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Ante una crisis sistémica generalizada:
Para la humanidad la única salida es crear un Renacimiento


“Si recuerdan esta foto del verdugo en el folleto de ‘Los hijos de Satanás’ y la comparan con la que se publicó sobre la tortura, donde este prisionero con una capucha estaba parado sobre una caja, con electrodos en sus manos, y se le dijo que si caía de la caja se electrocutaría. . . hay un similitud horrible”.

Helga Zepp–LaRouche se dirigió el 29 de mayo a jóvenes reunidos en varias escuelas de cuadros del Movimiento de Juventudes Larouchistas que tuvieron lugar en las ciudades iberoamericanas de Lima, Perú; Buenos Aires, Argentina; y la Ciudad de México, Ciudad Obregón y Celaya, México. A continuación presentamos extractos de su discurso.

Quiero hablar de por qué el Movimiento de Juventudes Larouchistas (MJL) es tan absolutamente decisivo para el mundo hoy, pues me he dado cuenta de que, a veces, en especial algunos de los miembros más nuevos del MJL, y sobre todo en Europa, Iberoamérica y Asia, están preguntándose: “Bueno, ¿cuál es la importancia de lo que yo hago acá en Berlín, en México, en Perú, en París? ¿Qué es lo que estoy aportando directamente a la tarea que Lyn [LaRouche] ha establecido en los Estados Unidos? ¿Cuál es la importancia de que reparta volantes en Argentina? ¿Cuál es el significado de que participe en las Brigadas Monge, cuando la verdadera pelea tiene lugar en los EU, y cuando Lyn ha dicho en repetidas ocasiones que todo el futuro de la humanidad, por un período muy largo al futuro, depende de su participación en el Partido Demócrata?”

Porque la gente no siempre está muy clara respecto a su importancia personal, a su contribución personal histórica mundial. A veces se pierde un poquito el foco y, a la larga, a veces hay una tendencia a no ser tan serio como se debe y, por tanto, a perder el tiempo, bromear, tener demasiado tiempo ocioso, tener una vida de fantasía, hacer bromas bobas —no buen humor, sino bromas bobas — y a no estar, en general, al nivel necesario. Así que creo que es importante pasar revista a lo que realmente estamos haciendo, porque sólo si la gente está bien clara de la pelea que está emprendiéndose, y está decidiéndose en este momento histórico, sólo así puede todo mundo enfocarse con claridad.

También quiero subrayar que lo que vemos hoy en el mundo no es simplemente un desplome sistémico del sistema financiero, sino que estamos hablando de una crisis sistémica generalizada. No sólo el sistema financiero, sino todas las instituciones que el mundo ha conocido tras la Segunda Guerra Mundial, todas estas instituciones, están desintegrándose, resquebrajándose; los partidos, los bancos, los valores morales, todos los conceptos que antes eran de suyo evidentes, todos éstos, ahora están cambiando, están en flujo.

Sin lugar a dudas, el sistema financiero está en su fase final, y ahora viene la gran interrogante de que la explosión quizá no pueda posponerse más allá de noviembre, porque ya se espera que todas las burbujas (la de los bienes raíces, la de las tarjetas de crédito de la deuda personal en los EU, la de las bolsas de valores, la de los bonos, la crisis de la deuda a nivel internacional), todas estas cosas, van a estallar. De hecho, acabamos de enterarnos que la Reserva Federal de los EU ha apartado 100 mil millones de dólares para inyectárselos al sistema en la forma de liquidez en caso de una crisis de la burbuja de los bienes raíces.

La idea de meterle dinero al sistema siempre que hay un problema ha creado una tendencia a la hiperinflación, que es exactamente lo que pasó en Alemania en 1923, cuando el Tratado de Versalles obligó a Alemania a pagar más deuda de guerra de lo que podía la economía alemana. Como resultado, los bancos —el Reichsbank— sólo imprimían e imprimían dinero, y eso funcionó más o menos por cierto tiempo. Pero, después, entre el segundo trimestre y noviembre de 1923, hubo una explosión hiperinflacionaria. Y eso es exactamente lo que se ve hoy en ciertos lugares.

De ahí que haya una discusión de que la Reserva Federal lance, quizás para junio, un aumento de las tasas de interés. En general, se considera que con un aumento de nada más medio punto en las tasas de interés el sistema financiero estallará.

Una paradoja interesante

Hay otra paradoja muy interesante en esta situación, porque, como todos habrán visto, el precio del petróleo subió a aproximadamente 40 dólares por barril. Para que la economía no sufra por el precio del petróleo, se requiere un precio de más o menos 20 dólares por barril. Así que, el hecho de que sea casi el doble de ese precio, representa una situación muy riesgosa. Y uno se pregunta: ¿Por qué está aumentando el precio del petróleo tan de súbito? Nosotros hemos emprendido una investigación, de que de hecho hay un componente estratégico en esto. En otras palabras, el aumento de la demanda de petróleo no tiene que ver con el aumento de la actividad económica como tal, sino que lo más probable es que los EU estén importando petróleo para aumentar sus reservas estratégicas en previsión de un estallido en el Oriente Medio.

