¡Bolivia apunta hacia la energía de fusión y la eliminación de la pobreza!
Este artículo de Dennis Small y Cynthia Rush se publicó originalmente en la edición de Executive Intelligence Review del 16 de agosto de 2019.
5 de agosto de 2019 – En un discurso que dio el 13 de julio en la ciudad boliviana de El Alto, el vicepresidente Álvaro García Linera declaró que el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear que está construyendo en esa ciudad la agencia de energía atómica rusa, Rosatom, representa el "futuro del país... seremos humildes, pero somos muy inteligentes". Con este nuevo centro, que se espera esté terminado para el año 2021, García Linera subrayó que "se siembra el desarrollo de Bolivia hacia el siglo 21, el siglo 22 y el siglo 23. ¡Nunca más vamos a ser los últimos, vamos a ser los primeros!".
El vicepresidente continuó explicando los muchos beneficios que traerá el nuevo centro en áreas como la salud, la industria, la ciencia y la tecnología, además de la posibilidad de entrenar profesionales para la investigación en varios aspectos de la energía nuclear. Según la Agencia Boliviana de Información (ABI) del 13 de julio, García Linera también recalcó la importancia de desarrollar la investigación sobre la energía de fusión:
"También va haber un grupo de científicos que va estudiar el átomo, la composición, ya hemos pedido a Rusia, ya le hemos pedido a Francia. Queremos ser copartícipes de los estudios de la energía eléctrica de fusión nuclear, para que de aquí a 20, a 30 años nos estemos codeando con rusos, argentinos, franceses (...), esto es el uso pacífico de la energía nuclear para la agricultura, para el cuerpo, para la energía".
Esta orientación sorprendentemente optimista y definida por el futuro ha caracterizado al gobierno del Presidente Evo Morales, quien ha estado en el cargo desde el 2006, y bajo su liderato Bolivia se está transformando de ser el país más pobre de Suramérica, a ser uno de los países de la región que está creciendo más rápidamente, trabajando muy estrechamente con la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China, y con Rusia, en varios proyectos de tecnología avanzada y de infraestructura.
De hecho, Morales se reunió el 11 de julio con el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, en Moscú y entonces Putin destacó la calidad “única” del centro nuclear que se está construyendo, dado que estará ubicado a 4,150 metros por encima del nivel de mar (13,615 pies), y dijo:
“El centro estará dedicado a la investigación pacífica de la energía nuclear; su aplicación abarcará varios sectores de la industria, la geología, la medicina y la agricultura. Hasta ahora no se conoce que se haya puesto en práctica otra experiencia similar en el mundo”.
Morales invitó a Putin a que asista a la inauguración oficial del centro en el 2021, aunque se espera que una parte del centro comience a funcionar en octubre de este año.
Evgueni Pakermánov, presidente de Rusatom Overseas (compañía subsidiaria de la Corporación Estatal de Energía Atómica rusa, Rosatom, y responsable de sus operaciones en el extranjero), en un comentario que hizo al servicio noticioso ruso Sputnik, publicado el 1º de julio, anticipó con entusiasmo que la construcción del Centro de Investigación y Desarrollo de Tecnología Nuclear en la ciudad de El Alto, Bolivia, tiene el potencial de transformar a ese país en un centro regional de excelencia científica. Pakermánov dijo que el nuevo centro de investigación científica es para Bolivia “la puerta para entrar a otro nivel de capacidad científica y la posibilidad de realizar eventos científicos a nivel regional”. El centro contará con un reactor de investigación de 200-KW, y varios laboratorios de investigación para diversos campos “con alcance regional”, le dijo Pakermánov a Sputnik. También va a tener una planta de irradiación para el tratamiento de productos agroindustriales, “esto posibilitará el desarrollo de la exportación y mejorará el rendimiento de la agricultura”, explicó Pakermánov, quien destacó también que posibilitará el conocimiento en la medicina nuclear para el tratamiento del cáncer.
