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Documentation: La Organización de Cooperación de Shanghai: Un punto de inflexión en la historia 12 de junio de 2006. El colapso del Fondo Monetario Internacional posterior a 1971 que arremete, representa uno de esos períodos en la historia del mundo en los que la cuestión más decisiva e inmediata que enfrentan todos los pueblos y sus gobiernos son los cambios grandes y súbitos en las relaciones entre naciones. La cooperación de largo plazo fundada en torno a la Organización de Cooperación de Shanghai es un paso necesario hacia un nuevo sistema mundial de cooperación económica entre Estados nacionales perfectamente soberanos. El viraje en las pautas monetario–financieras mundiales en el segundo trimestre de 2006 es típico de la combinación de una aceleración hiperbólica en los precios de los productos primarios y una pauta de desplomes que acelera entre los fondos especulativos individuales e intereses relacionados. Esta situación enfrenta al mundo entero con la perspectiva de un inminente colapso de reacción en cadena del sistema mundial actual, comparable al de la Liga Lombarda en la llamada Nueva Era de Tinieblas del siglo 14. Sólo un cambio de principio en el sistema monetario–financiero mundial actual puede parar el desplome ahora en marcha. La alternativa al derrumbe tiene que imitar el éxito de las medidas del presidente estadounidense Franklin Roosevelt durante el intervalo de 1933 a 1945 de sus períodos en el cargo. Los gobiernos tienen que reorganizar los sistemas de banca central actuales, y varios medios que generen crédito de largo plazo para emprender mejoras de capital físico en la infraestructura pública e inversiones con un uso intenso de capital en tecnologías más avanzadas. Esto pueden hacerlo, o gobiernos que copian el sistema constitucional de Estados Unidos de América de soberanía absoluta en sus asuntos monetarios, o mediante crédito creado por tratados de generación de crédito de largo plazo entre gobiernos soberanos que cooperan. El crédito de largo plazo a bajo costo de préstamo definitivamente requiere recurrir de nuevo a una estructura de tipos de cambio fijos como la del sistema original de Bretton Woods. De adoptarse tales medidas con urgencia necesarias, el resultado incluirá la creación de un eje eurasiático como el centro de la economía mundial en vías de desarrollo. Entonces, Europa y EUA tienen que reorientar sus políticas económicas de largo plazo hacia dos misiones características del llamado sector en vías de desarrollo del mundo en su conjunto, que incluye a Asia, América Central y del Sur, y África. Las mejoras del capital físico mediante inversiones de largo plazo en Asia, encabezada por China e India, serán el rasgo medular del desarrollo económico mundial. El aspecto decisivo de semejante programa físico–económico tiene que ser un acento en el legado científico de Rusia en cuanto al desarrollo biogeoquímico de los llamados recursos naturales, y la dependencia cada vez más grande en la fisión nuclear y la fusión termonuclear en tanto modalidades indispensables para lidiar con la crisis disparada en cuanto al agua dulce y el abasto adecuado de minerales primarios para una población mundial que está hambrienta de los beneficios del desarrollo, la cual ahora se aproximará a los ocho mil millones de individuos vivos en más o menos una generación. La nueva economía mundial tiene que levantarse, pronto, de las cenizas del sistema monetario–financiero actual, tiene que organizarse en torno al concepto de la función preeminente de Eurasia en la perspectiva global fundada en la misma clase de objetivos para el mundo entero. En el lenguaje de la ciencia de la economía física que definió por primera vez Godofredo Leibniz, eso significa una política de aumento de la densidad relativa potencial de población del planeta mediante modos de inversión con un uso intenso de capital en la infraestructura económica básica y la producción de bienes. Por tanto, desarrollar lazos más estrechos de cooperación entre los Estados soberanos de Eurasia, aprovechando la función natural de Rusia como una nación eurasiática importante, es el vehículo político prácticamente de suyo evidente para acelerar las necesarias orientaciones políticas nuevas de todo el planeta hoy. Lyndon LaRouche emitió esta declaración el 12 de junio para la estación de radio Govorit Moska (Moscú Habla). Se difundió el 15 de junio durante la emisión del programa “Campo Ruso”, del presentador Serafim Melentiev, junto con los comentarios de Yuri Krupnov del Movimiento de Desarrollo y el profesor Yuri Gromiko sobre la reunión cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghai y la evaluación de LaRouche.
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