La nueva guerra del opio amenaza la paz mundial
Guerra contra las drogas en Afganistán,
o retirada
por Helga Zepp LaRouche
12 de abril de 2010 -- La autora es la dirigente nacional del Movimiento de Derechos Civiles Solidaridad (BueSo, por sus siglas en alemán), el partido del movimiento de LaRouche en Alemania. Este artículo, que también circula como volante, fue traducido del alemán para la EIR.
¿Puede ganarse una guerra en la cual: 1) el enemigo, 2) la naturaleza de la amenaza, y 3) el objetivo de la guerra, estén definidos de manera falsa? ¡Obviamente no se puede! Esto es exactamente lo que estamos experimentando en el caso de la guerra en Afganistán, de la cual el ministro de Defensa [alemán] Karl-Theodor zu Guttenberg dijo, que lo que está pasando allá se podría describir ¡"coloquialmente" como una guerra!
Mientras no se corrijan estos tres diagnósticos errados, el peligro que significa Afganistán se incrementará, y los soldados del Bundeswehr [ejército alemán] seguirán poniendo en riesgo su vida y perdiéndola, por una misión militar que ¡no se puede llevar a cabo en absoluto!
Necesaria cooperación Estados Unidos-Rusia
El principal problema en Afganistán es el cultivo y el tráfico de drogas: el 90% de la producción mundial de heroína sale de aquí y constituye la principal fuente de financiamiento para, entre otras cosas, los recientes ataques terroristas en el metro de Moscú y en otras ciudades de Rusia y el Cáucaso. La negación de la OTAN y de los Gobiernos de Gran Bretaña y Estados Unidos, hasta ahora, para actuar conjuntamente en contra del cultivo y el tráfico de drogas, amenaza con llegar a un serio conflicto estratégico con Rusia. Sin embargo, importantes círculos militares en Estados Unidos han estado respondiendo recientemente con cada vez mayor apertura hacia la propuestas de Lyndon LaRouche de que solo una acción conjunta en contra de las drogas de Estados Unidos y Rusia puede derrotar esta amenaza. Tal cooperación también involucraría a Irán, China, e India, lo cuales también se ven afectados.
Mientras tanto, está más claro que el agua quién está identificando que las drogas son el problema principal, y quién está protegiendo a los promotores de las drogas. Victor Ivanov, el director de la agencia federal antidrogas de Rusia, la FDCS; el admirante James Stavridis, comandante de las fuerzas estadounidenses en Europa (EUCOM); y el general (r) Barry McCaffrey, quien fuera zar de las drogas durante la presidencia de Bill Clinton, concuerdan unánimemente que la mayor amenaza de la producción y el comercio de opio, heroína y hachís en Afganistán, es que estas drogas no solo matan más gente que las operaciones militares, sino que el narcotráfico financió los más recientes ataques terroristas en Rusia y en Asia Central. Concuerdan además en que nada en absoluto se puede lograr en Afganistán sin que exista un acuerdo internacional para desmantelar el narcotráfico. Pero esta no es en absoluto la misión de las tropas ISAF de la OTAN, desde que el Gobierno de Obama canceló los programas para la erradicación de drogas [en marzo de 2009].
Ivanov resaltó que las drogas son un tipo especial de arma de destrucción masiva, y que la situación en Rusia ha llegado a dimensiones de catástrofe nacional. Ciertamente, en Rusia solo el año pasado, 30,000 adictos de entre 18 y 24 años fallecieron de sobredosis de heroína; de acuerdo con las estadísticas oficiales, 2.5 millones de personas usan drogas, un número que está creciendo de manera explosiva. Según McCaffrey, la heroína afgana mata alrededor de 10,000 personas al año en los países que son miembros de la OTAN, que es 5 veces más la cantidad de pérdidas de la OTAN en todas sus acciones de combate. No menos dramático para la seguridad nacional de Rusia es el hecho de que los ataques terroristas que sacudieron a Rusia en las semanas recientes fueron perpetrados por grupos terroristas que son financiados con el dinero derivado del narcotráfico afgano.
En la reunión del Consejo de la OTAN y Rusia en Bruselas el 24 de marzo, Ivanos le ofreció a los países de la OTAN la cooperación de su país en la lucha en contra de la producción de drogas en Afganistán. La negativa de los países de Occidente a participar activamente para destruir los cultivos de opio llevó al ministro del exterior de Rusia a emitir una declaración al día siguiente, condenando esta decisión y acusando a los Estados Unidos de cooperar con los capos de las drogas en Afganistán.