Bueno, la situación ya está totalmente fuera de control en el Sudoeste de Asia, en Iraq, Palestina, Israel, etc. Esa explosión puede ser aun mayor si los EU deciden que no pueden quedarse en Iraq porque perdieron la guerra y todo está empeorando. O, si Arabia Saudita se desintegra a resultas de lo que está pasando en Iraq; o, si hay un ataque contra Siria, o un ataque israelí contra Irán. En todo caso, estamos sentados en un barril de pólvora.

Esto crea la situación de unas paradojas insolubles para todo el mundo, porque el aumento del precio del petróleo en sí —que se debe a que quizás los EU estén importando grandes cantidades de petróleo en preparación para una explosión en el Sudoeste de Asia— podría desatar el desplome del sistema financiero internacional.

Esto se los digo porque quiero subrayar la urgencia de lo que estamos haciendo. Las buenas noticias son que la brillante doctrina de LaRouche para el Sudoeste de Asia, que creo todos ustedes conocen, está encontrando un respaldo importante, pues la gente se da cuenta de que ésa es la única estrategia de solución disponible a este conflicto. Y cada vez más dirigentes religiosos y pensadores intelectuales de Iraq, Siria, Egipto, Líbano están apoyando de manera pública la Doctrina LaRouche, y todos los órganos de difusión del mundo árabe ya han informado de ella de forma muy positiva.

Pero, quería referir estos aspectos estratégicos e históricos para poder llegar al meollo de mi presentación, que es: ¿cuál es el problema subyacente de toda esta situación mundial actual? Bueno, el tema más importante es, ¿qué imagen del hombre prevalecerá? ¿Qué imagen del hombre será aceptada y dominará en las próximas semanas y meses? Y es ahí donde la función del Movimiento de Juventudes Larouchistas internacional entra en juego, y donde lo que cada uno de ustedes —lo que ustedes hacen de repartir volantes, hacer manifestaciones, participar en las Brigadas Monge, educando a otros jóvenes— tiene que verlo en ese marco.

La gran pregunta es si el hombre es bueno por naturaleza, o si es malo por su propia naturaleza. Ésa es la gran pregunta: si todos los hombres son sagrados por los derechos inalienables, porque son seres cognoscitivos, porque están hechos a imagen y semejanza del Creador. O, son sólo unos cuantos, unos pocos, de una élite poderosa, que tienen sus privilegios y los puso ahí Dios para gobernar sobre las masas de gente que no son verdaderamente humanas, que sólo son ganado humano, ilotas, esclavos, y que, por tanto, puede matárseles de ser necesario. Esa gran pregunta es el axioma que subyace a toda la política, y cualquier cuestión política pertinente hoy día puede reducirse, o a una imagen del hombre o a la otra.

Esta no es una pregunta académica, y queda claro si ves, por ejemplo, el editorial principal del Washington Post del 25 de mayo, titulado “Los casos de homicidio”, donde dicen que la insistencia del presidente Bush en que las torturas efectuadas en Iraq no eran más que casos aislados evidentemente contraría todos los hechos. Y esto se ve con la mayor claridad en el hecho de que al menos —al menos, y quizá más— 37 casos de homicidio se han descubierto, de los cuales diez fueron asesinatos. Esto demuestra la verdadera naturaleza del escándalo en torno a las torturas, porque nueve de estos asesinatos no ocurrieron en la prisión de Abu Graib, sino afuera.

Es importante recordar que fue el periodista estadounidense Seymour Hersh quien ya había identificado que todas estas actividades de tortura estaban a cargo de algo llamado el grupo especial de acceso, una unidad que se mantiene en el mayor sigilo militar y, por consiguiente, no son casos aislados. El que a esta unidad se le mantenga en la mayor reserva apunta a los niveles más altos del gobierno.

Los hijos de Satanás

Recuerden que cuando publicamos nuestra primera investigación histórica de la ideología de los neoconservadores que están detrás de la guerra de Iraq, en el segundo trimestre de 2003, la llamamos “Los hijos de Satanás”. Pusimos una foto de Cheney, y detrás de él, la sombra de un verdugo con capucha y un hacha en la mano, porque estábamos refiriéndonos a esta idea del hombre–bestia, del verdugo, como la suerte de ídolo de este grupo. Y varias personas dijeron: “Ésa es una terrible exageración. Llamémoslo de otra forma. Llamémoslo el ‘partido de la guerra’ o alguna otra cosa”. Entonces, ¿por qué pusimos esto en la portada? Si recuerdan esta foto del verdugo en el folleto de “Los hijos de Satanás” y la comparan con la que se publicó sobre la tortura, donde este prisionero con una capucha estaba parado sobre una caja, con electrodos en sus manos, y se le dijo que si caía de la caja se electrocutaría. Si comparan esa foto con la del folleto de “Los Hijos de Satanás”, hay una similitud horrible.

