Construyendo puentes:
Una delegación del Instituto Schiller visita España y Portugal
por Dennis Small
Este artículo se publicó en la edición de EIR del 14 de diciembre de 2018
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8 de diciembre de 2018--A finales de noviembre y principios de diciembre, los países de España y Portugal recibieron en sendas visitas estatales a Xi Jinping, Presidente de China, y firmaron importantes acuerdos económicos, sociales y culturales con China en el contexto de la Iniciativa de la Franja y la Ruta (IFR).
España fue más cautelosa que Portugal, y acordó tan solo que “ambas partes creen que la Iniciativa de la Franja y la Ruta es una propuesta importante en el marco de la cooperación global, y reconocen el potencial de esta plataforma de conectividad”. España hizo esto con el ojo puesto nerviosamente en la burocracia en Bruselas, la cual, junto con los británicos y sus aliados de facción en Washington (como el vicepresidente Mike Pence), sigue hostil a la idea de participar seriamente en el proyecto de infraestructura global de China. No obstante, el gobierno de España y distintas empresas del país firmaron 18 acuerdos y memorandos de entendimiento individuales con sus homólogos chinos.
Pero en España existe además un movimiento creciente entre sectores políticos y de negocios, que desea unirse plenamente a la IFR, y desempeñar un rol especial como conexión hacia África e Iberoamérica, donde España cuenta con profundos lazos históricos y culturales. Éste es el caso de Valencia en especial, la tercera ciudad más grande de España y el sexto puerto de contenedores de Europa, donde hay líderes regionales y nacionales que apuestan firmemente por el Corredor Mediterráneo y su “imagen de espejo” en África, el Corredor Transmagrebí, como extensiones necesarias tanto de la Franja Económica terrestre como de la Ruta de la Seda Marítima, los dos componentes de la IFR.
En Portugal, los acuerdos firmados durante la visita estatal de Xi Jinping, el 4 y 5 de diciembre, fueron de mayor profundidad y amplitud que los de España. Portugal firmó un memorándum de entendimiento “sobre cooperación en el marco de la Franja Económica de la Ruta de la Seda y la Iniciativa de la Ruta de la Seda Marítima del siglo XXI”. Asimismo, los dos países firmaron un comunicado conjunto que expresa su interés en “promover la cooperación con terceros países, en regiones tales como África y Latinoamérica”. Aún más importante es que se realizaron avances con relación a la participación china en el desarrollo del puerto de aguas profundas de Sines en el sur de Portugal, que ambas partes consideran crucial para vincular a Europa con la IFR en las Américas y África.
Es de destacar que, al llegar a estos acuerdos, el gobierno portugués hizo frente a la hostilidad e incluso las amenazas abiertas del imperio británico y sus portavoces. La valentía de Italia al desafiar la obsesión de Bruselas con la austeridad y la hostilidad hacia China, parece extenderse ahora a otras naciones de Europa, como Portugal.
Una visita a España y Portugal
Inmediatamente antes de la visita de Xi a España y Portugal, los representantes del Instituto Schiller, Dennis y Gretchen Small, visitaron ambos países en el período del 11 al 21 de noviembre, con el objetivo de realizar una serie de reuniones y charlas sobre la IFR. Lo que sigue a continuación es una adaptación de un informe que presentó Dennis Small sobre ese viaje el 1º de diciembre a la reunión semanal del Proyecto Manhattan de LaRouche PAC.
Regresamos recientemente a Estados Unidos después de un viaje de dos semanas a España y Portugal, y después a Alemania, un viaje que ocurrió justo entre las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos y la cumbre del G-20 en Buenos Aires el 1º de diciembre. Resultó que el Presidente de China Xi Jinping visitó España justo después de nuestra visita, del 27 al 29 de noviembre. Después viajó a Buenos Aires para la cumbre del G-20; a la vuelta se dirigió a Panamá, y después a Portugal el 4 y 5 de diciembre.
El viaje fue una especie de misión de reconocimiento con la intención de presentarle a la gente en estos países el nuevo informe del Instituto Schiller La Nueva Ruta de la Seda se vuelve el Puente Terrestre Mundial: Un futuro compartido para la humanidad, Vol. 2, el cual tiene un capítulo sobre la Península Ibérica, “España y Portugal: El Puente del Puente Terrestre Mundial a África e Ibero-América.”
