“Una comunidad de futuro compartido para la humanidad: la perspectiva estratégica de China hasta 2050”

por Helga Zepp-LaRouche

Este artículo se publicó en la edición de EIR del 2 de noviembre de 2018

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Instituto Schiller
Helga Zepp-LaRouche, fundadora y presidente del Instituto Schiller.

Enseguida reproducimos el texto preparado por la señora Helga Zepp-LaRouche para su participación en la 23ª Conferencia Académica Internacional del Instituto de Estudios del Lejano Oriente de la Academia Rusa de Ciencias, organizada por el Consejo Académico de Estudios Integrales sobre China Contemporánea, titulada “China, la civilización china y el mundo: pasado, presente y futuro”, que se llevó a cabo en Moscú, Rusia, los días 24 y 25 de octubre.

Lyndon LaRouche participó como ponente en una conferencia de la Academia Rusa de Ciencias en 2003, con el tema de “China en el siglo 21: posibilidades y desafíos de la globalización”. Esa fue la 13ª Conferencia Internacional sobre “China, la civilización china y el mundo: pasado, presente y futuro”.

La gran interrogante que debería interesar a todos los seres humanos pensantes en este planeta, es en esencia la misma que se debatió acaloradamente en la joven república de Estados Unidos, como se informa en los Federalist Papers, “¿es capaz la sociedad humana de lograr una forma eficaz de autogobierno?”. Solo que esta vez no es cuestión de una sola nación; tiene que ver con toda la humanidad y con la necesidad de un nuevo paradigma en el orden mundial.

Las tensiones en un mundo plagado de crisis múltiples parecen converger en aumento hacia un punto de inflexión: el peligro de un nuevo crac financiero del sistema financiero transatlántico, pero esta vez sistémico; una polarización sin precedentes dentro de Estados Unidos, en torno al intento de golpe aún en marcha en contra del Presidente de Estados Unidos; operaciones de falsa bandera; operaciones engañosas al estilo Goebbels en contra de poblaciones enteras; una epidemia de drogadicción que es una nueva forma de Guerras del Opio; la crisis de la migración global; terrorismo y nazismo; un aumento de las fuerzas centrífugas en la Unión Europea; el resurgimiento de esfuerzos agresivos con motivos geopolíticos para defender un orden de cosas que ya no existe; solo para enumerar algunos de los desafíos. El mundo se encuentra en un desorden.

A la luz de este mundo complejo y aparentemente desunido por completo, ¿qué tan realista es entonces la perspectiva planteada por el Presidente de China, Xi Jinping, en el 19º Congreso Nacional del Partido Comunista Chino, en donde definió las metas para China hasta el año 2050 para llegar a ser un país plenamente modernizado, “fuerte, democrático, avanzado en lo cultural, armónico y bello”, y habló incluso en un momento de construir un “mundo bello” en el que participen todas las naciones?

Si uno ve las crisis y desafíos enumerados antes, como problemas individuales que no tienen que ver uno con otro, uno termina en un “infinito malo”, en donde la solución para muchos de ellos parece imposible. Pero si uno reconoce que todos estos problemas tienen aspectos comunes, en tanto que son derivados del viejo paradigma de una época que se hunde, uno puede encontrar la solución si se informa de los principios que constituyen la nueva época.

Dos trayectorias opuestas

Hay dos tópicos que van a cambiar las reglas en el futuro cercano, que van a crear trayectorias totalmente opuestas para el futuro. El primero tiene que ver con la batalla monumental que se libra en este momento en Estados Unidos, en donde el golpe de Estado contra el Presidente Trump será exitoso y él será depuesto del cargo de una u otra forma, o, si la colusión de los jefes de las agencias de inteligencia del gobierno de Obama con los servicios de inteligencia británicos, GCHQ y MI6, para orquestar el “Rusiagate” contra Trump, para impedirle que lleve a cabo su propósito de poner la relación entre Estados Unidos y Rusia sobre una base positiva, llevará al enjuiciamiento penal de los perpetradores. Si los demócratas ganan la Cámara de Representantes en las elecciones de medio período, van a tratar de enterrar la investigación en marcha en el Congreso, y se van a intensificar al instante las medidas de confrontación que hemos visto en las sanciones contra Rusia y la guerra comercial contra China y el reciente discurso del vicepresidente Pence. Si Trump puede consolidar su posición, a pesar de los muchos tonos belicosos que vienen de Estados Unidos, existe el potencial de que él podrá en la segunda mitad de su primer período, mejorar la relación con Rusia y regresar a su actitud positiva inicial hacia China.

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Foto: Casa Blanca
El vicepresidente Mike Pence atacó a China en el Instituto Hudson, en Washington, DC, el 14 de octubre de 2018.