¿De dónde sacamos esa idea? ¿Por qué teníamos esa imagen? Y, ¿por qué esto aparece en los casos de tortura reales? Bueno, cuando sucedió lo del 11 de septiembre, y cuando al otro día Dick Cheney dijo que teníamos que atacar a Iraq aunque no hubiera ninguna prueba de que Saddam Hussein tenía algo que ver con el 11 de septiembre, o que Iraq tuviera nada que ver con al–Qáeda, empezamos a analizar la base filosófica o, mejor dicho, ideológica de este grupo de los neoconservadores. Y llegamos a la conclusión de que muchos de ellos eran alumnos del profesor Leo Strauss, un profesor de la Universidad de Chicago que, por dos generaciones, había educado a estos neoconservadores. Y Leo Strauss era un intérprete sectario peculiar de Platón, porque no tenía la idea de que Platón se identificaba con Sócrates, ni de que el hombre puede encontrar la verdad a través del diálogo socrático. Él enseñaba que no hay verdad, que la verdad no existe, que lo que es verdad lo determina quién detenta el poder. Por tanto, lo más importante es hacerse de poder, obtener el poder; y una vez conseguido, conservarlo. Porque, una vez que tienes el poder, entonces la verdad la establece el poderío, y el poderío crea el derecho.

Así que cuando nos enteramos de esto, todo lo que Cheney estaba diciendo en televisión cobró mucho más sentido, porque Leo Strauss también decía que, para conservar el poder, era legítimo usar la mentira, usar la manipulación religiosa de las masas, y usar también el terror para que someter a la gente. Entonces, examinamos más cuál era la red de la tradición histórica de ideólogos a la que este grupo pertenecía. Y encontramos nombres como Alexandre Kojève, un emigrado ruso que se fue a Francia, trabajó al lado de Leo Strauss y, entre otras cosas, era un admirador de Stalin, porque le pareció que éste había usado el terror de manera muy eficaz para someter a las masas en Rusia.

Todos eran seguidores de Carl Schmitt, el “jurista nazi de la corona”, quien redactó muchas de las leyes nazis para Hitler. Schmitt también era seguidor de Friedrich Nietzsche, y del concepto de Nietzsche de que hay superhombres y hombres inferiores a los que los primeros tenían el derecho de imponer cualquier dictadura que quisieran, y también, con esto, de establecer cualquier valor que quisieran, no la razón socrática, sino más bien el frenesí dionisíaco, la locura de Baco, cuando las masas andan drogadas y alcoholizadas en las calles. Acuérdense de que Nietzsche odiaba a Platón, odiaba a Schiller, odiaba a Beethoven. Otro que pertenecía a este grupo era Donoso Cortés, quien abiertamente admiraba las dictaduras como la única manera de gobernar. Estos individuos además eran seguidores del principal ideólogo del período de la Restauración del siglo 19 en Europa, un tal Joseph de Maistre.

Nos dimos cuenta de que todo esto era el mentado movimiento contrarreaccionario contra la Revolución Americana, contra la idea de que se instauró, de hecho, una constitución republicana en Norteamérica; y de que esto fue en realidad el esfuerzo del Imperio Británico, que en ese momento estaba imponiéndose con la Compañía de las Indias Orientales como imperio mundial mediante el control comercial marítimo, el control de India y otras colonias; y que esa gente veía en la Revolución Americana, en el rompimiento de la colonia americana con el Imperio Británico, la amenaza mayor que había que parar en seco. En consecuencia, el movimiento sinarquista, como se le conoce, y la gente que se opuso a las ideas de 1789, de hecho formaban parte del mismo esfuerzo y, aunque se referían a las ideas de la Revolución Francesa, a un nivel más profundo querían referirse a las de la Revolución Americana.

El tufo del mal

Ahora bien, este Joseph de Maistre de veras es algo horrible. Si lo lees, te llega el tufo de la malvada y engusanada mentalidad de la oligarquía. Para empezar, según su imagen del hombre, éste es ilimitadamente perverso. Nace así, y puede perfeccionar su perversión sin límites. Pero eso es nada más para el común de los hombres, en tanto que los monarcas, por otra parte, tienen poderes otorgados por Dios. El monarca gobierna porque es monarca. No es monarca porque gobierna, sino que gobierna porque es monarca. Es decir, es su poder otorgado por Dios el que le da su carácter específico de élite. Y también es su derecho absoluto el gobernar a estas masas perversas mediante el terror, porque tiene que usar el terror para que los subalternos, quienes son malos y perversos, rindan su soberanía sometiéndose.

En sus cartas a un noble ruso, que escribió en 1815, suelta la sopa. Él dice que la Inquisición española del siglo 16 estuvo absolutamente correcta, porque desarrolló este método de aterrorizar a las masas del modo más perfecto. Dice que en la España del siglo 16 los judíos y los musulmanes eran demasiados. Había demasiados judíos y musulmanes —los moros—, y “amenazaban con sofocar la planta saludable de España”. Algunos se preguntaron, ¿a quién le importa si el bisabuelo de alguien tenía una gota de sangre musulmana o judía? Uno podría decir que esto no es importante, pero [dice De Maistre] si uno entiende que aun una sola gota de sangre en las venas de tal persona, puesto que muchas de estas familias tienen conexiones incluso con la nobleza, en torno a la monarquía, uno puede ver cómo España corre el peligro de ser subvertida, ensuciándose con estos judíos y musulmanes. Por tanto, está perfectamente bien que la Inquisición se use contra estos herejes.

Cuando leí por primera vez esto, me dije: “Un momento. Eso es exactamente lo que los nazis decían de los judíos; eso de que una sola gota de sangre ensucia la pureza aria y demás.

