Construyamos infraestructura para Haití, ¡ya!
Este artículo se publicó en la edición del 27 de agosto de 2021 de Executive Intelligence Review.
por Gretchen Small
21 de agosto de 2021 — Qué tan desesperadamente necesita Haití infraestructura, de carreteras viables, aeropuertos, transporte confiables, hospitales, y demás, se muestra de nuevo ante el mundo, esta vez en la lentitud con la que llega la ayuda humanitaria a las zonas del sur y el oeste del país afectadas por el terremoto del 14 de agosto. En la zona del país más afectada por el terremoto habitan alrededor de 1,5 millones de personas, a 80 millas de la capital del país, Puerto Príncipe, adonde el transporte terrestre es una empresa muy arriesgada debido al pésimo estado de las carreteras y a los problemas de seguridad que representan las bandas armadas. Casi nada llega a las aldeas remotas, porque la ayuda sólo puede dirigirse a los centros de población que están cercanos a las pistas de aterrizaje donde pueden aterrizar los aviones.
Según el gobierno de Haití, cuando se escribió esto, el número de fallecidos era de alrededor de 2.200 personas, y cientos de personas desaparecidas que están todavía tal vez enterradas debajo de los escombros. Hay más de 12.000 personas heridas, y alrededor de 687.000 personas que necesitan urgentemente ayuda humanitaria a consecuencia del terremoto. El sismo destruyó más de 150.000 viviendas, y muchas personas que se quedaron sin vivienda viven a la intemperie, se vieron aquejadas y desprotegidas cuando la más reciente tormenta tropical azotó la isla, creando las condiciones para un mayor desarrollo de enfermedades frecuentemente mortales.
Muchos de los ya escasos centros de salud que existían, también fueron destruidos por el terremoto. La doctora Carissa Etienne, directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), informó el 18 de agosto que en los tres departamentos que fueron golpeados más fuerte por el terremoto, resultaron dañadas o destruidas 24 instalaciones de salud. Ella hizo un llamado a la comunidad internacional para que responda de manera rápida a las “enormes necesidades” que tiene Haití, de personal de salud, suministros médicos, equipos, y medios para transportar a los pacientes, para recuperar los servicios de salud en las zonas afectadas y “garantizar agua e higiene adecuados para evitar un aumento de enfermedades diarreicas, respiratorias y cutáneas”, además de continuar administrando las vacunas contra la COVID-19.
Una catástrofe provocada por el hombre
El Instituto Schiller emitió un llamado el 18 de agosto para que se tomara medidas de inmediato para ayudar a Haití. Titulado, “Pongan en práctica ya el programa de reconstrucción de Haití que propuso LaRouche en el 2010: ¡no se puede permitir que el terremoto del 2021 hunda a esta nación todavía más!” explica:
“Si se hubiera aplicado el programa del estadista estadounidense Lyndon LaRouche para reconstruir Haití, como respuesta al devastador terremoto del 12 de enero de 2010, en el que murieron entre 250.000 a 300.000 personas, esta empobrecida nación no estaría sufriendo hoy el nivel de muertes y destrucción que ha provocado hasta ahora el terremoto del 14 de agosto de este año, de 7,2 grados en la escala de Richter. Y el número de personas muertas va a aumentar con la llegada de una serie de tormentas tropicales; tormentas que se espera que lleguen quizás una tras otra.
“…La gente está aterrorizada. ¿Serán una vez más abandonados por Estados Unidos y sus socios internacionales? ¿Los dejarán perecer en la pobreza extrema, la enfermedad y la miseria?
“Lyndon LaRouche,” agrega la declaración, “respondió de inmediato al terremoto del 2010 proponiendo un programa de reconstrucción de emergencia para Haití, en el que Estados Unidos tenía una responsabilidad especial. Pidió que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, en primer lugar, se desplegara para rescatar y reubicar a hasta un millón de haitianos sin hogar de Puerto Príncipe en terrenos más elevados antes de que llegara la temporada de lluvias y se desatara una peligrosa crisis sanitaria y de saneamiento para estos ciudadanos desposeídos; a continuación, propuso un programa integral centrado en la construcción de proyectos de infraestructura: saneamiento, gestión del agua, riego, viviendas a prueba de terremotos, transporte, agricultura, etc.
“LaRouche también recomendó que Estados Unidos firmara un tratado de 25 años con Haití, 'acordar un tratado para restablecer la soberanía eficiente de la nación de Haití, después del efecto destructivo de esta y otras dificultades anteriores. Hacemos un contrato con el gobierno, como acordar un tratado, entre Estados Unidos y Haití, para asegurar la reconstrucción de su país, de manera que realmente sea un país que funcione y pueda sobrevivir' ”.
Esa propuesta se publicó en el semanario EIR (en inglés) y se puede consultar aquí: larouchepub.com/pr/2010/100222lar_haiti.html
El 20 de marzo del 2021, la EIR publicó un paquete de 20 páginas que detalla los parámetros de economía física que se necesitan para iniciar la reconstrucción, e identifica el enfoque y los intereses maltusianos que se opondrían ferozmente a ella.
