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La marcha hacia las "renovables" amenaza el suministro eléctrico de Europa

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Este artículo se publicó en la edición del 12 de febrero de 2020 de Executive Intelligence Review.

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CC/Franzfoto
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CCO/Clora Torrence
Tres ejemplos de energía "renovable" en Alemania: Un parque eólico (arriba), una planta de energía fotovoltaica (centro), y una planta térmica de biomasa (abajo).

17 de enero — El viernes 8 de enero, toda Europa recibió una llamada de atención a las 2:05 p.m., cuando su red eléctrica se libró por poco de un apagón general. Se evitó una catástrofe inminente porque el sistema europeo de distribución de energía reaccionó con prontitud, al cubrir las brechas que surgieron con el excedente de electricidad que tenían de varios otros países europeos, y cortando temporalmente el suministro de energía (desconexión de carga contratada) a Italia y Francia. Estas acciones evitaron que la frecuencia de la corriente, diseñada para ser de 50 ciclos por segundo (hertzios), cayera por debajo de la marca crítica de 49,8 hertzios, lo que habría obligado a desconectar gran parte del sistema y el suministro de electricidad a decenas de millones de hogares.

La última vez que ocurrió un suceso como ese fue el 4 de noviembre de 2006, que afectó a 10 millones de hogares. En esta ocasión, se dijo que el detonante del casi apagón total fue Rumanía, donde el aporte de energía a la red fue sustancialmente menor. La próxima vez que suceda, lo más probable es que el detonante sea Alemania, cuyo gobierno está obsesionado con abandonar todas las fuentes de energía fósiles, y salir de la energía nuclear, y hacer que todo el país y su economía dependan de las energías dizque “renovables" como la energía solar y eólica, y la biomasa. El gobierno alemán ya había alcanzado la mitad de su objetivo el año pasado, cuando las "renovables" tenían por primera vez una participación de más del 50% del suministro eléctrico nacional. El objetivo final del 100% debe alcanzarse en 2040.

La marcha de Alemania hacia la era de la energía solar, eólica y la biomasa ha causado repetidamente problemas en el cálculo del suministro de energía: Siempre que el viento o el sol no aportan suficiente energía, se recurre a las capacidades de reserva en el sector del petróleo, el gas y el carbón para cubrir el vacío; siempre que el viento y el Sol proporcionan un excedente, se desconectan las capacidades en los tres sectores de energía fósil. Y, cada vez que el déficit es demasiado grande para cubrirlo en poco tiempo, Alemania importa energía de sus vecinos. Irónicamente, estas suelen ser importaciones que Alemania considera electricidad "sucia", porque se produce a partir del carbón (en Polonia o Chequia) y nuclear (Francia o Chequia) en la mayoría de los casos.

Los expertos advierten que este sistema de importaciones es frágil, porque los vecinos de Alemania no podrán garantizarle un volumen de energía suficiente a Alemania, cuyas necesidades aumentarán enormemente después de su salida definitiva de la energía nuclear a finales de 2022. Ya este año Alemania tiene previsto cerrar tres de los seis reactores nucleares que le quedan, lo que supondrá la desaparición del 6% de la capacidad energética de la red nacional. Y eso no sólo causará problemas a Alemania; debido a que la economía industrial de Alemania es la más grande de Europa, afectará a toda Europa con desequilibrios crecientes en el sistema de distribución continental.

Gráfica 1
Eólica: Capacidad instalada alemana frente a la producción
Capacidad instalada máxima = 35.000 MW
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Image adapted from that used by Wolfgang Müller at the 2015 International Conference on Climate Change.

 

Imagen adaptada de la que utilizó Wolfgang Müller en la Conferencia Internacional sobre el Cambio Climático de 2015

Aumento de las "intervenciones" para prevenir apagones

El {Informe Especial del EIR} de septiembre de 2015, titulado ‘{Global Warming’ Scare Is Population Reduction, Not Science }(El miedo al calentamiento global es reducción de la población, no es ciencia), demostró cómo el aumento considerable de la frecuencia de los arranques y paradas irregulares de las unidades de energía "renovable", y de las unidades fiables de gas natural y energía nuclear que tienen que respaldar las "renovables", generó problemas para una red de suministro eléctrico que depende de la fiabilidad de los suministros de energía. Las fluctuaciones brutas de las fuentes de energía "renovables" se mostraron en un gráfico de la generación de electricidad de energía eólica, día a día, en agosto de 2014. (Véase la Gráfica 1.).

Gráfica 2
Intervenciones de Alemania para estabilizar la red
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Imagen adaptada de la que utilizó Wolfgang Müller en la Conferencia Internacional sobre Cambio Climático de 2015..

El informe mostró que,

Antes de la ampliación generalizada de la energía eólica y solar, se necesitaban muy pocas intervenciones [véase la Gráfica 2] para estabilizar la red de energía de Alemania: En 2006, sólo hubo tres o cuatro intervenciones [por parte de los operadores de red], pero en 2012 se necesitaron casi 1.000 intervenciones para mantener una fuente de energía consistente y fiable disponible las 24 horas del día. En 2014, fueron necesarias más de 3.500 intervenciones de este tipo para rescatar el suministro nacional de energía de los efectos de las fluctuaciones debidas a la falta de fiabilidad de las entradas de suministro.