Entonces, continúa De Maistre, la Inquisición tiene derecho a usar la tortura, a condenar a la hoguera, a quemar a la gente viva, o a matarla, sea porque tiene que convertirse, o emigrar, o morir. Así, como el uso de la tortura es una cosa tan fantástica y bella, la función del verdugo, de la persona que hace el trabajo sucio de torturar y matar, es de hecho una persona muy especial en la sociedad, que mantiene el orden. Tiene derecho a perseguir a los judíos, a los musulmanes, a los protestantes. Y, en esencia, eso es lo le da coherencia al Estado.

Lo increíble es que algunos obispos católicos sigan citando estos escritos locos de De Maistre aun hoy día, presentándolo como un apóstol positivo de moralidad y demás. En cuanto ves que alguien cita a De Maistre, de veras debes alarmarte, porque eso es realmente satánico.

Hay otro elemento: la tortura. La tortura en Iraq viene de esta tradición, y del hecho de que toda esta gente —De Maistre, Donoso Cortés, y también Alexandre Kojève y demás— elogia la violencia y la tortura como una forma de someter a las personas. Y eso es exactamente lo que se usó en Iraq. Es más, incluso el New York Times ahora informa que nada de inteligencia útil se sacó de los interrogatorios por torturas. Más aun, como la historia de Europa ha tenido muchas de esas inquisiciones, de hecho hay muchos informes, incluso uno de Alemania de un jesuita muy interesante que participó en las torturas y luego, en cierto momento, le causó tanto disgusto que aflojó la lengua y dijo: “Mira, si torturas a alguien más allá de su capacidad de resistencia induciéndole dolor y demás, termina diciendo lo que sea, de modo que el valor de la información así lograda es cero”. Y eso es exactamente lo que escribe el New York Times; que toda esta bestialidad no produjo nada.

Videojuegos asesinos

Pero, las fotos de la tortura en Iraq y torturas parecidas que ocurrieron en Afganistán, en Guantánamo, Cuba, ¿de dónde viene esto? Viene, por un lado, de esta ideología de Leo Strauss, De Maistre y cosas por el estilo. Pero viene también —y éste fue el tema de un programa en la televisión germano–suizo–austríaca Sat One—, y tiene algo que ver con la industria de los videojuegos violentos. Al fin y al cabo, ésta se desarrolló porque el Ejército se dio cuenta de que en la Segunda Guerra Mundial sólo 15% de los soldados estaba dispuesto a matar al enemigo, porque hay un impedimento inherente en el ser humano de no querer matar a otros seres humanos, al menos si siente como humano. De manera que desarrollaron estos videojuegos asesinos para reducir la resistencia y convertir a la gente en máquinas asesinas.

Lo que informó este programa de televisión es el hecho de que millones y millones de jóvenes reclutas son adictos a estos videojuegos asesinos violentos, y que más recientemente el Ejército de los EU produjo un videojuego para reclutar a jóvenes desempleados, diciéndoles que “si te gustan los videojuegos violentos, entra al Ejército. Ahí será de a de veras. Puedes matar, no sólo de manera virtual, sino en una guerra real”. Y así reclutan a la gente. Este programa de televisión señaló que si azuzas a la gente de este modo, no puedes aplacarla así como así, pues una vez que la pones en esa suerte de estado bestial, la has convertido en bestias.

Todo esto tiene algo que ver con el perverso de Samuel Huntington, el autor de la idea del “choque de civilizaciones”, quien ahora impulsa —si recuerdan su nuevo libro— la idea de que el próximo choque de civilización será entre la población hispana, los inmigrantes ilegales de los EU, y los fundamentalistas derechistas, y que ése será el nuevo escenario del conflicto y el terrorismo. Este malvado de Huntington también escribió en 1957 un libro que se llama El soldado y el Estado, en el que aborda estas dos tradiciones militares: una que se remonta a Lázaro Carnot y Gerhard Scharnhorst, el reformista prusiano que tenía el ideal de crear un ejército en el que el oficial es en realidad la mejor encarnación de un servidor de la sociedad, donde el ejército estuviera integrado a la sociedad civil y de veras dedicado al bien común; en contraste con la otra tradición militar asociada con los imperios, que se remonta al Imperio Romano y a los que le siguieron, donde el ejército y los soldados son en realidad mercenarios a sueldo, totalmente desligados de la sociedad civil, y ciertamente son la gente dura, ruda, los matones eficaces.

Ahora bien, si ven hoy la función que las empresas de seguridad privadas tienen en Iraq, y ahora el hecho de que ayer el Washington Times informó que en las torturas participaron muchas firmas privadas que involucran a muchos israelíes de habla árabe, y que fueron estas firmas las que en realidad aportaron los elementos más perversos y horribles de la tortura. La tortura como tal es bastante perversa, pero ellos le añadieron los elementos específicos de degradación, de que, por sus estudios de la cultura árabe, llegaron a la conclusión de que lo peor que puedes hacerle a un hombre árabe es desnudarlo enfrente de mujeres, ponerle ropa interior femenina en su cabeza, obligarlo a cometer abusos sexuales frente a soldados mujeres. E incluso el senador John McCain, quien no es mi persona favorita que digamos, dijo que todas las perversiones que ocurrieron en Vietnam no tenían este aspecto adicional de usar un conocimiento de la cultura para hacer el máximo de daño, y que ese nivel de perversión había llegado a un nuevo nivel de bestialidad.

