La crisis sistémica mundial
marca el fin del 'libre comercio'




El señor LaRouche pronunció el siguiente discurso en una conferencia organizada conjuntamente por la Asociación de Egresados de la Escuela Superior de Guerra (ADESG) de São Paulo, y Executive Intelligence Review, la que se llevó a cabo el pasado 11 de junio en el auditorio del Parlamento Latinoamericano en São Paulo, Brasil.

El tema que abordaré hoy es el que se me asignó, la crisis global y el fin del libre comercio. Sin embargo, lo enfocaré atendiendo a un concepto que yo diría que es una aplicación nueva del principio de defensa estratégica, que se aplica no sólo a los principios militares de defensa estratégica, sino también a la defensa de naciones, economías y sistemas.

Lo abordaré en diversos términos. Primero que nada, definiré lo que quiero decir por defensa estratégica, en tanto sistema militar y político. Trataré sobre los aspectos de los pronósticos económicos, de lo que está a punto de pasarnos; cuáles son los principios económicos que subyacen dichos pronósticos; y cuál podría ser la naturaleza, en principio, de las soluciones a esos problemas. Haré esto yendo de un tema a otro cuando sea necesario, para tratar de darles un cuadro más coherente de lo que tengo en mente respecto a estas materias.

Primero, a manera de introducción, antes de entrar en materia, puedo decirles que hay algunas personas que todavía no creen que el sistema financiero mundial actual, que el sistema monetario-financiero, está condenado a desaparecer. Porque hay una tendencia que contiene dos aspectos. Uno es el miedo, como tal; y el otro es el condicionamiento que induce a la gente a negar la existencia de un problema que su inteligencia les dice que existe.

Vemos esto comúnmente en la sociedad, gente que niega la realidad, ya sea porque tenga miedo —y niega la realidad porque le tiene miedo a lo que teme y, por tanto, desea creer que no existe—, o porque su sentido de identidad se asocia fuertemente a ciertos supuestos que tienen las características generales que le atribuiríamos a una geometría normal de escuela secundaria, en donde se supone que ciertas definiciones, axiomas y psotulados determinan cómo funciona el sistema.

Nos encontramos ahora en el punto en que las definiciones, axiomas y postulados existentes del sistema que ha gobernado al mundo de manera creciente en los últimos 35 años, han probado ser un fracaso catastrófico. Y por razones que indicaré, nos encontramos ahora en el punto en que no podemos esperar que el sistema dure, en su forma presente, más que unos cuantos meses. A lo mejor ni dure otra semana. Pero estamos hablando de unos cuantos meses como máximo para que continúe el presente sistema mundial, y eso incluye a los Estados Unidos igual que a cualquier otro país del mundo. No piensen que los Estados Unidos y Argentina estén en condiciones tan disímiles el uno del otro. Argentina es un país dependiente, y por tanto soporta la carga que le imponen potencias más grandes, como el FMI. Pero por debajo de todo, los Estados Unidos están infectados por la misma enfermedad que aflige a la Argentina, y puede ser postrado por ella. Pueda que no tome más de unos cuantos meses para que se desenvuelva el proceso.

Pero el problema es que, bajo estas condiciones, pueden oirse las posibilidades de los cañones de agosto, una vez más, no tan distantes. En los meses de agosto, septiembre y principios de octubre, bajo las condiciones financieras y monetarias que yo conozco, podría estallar una nueva forma de guerra global, o de propagación de guerra mundial. Al igual que en los 1930 y los 1940, la crisis financiera mundial, que había sido parcialmente resuelta por los Estados Unidos, pero no por otros países, condujo a un país tras otro por el sendero de la guerra, y fue sólo una cuestión de tiempo. Una ocurrió el incendio del Reichstag en Alemania, y Hitler estableció una dictadura, y luego, con la muerte del presidente Hindenburg al año siguiente, el mundo estaba condenado a sufrir una guerra general eurasiática. Y sucedió. Y nadie podía detenerla en ese momento. Enfrentamos el mismo tipo de perspectiva.

Y por lo tanto, cuando uno brega con la crisis económica actual, o con las cuestiones del libre comercio, no deben verse como si fueran un ejercicio académico de economía. Estamos bregando con estrategia al nivel más alto, en el más profundo sentido. Estamos tratando con una amenaza general a la civilización entera, de la cual ninguna nación queda exenta.

