petróleo. Porque habíamos creado una economía que dependía del petróleo de manera integral; porque en buena medida habíamos destruido, por ejemplo, el sistema ferroviario de EU y cosas por el estilo.

Así que destruimos las cosas y nos volvimos cada vez más dependientes del automóvil, y empezamos a destruir las comunidades para poder tener automóviles. Llenamos regiones enteras de carreteras, de camiones, de autobuses y carros que pasan mucho tiempo en tránsito. Y se destruyó el sistema ferroviario, como en el caso de México; México no tiene un sistema ferroviario. Debería existir uno entre la frontera con EU y la Ciudad de México, pero no hay nada, y eso es esencial. ¿Por qué no? Porque la política mundial era que México no debía tener un sistema ferroviario, y cada vez que México amenazaba con hacer algo así, había alguna intervención extraña y no ocurría.

Las culturas marítimas y el surgimiento de la ciencia

Déjenme retomar un aspecto de la historia. La historia de la civilización europea desde antes de los tiempos romanos, desde más o menos el siglo 7 a.C., se fundó en la función del comercio marítimo mundial en la evolución de la civilización. Primero uno podía moverse por todas partes del mundo, porque había sistemas marítimos bastante buenos. Los calendarios provienen de los sistemas marítimos. ¿Cómo se navega por el mundo cuando hay hielo en el hemisferio norte, centenares de metros de hielo? ¿Cómo se navega de una parte a la otra por vía marítima, por navegación transoceánica, y se va de una temporada a otra y se puede viajar hasta miles de kilómetros? Eso es lo que estaba ocurriendo, no con barcos individuales, sino con flotillas de barcos que migraban por centenares de miles.

Entonces, la evolución de la civilización, lo que llamamos la "civilización moderna", o su expresión antigua, como en los tiempos de los antiguos griegos, se desarrolló con estas civilizaciones marítimas que usaban la navegación. Se estudiaban cosas como los cambios en las características de ciertos movimientos planetarios y cosas por el estilo, y se desarrolló lo que se conoce como la astronomía moderna. Ésta fue la base de la creación de los calendarios que se fundamentan en el estudio de los cambios característicos del sistema estelar por la evolución de este sistema a lo largo de los años, en la medida que estas culturas marítimas navegaban de un lugar a otro durante la edad de hielo.

Sobre la base de esto vino la idea de la ciencia, porque la idea de la ciencia viene del cielo, de la observación, por parte de la humanidad, de los cambios estelares, que en ese entonces eran pertinentes, en especial los cambios de temporada, y también los de las constelaciones estelares de ese período para la navegación.

Así, la civilización tal y como la conocemos, la civilización europea, se fundó en civilizaciones marítimas. Es probable que hubiera mucha migración de Europa y el Caribe en ese período, hasta México, de ida y vuelta. Y en ciertos lugares en México se encuentran las pruebas de que esta civilización, esta cultura marítima, existió hace mucho tiempo. En ese entonces viajaban con los tipos de barco que se usaban entre Europa y el Caribe, más o menos en el mismo tiempo que le tomó a Cristóbal Colón llegar al Caribe en su primer viaje.

De modo que en tiempos antiguos existieron grandes culturas marítimas.

En la medida que los glaciares se derritieron y, en especial, cuando el agua del océano entró al mar Negro, surge una colonización cada vez más amplia de las regiones terrestres; las costas primero, los ríos, hasta ciertos ríos y a cierta distancia río arriba, pero la cultura dominante, la más avanzada, se ubicaba en la cultura marítima. Y más o menos en el siglo 7 a.C. los etruscos, los egipcios y los jonios forjaron una alianza contra Tiro, que dominaba el Mediterráneo, y de ahí luego salió la cultura europea. A veces se habla de la "cultura de la Grecia antigua", pero es más complicado que eso. Entonces, de ahí empezamos a movernos tierra adentro, en la medida que los glaciales se derretían. Pero en el transcurso de períodos largos de tiempo, la parte interna era la menos desarrollada, porque era menos accesible; por lo menos en términos de eficiencia, en comparación con lo que era la cultura marítima.

Así que fuimos tierra adentro.

La conquista de las regiones tierra adentro

El gran avance en esto vino con Carlomagno, porque desarrolló, diseñó un sistema de hidrovías internas, pero que se completó hace unas cuantas décadas, al unir el río Danubio con el Rin por primera vez en una comunicación directa. Pero esta idea de las hidrovías internas que asociamos con Carlomagno y su programa, tuvo seguimiento: se llama el sistema ferroviario transcontinental, y se hizo realidad por primera vez en EU por influencia de gente como el secretario de Estado John Quincy Adams, quien fue el fundador de este proceso. La idea de EU era tener una nación continental; es decir, como indicó Quincy Adams cuando fue secretario de Estado, entre el Atlántico y el Pacífico, entre la frontera canadiense y la mexicana. Y que este territorio del Atlántico al Pacífico, en busca de solidaridad con los pueblos al otro lado del Pacífico, fuera la política de largo plazo que procurara EU.