Asimismo, Pakermánov informó que otros países de Iberoamérica están interesados en construir centros similares. “Hemos sostenido consultas con varios países”, dijo. Rosatom ha construido 120 centros como este, 20 de ellos en el extranjero. Recientemente Zambia firmó un contrato para construir uno de ellos, y se están llevando a cabo pláticas con Serbia, Ruanda, Vietnam, y otros países, según informó el directivo de Rosatom.
Una cultura milenaria, moderna
Bolivia está dejando sorprendidos a todos en Suramérica y en el mundo, porque están decididos a superar el hecho de haber sido por décadas la nación más pobre de Suramérica, para saltar a un futuro de tecnología avanzada. Nada resume mejor esta perspectiva que el corto video de 60 segundos que difundió el gobierno boliviano el día que Morales se reunía con Putin, y que termina diciendo con orgullo: “Un pueblo milenario con tecnología de avanzada es invencible”, en referencia a la antigua civilización de Bolivia. El video anuncia que:
“…Nacionalizamos, industrializamos, crecimos como nunca en la historia, y ahora es el momento del gran salto tecnológico con el Centro de Investigación y Desarrollo en Tecnología Nuclear”.
El video cita a un doctor boliviano especializado en medicina nuclear que dice “necesitamos tecnología de punta para salvar vidas”. Luego un entusiasta joven boliviano señala que el nuevo centro de investigación del país “es una gran oportunidad para los jóvenes, los profesionales, pero sobre todo es una gran oportunidad para Bolivia”. Un productor de café y cacao dice que así como la exportación de alimentos es importante y “genera divisas para el país”, afirma que “con tecnología nuclear lo hacemos mejor y más seguros”.
Como señala el video, el rumbo ascendente que lleva hoy Bolivia comenzó de hecho 4 meses después de que el Evo Morales asumiera la Presidencia, con la renacionalización, el 6 de mayo del 2006, de las empresas vitales de petróleo y gas natural, que habían sido vendidas a precios de gallina flaca a intereses internacionales durante la ola de privatizaciones impulsadas por Londres que se llevaron a cabo en Iberoamérica y en otras regiones durante la década de 1990. La propiedad nacional, el control y la utilización de los recursos vitales para la industrialización, y no para el saqueo de los intereses financieros extranjeros, fue la primera condición vital para salir de la pobreza y el atraso.
Lyndon LaRouche reconoció esto desde el momento en que se anunció el proceso de renacionalización, y respaldó la medida plenamente. En ese momento, declaró:
“Se anuló la privatización. Llegó a su fin la castración de Bolivia, y esto tiene implicaciones muy significativas para todo el continente. Nadie debería haberse sorprendido por lo que hizo Evo Morales con la desprivatización. Él dijo desde el inicio de su campaña [presidencial] que haría eso. Estamos siendo testigos de una cambio de fase político”.
En los 13 años siguientes del gobierno de Evo Morales, ese cambio de fase se ha manifestado en Bolivia con un mayor progreso, en la reducción de la pobreza y en un avance hacia la industrialización, y más recientemente, con un importante avance científico y tecnológico.
La lucha contra la pobreza es contagiosa
“Si China puede hacerlo, ¿por qué nosotros no?” es una pregunta que se escucha cada vez más entre los jefes de Estado de naciones en desarrollo de todos los continentes. Estudian y hablan sobre el logro aleccionador de China, al sacar de la pobreza a cerca de 800 millones de personas, ¡más de un décimo de la humanidad!, en unos 40 años.
En el caso de Bolivia, China es a la vez un modelo y un socio en la lucha que Bolivia lleva a cabo para derrotar a la pobreza. Un ejemplo concreto de esto es lo que puede llamarse el “Modelo Mutún”. Esto se refiere al acuerdo al que llegaron China y Bolivia en el 2017 para desarrollar los enormes depósitos de hierro (y manganeso) en Mutún, en la esquina suroriental del país. El acuerdo consiste de manera destacada, entre otras cosas, el proceso de transformación aguas abajo del mineral de hierro, y el establecimiento de la primera planta siderúrgica del país. Bolivia siempre ha soñado con poder utilizar su gran cantidad de recursos naturales para promover su propio desarrollo industrial avanzado, pero por décadas, los intereses financieros internacionales dominantes se han opuesto a esto. Ahora, con la participación de China, esto se hará realidad.
