Otros artículos importantes
Wall Street y la City de Londres le ordenan a Fox que "juegue sucio" para que les entregue PEMEX
Wall Street a Fox: Es hora de jugar sucio
por Rubén Cota Meza
En tanto el desenfrenado grupo de los "vulcanos" empuja a los Estados Unidos hacia la guerra en el Oriente Medio, principal región abastecedora de petróleo en el mundo, aumenta la presión desde los centros financieros globales sobre el presidente mexicano Vicente Fox para que se decida de una buena vez a "jugar sucio" contra los sindicatos y los sectores del PRI que obstaculizan la toma de los recursos energéticos de México, tan necesarios para complementar su estrategia de una sola superpotencia imperial.
El principal blanco, en lo inmediato, es el sindicato de trabajadores petroleros de PEMEX, a cuyos líderes han acusado de corrupción y, a aquellos que ostentan alguna diputación o senaduría, se les pretende desaforar de sus cargos para proceder a enjuiciarlos penalmente.
En la parte visible de tales presiones, aparecen el diario Financial Times, vocero de la sección londinense de la oligarquía financiera internacional, y el propio Departamente de Estado de los EU. En las sombras, operando desde los recintos presidenciales de Los Pinos, se encuentra Dick Morris, el saco de trucos sucios de los despachos de abogados de Wall Street y la mafia financiera neoyorkina, quien pasa por "asesor de estrategias" políticas.
Operación `manos sucias'
El Financial Times, en un artículo del 23 de septiembre firmado por Sara Silver y Richard Lapper, describe a un Vicente Fox que se retrata a sí mismo como "orgulloso de su éxito" en llevar una transición política pacífica, después de arrebatarle la presidencia al PRI; de su equipo económico, que ha llevado la inflación y las tasas de interés a niveles históricamente bajos; y de "blindar" a México contra las tormentas que azotan a América del Sur. Sin embargo, se queja esta bocina de la oligarquía financiera, Fox se ha visto "incapaz o sin voluntad para comprometerse en el tipo de política sucia que se requiere" para imponer la privatización del sector energético, una drástica "reforma fiscal", el desmantelamiento de los sindicatos y el PRI, y otros cambios que exige Wall Street.
Fox parece decidido a llevar adelante la privatización del sector eléctrico y a encarar al poderoso sindicato de PEMEX, admite el Financial Times, "que pudiera ser la cuestión definitoria para su gobierno". Sin embargo, agrega el vocero de la oligarquía financiera, "la gran pregunta es si el señor Fox puede probar ser igual de exitoso en el terreno más adverso, sucio y potencialmente traicionero, que es el futuro de los partidos políticos mexicanos".
No es la primera vez que las bocinas de los banqueros reprenden a Fox por no avanzar en el programa de "reformas" para el que fue elevado al poder. En enero pasado, el Wall Street Journal se quejó de que, con sus promesas de campaña, Fox "personalizaba al nuevo México", pero a juzgar por lo que hasta entonces había logrado para el programa de los banqueros, "el viejo México aún no corre peligro". Mostrando su impaciencia por no ver avances en la privatización energética y la imposición de nuevos impuestos, exigió que Fox "deberá gastar algo de su capital político", en vez de cuidar su popularidad.
Para asegurar que a Fox no le vaya a temblar la mano, la oligarquía ha colocado en el primer círculo de Los Pinos a uno de sus principales operadores de trucos sucios: el estadounidense Dick "el sucio" Morris.
Salvador García Soto, director del periódico La Crónica de Hoy, escribió el 28 de julio pasado que "cada 15 días" se ve llegar a Los Pinos a Dick Morris para dar cursos a un grupo selecto de los colaboradores más cercanos del presidente Fox, en los que se definen planes y estrategias para el proceso electoral del 2003. La presencia de Morris, dice García Soto, explicaría la "estrategia de polarización", que consiste en enfrentarse a los priístas y remarcar los errores y la corrupción de los regímenes del pasado, y en la idea de que "con mucho Fox y poco PAN", el actual régimen puede hacerse de una mayoría de diputados en el 2003. El actual Congreso, por la presencia de minorías nacionalistas importantes del PRI y el PRD, ha sido un obstáculo significativo a los diversos planes de Wall Street.
Por su parte, Julio Hernández López, en su columna Astillero del 27 de septiembre en La Jornada, dice que, en sus escritos (Detrás de la Oficina Oval, El nuevo príncipe y Vote.com), Dick Morris establece que debe buscarse la "diferenciación y polarización" como herramientas de campaña. Debe encontrarse a "los muy malos", en este caso los líderes petroleros, para pelear contra ellos y fijar en el ánimo colectivo la figura del cliente en turno, en este caso Vicente Fox, como lo evidentemente contrario.
El PRI y los líderes del sindicato de petroleros se vieron arrinconados por la estrategia de Dick Morris y cedieron a fines de septiembre ante la perspectiva de verse señalados como los villanos que hubiesen tomado como rehén a la nación para conservar privilegios en caso de una huelga en PEMEX. Ahora, el PAN y el PRD procederán a desaforar a los líderes petroleros, quienes serán enjuiciados y llevados a la cárcel en un proceso que se prolongará, convenientemente, para utilizarse como tema de campaña electoral a favor de ambos partidos y en contra del PRI.
Los líderes petroleros actuales están pagando las consecuencias de su propia traición a su líder Joaquín Hernández Galicia, "La Quina", cuando en 1988 el entonces presidente de la República, Carlos Salinas de Gortari, encarceló a "La Quina" por representar un obstáculo a los planes de privatizar los sectores energéticos del país. Tal como el Movimiento de Solidaridad Iberoamericana lo denunció en el proceso electoral del 2000, Fox es "la fase terminal del salinismo".
Un apoyo que es una orden
La orden definitiva para proceder con la "guerra sucia" y demoler las resistencias nacionales a la entrega de los recursos energéticos a la estrategia de un nuevo imperio mundial, llegó del mismísimo gobierno de George Bush en Washington, en la forma de un "apoyo" a la "lucha contra la corrupción" del presidente Fox.
El 25 de septiembre, Richard Boucher, vocero del Departamento de Estado, anunció "sorpresivamente" que el gobierno de Bush "se ubica con firmeza tras los objetivos claves del gobierno de Fox". "No tomamos una posición política" frente a una posible huelga, explicó con cinismo Boucher, sino que "tomamos una posición de fuerza" ante la corrupción y "recibimos con beneplácito los pasos que el gobierno mexicano ha adoptado en su contra".
Con el garrote de George Bush en la mano, Fox y su primer círculo, asesorados por Dick Morris, procederán al desmantelamiento de la resistencia sindical a los planes de privatización del resto de los sectores exigidos por la oligarquía financiera. Los siguientes en estos planes de la oligarquía, son el sindicato del Instituto Mexicano del Seguro Social y el Sindicato Mexicano de Electricistas.