Obstrucción de Obama, Londres
Pero mientras el jefe del Comando Europeo estadounidense (EUCOM), el almirante Stavridis, advirtió en una conferencia que el Cáucaso se está convirtiendo en una "zona de terrorismo", y que especialmente la heroína de Afganistán que las personas asociadas y el contrabando de armas está contribuyendo a la inestabilidad creciente de la región =, y que la OTAN debe hacer más para parar el afluencia de heroína que viene de Afganistán, ni el general Stanley McChrystal, director de las tropas de la ISAF en Afganistán, ni Richard Holbrooke, representante especial del Gobierno de Obama en Afganistán y Pakistán, ven alguna razón para hacer nada en contra de las drogas. Holbrook debate la idea de que la producción y el tráfico de opio son una fuente significativa de financiamiento del Talibán, mientras las tropas estadounidenses, bajo las órdenes del general McChrystal, tiene órdenes precisas de no meterse con los cultivos de amapola.
En enero de 2009, el general Bantz John Craddock, Comandante Supremo de la OTAN en Europa (SACEUR), ordenó a la OTAN a hacer operaciones en contra de los capos de las drogas, de los narcotraficantes, de los laboratorios, y de los almacenes en Afganistán. Pero en ese mismo mes, la revista Der Spiegel filtró un documento secreto de la OTAN sobre este asunto, y un poco tiempo después, terminó el mandato de Craddock como comandante de las fuerzas de la OTAN, y con el también el intento de combatir los cultivos de drogas.
Poco después, en marzo de 2009, Richard Holbrooke anunció en Bruselas, que la pelea en contra del cultivo de opio en Afganistán se estaba parando porque era muy costoso, y les negaba a los agricultores afganos su forma de vida, llevándolos hasta los brazos del Talibán. En mayo de 2009, de repente Obama despidió el comandante de la misión en Afganistán, general David McKiernan, quien había dado su apoyo a las medidas en contra de los capos de las drogas y los laboratorios, y lo reemplazó con el general Stanley McChrystal, bajo cuyo comando las tropas tienen órdenes estrictas de no tocar los campos de amapola, ni los laboratorios, ni los almacenes.
El hecho es que la producción de opio de ha multiplicado ¡40 veces desde que comenzó la ocupación de Afganistán por los Estados Unidos y la OTAN en el 2001! De hecho también la provincia de Helmand, el área más grande de producción, que ha estado controlada por los británicos desde el 2005, produce alrededor del 60% del total, o más o menos 4.000 toneladas de opio al año. Así que los británicos son los oponentes más resueltos a la guerra a las drogas. "Nadie sabe mejor que lo que saben los políticos afganos, la historia de su gente y su tipo de vida. Por lo tanto lo mejor es que ellos decidan por sí mismos, que hacer con las plantaciones. Sin participación de las fuerzas internacionales", dijo Richard Connelly, un oficial británico miembro de la ISAF.
Si piensas sobre el papel del Imperio Británico en la Guerra del Opio del siglo 19 contra China, entonces la política británica de protección a los cultivos de drogas de Afganistán no es de sorprender así como tampoco el rol de lavador de dinero del sistema financiero. Otra razón urgente para establecer una Comisión Peccora, que tendrá que aclarar todas estas relaciones.
Solo puede haber una solución para Afganistán si las medidas propuestas por LaRouche, Ivanov y McCaffrey se implementan. Los cultivos de amapola y cannabis [marihuana] deben ser eliminados con métodos de probada eficacia. Los laboratorios de heroína y los edificios de almacenamiento deben ser destruidos desde el aire; la autorización y la obligación para hacerlo se debe incluir en las órdenes del ISAF. Los Estados Unidos y Rusia, en particular, deben cooperar en este programa.
Se deben poner a la orden suficientes recursos para los agricultores para trabajar en un cultivo alternativo. Solo si Estados Unidos, Rusia, China, India e Irán cooperan para implementar esta política y destruir el aparato de narcotráfico, incluyendo el lavado de dinero, puede haber un verdadero programa de reconstrucción, particularmente la expansión de infraestructura, y generación de energía y electricidad, y la creación de por lo menos 2 millones de puestos de trabajo.
El Bundeswehr
Mientras no se logren estas condiciones, el Bundeswehr no ha perdido nada en el Hindu Kush, y debe ser retirado de inmediato. Solo después de que el cultivo y el tráfico de las drogas sea eliminado, puede el Cuerpo de Pioneros del Ejército alemán ser desplegado en el desarrollo económico de Afganistán!
Los hechos que dicen que la producción de opio se ha multiplicado 40 veces desde que la guerra comenzó en el 2001; que, de acuerdo a McCaffrey, el 68% de los afganos no han conocido la paz nunca; que la expectativa de vida allí es de 44 años; y que Afganistán tiene las tasas más altas de mortalidad por partos en el mundo, todo esto pone en claro sin duda alguna que la guerra en Afganistán es un fracaso total, porque los objetivos de la guerra fueron definidos equivocadamente.
¡Ni una sola vida más de soldados del Bundeswehr debe ser sacrificada en una guerra que solo sirve a aquellos que se benefician de una Guerra del Opio!