El embajador de China en Bolivia, Liang Yu, declaró en una entrevista con el diario boliviano El Deber, el 2 de octubre del 2017, que China tiene el propósito de ayudar “muy vigorosamente” a Bolivia, de la manera que ellos deseen, para lograr su desarrollo y que se convierta en una nación próspera e industrial, en “el corazón energético de Sudamérica” próspera y en desarrollo:
“Con las ampliaciones de las cooperaciones en aspectos como la capacidad productiva, minería y energía, infraestructura, la promoción en los proyectos importantes como carreteras, aeropuertos, ferrocarriles y centrales hidroeléctricas, y las colaboraciones e intercambios en aspectos como el aeroespacial, las telecomunicaciones, la ciencia y la tecnología, y la protección del medioambiente, se impulsará el desarrollo de la industrialización boliviana, se incrementará el valor añadido de los productos bolivianos y fomentará la capacidad de desarrollo autónomo”.
En particular, el embajador Liang citó el contrato firmado por la compañía china Sinosteel Equipmente and Engineering Co., para construir un complejo siderúrgico cerca de Mutún. Sinosteel está contratada para construir un complejo siderúrgico, una planta de peletizado, una planta de reducción directa, y una siderúrgica con una colada continua y un tren de laminado, de tal manera que Bolivia pueda alcanzar en lo posible ser autosuficiente en hierro esponjoso, acero estructural, y “productos largos” (barras, varillas, vigas y rieles de ferrocarril).
El embajador Liang calificó correctamente al proyecto del complejo siderúrgico del Mutún como “un firme paso agigantado para la industrialización de Bolivia”. Eventualmente, Bolivia llegará a ser un exportador de acero, luego de que se termine la segunda fase del proyecto, con la construcción de las necesarias capacidades logísticas para exportar (infraestructura de carreteras, puentes, ferrocarriles y puertos).
En cuanto a la pobreza, Bolivia ha sido históricamente el país más pobre de Suramérica, compitiendo con Honduras por el segundo lugar como país más pobre en toda Latinoamérica y la región del Caribe. Haití sigue siendo, por mucho, la nación más pobre de todas.
El Presidente Morales tuvo una plática con Sputnik el jueves 4 de julio, una semana antes de su visita de Estado a Rusia, en donde le dijo:
“Hemos podido reducir la pobreza del 38.2% en 2005 al 15% en 2019. Estamos muy alentados. Ahora tenemos un plan con rumbo al bicentenario, en 2025. Quisiéramos estar con menos del 5% de extrema pobreza”.
Con una medida diferente de pobreza (el Banco Mundial considera que un ingreso promedio menor a $1.90 dólares al día constituye “pobreza extrema”) la tasa de pobreza de Bolivia bajó de 25% en 1999, a 6% en el 2017. Durante el mismo período Honduras comenzó con una tasa de pobreza similar de 26%, que bajo a 16%, casi el triple que Bolivia (ver Gráfica 1, que contempla desde el 2000 al 2017). Sin embargo, otro método para medir la pobreza que da la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), muestra una reducción de la pobreza en Bolivia que aventaja por mucho a Honduras, a México, a El Salvador y a otras naciones, y solo es equiparable con Perú (ver figura 2).
Morales dijo sobre la misión de su Presidencia: “Mi desafío, fundamentalmente como vengo de las familias más humildes, es seguir reduciendo la pobreza. No quisiera que haya niños como en los años 1960 y 1970. Ese es mi gran deseo”.
