Feudalismo o Estado nacional:
la elección es nuestra
Por Helga Zepp-LaRouche
9 de abril de 2012 - Este artículo se tradujo de la versión en inglés publicada en el semanario Executive Intelligence Review (EIR) del 30 de marzo de 2012, que se tomó del original en alemán que circuló en forma de volante titulado "¡Pero no podemos hacer nada! --¡Si podemos!". Por su importancia lo reproducimos a continuación:
23 de marzo de 2010 - Una encuesta representativa que tomó varios años en Alemania dio luz al hecho de que una mayoría abrumadora de alemanes, a la pregunta de si es posible un cambio político, dicen que ellos no creen que eso sea posible. Más del 80% de la población del país está convencida de que "¡no hay nada que podamos hacer!" ¿En qué tipo de sistema político vivimos entonces? ¿En una democracia, una oligarquía o una dictadura feudal? ¿Y en qué tipo de país queremos vivir realmente?
Mas vale que aclaremos, porque nos enfrentamos a la amenaza de perder inclusive la última pizca de lo que aparenta ser una democracia. Estamos a un segundo antes de la media noche. Porque cuando los jefes de gobierno de la Unión Europea (UE) firmen la mentada Unión Fiscal, y sea inminente la adopción del tratado que establece el Mecanismo de Estabilidad Europea (MEE), la situación de la UE y sus Estados miembros va a cambiar dramática y profundamente.
La Corte Federal Constitucional de Karlsruhe, Alemania, en la denominada resolución de Lisboa de 2009, determinó que una mayor transferencia de poderes a la UE, que convertiría de hecho a Europa en un Estado federal, significaría un cambio en la Constitución alemana, y por lo tanto se requeriría un referéndum, de acuerdo al Articulo 146 de la Constitución alemana.
Esto ya se aplica a la Unión Fiscal, mediante la cual se exportan el "freno de la deuda" a todos los demás países europeos, y establece un comisionado de presupuesto de la UE que tendrá la potestad de intervenir en los presupuestos de las países miembros; de este modo habremos entregado un logro vital de la democracia, el derecho a determinar la ley de presupuesto nacional. La Unión Fiscal permitirá que la Unión Europea obligue a los países miembros a imponer los mismos programas de austeridad asesina que ya se han impuesto sobre Grecia. Así, no solo la democracia, sino el principio de la justicia social y el derecho a la libre contratación colectiva se lanzan al basureo de la historia.
¿De regreso a la Edad Media?
Este revés a los logros alcanzados en varias revoluciones y avances en el derecho constitucional e internacional, lleva el nivel de desarrollo de Europa a los tiempos anteriores al surgimiento del Estado nacional soberano en el siglo 15. En efecto, al Ejecutivo -en este caso, una combinación de los jefes de los Gobiernos y una burocracia supranacional que no fue electa- se le otorga una abundancia de poder similar al del sistema feudal de esa época. ¡Y esa era la intención desde el principio!
Giuliano Amato, quien después se convirtió en vicepresidente de la mentada Convención Europea, que redactó la Constitución Europea, dio a conocer sus intenciones en una entrevista que le diera al diario italiano La Stampa el 12 de Julio de 2000, es decir, antes de que se introdujera el euro:
"Esa es la razón por la cual yo prefiero proceder lentamente y desbaratar la soberanía pieza por pieza, evitando cambios abruptos de poder de los países a la Unión... ¿Y porqué no regresamos a la época anterior a Hobbes? La Edad Media tenía una humanidad mucho más rica y una diversidad de identidades que puede ser un modelo. La Edad Media es bella... Ahora, como entonces, los nómadas están reapareciendo en nuestras sociedades. Ahora, como entonces, hay potencias sin territorios. Sin soberanías no va a haber totalitarismo. La Democracia no necesita de la soberanía".
Que tan preciosa puede ser esa Edad Media, sin Estados nacionales soberanos que puedan defender el bien común, es lo que viven actualmente los griegos, lo italianos, los españoles y portugueses, cuya expectativa de vida, como consecuencia de los recortes a los servicios sociales, rápidamente va ha llegar al nivel de la que existía en la Edad Media.
Y recuerden también lo que revelaron el primer ministro de Luxemburgo y el ministro de Finanzas Jean-Claude Juncker, que fue el líder del llamado Eurogrupo, en la entrevista con la revista Der Spiegel en 1999, sobre lo que piensan de la democracia, la verdad y la transparencia, y como se podría imponer sutilmente el orden "liberal" al mundo entero:
"Tomamos una decisión sobre algo, la presentamos, y esperamos un poco a ver que sucede. Si no hay grandes protestas y manifestaciones, puesto que la mayoría de la gente no tiene idea de lo que se ha decidido, continuamos, paso a paso, hasta que ya no hay vuelta atrás". (Der Spiegel, 52/1999)
Llegaremos al punto en el que ya no habrá vuelta atrás cuando se concrete el mecanismo permanente del rescate financiero con el MEE. Frente a una situación de constante deterioro fiscal de varios de los Estados miembros de la Unión Europea, un giro del préstamo total garantizado por la UE a los bancos significaría un pérdida de más del 60% de la soberanía de Alemania sobre su presupuesto (basado en los 306,000 millones de euros en ingresos federales en 2012). Pero ya están exigiendo un incremento mayor en los fondos de rescate, y muy pronto, podría darse la situación en la que Alemania tiene que dar más préstamos y garantías del total de sus ingresos fiscales anuales.