La historia de la defensa estratégica

Ahora bien, ¿qué quiero decir con defensa estratégica? El concepto de defensa estratégica en el sentido militar, formal, fue introducido en dos fases por Lázaro Carnot, un general de división del ejército francés del siglo 18. Primero como un joven oficial, brillante, escribió un ensayo en honor del gran Vauban. Y algunos de ustedes habrán visto las fortificaciones en Francia que fueron creadas por Vauban, y comprendido al estar ahí, pensando en cuáles eran las capacidades de la artillería a principios del siglo 18, estos sitios son impresionantes, al grado que las fuerzas austriacas nunca fueron capaces ni osaron invadir a Francia por esa área, por lo que implicaba pasar por las áreas de esas dos fortificaciones de Vauban.

Carnot, en su homenaje a Vauban, recalcó que entre los logros no reconocidos de Vauban se encontraba un principio más abarcador, un principio de defensa estratégica. Y de 1792 a 1794, cuando Francia estaba a punto de ser destruida y desmembrada por los ejércitos invasores de todas las otras naciones de Europa, este joven oficial recibió el mando de las fuerzas armadas francesas, y durante un período de menos de dos años, transformó esas fuerzas militares utilizando métodos que incluían las levas, y el modo en que las utilizó, y llevando a cabo una revolución científico-tecnológica en las armas militares y en la economía, todo en un lapso de dos años. A resultas, todos los ejércitos que habían invadido Francia habían sido derrotados para cuando le cortaron la cabeza a Robespierre, y Francia se salvó de todas las fuerzas invasoras. Y hasta que Napoleón logró destruir fuerzas armadas de Francia por su estupidez, por comportarse como un bandido más bien que el líder de una nación, Francia fue una potencia militar invencible.

Esta fue una de las primeras muestras de defensa estratégica. Irónicamente, Napoleón mismo fue destruido por el principio de defensa estratégica, como se lo había advertido Carnot acerca de la marcha hacia Rusia del Gran Ejército. El instrumento de su destrucción no fue, sin embargo, la advertencia de Carnot. El instrumento de su destrucción fue otro comandante y sus asociados: Gerhard Scharnhorst. Schanrnhorst, quien era producto del sistema educativo desarrollado por Moisés Mendelssohn, algo que alguna gente desconoce en la actualidad. Pero este Scharnhorst y su círculo de colaboradores, incluyendo específicamente a Friederich Schiller y su obra, sentó las bases para la forma alemana del concepto de defensa estratégica. Y el consejo de los alemanes, o los asesores prusianos, los reformadores prusianos, al Zar en ese entonces, acerca de como tratar con Napoleón fue aceptado por éste, en base en el estudio de Schiller de la guerra de los Países Bajos y de la Guerra de los Treinta Años, en general.

Y la defensa de Rusia en contra del Gran Ejército de Napoleón se definió sobre la base del estudio de los principios logísticos y sus implicaciones para la guerra. El Gran Ejército de Napoleón fue destruido en Rusia. Y a instancias de los prusianos, Europa se movilizó con éxito para impedir que Napoleón pudiera regresar a Francia a levantar un nuevo ejército, y empezar todo el proceso de nuevo.

Esta política se propagó a varias partes del mundo, incluso a West Point, especialmente bajo el presidente James Monroe, y durante un periódo en que, aparte de las ideas de Jomini, de las que no tengo una alta opinión para este propósito, los Estados Unidos desarrollaron el concepto de defensa estratégica que se desplegó bajo circunstancias difíciles en la gran Guerra Civil. Y los Estados Unidos mantuvieron esta política de defensa estratégica hasta terminar la Segunda Guerra Mundial.