En consecuencia —y esto coincidió con los primeros pasos del ferrocarril, básicamente en el estado de Pensilvania—, esto se correspondió con el avance posterior en tiempos de Abraham Lincoln, con el desarrollo del sistema ferroviario transcontinental. El poderío de EU se fundó en este sistema ferroviario. Desarrollamos la totalidad del territorio del Atlántico al Pacífico, de las fronteras canadiense y mexicana, y cruzando hacia el Pacífico, en tiempos de Lincoln, y después, por 1876, ya habíamos desarrollado a EU como la nación más poderosa de todo el mundo.

Luego fue imitado en Europa; lo imitaron, por ejemplo, en la Alemania de Bismarck, en Rusia con Dimitri Mendeléiev. Entonces surgió estableció la gran guerra geopolítica entre el Imperio Británico y los países de Europa y Norteamérica. Tuvimos el intento de destruir a China, que, con Sun Yat–sen, tenía la misma política, la misma orientación para China; una conexión ferroviaria para conectarla como un solo territorio, lo cual no se ha logrado hasta la fecha, a pesar de que el Gobierno chino avanza en esa dirección.

El problema que enfrentamos aquí es que hemos creado un conflicto en torno a lo que devino el Imperio Británico y su principal oponente, que es también una nación de habla inglesa: Estados Unidos. Y el gran conflicto en este planeta desde la formación de EU, pero en particular desde 1876 y la victoria de Lincoln contra los Estados confederados, ha sido entre dos potencias anglófonas: el EU continental y el Imperio Británico, que han estado en conflicto en este sentido. Y esto es lo se conoce como la "geopolítica", o como las guerras geopolíticas que se libraron, en efecto, desde el momento en que el sobrino del káiser Guillermo II expulsó a Bismarck de la cancillería de Alemania.

Desde entonces hemos estado en guerra, en guerra respecto al desarrollo, sobre si las regiones internas se desarrollan, o sólo las potencias marítimas seguirán dominando al mundo con su control de los mares.

Esta depresión no era necesaria

El problema que tenemos es que la tendencia de quienes pretenden dominar el planeta depende de tratar de estupidizar a la mayoría de la población. Como pueden ver en la sección intermedia de la trilogía de Esquilo sobre Prometeo, el Prometeo encadenado, la política ha consistido en asegurar que la mayoría de la gente se estupidice para imitar a los monos o los chimpancés. Que la gente, según ellos, debería trabajar para una oligarquía dirigente que, de preferencia, se base en el poderío marítimo del control de los océanos, pero que no debería adquirir conocimientos científicos ni aplicarlos, sino apegarse a lo que llaman sus "maneras tradicionales"; que no deberían cambiar mucho de generación en generación. Eso fue el Imperio Romano. Es la característica de la mayoría de los imperios, que la mayoría de la gente siga como gente estúpida, con economías atrasadas.

De manera que llegamos a una situación en la que no hay ninguna buena razón por la que el hombre debió sufrir grandes depresiones económicas o guerras, como las hemos tenido desde 1890. Eso no era necesario, salvo por el deseo de suprimir el progreso en varias partes del mundo, para provecho de algún interés oligárquico. Y ésa es la razón por la que tenemos esta crisis financiera hoy; no hay razón alguna para que ocurra esta depresión económica, no hay razón para esta crisis.

La política que EU estableció desde la muerte de Franklin Delano Roosevelt es la siguiente. Remóntense a 1944 para ver la raíz del problema. En 1944 Franklin Roosevelt, como Presidente de EU, organizó lo que se conoce como la conferencia de Bretton Woods; él no participó directamente, pero la organizó. Esta conferencia generó un gran conflicto entre Roosevelt y la Gran Bretaña de Churchill. Y la política británica la definió John Maynard Keynes. La política de Roosevelt era que nunca íbamos a permitir de nuevo que el planeta lo dominara una potencia imperial; que la política de EU tras la guerra consistiría en liberar a aquellas naciones que habían sido colonias o semicolonias y fomentar su desarrollo, porque durante la guerra habíamos desarrollado un complejo militar poderoso. Fue este complejo militar industrial de EU el que permitió la victoria contra Hitler durante la guerra. Y la política de Roosevelt era: "Tomemos este gran potencial industrial, este potencial agroindustrial; movilicemos esto y convirtámoslo para usos pacíficos, y liberemos a los pueblos colonizados del mundo y a otra gente oprimida, y creemos un sistema de Estados nacionales libres de imperios o sistemas coloniales, con el patrocinio de EU".

