(Este artículo se publicó originalmente en la edición del 11 de marzo de 2022 de Executive Intellligence Review).
Segunda parte: No, Putin no exagera
No hay forma de esconderse:
neonazis C-14 en Ucrania
Hay varios neonazis en los sectores militar, de seguridad interna y policial de la Ucrania posterior a 2014. Un tratamiento completo de este problema se publicó como un artículo en la edición del 7 de febrero de 2014 de EIR, entre otros el artículo, "Potencias occidentales respaldan el golpe neonazi en Ucrania".
Aquí es útil agregar al expediente el archivo de Yevhen Karas, el líder del grupo neonazi de Ucrania, "C14". Recientemente, Karas aplastó algunas de las ilusiones consoladoras sobre el papel de los neonazis en Ucrania, eufemísticamente llamados "nacionalistas radicales", o la "extrema derecha", etc.; eso fue útil. En particular, quedaron muy golpeados los delirios que niegan el papel fundamental de estos neonazis en el derrocamiento violento del gobierno electo de Ucrania, en la toma del Maidán en 2014 y en la ejecución de asesinatos, intimidación y represión, todo por parte de quienes en Occidente explotan a Ucrania en una confrontación violenta total con Rusia. En algún momento, tus vecinos pueden querer preguntarse: "¿Odio tanto a los rusos como para abrazar a los neonazis y arriesgarme a una guerra termonuclear?".
Karas: Occidente nos apoya porque nos divertimos matando
En un panel de discusión el 5 de febrero de 2022, disponible aquí, Karas comenzó a explicar por qué Occidente les había "dado tanto armamento". Sin pestañear, Karas dice que es "porque realizamos las tareas establecidas por Occidente, porque somos los únicos que estamos listos para hacerlas. Porque nos divertimos, nos divertimos matando y nos divertimos peleando..."
Expone mucho en poco más de dos minutos explicando que sus grupos paramilitares son el vehículo elegido por la alianza de los británicos, polacos y turcos con Ucrania, "porque hemos iniciado una guerra que no se veía desde hace 60 años". (Y, de hecho, la guerra continua e implacable librada contra los civiles en el Donbás había prevenido el cumplimiento de los acuerdos de paz de Minsk, manteniendo viva la guerra). Luego se burla del cuento de que Ucrania simplemente se estaba volviendo a reunir con sus hermanos de Europa. En vez de eso, Ucrania debería simplemente olvidarse del objetivo estrecho de unirse a Europa. Más bien: "Somos un Estado enorme y poderoso, y si llegamos al poder, será tanto alegría como problemas para todo el mundo".
Luego explica en parte lo que quiso decir, al describir lo que realmente sucedió, contrariamente a la narrativa occidental, en el golpe de 2014: "Maidán fue la victoria de las ideas nacionalistas". Para Karas, los únicos nacionalistas son los neonazis. "Los nacionalistas fueron el factor clave allí, y, claramente, en la vanguardia... Incluso si solo éramos el 8% de los participantes, logramos el 90% de lo que se hizo". Es decir, sus acciones violentas secuestraron al Maidán. "Si no fuera por los nacionalistas, todo eso se habría convertido en un desfile gay".
¡No hay 'neonazis' aquí! Solo somos enemigos de judíos y rusos
La agrupación C14 de Karas fue fundada por Oleh Tyahnybok en 2010 como el grupo juvenil del partido de extrema derecha Swoboda. ("Swoboda" es, a su vez, la nueva etiqueta del partido que se llamaba "Social Nacionalista" de Ucrania, lo que sugiere correctamente su ideología común con el "Nacionalsocialista" de Alemania, o partido nazi). C14 emplea insignias nazis, tal como una versión muy obvia de la esvástica.
El entrenamiento de la milicia C14 llevó al despliegue de sus fuerzas en la plaza Maidán en el invierno de 2013-2014 y al rompimiento de cualquier compromiso constitucional. Más recientemente, ha recibido fondos del gobierno para "proyectos de educación nacional-patriótica". Además, a partir de 2018, el gobierno municipal de Kiev había contratado a C14 para "vigilar" las calles, donde ha recibido notoriedad por sus sádicos métodos físicos contra gitanos y homosexuales.