La segunda cuestión que constituye también un cambio de las reglas, es la perspectiva para superar la “Trampa de Tucídides” --es decir, el conflicto aparente entre la potencia dominante en el mundo hasta ahora, Estados Unidos, y la potencia emergente, China-- precisando una solución que vaya más allá de la situación bilateral de las dos potencias, y que aborde los peligros existenciales para todas las naciones, de tal manera que se eleve la discusión y la manera de pensar a un plano superior.

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EIRNS
Helga Zepp-LaRouche en la 23ª Conferencia Académica Internacional del Instituto de Estudios del Lejano Oriente de la Academia Rusa de Ciencias, en Moscú, Rusia, el 24 de octubre de 2018.

Un Nuevo Sistema Monetario de Bretton Woods

La propuesta que hizo hace varios años mi esposo, Lyndon LaRouche, es válida todavía. Las cuatro naciones más poderosas del mundo, Estados Unidos, Rusia, China e India, con el apoyo de otras como Japón, Corea del Sur y otras naciones, deben establecer en el corto plazo un Nuevo Sistema de Bretton Woods para evitar las consecuencias potencialmente devastadoras de un derrumbe financiero descontrolado. Este nuevo sistema de crédito internacional debe corregir las fallas del antiguo sistema de Bretton Woods, el cual no se llevó a cabo como se lo había propuesto el Presidente Franklin Delano Roosevelt, sino que se corrompió con la influencia de Churchill y de Truman. Debe de garantizar la soberanía incondicional de todos y cada uno de los Estados nacionales que participen en él, y debe fomentar sus oportunidades sin límites para participar en los beneficios del progreso científico y tecnológico para el beneficio mutuo de todos y cada uno de los participantes.

El aspecto más importante que debe tener este Nuevo Sistema de Bretton Woods, es un cambio profundo en las relaciones políticas, económicas y monetarias entre las potencias dominantes y las llamadas naciones en desarrollo. A menos que se ponga remedio de manera progresiva a las inequidades que persisten en la secuela del colonialismo moderno, ni puede haber paz, ni se pueden superar los desafíos como la crisis migratoria o el terrorismo.

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Xinhua/Ju Peng
El Presidente de China, Xi Jinping.

La Iniciativa de la Franja y la Ruta

El concepto básico de ese nuevo sistema económico y crediticio ya existe en principio, en el programa de la Franja y la Ruta del Presidente Xi Jinping. En los cinco años de su existencia ha creado una dinámica sin precedentes de esperanza y optimismo entre los casi 100 países que participan en el programa, y dado el ritmo de avance en ese período de tiempo tan corto, es obvio que la meta definida por el Presidente Xi Jinping, de un “mundo bello” para toda la humanidad para el 2050, es alcanzable absolutamente.

El nuevo conjunto de relaciones internacionales que requiere el Nuevo Paradigma ya está en el proceso de construirse. La integración cada vez mayor de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la Organización de Cooperación de Shangai, la Unión Económica Euroasiática, y las organizaciones del Sur Global, avanza con éxito y ha creado ya alianzas estratégicas completamente nuevas para el beneficio mutuo de todas las naciones participantes en ellas. El “espíritu de la Nueva Ruta de la Seda” se ha arraigado en la mayoría de los países de Asia, de América Latina, por primera vez en siglos le ha dado esperanzas a África, al que ha llamado el Presidente Xi el continente con el mayor potencial de desarrollo y al que el Presidente Putin ha prometido “alumbrar con el aporte de la tecnología nuclear”. Ahora muchos hablan de “África, ¡la nueva China con características africanas!” Y a pesar de la renuencia de la Unión Europea y del actual gobierno de Berlín, hay un número cada vez mayor de personas en Europa que quieren integrarse plenamente a la Nueva Ruta de la Seda, como los países del grupo 16+1 [los 16 países de Europa Oriental y Central más China], así como España, Portugal, Suiza, Holanda, Bélgica, pero en especial Austria e Italia.

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kremlin.ru
El Presidente de Rusia, Vladimir Putin.

Sin embargo, la mayor dificultad inevitable será la de encontrar una solución que incluya a Estados Unidos. Dado el nivel de militarización actual de Estados Unidos, tanto en términos de las fuerzas armadas como del armamento de la población internamente, la posibilidad de que Estados Unidos se desintegre o que acepte ser excluido de un sistema mundial alternativo, de manera tan pacífica como sucedió con el fin de la Unión Soviética, probablemente se acerca a cero. La política militar del Presidente Putin, que anunció el 1º de marzo pasado, con relación a la ciencia militar rusa y la alianza estratégica entre Rusia y China, muestra una claridad de Rusia y China en este respecto. Entonces, para evitar la Trampa de Tucídides, tiene que haber un diseño de una solución que integre a Estados Unidos en un orden superior de organización del orden mundial.