El cambio a la política utopista

Hoy tenemos un nuevo concepto de política militar, que surgió en los Estados Unidos casi inmediatamente después de la muerte de Roosevelt. Algunos decidieron en los Estados Unidos que el Wehrmacht y las Waffen-SS, que eran las fuerzas de combate más eficaces que había entonces, debían de imitarse, y las Waffen-SS, en particular, fueron el modelo para un cambio de política militar en los EU, de apartarse de la defensa estratégica, hacia una política imperial, pro imperial, que puede trazarse fundamentalmente hasta las Legiones romanas, las legiones romanas imperiales, y la manera en que éstas manejaban el imperio; pero se podía trazar de manera más inmediata al ejemplo de las Waffen-SS, la idea de unas Waffen-SS internacionales como sucesoras de las legiones romanas para el establecimiento de un imperio mundial permanente, sin Estados nacionales soberanos.

Esta idea ganó influencia en los Estados Unidos. Fue resistida naturalmente por todos los grandes comandantes, como MacArthur, y Eisenhower, quien no permitió que esta política se aplicara mientras él ocupaba la Presidencia. De hecho, cuando Eisenhower salía de la Presidencia hizo una declaración un tanto enigmática sobre el peligro de un complejo militar-industrial, que era acertada, pero que no fue al meollo del problema.

Una vez que Eisenhower, el último representante de la tradición militar estadounidense, salió de la Presidencia, ocurrió lo que muchos de los más viejos de ustedes recordarán que pasó alrededor del mundo. Lo que pasó en Inglaterra, en donde el gobierno fue derrocado con la organización de un escándalo, y pusieron a este tipo terrible, Harold Wilson, quien inició el proceso de destrucción de la civilización occidental desde dentro, en lo económico. Después hubo el intento de asesinar a Charles de Gaulle, quien a su manera, había adoptado esencialmente la política de defensa estratégica. Hubo el otro atentado, el asesinato de Enrico Mattei de Italia. Hubo el asesinato del presidente Kennedy, que es parte del mismo proceso, no importa cuanto quieran negarlo. Tuvimos la expulsión de Adenauer del gobierno de Alemania, para dar paso a una nueva política. Tuvimos más tarde, en 1965, la remoción de Erhard del gobierno de Alemania en otro golpe de Estado. Alemania ha venido en descenso en sus políticas económicas desde la remoción de Erhard hasta el presente, a pesar del hecho que hubo cierta resistencia a lo largo del proceso.

Luego tuvimos la guerra en Indochina, la guerra de los Estados Unidos en Indochina, que es un cambio fundamental en la política militar, y fue usada para llevar a cabo ese cambio en la política militar. Los soldados que fueron a Vietnam como comandantes, no regresaron de ahí como los soldados que habían sido antes. Se les había despojado de la tradición militar americana.

Y empezamos el camino de descenso hacia la creación de un imperio mundial de habla inglesa, en el que los Estados nacionales dejan de existir y las agencias supranacionales, controladas principalmente por los angloamericanos, tendrían poder mundial. Esto continuó hasta 1989–1991, cuando se desplomó el sistema soviético. En ese momento, las potencias de habla inglesa que participaban de estas ideas, estas ideas militares utópicas y otras parecidas, pensaron que podrían proceder ahora, a un paso más o menos acelerado, a establecer un imperio mundial de habla inglesa.

La dimensión económica

Esto condujo a un proceso de cambio en la economía. En la recuperación de la depresión en los Estados Unidos, en la reconstrucción de posguerra en Europa, con el plan Monnet y métodos parecidos, en los beneficios que se alentaron en América Central y del Sur bajo la influencia combinada de una política de Franklin Roosevelt y de los acuerdos monetarios que prevalecieron de 1945 a 1965, hubo un progreso importante en las condiciones de vida y en las economías de las Américas, Europa Occidental, Japón y otras partes.

Eso cambió en 1965. Empezamos a ir hacia abajo. ¿Qué hicimos especificamente? Pasamos de ser una sociedad productora, que ponía hincapié en la producción de riqueza, en el desarrollo de la infraestructura necesaria para la producción de riqueza, para mejorar los niveles de vida de la totalidad de la población —por lo menos esos eran nuestro objetivos, por los que lucharon muchos líderes—, y pasamos a ser un tipo diferente de sociedad en la que las potencias de habla inglesa dijeron: "Ya no vamos a producir más. Vamos a obligar a las otras naciones del mundo, como hizo Roma al término de la segunda guerra Púnica. Vamos a utilizar nuestro poder para establecer un imperio mundial en el que ustedes trabajen para nosotros. Nosotros ya no producimos más. Hemos cerrado nuestras industrias gradualmente. Hemos cerrado sectores de nuestra agricultura, a nuestros agricultores independientes. Hemos clausurado nuestro sector empresarial de negocios privados de sociedades limitadas. Ustedes trabajen ahora para nosotros bajo un proceso que llamamos `globalización', que es en realidad una nueva forma de imperialismo, imperialismo puro, justo como los romanos".