Karas niega que el C14 utilice medios ilegales en su "policía" y otras actividades. Sin embargo, cuando se le señala que sus palizas a las víctimas son ilegales, no le tiembla la voz: "Golpear a una persona es probablemente una décima parte de nuestras acciones". Luego pasa a explicar algunas de las nueve décimas restantes. Por ejemplo, los matones del C14 amenazan con la fuerza física a los ciudadanos que llevaban cintas de San Jorge en la celebración del 9 de mayo de la victoria sobre los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Luego, la policía oficial juega el papel del policía blando, señalando al C14 y simplemente diciéndoles a los portadores de la cinta: "Aquí hay guerreros". Fuera salen las cintas. Como Karas dice con orgullo: "Es decir, hasta cierto punto, actuamos como un detonador". No siempre tiene que llegar a palizas. Por separado, C14 confirma sus tácticas de matones mafiosos. De hecho, anuncia sus servicios como un grupo de "músculo por encargo", y escriben que si se proporciona una contribución y se indica cuáles son sus "enemigos", C14 se asegurará de que sus enemigos encuentren que la vida es más difícil para ellos.
Más recientemente, Karas se ha esforzado por explicar cómo él y C14 no son realmente "neonazis". Es solo que sus principales "confrontaciones" parecen ser con "grupos étnicos no ucranianos que controlaban las fuerzas políticas y económicas de Ucrania". Y, continúa, resulta que son rusos y judíos, por lo que él y C14, se queja, se confunden a los ojos del público con los neonazis. "No nos consideramos una organización neonazi, somos claramente nacionalistas ucranianos". Evidentemente, la distinción es que hablan ucraniano, no alemán, pero para estos fines esa distinción no hace la diferencia. Sin embargo, la cuestión más importante es que ni siquiera hay ningún deseo de defenderse realmente; más bien, este acuerdo de "guiño y asentimiento" con las autoridades nominales, es suficiente y ayuda, pues transmite aún más el acuerdo "de facto" en la Ucrania de hoy, de un país que ha sido secuestrado.
¿Por qué el nombre '14'?
Sin embargo, si caminan y hablan como nazis, y además, en realidad llevan el nombre de uno, podrían ser nazis. Resulta que el curioso "14" en su título elegido es un homenaje a las infames "14 palabras" del nazi estadounidense, David Eden Lane. Este pasó por varios grupos, incluidos el KKK y la Nación Aria, antes de prestar juramento a La Orden, jurando liberar a "nuestro pueblo del judío y llevar la victoria total a la raza aria". Allí, condujo el vehículo de la fuga en el asesinato en 1984 de Alan Berg, un comentarista de radio judío en Denver, Colorado. Los miembros de La Orden dirigían campos de entrenamiento militarista.
Para financiar su plan para "liberar el noroeste del Pacífico como una patria para los blancos" contra lo que La Orden y grupos similares llaman ZOG, siglas en inglés del “Gobierno de Ocupación Sionista”, el grupo evidentemente se financió a través de secuestros de carros blindados y falsificación de dinero. Desde la cárcel, Lane dirigió, con la ayuda de su esposa, su "14 Word Press", que, entre otras cosas, publicó su muy difundido grito de guerra de catorce palabras: "Debemos asegurar la existencia de nuestro pueblo y un futuro para los niños blancos".
C14 no es el único truco numérico entre los neonazis ucranianos. Aparte del poder "mágico" de "14", también hay el “88", una versión codificada de "Heil Hitler" (ya que "H" es la octava letra del alfabeto). Cabe destacar que Yuri Biryukov, un ex asistente del Ministro de Defensa de Ucrania, publicó "1.4.8.8." en su página de Facebook. Biryukov, también conocido como "Phoenix", cuyos negocios incluyen una compañía de tecnología informática en Estados Unidos, dio un paso al frente en marzo de 2014 para apoyar financieramente a las fuerzas armadas ucranianas. Más tarde se jactó de que fue uno de los primeros en ir a la plaza Maidán el 1 de diciembre de 2013.