Para esto, Roosevelt hizo ciertas alianzas después de la guerra. La Organización de las Naciones Unidas se creó con la intención de liberar a las naciones colonizadas para que fueran libres, de usar tecnología estadounidense, la conversión del potencial de los suministros y pertrechos de guerra, para usos pacíficos en el desarrollo de estas naciones que fueron pobres. Y hemos visto lo que ha pasado desde entonces.

El presidente estadounidense Harry Truman tuvo una orientación contraria. Truman fue enemigo de Roosevelt, de hecho, porque hubo un viraje derechista tras la victoria de Normandía en Europa, y la gente que había respaldado a Roosevelt durante la guerra común contra Hitler, de repente se volvió de nuevo derechista. Y el derechista en EU, el senador Truman, se le impuso a Roosevelt como candidato vicepresidencial, y luego Roosevelt se nos murió a principios de ese año. Por eso, en ese momento, Truman entró a la presidencia y se alió con Churchill y compañía en defensa del sistema colonial. Y al mundo lo ha corrompido la defensa de los sistemas coloniales y semicoloniales en todo el mundo desde entonces; no tenía por qué existir nada de esto.

La crisis que enfrentamos ahora es consecuencia de los efectos de continuar la orientación favorable al colonialismo que era parte de la política de John Maynard Keynes, a quien Roosevelt combatió en la conferencia de Bretton Woods.

La política para África es el genocidio

Lo que esto significa, hablando de respuestas a las preguntas, es que nuestra tarea hoy debiera ser reconocer que tenemos una crisis mundial, que básicamente ocurre por el subdesarrollo y el antidesarrollo, por la política maltusiana de suprimir el avance tecnológico; la política maltusiana de impedir el desarrollo de la energía nuclear y su aplicación.

Estas directrices y otras parecidas, como la política hacia África... La política de EU y los británicos hacia África en este momento es el genocidio, desde 1974. Porque es explícita: "Una de las fuentes más importantes de materias primas es África. Ahora bien, si los africanos se desarrollan como naciones libres y desarrollan tecnología, ¡usarán algunos de estos recursos naturales que nosotros hemos reservado para nuestro consumo futuro!" De ahí que, según el documento NSSM–200 de 1974, la política de EU y Gran Bretaña es suprimir el desarrollo real de África para asegurar que sus recursos naturales, que son considerables, no los consuman los nativos. Por tanto, los vamos a mantener ahí, muertos de hambre, estúpidos, y no vamos a permitir que crezcan mucho demográficamente.

Los problemas que tenemos en Sudamérica y las presiones sobre México son de la misma naturaleza. México, en 1975, por ejemplo, y hasta 1982, tenía potencial para un gran desarrollo. Había un plan para tener diez nucleoeléctricas; había un plan para abrir las costas de México, que no son muy habitables por problemas de temperatura. Pero si se puede desarrollar el aire acondicionado y otro progreso artificial, puede aprovecharse ese territorio. Se pueden construir ferrovías. Con ferrocarriles de la frontera a la Ciudad de México, toda la región entre las dos Sierras Madres, por ejemplo, podría abrirse al desarrollo. No se hizo por presión estadounidense y de otros países. A México se le dijo: "No se muevan de ahí".

Y puede verse lo que ha pasado con la población mexicana a resultas de estas políticas. Pueden encontrarse cosas parecidas en Sudamérica y en África. Éste es el problema.

Lo que hemos hecho es que, al destruir el aumento de las capacidades productivas de la fuerza laboral per cápita y por kilómetro cuadrado, y al ir reduciendo, como ocurre cuando hay un retraso tecnológico, al ir agotando los recursos existentes, creamos las condiciones físicas para un desplome financiero. Eso es lo que pasa hoy.

Regresemos a Roosevelt

Por ende, mi política es que hay que regresar a Roosevelt, porque su intención no era algo peculiar de él; su intención era una aplicación calculada de un entendimiento de la crisis de la civilización. Tenemos un planeta que en realidad no cree en la igualdad de los seres humanos; no cree en su derecho a desarrollarse, en el derecho al avance tecnológico y científico, el derecho a la atención médica, a la salud y demás. Ése es el problema.

Si fomentamos el avance científico, como bien podemos hacerlo —y algunos de nosotros tratamos de hacerlo todo el tiempo—, no habría por qué tener este tipo de problema. Esto viene de querer mantener alguna suerte de sistema imperial, en el que ciertas fuerzas financieras controlen el planeta por completo. Y el planeta no se desarrolla y los recursos naturales se reservan para un grupo privilegiado en el futuro. A la población del planeta no se le permite crecer demasiado. Es más, pretenden reducirla.