Después de la segunda guerra Púnica, la clase caballeresca de los romanos, la que se consolidó en el poder, redujo a la población de Italia ya sea a la condición de esclavos, o a miembros de la llamada ciudadanía, que vivía de pan y circo y se le controlaba de esa manera. Roma vivía del saqueo de las partes del mundo que había conquistado, y exigía de ellas tributo o contribuciones en las condiciones impuestas por ellos.

Ustedes vieron esto en 1971, en particular, con el cambio en el sistema monetario, a un sistema monetario de tipos de cambio flotantes. Vamos a ver algunas de las cosas que sucedieron ahí. Veamos la primera transparencia (gráfica 1).

Ahora bien, esta es una gráfica que presenté por primera vez en una conferencia en el Vaticano en 1995, y luego inmediatamente la usé para mi campaña política de 1996. Se pueden ver tres líneas. Vean a la mano izquierda, que indica 1966, más o menos 1966, que fue el punto de cambio en términos de la política fiscal de EU, en términos de política fiscal del gobierno, que marcó este giro de los Estados Unidos, hacia la misma dirección en la que había puesto el primer gobierno británico de Harold Wilson ya a Inglaterra.

Ahora, las tres curvas son como sigue. La de abajo, la línea más baja, representa el derrumbe progresivo y que se alimenta a sí mismo de la economía física del mundo, en términos per cápita. Esto es, en terminos físicos per capita. La línea de arriba se refiere al crecimiento de los agregados financieros, como normalmente los registran los contadores y otros. La segunda línea se refiere a los niveles de emisión monetaria del gobierno y otras agencias que generan el agregado monetario, el cual se usa para inflar los agregados financieros.

Ahora, obviamente, lo que representan estas curvas es un proceso asintótico que se aproxima a los que llamamos en física una "condición límíte". Ahora, en este tipo de procesos estamos tratando lo que algunos consideran pronósticos de largo alcance, no de corto alcance, no de mes a mes, o semana a semana, sino pronósticos de largo alcance. Lo que quiero decir con pronósticos de largo alcance es, esencialmente, una generación. La generación desde que nace una criatura, hasta que esa criatura alcanza un cierto grado de madurez en la educación y otras cualidades, entre los 21 y 25 años de edad, y funciona como un miembro adulto de la sociedad, capaz de continuar los procesos de producción. Pensamos en términos de dos generaciones a partir del momento del nacimiento de una criatura hasta 50 años después, o más, cuando este individuo es capaz de asumir las responsabilidades ejecutivas de dirección de la sociedad, y mantener así la continuidad y el progreso de la sociedad.

Así que, cuando se tiene un proceso como este, un proceso vicioso, uno en el que los supuestos aximáticos indican que cada paso que se toma tenderá, en última instancia, a conducir al desastre, al desenvolvimiento de ese desastre, como desastre total, no se manifiesta ante nosotros de manera inmediata, ni al año siguiente o el que sigue, ni en cinco años. Nos va a llegar en 10 años, 20 años, 25 años, 30 años. Ahora, 35 años más tarde, estamos al punto en que esa línea se va a disparar arriba y abajo. Está entrando a la condición límite.

Por ejemplo, hubo un informe reciente que vi ayer, de una fuente brasileña, acerca de las expectativas de Brasil para el primer trimestre del año 2003. No es bonito. La fuente es confiable. Hay otras cifras que tienden a confirmar lo mismo.

Permítanme añadir algo y luego pasar a la segunda gráfica, la segunda sección de las gráficas que estoy mostrando aquí.