El sistema ha evitado hasta ahora catástrofes mayores en el suministro de energía de Europa, pero no es estable. Por ejemplo, Alemania ya no puede aportar su cuota nacional al sistema: sus exportaciones de electricidad cayeron un 11,6% en 2020, mientras que al mismo tiempo Alemania tuvo que importar un 38,8% más de sus vecinos europeos que en 2019. Durante el verano de 2020, Francia no pudo exportar suficiente excedente de electricidad a su vecina Alemania, el mayor cliente extranjero tradicional del sector de la energía nuclear francesa, sino que se vio obligada a importar desde España, que volvió a tener que importar desde Marruecos. Esto demuestra que hay límites definidos a lo que las otras naciones europeas pueden hacer para mantener la industria alemana en marcha.

Visiones de una burbuja financiera verde

Resulta sorprendente que los radicales alemanes de las "energías renovables" propongan construir gigantescos parques de paneles solares en Marruecos para generar energía que sería importada por Alemania. Esas propuestas envían adrenalina extra a las venas de los fanáticos de las Finanzas Verdes que se ponen eufóricos con los varios cientos de miles de millones de euros que se invertirán en el plan marroquí, que crearía desastres aún peores que los programas actuales de Alemania.

El programa actual ya es un desastre: después de todo, el 2020 fue el año en que las emisiones de CO2 en Alemania se redujeron en un 15%, pero eso se debió al cierre de grandes partes de la industria afectadas por la pandemia, no al hecho de que el 2020 fuera el primer año en el que las energías renovables generaron más que las tres fuentes fósiles (petróleo, carbón y gas) juntas: 183 teravatio-hora contra 178 teravatio-hora respectivamente. Como se ha mencionado anteriormente, el 2020 también fue el año en que Alemania tuvo que importar más energía que nunca.

No cabe duda de que la transformación del suministro eléctrico alemán en un suministro "verde", es un fracaso. Es un fracaso costoso, porque la financiación de estas fuentes de energía verde, que fue de 27.500 millones de euros en 2019, aumentó a 30.900 millones de euros el año pasado. La financiación procede de la EEG (Ley de Fuentes de Energía Renovables), que reembolsa a los productores de energía solar y eólica no sólo los costos de producción, sino también las pérdidas causadas por no encontrar suficientes clientes.

Aunque la electricidad generada en Alemania por la energía solar, eólica y de biomasa fue un 4% mayor en 2020 que en 2019, los ingresos generados por la producción de electricidad a partir de energías renovables en 2020 fueron 6.400 millones de euros menos que en 2019. El cierre de la industria a causa de la pandemia provocó una menor demanda efectiva de energía, y como la electricidad no se puede almacenar, cuando las energías renovables producen un exceso, o bien hay que exportarla a los vecinos de Alemania o, si esos vecinos no pueden utilizarla, los generadores tienen que desconectarse, o se realizan otras intervenciones en la red, por las que los proveedores alemanes tienen que pagar. En 2020, el costo fue de 579 millones de euros.

Planes de expansión de la energía nuclear

Los absurdos de la política energética alemana, exacerbada por el "Trato Verde" de la Comisión Europea, no pueden ser tolerados por las demás naciones de Europa que tienen sus propios intereses nacionales. Muchos de los vecinos de Alemania están optando por un mayor uso de la energía nuclear; seis de ellos incluso obligaron a la Comisión Europea a reconocer el átomo como una fuente de energía de bajas emisiones en su programa general de energía verde aprobado a finales del 2020. Polonia, vecina al este de Alemania, quiere construir hasta 11 reactores nucleares para el 2040. En su programa para las elecciones nacionales anticipadas en el país esta primavera, el partido gobernante VVD de los Países Bajos pedirá que se construyan 10 reactores nucleares en las próximas dos décadas. Chequia, Eslovaquia, Rumanía, Hungría, Bulgaria y Finlandia se han comprometido a construir nuevos reactores.

Incluso Francia, que fue sede del Acuerdo Climático Mundial de París de 2015, y que lamentablemente quiere reducir la generación de energía producida a partir de reactores nucleares del 75% de la producción nacional actual, al 50% para el 2040, sigue comprometida con la energía nuclear, en principio. El Presidente Emmanuel Macron, que heredó este objetivo de reducción de la presidencia anterior, reiteró en declaraciones el 12 de diciembre que la energía nuclear es indispensable para Francia y que tendrá un futuro vigoroso en ese país. Y 110 científicos y activistas energéticos polacos han publicado una carta abierta en la que piden al gobierno alemán que abandone su objetivo de "salida nuclear" y deje que los seis reactores restantes funcionen por el momento más allá de finales de 2022.

Todavía hay tiempo, aunque no mucho, para que Alemania revierta su marcha hacia el atolladero de la "energía verde" y asegure el suministro de energía para su industria y su población. Esto requiere no sólo mantener en funcionamiento los reactores de fisión nuclear restantes, sino construir otros nuevos y entrar en la era de la fusión nuclear.

El partido BüSo del movimiento LaRouche promoverá este programa en la campaña electoral parlamentaria nacional en septiembre de 2021. La campaña de BüSo desatará un debate nacional sobre el reingreso a la energía nuclear en Alemania.

Para mayor información escribir a preguntas@larouchepub.com

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