Ése es el problema. Yo he estado peleando por mucho tiempo. Al fin y al cabo soy un veterano de la Segunda Guerra Mundial; he sido seguidor, en cierto sentido, desde el servicio militar, de Franklin Delano Roosevelt. Algunos de nosotros en EU —no muchos, por desgracia— entendemos esto; somos americanos. Y en EU esto quiere decir que nos preocupa todo el Hemisferio. Todas las naciones de este planeta, todas las naciones, en especial las que compartimos las Américas, tenemos un destino común y de interés común. Y eso no sólo es estar en paz los unos con los otros, sino tener la clase de desarrollo que fomenta el bienestar y la cooperación.

Eso se está violando hoy en día.

Ha llegado el momento en que tenemos que cambiar, en que tenemos que responder a cierta comprensión. Quiero indicar, nada más desde el punto de vista científico, cuáles son algunos de estos problemas.

Vernadsky: el principio de la vida

A principios de este siglo... ¡No!, del siglo pasado —se me olvido que nací el siglo pasado, y heme aquí en este—, desde entonces hemos entendido que la naturaleza del universo es diferente de lo que pensábamos en el siglo 19. Esta comprensión vino más que nada del trabajo particular de una persona: Vladimir I. Vernadsky, el gran científico biogeoquímico ruso que estableció por primera vez la existencia de dos conceptos en el universo que no se habían comprendido hasta esa fecha. Este descubrimiento se completó más o menos en los 1930, para 1936, más o menos.

Vernadsky demostró que existen tres capas. La capa exterior del planeta; tenemos una capa subyacente asociada con la tabla periódica, que es lo que llamamos los elementos y los isótopos de la tabla periódica de los elementos. Y pensamos en esas cosas como los ladrillos de construcción del planeta. Pero no lo son. Porque, además de los procesos no vivientes del planeta, hay una masa relativamente creciente de los productos de los procesos vivientes. Los procesos vivientes y sus productos.

Ahora bien, el peso de los procesos vivientes y sus productos crece cada vez más, al grado que encontramos este otro principio: que la vida misma no proviene de la materia no viva, sino que es un principio. Esta vida cada vez más toma control del planeta, para que los procesos vivientes y sus productos devengan en parte creciente de la masa total del planeta.

Y luego Vernadsky hizo otro descubrimiento que a veces se entiende de manera incorrecta. Y es que, además de estos dos niveles, adoptó un término que provino de Francia: el de la "noosfera". Además de esto, la masa del planeta también crece en su superficie, está creciendo como resultado de la vida humana y de la actividad mental humana, que va más allá de la de estos procesos meramente vivientes. Se llama noosfera, y está creciendo cada vez más.

Lo que esto demuestra es que, además del concepto físico dizque "normal", del concepto químico–físico del universo, existen otros dos principios adicionales del universo. Uno es el de la vida como tal. Otro principio que es físicamente eficiente al cambiar la composición de nuestro planeta, no es simplemente la vida, sino la vida humana. Los poderes creativos de la mente humana son absolutamente distintos de los de cualquier otra forma de vida. La creatividad humana no es sólo un producto biológico; es algo superior. La humanidad no es un animal. Tiene un cuerpo animal que no dura para siempre, pero la humanidad, la mente humana, los descubrimientos, las mejoras en el dominio del universo, sí viven para siempre. Los grandes científicos, los grandes artistas de la humanidad, tienden a vivir a través de sus ideas, que son repetidas por quienes los siguen. La idea permanece, perdura, pero el cuerpo animal muere. El alma vive, la mente vive, como se expresa en los productos de la obra del ser humano vivo.

Así, cuando planeamos las cosas, tenemos que eliminar todas las ideas maltusianas y relacionadas. Sí, la humanidad, al vivir, agotamos ciertos recursos. ¡Ah!, pero con la mente del ser humano y sus descubrimientos científicos, y a través de los avances tecnológicos y demás, podemos aumentar el poder del hombre para que este crecimiento no resulte en una reducción. Es decir, los maltusianos están equivocados; los maltusianos son la maldición de la sociedad.

A través del avance científico y tecnológico, y de la aplicación de estos principios, aumentamos el poder del hombre para vivir en este universo. No sólo en este planeta, sino que nuestro destino es alcanzar otras partes del universo, en la medida que nos desarrollemos.

Por consiguiente, no hay razón por la que en ningún momento debamos tener una depresión físico–económica, ninguna, si desarrollamos la mente de nuestros pueblos, en particular los poderes creativos de nuestros pueblos. Y si usamos su aporte creativo, si estimulamos esos aportes, nunca hay una razón para tener una depresión física en este planeta.