Si se acuerdan, Lyn, en la conferencia de febrero en los EU, dio un discurso bastante alarmante en donde dijo que “estaba parado a la cabecera de un imperio moribundo”, y que si no cambiamos a los EU desde adentro había el peligro de que la sociedad cayera en el caos, en una era de tinieblas, y que en un tiempo muy corto la civilización se reduciría a quizás mil millones de seres humanos. Si ven la bestialidad que ocurrió en este escándalo de las torturas, y la imagen bestial del hombre que, es obvio, motiva a los responsables de la tortura, creo que es muy fácil imaginar que esta idea de un desplome de la civilización a mil millones de personas sí puede ocurrir.

Los otros Estados Unidos

Bueno, lo único bueno que puedo decirles es que éstos no son los verdaderos EU. Esto es sólo la gente que ha usurpado el gobierno. Existe otra tradición en los EU que se expresa, por ejemplo, en una revuelta que hay en el Partido Republicano, en el Ejército, en el Senado, en el Congreso, todo desatado por la campaña de Lyn contra Cheney, desde hace dos años, misma que ahora está cobrando verdadero impulso. Por ejemplo, hay un informe de un tal Richard Whalen en una publicación del Partido Republicano llamada The Big Picture, que en su última edición dice que seis senadores republicanos hablaron hace unos días con el presidente Bush para exigirle la renuncia inmediata del secretario de Defensa Donald Rumsfeld, lo cual al parecer Bush escuchó en total silencio y bastante alarmado. Y lo que ha causado esta furia tan tremenda, entre otras cosas, es el hecho de que los tres principales comandantes de las Fuerzas Armadas de los EU tuvieron que comparecer ante el Senado y, en esencia, responder por estas torturas y demás, y temían que ellos no fueran los responsables, sino los civiles del Pentágono.

Así que hay una revuelta creciente, y es muy posible que muy pronto lleve a que boten a Rumsfeld, Cheney y otros. Por supuesto, el hecho de que Lyn haya propuesto la estrategia de salida para los EU, “La Doctrina LaRouche para el Sudoeste de Asia” —la cual no quiero abordar ahora porque creo que ya todos la conocen—, ha recibido el apoyo de importantes dirigentes árabes y religiosos de la región y, por tanto, el marco de solución y la salida están ahí.

Sin embargo, regresando al problema fundamental subyacente, si la cuestión de la imagen del hombre no se resuelve, y si no se restaura una imagen que se ajuste a la dignidad del hombre, no habrá escapatoria a la era de tinieblas. Si toda esta ideología representada por los neoconservadores, que en realidad se remonta a la gente que apoyó a Mussolini, Franco, Hitler, Laval, Vichy, que apoyó a Napoleón, que apoyó el Terror jacobino, si toda esta imagen del hombre no se elimina, entonces ciertamente creo que la humanidad no saldrá de esta crisis.

El problema que tenemos ahora es que este concepto oligarca del hombre domina todas las instituciones internacionales. Eso es lo que hay detrás de las declaraciones del FMI cuando dice que Argentina tiene que pagar su deuda, aunque signifique genocidio y eutanasia contra el pueblo argentino, porque el sistema es más importante que la gente. Porque, por supuesto, quienquiera que diga eso en el FMI, implica que la gente a la que se sacrificará en Argentina es ganado humano, que en realidad no son seres humanos y, por consiguiente, podemos masacrarlos, porque el sistema es lo que cuenta, y no el ser humano individual.

Así que, si de veras lo investigan, detrás de cada política pueden encontrar cuál es la imagen del hombre que se tiene.

Este concepto de De Maistre, que representa la ideología ultramontana, en cierto sentido también influencia a la derecha religiosa en los EU, aunque no sean católicos, y también se mezcla con la imagen del hombre que procede de la Ilustración inglesa, la imagen del hombre de Hobbes, Locke, Mandeville y otros. Todos estos individuos tenían la idea de que el hombre es malo porque el hombre no puede cambiar, no puede mejorarse, por tanto, se necesita un contrato del Estado, se necesita un acuerdo en el que el Estado debe tener poderes dictatoriales de someter a estos individuos malvados, como en la dictadura del Leviatán. Esta idea de dictadura es otra característica de esa imagen oligárquica nazi del hombre. ¿Recuerdan que Donoso Cortés exigía dictaduras como la forma ideal de gobierno?

Su idea, la de Hobbes, Locke y Mandeville, es que el hombre no es sino una criatura de los sentidos, que el hombre sólo conoce a través de sus sentidos, que la experiencia sensorial es la que le da ideas —que naturalmente no son ideas reales, sino sólo el compendio de su experiencia— y que, por consiguiente, como el hombre es sólo una criatura de los sentidos, puedes inducirle temor. Es fácil inducir miedo en la gente, porque percibe un peligro a su existencia física y, por ese temor, el hombre acepta la esclavitud. El temor lo convierte en esclavo.

Autoperfección ilimitada

[FIGURE 44]Acuérdense que Schiller fue uno de los primeros historiadores que señalaron estos dos conceptos fundamentalmente diferentes del hombre en sus escritos sobre Licurgo y Solón: Licurgo representaba el Estado oligarca, con una pequeña élite gobernando a las masas de esclavos, de ilotas, a quienes podía matarse cuando hubiera demasiados, contra la idea del sabio Solón, quien dio las leyes a la Atenas clásica griega.