El propósito de este informe, y de nuestro viaje, era comunicar no solo todas las listas y los mapas de los maravillosos proyectos globales que pueden y deben realizarse, y cómo Estados Unidos y China deben de trabajar conjuntamente para hacer realidad estos proyectos; desde el principio, la misión declarada de este informe era la de presentar la metodología de Lyndon LaRouche para abordar la crisis existencial fundamental a la que se enfrenta la humanidad, y sus soluciones. Por tanto, los proyectos que presentamos en este informe estaban enfocados en aquéllos que “cambian las reglas del juego” y que “patean el tablero” y cambian completamente la manera en que la humanidad se organiza. Porque nada menos que eso va a funcionar.
Déjenme comenzar indicando algunos de los problemas que encontramos. Es importante ir al encuentro de estos problemas y no eludirlos. Uno de los problemas clave es que pocas personas, ya sea en España o en Portugal, estaban dispuestas a admitir que el sistema financiero transatlántico está en bancarrota, en total e irremediable bancarrota, y que no puede salvarse sino a través de un proceso de reorganización total por bancarrota.
Un segundo punto clave con el que mucha gente tenía un gran problema, era la cuestión de comprender lo que realmente pasó en las elecciones de 2016 en Estados Unidos. ¿Cómo fue elegido Trump? Incluso personas con buenas intenciones y muy inteligentes, están sujetas a un bombardeo internacional con el mismo tipo de mentiras que nos llegan de CNN, el New York Times y el Washington Post.
Destaco estos dos puntos por una razón muy particular, y es que ninguno de ellos encaja con la visión del mundo que tiene la gente. En otras palabras, no es algo que cuadre y tenga sentido para ellos. No es algo que puedan hacer encajar de algún modo en su forma de pensar existente; así que, no lo comprenden. Porque su punto de partida es: “Bueno, tenemos aquí este agujero redondo, y tú estás tratando de colocar una pieza cuadrada. Yo no voy a cambiar lo del agujero redondo, así que eso significa que no es posible que tengas razón”.
Así que el verdadero reto es que tienes que lograr de algún modo que la gente piense de manera que afectes no lo que la gente piensa, si no la manera en que piensan, cómo piensan. Porque si no se hace eso, realmente no importa lo que piensan, porque todo estará en coherencia con el modo en que acostumbran abordar las cosas. En el mejor de los casos, seguirán tratando de meter a fuerzas esa pieza cuadrada en el agujero redondo.
Portugal: Donde termina la tierra y el mar comienza
Uno de los temas cruciales en Portugal es la cuestión del puerto de Sines. Como se puede ver en la Gráfica 1, la Red Transeuropea de Transporte propuesta por la Comisión Europea es una red viable de líneas ferroviarias, pero bajo el quebrado sistema financiero transatlántico no va a construirse nunca.
Sines es dos cosas. Será el punto más occidental del puente terrestre ferroviario que se extiende desde China, partiendo de la ciudad de Yiwu y que hasta ahora solo llega a Madrid. Sólo existe una parte de la vía que se ve en el mapa desde Madrid hacia el oeste , por lo que se necesita más trabajo para vincularlo hasta Lisboa y el puerto de Sines.
Además de ser una terminal ferroviaria, Sines es también un puerto, el puerto atlántico europeo más cercano en ruta hacia el recientemente ampliado Canal de Panamá y hacia todo el hemisferio occidental.
Sines es en la actualidad el mayor puerto de Portugal y gestiona aproximadamente la mitad de su carga marítima, pero la idea es ampliarlo como importante puerto de gran calado (un proyecto de unos 700 millones de dólares) para que también se convierta en uno de los centros conectores principales de la Ruta de la Seda Marítima, para vincular Eurasia con África y las Américas (ver Gráfica 2). La propuesta de Portugal para Sines es coherente con la propuesta del Instituto Schiller en la que no solo se trata de extender la Ruta de la Seda Marítima desde el Océano Indico, a través del recientemente ampliado Canal de Suez y a lo largo del Mediterráneo cruzando el Estrecho de Gibraltar hasta Sines, sino también extenderla desde ahí hacia toda la región de la cuenca del Caribe, a través del Canal de Panamá ampliado y el propuesto Canal de Nicaragua, para extender así el comercio por todo el Pacífico hasta China. La Ruta de la Seda Marítima también se extendería a África, de manera similar.