Esto es lo que tenemos que llegar a comprender. Ahora estamos en un momento en el que, puedo garantizarles, hay gente que va alegar en contra, pero no sabe de lo que habla. Si no logramos los cambios que he indicado aquí, con los tres pasos que he señalado aquí como remedio, este planeta está ahora condenado a hundirse en una larga nueva Era de Tinieblas, en la que, en un período razonable de tiempo, la población total del planeta se reducirá, de más de 6 mil millones y medio, a menos de mil millones; en la que muchos idiomas, muchas culturas desaparecerán.

Así que tenemos la opción de decir: "Hay que acabar con el maltusianismo, con estas políticas que nos han gobernado por demasiado tiempo, y regresar a Roosevelt y olvidarnos de Keynes y de Truman. Y desarrollar el planeta para que pueda con los problemas de la humanidad. No hay justificación para ninguna idea maltusiana. No hay ninguna idea o razón necesaria para tener la suerte de gran depresión económica que azota hoy al planeta. Si no cambiamos nuestra orientación, este planeta no será un lugar habitable".

Por tanto, ustedes que son más jóvenes, los que están por tomar las riendas de los siguientes 50 años del planeta, porque son más jóvenes, están en edad universitaria, tienen unos 50 años por delante, 50 años en los que pueden cambiar el planeta usando los poderes creativos de su mente. Pueden cambiar el planeta, no sólo para que sea mejor, sino para que sea más habitable, para que sea un lugar donde más gente pueda vivir, y donde la belleza y los logros de la humanidad pasada en el arte, y cosas por el estilo, no se pierdan; donde afirmemos la inmortalidad del ser humano y de su alma, a diferencia de la bestia, y para que actuemos en consecuencia.

Muchas gracias.

Diálogo con LaRouche

Pregunta:

Si el sistema financiero está en crisis, ¿cuál es la alternativa y cuáles son los problemas de esta alternativa, en términos de incentivos, información y coordinación?

LaRouche: Bueno, el problema es bastante simple en varios sentidos. Hay ciertas personas que detentan el poder, incluido el político, en este planeta.

Tenemos cierta gente con poder, como los malos Presidentes de EU. Nunca elijan a un presidente al que hubo que curar de una adicción a la cocaína para ponerlo en la presidencia, cosa que hicimos. Él dijo que se ausentó del servicio militar sin licencia, pero en realidad entró a un programa contra la adicción a la cocaína por un año, cuando estaba sacándole la vuelta al servicio militar en Vietnam mientras servía en la Fuerza Aérea de la Guardia Nacional en Texas. Y el cuento fue que se había ausentado sin licencia, porque ningún estadounidense votaría por alguien que considerara un adicto a la cocaína. Y desde entonces... No se preocupen por eso, de todos modos nunca usa su cerebro, así que el que tenga el cerebro dañado no importa. Tiene a Cheney, y no es muy inteligente; es un bruto, es más animal que ser humano, pero Cheney también tiene gente que le dice qué hacer. Así que lo que hay, en cierto sentido, es un sistema oligárquico que dirige a EU.

Ahora bien, es obvio que el 80% de la población estadounidense de menores ingresos no es responsable de nada de esto; son víctimas del proceso. Su única necedad es que ¡lo aceptaron!

Y mi tarea, y la de los dirigentes políticos, es tratar de despertar a la población de EU, al 80% de abajo, para que afirme su derecho, ¡para que use su cerebro y se le ayude a usarlo en decidir lo que le conviene! Al pueblo de EU no le gusta esta guerra en el Sudoeste de Asia. ¡No les gusta! ¡No la quieren! ¡No querían la guerra de Vietnam! No quieren ninguna de las cosas que nos están matando. Pero sienten que no tienen el poder. ¡Representan 80% de la población! ¡Tienen el poder del voto! Pero los manipulan, los humillan para que acepten un liderato falso.

Uno de los problemas que tenemos, que yo tengo por mis actividades políticas, es tratar de lograr que estos queridos estadounidenses, este querido 80% de menores ingresos, ¡se ponga de pié, actúe como seres humanos y reconozca que tiene derechos y poderes para conocer y hacerse cargo de sus propias vidas!

Y ése es el problema. Y lo mismo lo digo para todo el mundo. El asunto es que el peor crimen consiste en negarle a los seres humanos su comprensión de la diferencia entre ellos, en tanto seres humanos, y un animal.

Me gustan los perros, y ellos a mí, ¡pero no quiero ser una mascota! Y tampoco quiero que mis amigos seres humanos sean perros. Ésa es la cuestión.

¿Qué controla a los gobiernos?