Se produjo un cambio alrededor del año 2000. Quiero llamarles la atención, rememorarles la Alemania de Weimar en el año 1923. A Alemania la explotaban los Estados Unidos indirectamente, y directamente Francia e Inglaterra, bajo las condiciones de Versalles; la ley de reparaciones de guerra. Para pagar esas reparaciones de guerra, Alemania había tenido que recurrir a la impresión de dinero, para elevar el valor del marco en ese momento, y usarlo para pagarles a los aliados en ese momento, para mantener a los lobos a raya, para mantener a las bayonetas francesas fuera de la cuenca del Rin y cosas parecidas. El caso es que en ese momento no pasó nada de importancia con el marco. Se produjo una inflación secular, pero era un período de deflación general en el mundo, el período de 1921–1922, de la posguerra de la Primera Guerra Mundial, un período de fuertes presiones deflacionarias en los mercados mundiales.

Así que, bajo dichas condiciones, no hubo una inflación agresiva en Alemania. Luego, súbitamente, en junio y julio de 1923 esto cambió. ¿Que sucedió en este momento?

Observen la línea del medio y la línea superior. Imagínense en este caso que la línea del medio hubiera sobrepasado repentinamente a la línea superior. ¿Qué sucede en ese momento con el monto de agregados monetarios que se tienen que bombear al sistema para evitar el derrumbe de los agregados financieros? Se aproxima una fase de hiperinflación potencial, exactamente como la que ocurrió en Alemania en junio y julio de 1923.

Recuérdese que para octubre y noviembre de 1923 el marco alemán estaba muerto, y tuvo que ser rescatado con oro de los Estados Unidos.

La crisis golpea

Estamos en tal situación ahora. Vean lo que paso en Argentina. Este es un ejemplo de la misma función en Argentina (gráfica 2).

Hay un aumento de los reclamos financieros extranjeros en forma de deuda, o deuda total, pero con un encogimiento de los medios para pagar dicha deuda, por los mismísimos medios con que se está pagando la deuda. No sólo es así, sino que la tendencia, como lo hemos visto en el caso de Argentina, es hiperinflacionaria. Esto es, el monto de agregados monetarios que deben introducirse para refinanciar las obligaciones financieras presentes, genera un endeudamiento creciente que es mayor que la deuda que se está refinanciando. En ese momento, uno está en una situación hiperinflacionaria.

Esta es la situación que esta fuente brasileña proyectó para Brasil para el primer trimestre de 2003.

Esto no es un problema de Brasil. No es un problema de Argentina. Es un problema mundial. Hemos entrado a una fase de cambio en el sistema financiero global, en el que el monto de los agregados monetarios que generan los Estados Unidos por medio de las estafas más intensas que se puedan imaginar; Enron es un ejemplo típico. Estas estafas son organizadas no por estafadores financieros como tal, sino por el Congreso. El Congreso de EU es el mayor estafador financiero que tenemos. Fueron los congresistas los que impusieron, una y otra vez, las leyes que permitieron que ocurriera la estafa de Enron. El congresista Phil Gramm. Un chiste mio es que si se tiene a Wendy Gramm, su esposa, y a Phil Gramm, y se juntan para formular una política, se obtiene el producto de un cerebro de dos gramos. (Pero es un chiste en inglés).

Este es el tipo de estafa que estamos viendo, estamos en un sistema mundial en el que (volviendo a la primera gráfica, por un segundo nada más), estamos en una fase del sistema, en que el sistema entero se ha venido derrumbando. Hemos hecho cortes en infraestructura; hemos desmontado a la infraestructura; hemos dejado de invertir en la producción de energía. Hemos dejado de mantener los recursos hidráulicos. Nuestras ciudades están decayendo. Levantamos rascacielos, que son levantados para la especulación financiera, y utilizan a los inquilinos simplemente como un mecanismo para apalancar dicha especulación. Estas no son estructuras duraderas a largo plazo. Hemos cambiado la composición del empleo de la fuerza laboral, lejos de labores altamente productivas en la agricultura, la industria, la tecnología avanzada, hacia los llamados servicios, incluyendo los servicios financieros. Por lo tanto, tenemos una economía que no funciona más. No se puede pagar a sí misma ya, no se puede mantener a sí misma y este es el tipo de encrucijada a la que hemos llegado con este periódo.

Veamos la siguiente transparencia (gráfica 3).