En nuestras discusiones en Portugal, se nos decía frecuentemente: “Nosotros los portugueses tenemos el mar en nuestro ADN, y tenemos la intención de formar parte de la IFR”. Cualquiera que conozca algo de historia sabe que eso es así ciertamente, si nos remontamos a la era del príncipe Enrique el Navegante (1394-1460), Vasco da Gama (1460s-1524), oriundo de Sines, y otros grandes exploradores. Si uno va al famoso Museu de Marinha de Lisboa, se ven barcos y demás, pero principalmente es un museo sobre los descubrimientos científicos en la construcción de barcos y en la astronomía, generados en Portugal en el período de los siglos 15 y 16, que permitieron que los portugueses se convirtiesen en exploradores del universo en aquel momento.
Esto lo expresó famosamente el poeta más renombrado de Portugal, Luís de Camões (1524-1580), quién escribió, “Aquí termina la tierra y el mar comienza”. De hecho, fue con esta famosa frase de Camões como Xi Jinping comenzó el artículo que él publicó en la prensa de Portugal antes de su llegada al país.
España: “¡Quiero corredor!”
Nuestra segunda parada fue Valencia, la tercera ciudad más grande de España y el primer puerto de contenedores del Mediterráneo. Valencia es, después de Rotterdam y otros, el sexto puerto de contenedores de Europa, pero altos funcionarios del gobierno y gente involucrada en infraestructura nos dijeron: “Sabemos que el mundo se mueve en la dirección de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, y sabemos que el comercio con China crecerá considerablemente en los próximos años y décadas. Hemos estado involucrados con China por cientos de años” (porque Valencia era un puerto de seda en la antigua Ruta de la Seda, y todavía funciona una conocida lonja de seda) “así que planeamos convertirnos en el tercer puerto más grande de Europa”.
Esto implica la ampliación de sus instalaciones portuarias hasta la cercana ciudad portuaria de Sagunto, a unos 30 kilómetros al norte, conectando ambas partes mediante un túnel por debajo del mar para el tráfico de camiones y de ese modo crear un puerto único integrado.
Eso no es todo lo que se planea para Valencia. Como puede verse en la Gráfica 3, Valencia es parte de un corredor ferroviario a lo largo del Mediterráneo, que se encuentra casi finalizado, pero que va a ampliarse y mejorarse para conectar completamente a España con Francia y con todo el Puente Terrestre Mundial. De hecho, el gobierno central ha establecido un organismo dependiente del Ministerio de Fomento llamado el Corredor del Mediterráneo, con sede en Valencia, para promover el proyecto.
Las autoridades pertinentes conciben este proyecto no solo como un Corredor Mediterráneo europeo, sino como un proyecto integral junto con el Corredor Transmagrebí a lo largo de la costa mediterránea africana. “Hay que mirar al Mar Mediterráneo como un espejo,” nos dijeron altos funcionarios. “Los corredores del Mediterráneo y Transmagrebí son imágenes de espejo la una de la otra y son parte de un proyecto de desarrollo general que incluye la construcción eventual de un túnel, o un puente, por el Estrecho de Gibraltar. Este es el único enfoque que funcionará para resolver los problemas de migración, pobreza y terrorismo que están devastando África; hay que desarrollar toda la región”.
La idea, al menos en estos círculos con visión de futuro, va todavía más allá. Están movilizándose con el fin de organizar a la población misma de España en apoyo a esta perspectiva. Para ello han organizado giras de autobús a lo largo de la costa del Mediterráneo en España, poniendo mesas de literatura informativa en las calles con peticiones para que la gente firme bajo el lema: “¡Quiero corredor!” Y explican por qué esta perspectiva es necesaria para sacar a España en su conjunto del lío en el que se encuentra actualmente.