Pregunta:

La iglesia sugiere que los procesos de organización central no generan prosperidad, y lo que logran lo hacen a costa de las libertades individuales y civiles, como por ejemplo en China y Singapur. ¿Cuál es su opinión al respecto?

LaRouche: El problema es que no son nada más los gobiernos. El problema es qué controla a los gobiernos. Cualquiera, un patriota mexicano que sepa algo, se huele qué es lo que controla al gobierno. ¿Es el Gobierno mexicano el que controla el gobierno? ¡No! Potencias financieras internacionales y otras relacionadas, potencias imperiales, les hacen a los gobiernos una sugerencia que no pueden rechazar. Y los gobiernos, por presión de agencias extranjeras, capitulan, porque no creen tener el poder de resistir. Y dicen: "Lo siento, perdón. Tuvimos que hacerle esto a ustedes, nuestro pueblo. No nos quedó de otra; no se nos permitió".

Por tanto, para mí, la respuesta importante a esto son las alianzas entre pueblos para unirse. Por ejemplo, mi propuesta, de manera muy sencilla, era que el Gobierno de EU, el Gobierno próximo o entrante de EU —que es posible que sea el de Hillary Clinton y, en su caso, probablemente lo haría—, se uniera con Rusia, China e India, que ya están inclinados en esta dirección, y con otros países, para formar un grupo de naciones que represente el poder suficiente ¡que le embuta la libertad a los dirigentes del mundo! A la mayoría de los gobiernos y de la gente les gustaría eso, pero hay que juntar el poder que le dé a la gente la confianza de hacer esa demanda.

Nosotros podemos resolver los problemas del planeta. La mayoría de la soluciones ya las conozco; son soluciones factibles, viables en lo físico. Podrían instrumentarse, no todas a una vez como de milagro, pero podrían instrumentarse como un proceso que va avanzando, si tenemos la unidad para lograrlo.

Mi visión es que necesitamos un Gobierno de EU, el cual por su propia cuenta no tiene el poder necesario para hacer esto. Pero tenemos a Rusia, que es la principal potencia en cuanto a materias primas en Eurasia; a China, con 1,400 millones de habitantes o más (siguen procreando, saben); no han olvidado ese arte); y a India, con 1,100 millones. Tenemos a Japón, que se considera una nación asiática y ve su destino en la cooperación al seno de Asia. Vemos otras naciones de esa clase que se unen para decir: "Queremos un sistema nuevo". Entonces, si tienes líderes poderosos en EU y en otros países que están de acuerdo, podemos liberar a este planeta. Y ésa es la única manera en que va a suceder.

Ustedes saben que México no puede hacerlo por sí mismo. Podrían aplastarlo si lo intentara. Trató de hacerlo con [el presidente José ]López Portillo. Cuando aislaron a López Portillo, México fue aplastado. Esa enseñanza no se ha olvidado; yo la conozco, fui parte de ella, parte de la experiencia.

De modo que necesitamos reunir a naciones que, por un sentido de desesperación por lo peligroso de la situación, están dispuestas a unirse y dejar a un lado sus diferencias para cooperar, para obligar al planeta a que cambie en la dirección que la humanidad necesita.

Miren nada más esta región: mexicanos que son expulsados de EU, que los regresan por la fuerza a lugares como Sonora. Sonora tiene el proyecto del PLHINO, que es el programa más eficaz posible para lo que puede hacerse en el menor tiempo, con el menor esfuerzo relativo, para darle empleo a los campesinos mexicanos que regresan, para construir de nuevo comunidades, así como granjas agrícolas, en momentos de una gran crisis alimentaria mundial, que incluye una crisis de alimentos aquí mismo en México.

Estos países necesitan el permiso, y el apoyo y la fuerza para poder tomar estas decisiones. Y si podemos crear un esfuerzo unido entre algunas de las naciones más poderosas para juntarlas a todas o a la mayoría, con este tipo de propósito, podemos cambiar el planeta y resolver este problema.

Pregunta:

¿Existe la tecnología apropiada para hacer que siempre haya comida en el desierto?

LaRouche: Sí, absolutamente. Puedes cultivar alimentos en el desierto eliminando el desierto. ¿Cómo haces eso? Bueno, desdesertificándolo. ¿Cómo? Sencillamente haciendo que la vida crezca en una zona desértica. Esto se ha hecho muchas veces. Uno puede convertir la tierra amarilla en café, y ésta en negra, y así tienes agricultura.

El espíritu combativo de Hillary Clinton

Pregunta:

¿Quién cree que sería, entre los candidatos, el más apto para la Presidencia de Estados Unidos?

