Un programa de emergencia para salvar a Argentina, el miembro más nuevo del BRICS
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Hay ciertas batallas que no se pueden evitar y que es necesario ganar. Una de esas batallas es lograr que Estados Unidos y Europa occidental cambien su rumbo actual de confrontación geopolítica respecto a Rusia y a China, un rumbo que tiene el propósito de imponer el sistema financiero transatlántico en quiebra y su orden mundial unipolar. La alternativa a ganar esa batalla es muy probablemente una guerra nuclear.
Otra batalla es la venidera elección presidencial en Argentina el 22 de octubre, que se perfila como el primer campo de batalla inmediato entre el recién ampliado proceso del BRICS-11 y el sistema transatlántico en bancarrota, un sistema aterrorizado ante la posibilidad de ser barrido por la marea de naciones que se unan al BRICS, la emergente Mayoría Global.
El resultado de ese enfrentamiento determinará seguramente el futuro de Argentina por las décadas por venir; pero también puede decidir el futuro del BRICS.
Argentina es una de las seis naciones que se unieron al BRICS en la cumbre de Johannesburgo, Sudáfrica, que se llevó a cabo del 22 al 24 de agosto, a pesar de las presiones para que no lo hiciera. Ahora hay otros 20 o 30 países que quieren hacer lo mismo y unirse a la Mayoría Global para construir una nueva arquitectura de desarrollo y seguridad para sus naciones y el mundo. La City de Londres y Wall Street necesitan urgentemente hacer de Argentina un ejemplo sangriento e impedir que se una al BRICS el 1º de enero de 2024, triturando la economía de esa nación mediante el cobro de la deuda y la fuga de capitales, y de ese modo desacreditar por completo al actual gobierno de Alberto Fernández, y a su candidato, el ministro de Economía Sergio Massa, y entregar el triunfo al psicológicamente inestable Javier Milei.
Milei, el favorito de los banqueros, al que algunos llaman "el Zelenski argentino", ya ha jurado que, si gana, va a sacar a Argentina del BRICS incluso antes de que se incorpore; eliminar la moneda argentina (y por tanto su soberanía) y sustituirla por el dólar de los especuladores; romper lazos con China, Rusia y la mayoría de los vecinos iberoamericanos de Argentina; y aplicar políticas neoliberales extremas que darán un tiro de gracia a la economía física de la nación.
Ya la crisis económica es tan grave en Argentina que Massa, quien actualmente está negociando con los sicarios del Fondo Monetario Internacional (FMI), fue duramente castigado en las primarias del mes pasado, en las que los tres candidatos principales (Massa, Milei y la neoliberal Patricia Bullrich) obtuvieron aproximadamente un tercio de los votos cada uno, lo que fue un revés sorprendente para Massa, que esperaba obtener resultados mucho mejores.
Argentina se encuentra hoy asfixiada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los bancos transatlánticos que representa. Esos bancos endeudaron al país a la fuerza durante el anterior gobierno de Macri, de la misma manera que un traficante de drogas agresivo le mete fentanilo a fuerzas a su víctima. Como resultado, Argentina es hoy, con mucho, el mayor deudor del FMI, con $46.000 millones de dólares. La fuga masiva de capitales, orquestada por los mismos bancos, ha desangrado al país; el peso en el mercado paralelo se ha desplomado de 200 a 600 por dólar en un año; las tasas de interés se sitúan hoy en el 118%; y el FMI prevé una inflación anual del 108%, lo que ha contribuido en gran medida a sumir en la pobreza a cerca de la mitad de la población.
Si los banqueros logran eliminar a Argentina, su vecino y aliado Brasil —uno de los cinco miembros fundadores del BRICS— será el siguiente. Y el mensaje que se habrá transmitido al mundo será: "Intenta romper con nuestro sistema, y te asfixiaremos financieramente y te borraremos del mapa".