Cuando salimos de Valencia, fuimos a Madrid por dos razones: Primero, para mantener reuniones políticas en la capital española. Segundo, para viajar en un tren de alta velocidad. Tal como explicamos a nuestros incrédulos amigos en España, ¡en Estados Unidos no tenemos ninguna línea de ferrocarril de alta velocidad! España, por lo contrario, cuenta con líneas de alta velocidad importantes: es el segundo país del mundo en kilómetros totales de líneas de alta velocidad, después de China. El tren de alta velocidad que va de Valencia a Madrid viaja a unos 300 kph.
Así que, si alguien en Estados Unidos quiere subirse en un tren de alta velocidad, tiene varias opciones: Puede ir a China, por supuesto. Segunda opción, puede ir a España. Y un tercer lugar al que puede ir es al norte de África: desde el 19 de noviembre de 2018, ¡una línea de ferrocarril de alta velocidad ahora conecta a Tánger con Casablanca! Ese tren viaja a 320 kph, y reduce el tiempo que antes se tardaba en llegar allí en tren de 4 horas y 45 minutos, a 2 horas y 10 minutos. Muy pronto, también se podrá ir a Panamá para tomar un tren de alta velocidad que los chinos han propuesto construir desde la ciudad de Panamá a David, cerca de la frontera con Costa Rica.
Llegamos a Madrid unos días antes de la visita de estado de Xi Jinping el 27-28 de noviembre, así que había bastante expectativa y trabajo de planificación en el aire, con relación a la IFR. Una de las conferencias más interesantes a la que asistimos fue la presentación del libro de Marcelo Muñoz, de 82 años de edad, Presidente de la Cátedra China, quién presentó el nuevo orden mundial que está emergiendo bajo la Iniciativa de la Franja y la Ruta a un auditorio abarrotado, donde se dieron cita unas 150 personas, entre ellos diplomáticos españoles y extranjeros (incluyendo al embajador de China en España), empresarios, sindicalistas, sinólogos y otros. Muñoz estaba acompañado en la mesa por dos ex embajadores españoles en China.
Lo más impactante de los comentarios de Muñoz fue su planteamiento sobre como la Nueva Ruta de la Seda de China está creando el nuevo mundo del siglo XXI, lo que ilustró (sin identificar su fuente) con el mapa del Puente Terrestre Mundial del nuevo informe especial del Instituto Schiller y observó que esta es la visión que le aguarda al mundo en el siglo XXI. Muñoz señaló los cuatro proyectos que se resaltan en ese mapa: el túnel del Estrecho de Bering, el Canal de Kra en Tailandia, el Tapón de Darién y el túnel del estrecho de Gibraltar. Este último recibió apoyo entusiasta en la discusión que siguió a la presentación.
Un elemento importante en las presentaciones de Muñoz y los otros panelistas fue la preocupación sobre el rumbo de la política de Estados Unidos hacia China bajo la presidencia de Donald Trump y cómo asegurar que no desemboque en conflicto. Eugenio Bregolat, embajador de España en China en tres ocasiones (y una vez en Rusia), comentó que hay voces cuerdas dentro y alrededor del gobierno de Trump, y también “halcones” (y mencionó correctamente por nombre al consejero de comercio Peter Navarro). Luego comparó la reacción de Estados Unidos ante el desarrollo actual de China, con la forma en que respondió Estados Unidos “con confianza” durante el gobierno de Kennedy, a la sorpresa y conmoción que produjo el Sputnik ruso en 1957, con grandes avances en su propia ciencia y tecnología. EU debería de hacer lo mismo hoy, enfatizó Bregolat, y no intentar detener el progreso de China. Tanto Muñoz como Bregolat, coincidieron en que esa cooperación es la solución. Muñoz destacó que la base común para la cooperación entre las dos naciones se encuentra en el ámbito del trabajo científico, y señaló que la filosofía confuciana es decisiva para ese esfuerzo común.
El problema de la Unión Europea
Hay dos cuestiones decisivas que representaban obstáculos mayores para muchas personas de buenas intenciones en Portugal y España (y en otras partes), para poder entender plenamente la crisis estratégica global, e idear soluciones programáticas a la misma. Una de ellas es el desplome financiero internacional. Los errores de juicio sobre esto, llevan a la gente a albergar ilusiones sobre el papel de la Unión Europea; mucha gente, menos en Portugal que en España, piensa aún, “Bueno, la Unión Europea será la que negocie todo esto con China”. No les gusta Bruselas, no les gusta la pérdida de soberanía, no les gusta los recortes al presupuesto ni la austeridad impuesta por la UE después de 2008, pero dicen, “Bueno, no podemos romper con la UE, y tiene que ser la UE la que negocie un acuerdo con China”.