LaRouche: No hemos decidido todavía quién va a ser el próximo Presidente de EU. Que nadie les diga que ya está decidido; no es cierto. El candidato mejor calificado al presente es Hillary Clinton. No se trata de que ella me entusiasme mucho; sencillamente es un hecho. Es la mejor calificada. Es la más humana, y ésa es una buena cualidad. También es sumamente inteligente. Su esposo está más informado, pero ella tiene un espíritu combativo —considero— más grande que el suyo. Y, por tanto, su espíritu de pelea por la población del país es un buen indicio.

Pero esto no ha acabado, no se decidirá sino hasta junio. Ni siquiera sabemos cuál será el resultado. La participación de nuevos candidatos está en consideración. Desconocemos aún la lista de posibles candidatos a presidente. Sólo puedo indicar apenas al presente —y estoy trabajando en este problema de muchas maneras, no sólo en la cuestión presidencial, sino en tratar de reunir una coalición de fuerzas entre grupos dirigentes en EU que bregue con el reto que enfrentará cualquier nuevo Presidente de EU— mi preocupación.

Pero en estos momentos, si uno tuviera que escoger hoy, no habría otra decisión racional sino Hillary.

Pregunta:

¿De qué manera actúan las fuerzas financieras que no le permiten a los países desarrollarse?

LaRouche: Lo que tenemos es un sistema monetario–financiero internacional con centro en Londres, pero no es del todo británico; también es otras cosas. Es un sistema financiero internacional muy parecido al viejo sistema veneciano que metió al mundo en un lío tremendo en la Nueva Era de Tinieblas del siglo 14.

Pero esta concentración del poder financiero y económico domina al mundo.

Si hay una potencia que quiere destruir esto —y puedo decirles que Rusia, China, India y algunos otros países quisieran destruir este poder—, y el pueblo de EU, en su propio interés, quisiera también hacerlo, si pensara que tiene esa posibilidad de hacerlo —y estoy seguro que hay gente en América Central y del Sur que comparte la misma perspectiva—, tenemos una asociación potencial de las fuerzas que pueden darle al gobierno la orden de hacer lo que tiene que hacer.

Y ésa es mi tarea, y la de otros, de fomentar esto, porque sic no, no tenemos posibilidad. Tenemos que introducir una nueva fuerza política en este planeta para encabezarla. Y esa fuerza es un grupo de naciones, con sus pueblos, en especial con la participación de la gente pobre que exigirá los cambios necesarios para poder vivir, para que sus hijos puedan vivir.

Pregunta:

¿Cómo reconciliar los requisitos de la toma de decisiones prácticas con la filosofía de querer cambiar el mundo para tomar decisiones políticas?

LaRouche: Yo tengo la arrogancia para hacer precisamente esto. Digo, ¿tiene que hacerse? Yo no fui muy importante en el ejército, pero tenía adiestramiento militar y adiestré a tropas durante la Segunda Guerra Mundial. A veces uno hace el trabajo porque se tiene que hacer. Y uno espera encontrar a la gente con el valor y la determinación para hacer exactamente eso.

Yo tengo la voluntad y el compromiso de hacer lo que he propuesto. Presiono a gente que conozco para que contribuya a ese empeño. A veces, en especial conforme las cosas se ponen mucho peor, día con día, cada semana, en EU y en todo el mundo, descubro que tengo cada vez más influencia. Entre peor se ponen las cosas, más influencia tengo. Y eso es porque la gente percibe la situación y quiere algo de liderato. Y busca un liderato nuevo que remplace la basura que tiene y que se autoproclama como dirigentes.

Cómo hacer pronósticos de largo plazo

Pregunta:

En mis estudios he aprendido que es extremadamente difícil realizar pronósticos económicos; hay demasiados alcances, observaciones y efectos. De hecho, entiendo que a lo largo de la historia nadie ha sido capaz de predecir un "colapso" económico. ¿En qué basa su confianza al predecir una crisis, sobre todo teniendo en cuenta que la ha venido pronosticando con eminencia desde hace más de quince años y todavía no ha ocurrido nada?

LaRouche: ¡Bueno! Muchos fallan en los pronósticos, primero que nada, porque tratan de predecir, en vez de pronosticar —ahorita les explico; la respuesta es un poco más complicada que la de las preguntas previas—, y segundo, porque sé cómo pronosticar, cosa que la mayoría de los economistas desconocen.

Yo he venido pronosticando, de hecho, primero, como consultor de empresas. Era ejecutivo de una firma de consultaría allá en los 1950, y pronostiqué el día en que estallaría la recesión de 1957. Y en función de ese éxito me volví más audaz y empecé a considerar pronósticos de más largo plazo.