Este mensaje es el mismo que pronunció en 1969 el arrogante Henry Kissinger, entonces consejero de Seguridad Nacional del Presidente Nixon, al entonces ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Gabriel Valdés: "Nada importante puede venir del Sur. La historia nunca se ha producido en el Sur. El eje de la historia empieza en Moscú, va a Bonn, cruza a Washington y luego va a Tokio. Lo que ocurre en el Sur no tiene importancia. Pierdes el tiempo".
El BRICS está demostrando ahora que Kissinger no tuvo razón.
Lo que sigue es el programa de emergencia propuesto por el Instituto Schiller para que Argentina y el BRICS ganen esa lucha, que especifica los pasos inmediatos que deben dar el gobierno de Alberto Fernández y el candidato Sergio Massa de la coalición gobernante Unión por la Patria, {antes} de las elecciones presidenciales del 22 de octubre para que su impacto ya se sienta el día de las elecciones. Basándonos en el trabajo de Lyndon LaRouche en la ciencia de la economía física, proponemos nueve medidas específicas, que se engloban en tres grandes epígrafes programáticos, a adoptar para Argentina y como ejemplo para el mundo.
Detener la sangría: el pueblo es primero
1) Declarar de inmediato una moratoria al servicio de la deuda externa de $275.000 millones de dólares, incluyendo los $46 .000 millones que se deben al FMI, la mayor cantidad debida a esa institución por cualquier país del mundo. Romper unilateralmente toda negociación con el FMI, cuyas iniciales en portugués (FMI), según los patriotas brasileños, quieren decir en realidad “Fome, Miséria e Inflação” (Hambre, Miseria e Inflación).
2) Imponer controles totales de capital y de cambio, así como la conversión obligatoria de todos los ingresos por exportación a pesos para depositarlos en bancos argentinos. Estas medidas pondrán fin a la libre convertibilidad del peso argentino a dólares, y a la especulación y la fuga de capitales que promueve.
3) Establecer una paridad fija entre el peso y el dólar, determinada soberanamente por el gobierno de Argentina, para las categorías aprobadas del comercio internacional, los viajes y otros usos productivos de las divisas. Las transacciones bancarias internacionales especulativas no se incluyen en la categoría de operaciones aprobadas, y los esfuerzos ilegales para llevarlas a cabo deben ser severamente penalizados mediante la confiscación y los procedimientos judiciales pertinentes. Franklin D. Roosevelt demostró que los banqueros tienden a responder con notable racionalidad cuando se enfrentan a la posibilidad de perder tanto sus activos especulativos como su libertad.
El sistema internacional de tipos de cambio flotantes que se inauguró con las medidas anunciadas el 15 de agosto de 1971 por el Presidente Nixon de Estados Unidos, fue el catastrófico punto de inflexión que abrió el paso a la burbuja especulativa de 2 mil billones de dólares que hoy se ha apoderado de todo el sistema financiero transatlántico. El retorno a un sistema de tipos de cambio fijo de las monedas nacionales productivas (no especulativas), que Lyndon LaRouche defendió desde hace tiempo, está ahora en el orden del día, mucho antes de lo que la mayoría esperaba.
Realizar una transfusión urgente de crédito productivo
4) Emitir fondos públicos de emergencia y subsidios para los argentinos más pobres (la mitad vive ahora en la pobreza) y para las empresas que de otro modo se verían abocadas a la quiebra. Se deben congelar los pagos al servicio de la enorme deuda interna del gobierno (que en marzo de 2023 sumaban casi $400.000 millones de dólares) hasta que se hayan satisfecho las necesidades urgentes de la población. El ministro de Economía Massa anunció medidas a finales de agosto para proporcionar algún alivio de emergencia, pero lo que el gobierno reparte un lunes, el martes desaparece gracias a la inflación de 108% y una fuga desenfrenada de capitales, ambas producidas por la banca internacional. Esto cambiará con la aplicación de las medidas 2 y 3 anteriores.