La única razón por la que todavía pueden pensar de esa manera es porque aún no han reconocido que la UE esta unida como uña y carne al sistema financiero transatlántico, que a su vez está muerto. La UE representa a un difunto ancien régimen, la única cosa que falta es su entierro formal.
Considera el siguiente grupo de diapositivas que indican el desplome físico-económico y demográfico de Europa, en especial de l sur de Europa, bajo las políticas del imperio británico impuestas por la UE. Primero, veamos el desempleo real, que no es tan solo la cifra de desempleo oficial publicada por el Eurostat, sino que también recoge el desempleo de facto, como por ejemplo las personas que han abandonado la búsqueda de trabajo, personas que tienen trabajos a media jornada pero que desean trabajos de jornada completa, etc. (ver Gráfica 4). Se puede ver lo que ocurrió en 2008, cuando estalló la última gran crisis financiera y se utilizaron todos los instrumentos financieros para mantener a flote la burbuja especulativa: El desempleo aumentó en un 50% en Portugal, en un 44% en España, y así por el estilo. La situación del empleo juvenil es mucho peor.
¿Qué va a pasar con estos países cuando estalle la próxima explosión financiera que será todavía mayor, lo cual ocurrirá inexorablemente?
La Gráfica 5 muestra el colapso demográfico en curso, en particular después de 2008. Observa Grecia. La población residente nacional hasta el año 2010 estaba creciendo, pero a partir de ahí se ha desplomado. Lo mismo pasa en Portugal, España e Italia. La Gráfica 6 refleja nacimientos y muertes en Italia: vemos que aumentaron las muertes y disminuyeron los nacimientos. Este es el telón de fondo de la negativa del actual gobierno italiano a seguir aceptando la camisa de fuerza presupuestaria de la UE y su insistencia en trabajar con la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
Hay una situación similar en Portugal, como muestra la Gráfica 7, con solo una leve mejora de las tasas de natalidad en los últimos años, pero que no obstante son sustancialmente menores a las tasas de mortandad. En España se ve el mismo fenómeno de implosión demográfica (ver Gráfica 8).
Trump e Italia
Pocos europeos que sean serios niegan la importancia de que Estados Unidos coopere con la Iniciativa de la Franja y la Ruta. Pero la mayoría de ellos tiene al mismo tiempo una opinión sobre la presidencia de Trump que han recibido sin mayor cuestionamiento de los medios de comunicación liberales, nacionales e internacionales. A menudo, la mejor forma de hacer que la gente entienda lo que está ocurriendo en Estados Unidos es no discutiéndolo, al menos al principio. Porque mucha gente se cierra en una manera de pensar absolutamente ideológica: Puedes darles hasta macanazos, pero van a seguir sin entenderlo.
Mucho mejor es primero discutir sobre Italia.
¿Por qué Italia? Porque el nuevo gobierno en Italia llegó al poder de la misma forma que Donald Trump, así como ocurrió con el Brexit y del mismo modo en que el presidente López Obrador llegó al poder en México: arrastrados por una ola mundial contra lo establecido. Y lo que pasó en Italia es que un gobierno que los medios de comunicación insisten es de derechas, contra la inmigración, racista y xenófobo, de hecho ¡ha establecido una política nacional e internacional basada en Franklin Delano Roosevelt!
En nuestras discusiones les comentábamos que considerasen la declaración de Paolo Savona, el ministro italiano para Asuntos Europeos, que en una discusión ante el Parlamento Italiano donde se justificaba la negativa de Italia a ceder ante las exigencias de austeridad presupuestaria de la UE, dijo:
“Debo insistir firmemente en el hecho de que es necesario reproducir, cien años después, lo que Roosevelt hizo con el Nuevo Trato y sus reformas. El juntó la parte industrializada del norte de Estados Unidos con la parte agrícola sureña, y tuvo éxito. El experimento que estamos realizando en este momento realmente es un gran esfuerzo por la unidad nacional… Estamos concientes de que tenemos que instrumentar las reformas que Roosevelt inició. Roosevelt llevó a cabo una reforma sustancial en el sector financiero [referencia clara a la ley Glass-Steagall—ndr], en la competencia, en las relaciones industriales. Quienes conocen historia… saben que el tomó iniciativas muy importantes”.