El Presidente Barack Obama se negó rotundamente a implementar la propuesta de LaRouche, y en cambio decidió abandonar a Haití a manos de las ONG extranjeras que carecen de las capacidades logísticas y de construcción de infraestructura a gran escala necesarias para transformar realmente la situación, en caso de que realmente quisieran hacerlo. Diez meses después, en octubre del 2010, una epidemia de cólera arrasó a Haití, precisamente como Lyndon LaRouche había advertido que ocurriría si no se realizaban esfuerzos de recuperación a gran escala con apoyo internacional. Miles de haitianos que habían sobrevivido al terremoto, pero que seguían viviendo en tiendas de campaña endebles, expuestos a la intemperie y sin acceso a una alimentación adecuada o a servicios de saneamiento, sucumbieron ahora ante el cólera.
Tampoco se construyó la tan necesitada infraestructura en la isla luego de que la epidemia de cólera mató a tantas personas. Sin embargo en el 2017, el Instituto de Diseño e Investigación en Ingeniería Municipal del Suroeste de China, trabajando con la empresa haitiana Bayti Ayiti, desarrolló un programa de infraestructura de $30 mil millones de dólares para reconstruir Haití, que iniciaría con una inversión de $4.700 millones de dólares para reconstruir la capital, Puerto Príncipe, con infraestructura de salubridad, vivienda y transporte.
Este proyecto nunca se materializó. Executive Intelligence Review (EIR) supo de buena fuente que el Fondo Monetario Internacional (FMI) se interpuso para mantener las mortíferas condiciones de vida impuestas a los haitianos. El FMI informó al gobierno haitiano que cortaría su financiación si permitía que el proyecto privado siguiera adelante.
“No actuar cuando se puede, equivale a un genocidio”
En medio de la epidemia de cólera en el 2010, a Helga Zepp-LaRouche la invitaron a que enviara un mensaje a una reunión que se realizaría en Cabo Haitiano, sobre cómo actuar para salvar a Haití, organizada por un dirigente de la Coalición Regional de Jóvenes de los Departamentos del Norte y el Este (COREJENE), que estaba en contacto con el movimiento de LaRouche en Canadá. El interés era extraordinario. Unas 2.500 personas entre ellas estudiantes, empresarios, periodistas, y políticos locales estuvieron el 26 de noviembre en esa reunión, una demostración dramática de la sed por nuevas ideas de parte de los haitianos.
El discurso de Helga Zepp-LaRouche que fue presentado como video al comienzo de la reunión, comenzó con una propuesta:
“Comencemos por hacer una movilización internacional para salvar al pueblo haitiano y organizar una completa reconstrucción de Haití, para que todos en este país puedan tener una vida digna. Y llamémosla ‘Operación Frederick Douglass’ ”.
Un programa de infraestructura de 30.000 millones de dólares para Haití, propuesto en el 2017 por el Instituto de Diseño e Investigación en Ingeniería Municipal del Suroeste de China, habría construido en Haití un sistema de tratamiento de aguas residuales moderno (arriba), un sistema de producción y distribución de energía (centro), y servicios públicos y una red de carreteras (abajo). El FMI intervino para garantizar que esto no sucediera.
La historia de Haití ha estado entrelazada con la de Estados Unidos desde el inicio de ambas naciones, explicó la señora Zepp-LaRouche. La independencia de Haití en 1804 "fue", subrayó, "la primera rebelión exitosa de los esclavos en las Américas, que se produjo después de la Revolución Americana, y derrotó a los ejércitos de las potencias coloniales de España, Inglaterra y la Francia napoleónica. Y desde entonces, el destino y la historia de Haití han estado muy ligados a los de Estados Unidos. Haití apoyó la Revolución Americana y fue aliada de Alexander Hamilton. Haití fue castigado por esto con bloqueos y cuarentenas. Esto cambió de nuevo cuando [Abraham] Lincoln llegó a la Presidencia [de Estados Unidos] en la década de 1860, y fue entonces que EU reconoció diplomáticamente a Haití. En esa época, Frederick Douglass fue el embajador plenipotenciario [de EU] en Haití”.
Durante el período de grandes Presidentes estadounidenses, como Abraham Lincoln y Franklin Delano Roosevelt, las relaciones entre Estados Unidos y Haití florecieron; bajo el mandato de anglófilos como Woodrow Wilson, Haití fue invadido y ocupado; o de Obama, que se negó a acudir en ayuda de Haití, señaló.
Zepp-LaRouche expuso la serie de propuestas que su marido había hecho a lo largo del 2010 para un esfuerzo de reconstrucción de 25 años con apoyo internacional. Debemos pensar en términos de un proceso “de desarrollo de una generación para Haití", argumentó, si no queremos que Haití se enfrente a continuas catástrofes.
Lean en este enlace larouchepub.com/eiw/public/2010/eirv37n47-20101203/eirv37n47-20101203_037-operation_frederick_douglass_zep-hzl.pdf la propuesta de Zepp-LaRouche de “Operación Frederick Douglass” (en inglés).
Las advertencias que hizo ella en el 2010 eran tan pertinentes entonces como vigentes hoy día:
“La catástrofe que está ocurriendo en Haití en estos momentos es un espejo de lo que le ocurrirá al resto del planeta si no se cambia drásticamente la actitud hacia este hermoso país...
“La horrible condición de las víctimas en Haití actualmente, es una acusación total al gobierno de Estados Unidos y a la comunidad internacional; esta es una catástrofe que era visible con mucha antelación y se podía prever lo que sucedería...
“No actuar cuando se puede, equivale a un genocidio…
“Movilicémonos para llevar a cabo la ‘Operación Frederick Douglass’ y hagamos de ella la razón primordial de una alianza internacional para el desarrollo hasta que Haití se salve y sea reconstruida”.
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