El papel de los neonazis es demasiado difícil de ocultar
El ataque de Putin contra los neonazis ha provocado no poca diarrea verbal en Occidente. La defensa genérica al batallón Azov y otros neonazis, cuando se plantea la acusación, es que es solo un pequeño porcentaje de la población de Ucrania y de los manifestantes de Maidán, y no han tenido ningún efecto o influencia sobre la Ucrania por lo demás saludablemente democrática. Los neonazis están en muchos países, alegan, y los de Ucrania son aún menos significativos que los de Estados Unidos.
Sin embargo, algunos grupos judíos y hasta congresistas estadounidenses, habían tomado medidas para evitar que se proporcionen armas y apoyo de Occidente a los neonazis ucranianos. En marzo de 2018, el proyecto de ley de gastos generales de $1,3 billones de dólares aprobado en el Congreso y promulgado, estipula que "ninguno de los fondos disponibles por esta ley puede utilizarse para proporcionar armas, entrenamiento u otra asistencia al Batallón Azov". Uno de los patrocinadores de esta prohibición, el representante Ro Khanna, declaró: "La supremacía blanca y el neonazismo son inaceptables y no tienen lugar en nuestro mundo".
Los esfuerzos de hoy para encubrir esta verdad sobre los neonazis son transparentemente falsos. En un artículo del 1 de marzo en el periódico Politico, Daniel Fried del Consejo Atlántico (financiado por la OTAN, el Departamento de Estado de Estados Unidos y contratistas militares) afirmó haber decodificado el llamado de Putin a la "desnazificación". Según Fried, el término “desnazificación” significa hoy "el reemplazo (probablemente matando o arrestando) de los líderes pro occidentales y democráticamente elegidos de Ucrania con un títere del Kremlin". Fried escribe esto sin intención de ironía, aparentemente ajeno al papel central que desempeñaron los neonazis en el derrocamiento en 2014 de un gobierno elegido democráticamente, y la conversación "grabada en cinta" de Victoria Nuland del Departamento de Estado, hablando con el embajador de Estados Unidos en Ucrania, en la que asigna puestos en el nuevo gobierno de Ucrania.
Fried alega además que Putin cree que "los ucranianos realmente no existen como pueblo..., pero si acaso existen, son nazis. Incluso para los estándares de Putin, eso es grotesco". En verdad, hay algo grotesco aquí, pero Putin ha sido claro todo el tiempo, que los bien financiados y totalmente protegidos nazis en Ucrania, por pequeños que sean en número, mantienen al país como rehén, y que los ucranianos son más que capaces de gobernarse a sí mismos y elegir a sus propios líderes, si quienes dirigieron el golpe en Ucrania no tuvieran al país como rehén. Incluso para los estándares del Atlantic Council, la defensa ofensiva de Fried es grotesca.
La fuga suicida de Zelenskyy: Jugando con el Holocausto
A pesar de la línea difundida en los medios occidentales con la frase "Zelenski es judío", para dejar de lado cualquier investigación sobre el problema neonazi en Ucrania, Zelenski ha dicho públicamente que el judaísmo casi no juega ningún papel en su vida, y muchos otros factores son mucho más importantes. Entonces, en el nuevo papel que le han asignado como defensor de la fe judía, se lanzó hacia adelante, tratando el horrendo genocidio nazi durante la Segunda Guerra Mundial, como un tema adecuado para la pose demagógica más barata, cuando visito el monumento Babyn Yar en Kiev (en el lugar donde los nazis cometían sus asesinatos en masa de judíos).
Zelenskyy publicó un tweet: "Para el mundo, ¿cuál es el punto de decir 'nunca más' durante 80 años, si el mundo permanece en silencio cuando cae una bomba en el mismo sitio de Babyn Yar? Al menos 5 muertos. La historia se repite". ¿Cómo podría entenderse esto como algo más que "los rusos bombardearon el sitio del asesinato masivo nazi de judíos, cinco personas fueron asesinadas allí, y los rusos están a punto de intensificar el genocidio". Su tweet hizo lo que estaba calculado para hacer, desencadenando una ola de imágenes horribles, desencadenando una reacción visceral en todo el mundo, difícil de borrar.
Sin embargo, simplemente no hubo bombardeo de Babyn Yar.