Solón tenía la idea de que no es la élite en el poder la que determina el propósito del Estado, sino que el propósito del Estado es el progreso del hombre, el perfeccionamiento de todos los seres humanos. Y ése fue el comienzo de la otra imagen del hombre, la imagen por la que luchamos. Después de Solón, fue Platón quien definió que el hombre es un ser cognoscitivo capaz de producir ideas, y de hacer hipótesis respecto a las leyes del universo. Y su capacidad de hacer hipótesis, y de mejorar las mismas para hacer una hipótesis aun mejor, y de esa manera acercarse a las leyes del universo, a la verdad, significa, por tanto, que tiene la capacidad ilimitada de autoperfeccionar el bien.

De modo que el hombre, según Platón, no es una criatura de los sentidos, sino una capaz de producir ideas adecuadas. Y estas ideas pueden ser ideas en la ciencia, en todas las diferentes ciencias naturales, en el arte y, en particular, en la poesía, porque para escribir un poema uno tiene que tener una idea bella, una idea poética; e ideas en el teatro, uno tienes que tener una idea antes de escribir una obra de teatro; en la arquitectura, en la escultura, en la música y en la pintura. Y el asunto clave es cómo educar y nutrir esa capacidad de la mente que produce ideas, aquello que es el aspecto cognoscitivo del hombre. Eso es lo que hay que educar y hacer más poderoso.

Hay un método para lograrlo. Si uno recrea todos los grandes descubrimientos en todas estas esferas de la ciencia y el arte —no las notas al pie de la página de un profesor estúpido en alguna universidad de pacotilla, sino los avances fundamentales en el conocimiento—, cuando un gran pensador contribuye algo al cuerpo del conocimiento que la humanidad posee en ese momento, y si estudias uno, o dos, o diez de tales avances cualitativos, entonces rebasas el avance particular, y estudias el propio método de la creatividad, y se convierte en una forma de vida y una manera de pensar. Se convierte en tu verdadera identidad.

Es muy interesante que el fundador del mejor sistema educativo del mundo hasta ahora, el colaborador de Federico Schiller, Guillermo de Humboldt, de hecho estableciera un sistema educativo basado en ese método: que cada alumno, cada estudiante, tiene que estudiar los grandes descubrimientos en su propio idioma —en la poesía, en el drama, en la geografía, en la historia universal, en las ciencias naturales, en la música— y, al hacerlo, el objetivo de la educación no sería el conocimiento de los hechos, sino el carácter bello. Y que, si aprendes el método de aprendizaje, entonces puedes aplicarlo en toda la vida y adquirir nuevo conocimiento de forma constante, y así no quedas atrapado defendiendo un cuerpo de hechos específicos.

Ahora bien, si lo examinas más de cerca, ese método educativo de Humboldt es exactamente de lo que se trata el Movimiento de Juventudes Larouchistas internacional. Y también es muy claro que, si llegamos al punto que todos los jóvenes y los niños del mundo estén de veras inmersos en esta clase de reestudio de todos los grandes descubrimientos de la humanidad hasta nuestros días, ése será el fin del oligarquismo. Porque si tienes a una masa de jóvenes educados, el oligarquismo desaparece como una enfermedad infantil, como el sarampión. Simplemente se irá. Porque la gente habrá logrado la libertad interna; ya no someterá su soberanía ni aceptará ser esclava, porque es libre por dentro.

Cambiando el universo físico

Esta imagen del hombre que, como dije, se desarrolló por primera vez con Platón, con el cristianismo, y con la idea de que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, implica una contribución muy importante y un mayor desarrollo con Nicolás de Cusa, porque él tenía la idea de que la mente humana individual era un microcosmos, y que las leyes del pensamiento, de la cognición, del microcosmos, eran exactamente las mismas que las del universo físico, del macrocosmos. Ése debe ser el caso, pues ¿por qué sería de otro modo, si una idea inmaterial creada por la mente humana tiene un efecto sobre el universo físico y lo cambia? Me parece que uno de los conceptos más poderosos y fascinantes, de que algo que piensas en tu mente, que es inmaterial —si pesas una idea, no pesa nada; no puedes medirla, no tiene longitud, no tiene tamaño, es inmaterial—, pero que es una idea adecuada, te permite cambiar la esperanza de vida de la humanidad, aumentar el número de personas que pueden vivir, etc., a mi me parece la prueba más bella de que el hombre es totalmente diferente de los animales, y ahí recae lo sagrado del hombre.

Lyn ha señalado el hecho de que esta es su contribución específica, de que si una hipótesis es adecuada, entonces la llamas progreso científico. Si aplicas este progreso científico a la tecnología, tienes un aumento en la productividad del proceso productivo. Ahora bien, como ésta es la ley del universo, porque en cada nivel de productividad los recursos naturales de ese momento son relativamente finitos, de ahí se colige que si permanecieras en ese nivel de productividad en la ciencia y la tecnología, necesariamente tendrás una catástrofe ecológica. Pero es la capacidad única de la mente humana la que puede crear más hipótesis adecuadas, que llevan a más progreso científico, que a su vez lleva a mejoras tecnológicas, aumentando la densidad potencial de población del planeta. Todo lo cual es la razón de que la humanidad, por ejemplo, aumentara de unos 5 o 10 millones de habitantes hace 20.000 años, a cerca de 6 mil millones en la actualidad. Lyn hizo este descubrimiento específico para medir el valor de los descubrimientos, para ver si aumentan o no la densidad potencial relativa de población.