Cuando el periodista le preguntó qué lo hacía sentir más orgulloso, Morales dijo:
“Primero, de haber dejado el pasado. De haber enterrado el Estado colonial... De haber abandonado ese Estado mendigo, un pueblo limosnero. Ahora tenemos un pueblo digno y soberano. Además de eso con nuestra identidad... Y sobre todo orgulloso de nuestro crecimiento económico. De los 13 años de gestión, seis han sido los primeros en crecimiento económico de Suramérica. Son datos de organismos internacionales. Nunca antes Bolivia había sido primera en algo. Si era primera en algo en Suramérica era solamente en pobreza y en temas de corrupción”.
Y terminó diciendo:
“La felicidad para mí es el vivir bien. Y mi enorme satisfacción es haber convertido a más de dos millones de bolivianos en clase media. Ese es el resultado de la gestión. Eso nos alienta bastante para seguir con los programas sociales para el bien de la humanidad… Bolivia, de acá a 15 o 20 años, va a ser una potencia económicamente. Quisiera que nuestro país, con nuestros [empresarios] privados bolivianos, o como Estado, esté invirtiendo en el país, compartiendo lo poco que tenemos para el bien de la humanidad”.
Crédito Directo
¿Cómo lograron esto?
Una periodista de CNN México le hizo exactamente esa pregunta al vicepresidente boliviano, Álvaro García Linera, durante una visita que hizo en julio a México. El respondió así:
“Se ha realizado una fusión del capital financiero con el capital productivo, mediante la obligatoriedad de la banca privada para destinar el 60 % de su dinero a la inversión productiva y construcción. De igual manera, se determinó que el 50% de las ganancias de la banca privada se destinara al Estado. Como este dinero regresa a la sociedad y eso dinamiza la economía, eso nuevamente, luego, regresa a la banca... lo que los bancos perdieron con una mano, al final, recuperan con la otra”.
La iniciativa está funcionando, como ha sucedido cada vez que se aplican programas de crédito hamiltonianos en cualquier parte del mundo. Si uno observa los índices de producción física (no el PIB o algún otro índice monetario), en Bolivia las manufacturas aumentaron en un porcentaje anual de 2.5% en los 11 años entre 1994 y 2005, y luego de que Evo Morales llegó a la Presidencia en enero del 2006, en los siguientes 11 años (del 2005 al 2016) el promedio anual dio un salto hasta 4.3%. La generación de electricidad creció a 3.7% al año en el primer período, y a un 5.3% al año con Evo Morales. La producción de cemento aumentó un 5.8% anual en el primer período, y en 8.7% en el segundo período (ver Gráfica 3).
Tales índices físicos dan una mejor lectura científica sobre la economía real del país, que las cifras estándar del producto interno bruto (PIB), y que muestran un cambio mucho más dramático, de una tasa anual de crecimiento promedio de 5.3% de 1994 al 2005, y de una tasa anual de crecimiento promedio de 12.2% del 2005 al 2016.
Durante la ceremonia del pasado 24 de junio, en honor de los “10 profesionales becarios”, que están por salir a estudiar tecnología nuclear en Rusia, el Presidente de Bolivia, Evo Morales, y el vicepresidente, Álvaro García Linera, presentaron una perspectiva optimista del futuro que espera al país con el desarrollo de la tecnología nuclear y los campos relacionados.
Con la maestría que estos jóvenes adquirirán en Rusia (otro grupo de jóvenes está estudiando medicina nuclear en Argentina) tuiteó Evo Morales: “Los bolivianos avanzamos juntos hacia la liberación y soberanía tecnológica”. García Linera añadió que estos jóvenes científicos, son la “plana científica” que se está entrenando y que será responsable de “la administración, el control del conjunto de industrias y de centros de investigación de punta que Bolivia está construyendo para garantizar el futuro económico de Bolivia, los siguientes 30 años”, informó la Agencia Boliviana de Información (ABI).
García también dijo que él anticipa un futuro en el que Bolivia firmará acuerdos con Rusia, Estados Unidos, Francia, y otros países que están “avanzando en la producción de una energía limpia, por medio de la energía de fusión”.