5) Nacionalizar el banco central “autónomo” (BCRA), que en realidad lo controlan la City de Londres y Wall Street, y restablecer un banco nacional que emita crédito productivo denominado en pesos, a tasas de interés de 1% a 2%. Argentina tiene tales precedentes en su historia, como lo tiene Estados Unidos con el Primer Banco de Estados Unidos de Alexander Hamilton en 1791.
6) Frenar la inflación galopante mediante el establecimiento de estrictos controles de precios para canastas básicas de bienes esenciales de consumo y de producción. Las elevadas tasas de interés que generan inflación, las devaluaciones impuestas por los banqueros y el "acarreo de fondos" especulativo internacional se habrán proscrito y dejarán de ser factores creadores de precios internos desorbitados.
7) Ampliar el comercio en moneda nacional con los miembros del BRICS y otras naciones amigas, aprovechando al máximo la nueva condición de Argentina como miembro del BRICS y su acceso al Nuevo Banco de Desarrollo (NBD). Esto también ayudará a Argentina a tener acceso a líneas de crédito en monedas distintas al dólar, para fines de inversión productiva, provenientes de esos países y del NBD. Los países del BRICS deben responder a la batalla por la supervivencia de Argentina como si su propia existencia dependiera de ello, porque así es.
Iniciar grandes proyectos de infraestructura
8) Construir los corredores ferroviarios bioceánicos de alta velocidad que unan las costas atlántica y pacífica de Sudamérica, como parte del sentido de misión de largo plazo restablecido para Argentina, y para toda la región. Convocar una conferencia internacional que se celebraría en Buenos Aires a mediados de octubre, para conseguir la rápida aprobación y puesta en marcha de los proyectos, con la participación de representantes gubernamentales de alto nivel de, al menos, Brasil, Perú, Bolivia y China (país que dispone de la tecnología ferroviaria necesaria y que lleva años ofreciendo la construcción de este tipo de proyectos, en el marco de su propuesta, la Iniciativa de la Franja y la Ruta). En China, este tipo de proyectos de infraestructura han elevado la plataforma tecnológica de regiones enteras y han sido esenciales para el espectacular logro de ese país de sacar a unos 850 millones de chinos de la pobreza extrema en las últimas cuatro décadas. La sensación creciente en Argentina y en toda la Mayoría Global es: Si China puede hacerlo, ¿por qué nosotros no?
9) Argentina debe unirse también a las naciones espaciales del mundo, como el caso de India que acaba de lograr el alunizaje de su nave Chandrayaan-3. Argentina ya tiene un programa espacial activo, y las instalaciones para lanzamientos espaciales de Brasil en Alcântara, cerca de la línea ecuatorial, es el centro perfecto para un esfuerzo sudamericano de cooperación, junto con aliados internacionales entre las naciones del BRICS y otras. La base de Alcântara (y la instalación espacial que tiene la Unión Europea en Kourou, Guyana Francesa, en caso que decidan unirse al esfuerzo) pueden servir como centros para el entrenamiento rápido de una fuerza laboral calificada altamente productiva para toda la región. Esto pudiera abordarse en la misma conferencia internacional de mediados de octubre, con la incorporación fundamental de India como nación participante. Después de todo, si India puede hacerlo, ¿por qué nosotros no?
Este conjunto de medidas salvará a Argentina de convertirse un Estado fallido, le permitirá unirse orgullosamente al BRICS el 1º de enero de 2024, y reforzará estratégicamente el papel del BRICS para las batallas que se avecinan. Argentina no va a sobrevivir sin el BRICS, pero también, puede que el BRICS no sobreviva sin Argentina.
Como declaró recientemente el presidente de Brasil, Lula da Silva: “No puedo aceptar que sea normal que un ciudadano nazca pobre y muera pobre, que su hijo nazca pobre y muera pobre, que su nieto nazca pobre y muera pobre... No tenemos derecho a seguir siendo pobres... No tenemos derecho a que nos sigan llamando el Tercer Mundo”.
— 4 de septiembre de 2023
Dennis Small
DennisSmall@Verizon.net