En cualquier caso, ésta es la diferencia fundamental entre los seres humanos, que pueden aumentar a voluntad el nivel de su existencia mediante el descubrimiento científico, su diferencia decisiva de todas las otras criaturas. Pero, Nicolás de Cusa también fue predecesor del gran científico ruso Vladimir Vernadsky. Cusa, ya en el siglo 15, descubrió la diferencia entre lo inorgánico, la orgánico, la biosfera, la razón humana y el nivel primo, es decir, Dios. Y él decía que cada individuo recapitula toda la evolución del universo hasta ese momento.

Este concepto de desarrollo no es la idea darwiniana, que es la de la “sobre vivencia del más apto”, de las especies inferiores, en donde el más apto sobrevive, y que es, según Darwin, como ocurre el desarrollo. No. Cusa tiene una perspectiva totalmente contraria. Él dice que el desarrollo no viene desde abajo, sino desde arriba, porque el uno es de una cualidad superior a los muchos. Este es el concepto de Cusa de la coincidencia de los opuestos, de la coincidentia oppositórum, de que al nivel de Dios, y al nivel de la participación de la razón humana en Dios, existe una unidad que es de una cualidad superior a los conflictos entre los muchos.

Bueno, esto requiere toda una presentación completa, pero sólo quería mencionarlo porque esta idea particular de Nicolás de Cusa —de que la mente humana puede pensar en el uno, en el nivel superior, antes que en las diferencias entre los muchos— es muy importante como una manera de resolver los conflictos hoy. Era un ataque violento al método aristotélico. Esto quizá requiera una discusión más amplia, pero quería plantearlo para discusiones posteriores.

En la tradición de Nicolás de Cusa, Leibniz le siguió con este mismo concepto del hombre, su idea de que cada ser humano es una mónada, y de que cada mónada, cada alma humana, contiene ya dentro de sí la semilla de todo el universo. De modo que en cada mente humana tienes al universo todo, de facto, envuelto, y lo único que tienes que hacer es desenvolverlo.

El ‘alma bella’ de Schiller

En esta misma tradición de la imagen bella del hombre de ser ilimitadamente bueno, está mi poeta favorito Federico Schiller, quien desarrolló este ideal de que cada hombre, cada ser humano, tiene la capacidad de convertirse en un alma bella. Si tenemos éxito en que esta idea de un alma bella se vuelva lo que el Movimiento de Juventudes Larouchistas está desarrollando como su propio ideal, como tu propio ideal que estás tratando de lograr, creo que habremos resuelto el problema. Porque esta idea del alma bella no sólo era un ataque polémico contra Kant, quien decía que tienes que suprimir tus emociones y no hay forma en que la razón defina lo que es el buen gusto. Eso es cuestión de opiniones, pero tienes que ser riguroso, cumplir con las obligaciones, pero tienes que hacerlo de una manera kantiana, básicamente reprimiendo tus deseos, porque tienes que ser moral y bla, bla, bla.

Schiller decía que Kant sólo escribía para los esclavos, para los caballeros, pero no para nosotros, las almas bellas. Y decía que la persona puede desarrollarse al nivel que la libertad y la necesidad, la pasión y la belleza, son la misma cosa. Uno puede hacer lo que es necesario y ser libre. Puedes cumplir con tu deber, y hacerlo con pasión y contento, y divertirse. Pero, dice Schiller, la única persona que es así es el genio, porque sólo el genio puede ampliar el orden de una forma ordenada. Para llegar a esto, requieres la educación estética del hombre, y Schiller escribió en sus bellas Cartas estéticas, y en otros muchos de sus escritos sobre la estética, cómo el hombre puede, no sólo desarrollar su razón, sino también sus emociones al mismo nivel de la razón. No debe haber una contradicción entre lo que dice el intelecto y las emociones, sino que las últimas pueden ser igual de ricas y desarrolladas, al punto que puedes confiar ciegamente en ellas porque nunca diferirán de lo que dicta la razón. Creo que eso es muy bello.

La razón por la que Schiller llegó a este concepto del alma bella es porque desarrolló otra noción que es muy importante, que es la idea de lo sublime. Lo sublime es una cualidad única del hombre. Si el hombre ubica su identidad en el mundo de los sentidos nada más, siempre será un esclavo, porque en el momento en que alguien amenace su seguridad física, entonces lo domina el temor, y el temor lo convierte en esclavo. Así que el terrorismo en realidad es una manera de hacer esclava a la gente, de hacer que acepten algo que de otra manera no aceptarían. Pero, Schiller dice que si tienes tu identidad al nivel de lo sublime, la conectas con valores que son universales, que van más allá de tu existencia física, que son inmortales, entonces puedes alcanzar tu libertad interna. Porque esto no te dará seguridad física, pero sí seguridad moral.