Una comunidad de futuro compartido para la humanidad

La plataforma programática común que se ofrezca se debe conceptualizar desde el punto de vista de lo que definió Nikolaus Kusansky [Nicolás de Cusa] como una forma completamente nueva de pensamiento, su famosa coincidentia oppositorum, el Uno, que tiene un orden de realidad superior que los Muchos. Esto ya está explícito en el concepto del Presidente Xi Jinping de la “comunidad compartida para el futuro común de la humanidad”.

En vez de abordar la cuestión del nuevo conjunto de relaciones entre las naciones del mundo desde el punto de vista del estado de cosas actual, la visión de la especie humana que crece hacia su fase adulta en 50 o 100 años a partir de ahora, debe aportar un conjunto de propuestas concretas de cooperación. Para ese entonces, de acuerdo a la teoría científica de Vladimir Vernadsky, la noosfera habrá adelantado su dominio sobre la biosfera de manera cualitativa, y una nueva generación de científicos y de artistas clásicos se comunicarán entre si en base a la búsqueda de nuevos principios físicos y artísticos.

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Cortesía de Kraft Ehricke
El científico de cohetes y pionero del espacio, Kraft Ehricke (izq.) muestra su diseño de un hospital orbital al presentador de la CBS-TV, Walter Cronkite, el 26 de septiembre de 1966.

Como lo explicaba el científico alemán y visionario del espacio, Krafft Ehricke, la extensión de la infraestructura primero al espacio cercano, como precondición para el viaje espacial interestelar, es el siguiente nivel necesario de la evolución de la especie humana. Como lo han demostrado la colaboración en la Estación Espacial Internacional y los asombrosos descubrimientos del Telescopio Espacial Hubble, el acento en la consideración de la humanidad en tanto especie que viaja por el espacio, cambia por completo el sentido de identidad de todos los astronautas, ingenieros y científicos participantes. Asimismo, ha sustituido por completo la noción de que vivimos en un sistema orientado a la Tierra, en donde los intereses geopolíticos opuestos tienen que pelear por los recursos limitados, con la idea de que la humanidad apenas acaba de dar los primeros pasos infantiles en un universo en el que hay un estimado de dos mil billones de galaxias.

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Organización India de Investigación Espacial
La misión Chandrayaan-2 analizará la corteza lunar en búsqueda de trazas de agua y helio-3.

El programa espacial chino pronto ofrecerá otro flanco revolucionario sin precedentes, que conducirá al mundo hacia una nueva revolución científica e industrial. La misión lunar en marcha, Chang'e, tiene un ambicioso programa para traer helio-3 desde la Luna, como combustible para la fusión termonuclear controlada en la Tierra. Una vez que la humanidad pueda controlar la fusión termonuclear, tendremos la seguridad en energía y en materias primas para toda la especie humana para todo el futuro previsible por venir.

En la misma dirección, la misión Chandrayaan-2 de la Organización India de Investigación Espacial analizará la corteza lunar para buscar trazas de agua y helio-4. El Presidente Trump declaró que los viajes espaciales tripulados, el regreso a la Luna, y las misiones a Marte y a “mundos distantes”, será de nuevo una misión nacional. Estas misiones y otras de las demás naciones espaciales, no solo beneficiarán a los países participantes, sino a toda la humanidad. La ciencia del espacio transformará todos los aspectos de la vida en la Tierra, en tanto que las mismas tecnologías en general y los enfoques para crear condiciones habitables en los páramos yermos de la Tierra, como el caso de “Umka”, la ciudad rusa planeada para el Ártico, se utilizarán para crear villas en la Luna. La tecnología del espacio va a revolucionar por completo el acceso a la atención médica avanzada en todo lugar de la Tierra; la agricultura se beneficiará en muchos aspectos de la investigación espacial. La combinación de una economía de fusión y la industrialización de la Luna, como los próximos pasos en un proceso ilimitado de desarrollar el dominio continuo de la humanidad sobre las leyes del universo, significará una plataforma económica completamente nueva en el sentido en que lo define Lyndon LaRouche.

Si los tantos seres humanos que sufren en el mundo --ya sea porque huyan como refugiados de los azotes de la pobreza y de la guerra, o que ven como la sociedad se desmorona por una violencia cada vez mayor, alcoholismo, drogadicción o depresión, o cualquier otra expresión de desesperación-- pudieran saber de los potenciales inmediatos para un avance revolucionario hacia una nueva era de la humanidad, el espíritu de la Nueva Ruta de la Seda los arroparía y se volvería el faro de esperanza para todos.

Este principio ordenador para nuestro mundo desunido de hoy, puede llegar a ser la base para unir el liderazgo de los Presidentes de China, Rusia, India y Estados Unidos.