Italia además ha establecido un grupo de trabajo sobre China (China Task Force) compuesto por 300 personas de diferentes ámbitos profesionales con el fin de desarrollar relaciones con China para juntos desarrollar a África. Su “Declaración de Objetivos” de agosto del 2018, dice:
“China puede ayudar a Italia a solucionar el problema de la inmigración al ayudar a África. China es el país que ha invertido más que cualquier otro en África (ya lleva $340 mil millones, mucho más que los $70 mil millones que el estimado usual de los analistas), con efectos que ya son visibles en cuanto al impacto en las tasas de pobreza y que, a largo plazo, deberán ayudar gradualmente a reducir los flujos migratorios hacia Europa.
“La participación de China en África le ofrece a Italia una oportunidad histórica de cooperación internacional para lograr la estabilización socioeconómica del continente, lo que es fundamental no solo para lograr una solución sustentable y socialmente responsable del problema de la inmigración, sino también por las oportunidades económicas para firmas italianas que surgirán en el continente”.
En general, nuestros interlocutores españoles y portugueses estaban conscientes de que Italia se enfrentaba a la UE, pero tenían poca o ninguna idea de las cuestiones políticas fundamentales que están involucradas. Los medios de comunicación les habían mentido y mantenido a oscuras. Una vez que empezaron a entender eso, captaron que Italia, como Estados Unidos, forma parte de un proceso global; que los votantes en Estados Unidos también patearon el tablero de ajedrez del Establishment en las últimas elecciones, y que Trump es el agente de ese cambio.
En pocas palabras, es muy útil cruzarle los cables a la gente, presentarles con cosas que no encajan en su visión del mundo, pero que son incontrovertibles y que desesperadamente necesitan conocer. El problema que se plantea no es conseguir que cambien lo que piensan, sino cómo piensan. Se le puede llamar a esto “el poder del pensamiento negativo”. No seas “positivo”; averigua lo que la gente no comprende, y por qué; qué es lo erróneo en la manera en que piensan.
Ese proceso se encuentra ahora en marcha en todo el sector transatlántico, aunque la gente no necesariamente lo reconoce como tal. Los pueblos están moviéndose, pero el movimiento por si solo no resuelve el problema. Se necesitan soluciones programáticas reales que puedan resolver la tensión que la gente siente, entre lo que quieren que ocurra y su actual manera de pensar. Esta es otra forma de expresar lo que Helga Zepp-LaRouche siempre se refiere como el concepto de Nicolás de Cusa de la coincidentia oppositorum: la coincidencia de los opuestos.
Las bases para este cambio están surgiendo en Europa e implica un retorno a las mejores tradiciones culturales clásicas de cada país. Permítanme que concluya con una cita reciente de Michele Geraci, subsecretario de Estado para el desarrollo económico de Italia, en discusiones en el Peterson Institute en Washington, D.C.:
“En Italia tenemos una alta calidad de manufacturas, no solo porque hay buenos ingenieros, sino porque los ingenieros se levantan en la mañana y lo que ven es arte. Ellos se inspiran en la cultura, en la historia que rodea al sistema italiano, que ayuda al pueblo, incluso al hacer diseño industrial, incluso las personas que trabajan con máquinas... Nosotros queremos seguir con lo que yo llamo el verdadero Renacimiento de Italia. Hemos vivido de cosas que hicimos hace 500 años. Ya es hora de que actualicemos el sistema. Queremos rehacer un nuevo Renacimiento, mezclando las herramientas, las manufacturas, con las aplicaciones de computación. Así que el gobierno necesita hacer tal como los papas y los reyes solían hacer: financiar a los artistas, que podían hacer obras pictóricas a las que no se podía inmediatamente convertir en dinero, sin embargo si ayudaron a la construcción del renacimiento italiano en su totalidad”.
(Traducido por José Carlos Soto)