Luego, Schiller desarrolla muchas formas en que puedes llegar al nivel de lo sublime. Una es estudiando historia universal; puedes entender y estudiar los grandes aportes de las muchas generaciones que te precedieron y, entonces, cuando veas la grandeza de lo que has heredado y estés agradecido, y si tienes un alma noble y una mente clara, sentirás una obligación apasionada y absoluta de aportar tu propia vida a que estos valores y grandes logros del pasado se enriquezcan para el futuro. Y tienes que dedicar tu vida a que los logros de tus antecesores sean más valiosos contribuyendo con algo, y enriqueciendo a las generaciones futuras. Cuando empieces a pensar así, ya estás rebasando tu existencia limitada como ser humano mortal, tu identidad se conecta a la larga cadena larga de generaciones de la humanidad universal, y entonces eres libre.

Schiller dice que también es importante desarrollar este nivel de lo sublime para estudiar el drama clásico, para ver, por ejemplo, cómo el héroe en el escenario llega al nivel de lo sublime. Piensen en Elizabeth en Don Carlos, o en Juana de Arco, o en María Estuardo, o piensen en Guillermo Tell; y luego, pueden ver cómo la gente, al ir más allá de su existencia limitada y pequeña como médico, como barbero, como panadero, como maestro. . . y piensa por un momento, cuando estás en el teatro, qué harías si el destino entero de tu nación estuviera en tus manos, y cómo actuarías si estuvieras en esa situación. Y eso te capacita, no sólo a pensar así en ello en el escenario y en el teatro, sino a empezar a pensar sobre ti mismo. Porque la realidad es que lo que será de tu nación, de las generaciones futuras, y de la humanidad en este momento histórico, es tu responsabilidad.

Lyn ha escrito y dicho seguido que, si estás al borde de una era de tinieblas, como lo estamos hoy, sólo puede salirse de ella encontrando suficientes líderes que piensen de manera clásica, al nivel de lo sublime, y que tomen ese nivel como su propio sentido de identidad y, luego, uno de hecho puede encontrar una solución a un nivel superior.

Vean de nuevo el mundo desde esa óptica. El 11 de septiembre, una fuerza perversa conformada por oligarcas decidió usar el terror para imponer un imperio mundial. Declararon que la guerra contra el terrorismo duraría 100 años; bueno, acuérdense que Honecker en Alemania Oriental, en octubre de 1989 dijo que el socialismo duraría mil años, y doce días después lo sacaron del poder, y tres semanas más tarde cayó el muro de Berlín. Así son estas predicciones.

Acuérdense que Aznar, el ex primer ministro de España determinaría el resultado de la elección presidencial en los EU. Es muy claro que esta gente está usando el terrorismo para someter a las masas. Pues bien, buena parte de los estadounidenses cayeron en esa trampa, y ahora los domina el temor. Tienen miedo de volar en avión, tienen miedo de viajar en tren, de ir a otros lugares públicos. Bueno, cayeron en la trampa. Los domina el miedo y, por tanto, tienden a aceptar la dictadura, la ley Patriótica y cosas por el estilo.

Por fortuna, hay otra parte, incluidas partes del Senado, del Congreso, del Ejército, del cuerpo diplomático, que está peleando contra esto, y Lyn lo catalizó. Lyn no podría haber hecho lo que hizo si no fuera por la función decisiva del Movimiento de Juventudes Larouchistas, que ya le está dando esperanza a la gente en los EU, y también, cada vez más, en Europa e Iberoamérica, y también está prendiendo en Asia, demostrándole a la gente que sí es posible crear un futuro, que sí es posible crear un Renacimiento.

Pues bien, esto me lleva de vuelta al papel que desempeña el Movimiento de Juventudes Larouchistas a nivel internacional. Justo ahora representa la única posibilidad de la humanidad de crear un nuevo Renacimiento, de tener un grupo creciente de gente que base su sentido de identidad en las ideas, y no en los sentidos. La generación del 68 en realidad arruinó todo, porque la guían los sentidos. Quieren sentiiiirse bien, quieren tener zonas de comodidad, quieren una sociedad divertida, quieren vacaciones, quieren ropa de diseñador. Quieren todas esas cosas: “Yo, yo, yo. Lo mío. Mis sentidos, mi comodidad”. Quieren “autor realizarse”, y entonces hacen cosas tan ridículas como estudiar alfarería, tomar viajes esotéricos y todo eso. Todos estos valores tienen que desecharse por completo.
Y de ahí que el cambio revolucionario tenga que venir de la juventud. Es muy importante que creen un movimiento de juventudes donde la gente se relacione al nivel de las ideas, donde no se contestan unos a otros al nivel del interés propio, sino que se centren por completo en el nivel del interés del otro. Así, tienes que ser desinteresado, y tienes que ser amoroso.

Creo que el Movimiento de Juventudes Larouchistas puede lograrlo: eliminar el egoísmo y remplazarlo por el amor al desarrollo de la mente del otro. Creo que si hacen dominante esta idea de la imagen del hombre —de que el hombre es un ser cognoscitivo, que tiene la capacidad de ser un alma bella—, la pasaremos en grande, y creo que haremos un renacimiento y abriremos toda una nueva era de la historia. Y eso es lo que quería decirles.
Helga Zepp–LaRouche habla con miembros del Movimiento de Juventudes Larouchistas (MJL) en París, en diciembre de 2003.

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