Esto refleja parte de la historia. El transcurso de los 1980, empezando con las llamadas "medidas de Volcker", que aplicó en los Estados Unidos en 1979 Paul Volcker, quien había sido nombrado jefe del sistema de la Reserva Federal, presidente, en octubre de ese año. A partir de ese momento, la Reserva Federal viene operando bajo una política muy relacionada a la del FMI, política que ha continuado Greenspan. Es decir, que los únicos jefes de la Reserva Federal desde octubre de 1979 han sido Volcker o Greenspan. Y las políticas de los Estados Unidos, las políticas monetarias, han sido las mismas.

Vean el efecto. Excepto por un periódo de ingreso, en el que tuvimos la oportunidad de saquear a la antigua Unión Soviética, ¡los Estados Unidos han venido operando con déficit! Un déficit de la cuenta corriente. Los Estados Unidos vive de no pagar sus deudas, de sus importaciones. A lo mejor deberíamos enviar una delegación del FMI a los Estados Unidos. A lo mejor los Estados Unidos están a la espera de un tratamiento a la argentina. ¿Por qué no? O todos somos coludos o todos somos rabones.

Así que sólo en este período único, de saqueo del decaído sistema soviético, lograron los Estados Unidos evitar un déficit de su cuenta corriente.

Ahora, esto es muy optimista. Estas son cifras oficiales y son muy optimistas, porque hay otro factor. ¿Le pagamos a México lo que tomamos de México en términos del producto? No. Dennis Small [director de esta publicación] y yo conversabamos ayer sobre este problema de México. México tiene un gran déficit de agua, por el acuerdo del Río Bravo, de compartir las aguas entre los Estados Unidos y México. Esto es gigantesco. Se trata de miles de millones de galones de agua. Y obviamente México no puede pagarlo. No se puede obligar a México a vertir tal cantidad de agua hacia los Estados Unidos repentinamente.

¿Y cómo se desarrolló esta situación? Bueno, ante todo, no se le permitió a México proceder con los planes hidráulicos que quería desarrollar a partir de 1982. México tiene agua en el sur, pero no tiene agua en el norte. Por lo tanto, la política para México ha sido, practicamente desde su Independencia, construir un sistema de canales que transporte el excedente de agua del sur a lo largo de sistemas costeros hacia la parte norte de México, a regiones como Sonora, que son potencialmente productivas para la agricultura, pero que carecen de agua para realizar esa productividad. Y es lo mismo a lo largo de la costa del Caribe, y nunca se ha hecho.

¿Pero que ocasionó este influjo de costos en particular? Bueno, México instaló lo que se llaman "maquiladoras". Ahora, la mayor parte del ingreso de México depende del producto del trabajo de la mano de obra barata enviada a los Estados Unidos. Pero los Estados Unidos no paga por el producto de ese trabajo. Paga un precio manipulado fraudulentamente. Ese precio no cubre los costos de la producción de México de lo que exporta. Entonces, el asunto de las aguas del Río Bravo brota en la forma de agua, no hay infraestructura en las maquiladoras. No está permitida. Y los salarios son tan bajos que no se puede mantener la infraestructura de esa zona. Por lo tanto, la carencia de infraestructura y este déficit de agua, son un reflejo de los costos de dicho proceso.

Así que los Estados Unidos ha venido viviendo de Japón, de China, de otras partes del mundo, desde donde, bajo el sistema monetario existente, el sistema del FMI, es capaz de extraer productos del mundo, de manera muy similar al modo en que los romanos, después de la segunda guerra Púnica, dependieron cada vez más del saqueo del mundo a su alrededor, como forma de sobrevivencia. Y fue ese saqueo del mundo alrededor del Imperio Romano el que en últimas, después de un largo proceso, produjo su derrumbe. Porque Roma destruyó su capacidad de sobrevivencia al depender de las naciones que saqueaba. Y cuando no se podía saquear más, la misma Roma se derrumbó. Esta es la condición del Reino Unido y de los Estados Unidos en la actualidad.

Eso es lo que realmente refleja el déficit de la cuenta corriente.

Ahora veamos la siguiente transparencia (gráfica 4).