La Junta de Gobernadores del MEE, que está conformada por los ministros de Finanzas de los países de la zona del euro, podría en cualquier momento, hacer un retiro de los presupuestos de los Estados miembros, si fuera necesario, para incrementar la suma de garantía de los actuales 700 mil millones de euros hasta cualquier suma que se requiera, e inclusive puede pedir mayor liquidez directamente del Banco Central Europeo (BCE). Pudiera también transferirse todos los poderes a la comisión de directores, la mentada "gerencia del MEE". Este comité es designado a dedo, no tiene que rendir cuentas a los electores, tiene inmunidad legal, y puede, sin transparencia alguna, echar a andar indefinidamente las máquinas de imprimir dinero, naturalmente siempre en respuesta a la naturaleza "sistémica" de la crisis.
De ahí que, nosotros en Europa y en Estados Unidos, donde la Reserva Federal persigue la misma política, nos dirigimos directamente a una hiperinflación como la que sucedió en Alemania en 1923. Como nosotros los alemanes deberíamos saber mejor que nadie, la hiperinflación es la forma más brutal de saquear a toda la población. Y la gente se está dando cuenta de esto: La UE ya está comportándose como un Estado federal, entrometiéndose en lo que sea y en todo, en detrimento de los afectados, pero sin cumplir con la tarea primordial de un Estado, que es hacerse responsable por el bienestar general.
Dictadura Supranacional
Con esto, los proponentes de la dictadura de la Unión Europea no titubean a la hora de decir las mentiras más grandes en forma de sofismas. Así, el periódico Frankfurter Allgemeine Zeitung, el 22 de marzo, publicó una caricatura en la que muestra un perrito que se soltó de su correa y enfrenta a dos monstruos enormes y peligrosos en extremo, que son cinco veces más grandes que él. Esta es la ilustración para un artículo escrito por el Profesor Thomas Danwitz, un juez de la Corte Europea de Justicia, titulado "Independiente, ¿y después qué?". A lo que se refiere es que una Alemania independiente y soberana estaría completamente perdida a merced de las grandes potencias como Rusia, China o Estados Unidos.
El autor se queja de que el discurso político en Europa presenta un "tonillo escéptico", y que los mismos abogados se quejan de la falta de legitimidad democrática de las normas que se imponen desde Bruselas. Luego continúa para denigrar la idea de la soberanía, uno de los más grandes logros en la historia de Europa. Finalmente, argumenta que la esencia de la soberanía constitucional no se ha violado, porque los Estados aceptaron de forma voluntaria las obligaciones del tratado de la Unión Europea. Por lo tanto, no ha habido pérdida alguna de soberanía, y además, porque el tratado de la UE permite que se retiren de la Unión.
¿Pero quien le preguntó en algún momento a los ciudadanos si querían dejar el marco alemán? ¿Acaso les dieron el chance de leer los tratados de la UE, tanto el de Maastricht como el de Lisboa, mucho menos si los querían, y si querían ver sus ahorros de toda la vida dilapidados por una unión de transferencias y destruidos por la hiperinflación?
¡No seas esclavo!
Hay una forma de salir de esta crisis: Tenemos que ponerle un alto a la economía especulativa y a tener que honrar a perpetuidad las deudas de juego, que están convirtiendo en deuda nacional a través de los mentados rescates financieros, y entonces los contribuyentes son los que tiene que pagar la factura. Ante esto necesitamos un sistema de banca separada y la creación de un sistema de crédito, que otorgue préstamos para la economía real, para la inversión en empleos productivos. Las repúblicas soberanas de Europa pueden trabajar juntas así como lo que De Gaulle llamaba la Europa de las Patrias, defendiendo sus intereses bastante bien en cooperación con naciones como Rusia, China o un Estados Unidos que haya retornado a la tradición de la Revolución Americana. Pero, como dije, ¡como repúblicas soberanas!
Con la Unión Fiscal y la amenaza en ciernes del tratado del Mecanismo Europeo de Estabilidad, ya se excedieron del límite establecido por las Cortes Constitucionales de Lisboa en su dictamen de junio de 2009. El paso en dirección de convertir a la Unión Europea en un Estado federal, de acuerdo al artículo 146 de la Constitución, requiere una nueva Constitución, y para eso, es necesario hacer un referéndum.
Cualquiera que no quiera entregar lo que queda de democracia, de soberanía, y de libertad a una burocracia supranacional desalmada, que es solo el cuerpo ejecutivo de la oligarquía financiera, debe pelear ya para asegurar que se lleve a cabo un referéndum sobre la Unión Fiscal, el tratado del MEE, y la cuestión de la soberanía de Alemania!
En la antigua Roma, a un senador se le ocurrió la idea de que todos los esclavos debían de llevar un listón blanco alrededor del brazo para que pudieran ser identificados más fácilmente.
Pero un senador más listo lo detuvo y le dijo: "No, si ellos [los esclavos] se dan cuenta de que tantos son, muy pronto tendremos un levantamiento". Si el más del 80% de alemanes que piensan que "de todas maneras, no hay nada que podamos hacer", comienzan a llevar un listón blanco en el brazo, podríamos ganar el referéndum y ¡dejar de ser serviles!