Como explicó el presidente del consejo consultivo del Centro del Monumento Babyn Yar, Natan Sharansky: Un misil apuntó a una torre de transmisión y la golpeó. Hubo daños por los escombros voladores en el complejo deportivo cercano. (No lo dijo, pero probablemente también hubo daños en otros dos establecimientos cercanos, un restaurante de hamburguesas y un taller de reparación de motocicletas). Sin embargo, el "sitio" de Babyn Yar, distinto al Monumentol Babyn Yar, abarca cientos de hectáreas. Y también hay tres cementerios, entre ellos un cementerio judío, más cerca de la torre de transmisión que del Monumento. Sharansky: "La bomba estaba, por supuesto, apuntando a la torre de radio". Nada del Monumento resultó dañado, y una sinagoga cercana, dijo Sharansky, "no se daño... El edificio que se dañó [la antigua instalación deportiva] no era parte del museo".
De hecho, horas antes de que se disparara el único misil, el Ministerio de Defensa ruso había advertido públicamente al vecindario que "la infraestructura tecnológica del SBU [Servicio de Seguridad de Ucrania] y el 72º centro principal de PSO [Unidad de Operaciones Psicológicas] en Kiev serán golpeados con armas de alta precisión. Hacemos un llamado a los residentes de Kiev" para no acercarse a la torre de transmisión de 370 pies de altura. Nadie lo hizo, y ningún civil murió ni resultó herido.
En el sitio de Babyn Yar, hay un informe de escombros que han golpeado el cementerio cercano; pero vale la pena señalar que la profanación de cementerios judíos se había vuelto bastante rutinaria en la Ucrania posterior a 2014. Por ejemplo, la destrucción del monumento en la parte superior de la fosa común de 800 judíos, asesinados por nazis y colaboradores locales en Lysychansk, Ucrania, fue destruida en diciembre de 2021, y cuando se reparó, se destruyó nuevamente en enero. A pesar de la protesta del Director General del Comité Judío Ucraniano, Eduard Dolinsky, no se escuchó ni un pío de Zelenski.
“La nieve es negra”
Fue poco después del ataque a la torre que Zelenski hizo su fuga suicida con el tipo de técnica nazi de "Gran Mentira", hecha infame por Josef Goebbels. En la época de Goebbels, se difundieron imágenes cinematográficas indelebles, difíciles de borrar, entre la población alemana, donde se mostraban judíos como alimañas que correteaban entre los preciosos suministros de granos. La imagen es diferente hoy en día, aunque tan operativa absolutamente, ya que la mayor parte de Occidente se traga la imagen invertida de que el objetivo militar preciso de Putin de la desnazificación es un renacimiento de los nazis, un ejemplo clínico del famoso alarde de Bertrand Russell, de que el control realmente efectivo de las poblaciones podría manejarse cuando uno pueda convencerlos de que "la nieve es negra".
A las poblaciones occidentales, condicionadas durante décadas a ser ajenas a los horrores físicos y psicológicos de las políticas genocidas reales que tienen lugar hoy en día, especialmente en Iraq, en Siria, en Yemen y en Afganistán, ahora se les permite un orgasmo de rectitud contra las acciones militares rusas en Ucrania, donde, como dijo el general británico sir Richard Barrons a la BBC, las personas asesinadas no eran árabes o afganos, sino "personas que viven y se parecen a nosotros".
El gobierno israelí, algunos congresistas estadounidenses, el Comité Judío Americano, el Instituto Simon Wiesenthal, la Liga Antidifamación y otros, habían hecho varias advertencias en los últimos años (en particular de 2014 a 2021) con respecto al problema neonazi en Ucrania. Estas mismas voces ahora están en gran parte en silencio, ya que los neonazis ucranianos se convertirán en "nuestros neonazis", lamentablemente necesarios para la confrontación geopolítica con Rusia. ¿En qué se diferencia esto de las excusas en la década de 1930, de quienes en Occidente que ayudaron e instigaron el ascenso al poder de los nazis, hasta la concentración militar de la Alemania nazi? Uno podría preguntarse, ¿cómo funcionó eso? ¿Repetir esos errores en un mundo nuclear sería lo que hay que hacer ahora?
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