La mayoría comete el errror de emplear métodos estadísticos cartesianos para pronosticar y en buena medida se fía de estadísticas monetarias. Nada de eso funciona. Hazlo, ¡y fracasarás! Todo el que usa ese método fracasa. A veces le atinarán de pura chiripa a algún pronóstico bursátil, ¿pero un pronóstico económico? ¡Nunca!

Porque los pronósticos implican procesos de largo plazo que abarcan generaciones. Por ejemplo, si quieres conocer el pronóstico de la política de crisis estratégicas militares hoy, tienes que remontarte al período anterior a 1890, antes de la fecha en que el káiser Guillermo II despidió a Bismarck. Porque fue ese hecho, en 1890, el que desató el proceso que condujo a la guerra de Japón contra China, que en realidad se libró desde 1895 hasta 1945, de manera intermitente, una guerra continua que dirigió el Imperio Británico. El Imperio Británico reclutó a Japón como aliado, para bombardear la base naval de Pearl Harbor; esto ocurrió en los 1920, no a fines de los 1930. Japón mudó después su alianza, de los británicos a Hitler, pero retomó el mismo bombardeo de Pearl Harbor que había procurado efectuar, en su acuerdo con los británicos, desde principios de los 1920.

La mayoría de los acontecimientos de cierta importancia decisiva en la historia reciente de la civilización son procesos de largo plazo. Uno debe abordarlos comprendiendo dos cosas. Primero que nada, que son de largo plazo; nunca son de corto plazo. Abarcan múltiples generaciones. A veces uno puede determinar que algo va a estallar, porque ha entrado en sazón, como una manzana que está a punto para caer del árbol. Pero la existencia de la manzana empezó desde mucho antes; ¿el árbol? Mucho antes de eso.

Uno tiene que darse cuenta de que, primero que nada, la humanidad es un proceso viviente, no un objeto inanimado. Segundo, que el comportamiento humano no es un comportamiento animal; aunque a veces sospechemos que el de alguna gente sí lo es. Por consiguiente, mis pronósticos se basan en lo que sé al respecto y en parte de lo que he indicado sobre el asunto de la noosfera y la biosfera.

Tratamos con la noosfera, en la que la caracgterística es el libre albedrío. Pero lo que uno sabe del libre albedrío es que se ve afectado por las decisiones políticas, las cuales podrías llamar axiomas, que las sociedades toman. Por ende, puedes pronosticar, fundado en los supuestos que adopta una política, que estos supuestos políticos llevarán a cierta circunstancia en cierto momento. Y es entendible qué fue lo que causó este fracaso y, como indiqué hoy en mi presentación, que la cura para el problema es entender su causa.

Los grandes profetas siempre 'fallan'

Pregunta:

¿Qué clase de mecanismo debería haber para asegurar que los ciudadanos participen en la toma de decisiones, de modo que de veras se interesen en estas cuestiones?

LaRouche: Bueno, yo trabajo en eso precisamente. Pienso que no tenemos una sociedad segura si uno simplemente le da instrucciones. Digo, ser la persona más sabia del planeta no basta. Ni siquiera ser el segundo en orden de sabiduría o lo que sea. Uno tiene que hacer que la población entienda cuál es el proceso, para que sea su creencia, y su creencia correcta, no sólo su confianza de que eres un gran profeta o algo por el estilo. Eso nunca funciona. Los grandes profetas "fallan". Por eso los martirizan, porque siempre fracasan. ¿Y se les considera héroes por representar fracasos tan grandes, mmh?

El problema es el desarrollo de nuestros ciudadanos.

Ahora bien, lo que hacemos, y lo que yo hago... Como saben, tengo 85 años, cumpliré 86 en septiembre próximo. Estoy en muy buena condición para alguien de 85 u 86 años de edad, y en mucho mejor condición de lo que les gustaría a mis enemigos, en especial a George Bush y sus secuaces.

¡Pero!, el asunto es que lo que enfrento, como pronosticador, es si estoy haciendo algo para producir una nueva generación de gente joven capaz de hacer lo que yo, pero mejor. Ésa es la función esencial de los pronósticos. ¿Se puede pronosticar la política necesaria? Y, ¿se puede pronosticar fomentando el desarrollo de gente joven que devendrá en los líderes del futuro? ¿Se fundamenta el pronóstico en qué clase de liderato —el cual podría uno desarrollar— es el mejor para guiar a la sociedad hacia el futuro? Tú estarás muerto; ellos, vivos. Pero lo que aprendan a hacer, lo que aprendan a conocer, porque les ayudaste a hacerlo, probablemente será mejor que cualquier cosa que hayas soñado. Y ésa es la mejor clase de pronóstico que puedes hacer, uno que no depende de tu conocimiento, sino de un proceso de desarrollo de la gente joven continuará y seguirá adelante a un nivel superior, con lo que puedes ayudarlos a descubrir.