Este es un indicador típico de a lo que me refiero cuando hablo de 400 billones de dólares en obligaciones de derivados. Tenemos una categoria financiera, que no es real, pero que tiene un efecto muy real en la economía. Imagínense un casino de juego y alguien poniendo algunos dólares en la mesa de juego, apostando contra alguien a los dados. Pero detrás de los jugadores hay apostadores, que apuestan sobre el resultado de la apuesta del jugador, se les llaman apuestas laterales. Hay alguien que le apuesta a un caballo; y hay otro que apuesta a la apuesta del apostador de la carrera, apuestas laterales.

Estos derivados financieros son esencialmente apuestas laterales, juegos de apuestas laterales. No tienen ningún valor real. No hay comercio. No hay una mercancía, en donde se vende algo; es simplemente una transacción financiera arbitraria, una deuda de juego. Pero estas deudas de juego se han apoderado del sistema mundial. Estas deudas de juego son mucho mayores —400 billones de dólares, que es el nivel que ha alcanzado o sobrepasado ya—, mucho más grande, que la totalidad de la economía mundial en su conjunto. Estas deudas de juego controlan ahora el sistema financiero del mundo.

Estas deudas de juego son el método principal del funcionamiento del terrorismo internacional. Si se quiere lavar dinero de la droga a altas tasas y apalancamientos, váyase al mercado de derivados. Llámesele como sea. Esto es lo que el Congreso de EU se niega a cerrar. Aún después de lo que pasó con Enron, el Congreso de EU no aplicará la ley para acabar con estas operaciones de derivados financieros, ni las someterá a investigación por presunto fraude. Es ahí donde está enterrado el verdadero fraude.

Aquí vemos (gráfica 5) un cuadro típico que todos, incluyendo todos los economistas de Iberoamérica, conocen. ¿Qué fue lo que pasó con el cambio de 1971–1972 en el sistema monetario internacional, de un tipo de cambio fijo a un tipo de cambio flotante? Se desató en el mercado de Londres la especulación en contra de monedas nacionales seleccionadas, y eso sucedió de manera particular en las Américas.

Así que lanzaban sus ataques especulativos en el mercado de Londres. Y luego le decían a la gente en Brasil, o México, o Buenos Aires: "Bueno, la moneda de ustedes no es buena ya. Van a tener que llamar al FMI". Cuando se presentaba el FMI, los gobiernos, como el de los Estados Unidos o el británico, presionaban al país en cuestión: "Acepta las condiciones del FMI, o exigiremos de ustedes que paguen puntualmente bajo nuestras condiciones".

Se dio así un proceso que conducía a la llamada "dolarización" de la deuda externa de Iberoamérica y de otros países, (gráfica 6) que es lo que amenaza con volar a Brasil, como este funcionario local explicó, en el primer trimestre del año próximo. ¡La dolarización es una estafa!

Pero lo que ha pasado lo hemos calculado: si se compara la deuda de los países de Iberoamérica, de México de América Central y del Sur, la deuda que tenían en agosto de 1971, con el monto de lo que han pagado de deuda, esto es, dinero que representa endeudamiento desde 1971; y se compara con lo que ha sido pagado por estos países, Iberoamérica no le debe un centavo al mundo hoy. ¡Ha más que pagado esa deuda! Y no ha contraído nuevas deudas netas. Entonces, ¿por qué la deuda de iberoamérica es mayor de lo que era en 1971? Es pura estafa administrativa imperial.

Tenemos dos períodos. El período que va de 1945 a 1965, el período bajo el viejo sistema, que funcionaba en realidad, que incluye los años de 1961 a 1965, los tumultuosos años que condujeron a la guerra de Estados Unidos en Indochina. Pero como ustedes saben, en esos años en Brasil y otros países en general se produce un progreso muy significativo, como en el caso de Brasil; tómese el caso del desarrollo económico de Brasil en el período de 1945 a 1961. Hubo períodos de verdaderos logros en esa época.

Pero luego vean el período a partir de 1966, especialmente a partir de 1971. ¿Cuál fue el resultado a nivel mundial? Ahora, si se elimina una forma de éxito más bien paradójica de crecimiento en la India y en algunos sectores de la población, no del todo; y se pasan por alto algunos aspectos del desarrollo de China, se puede decir que, en general, las condiciones de las economías de Europa y las Américas en particular, y África, son peores, la condición de la humanidad es peor. Cada vez peor. Y ahora, intolerablemente peor.

El viejo sistema está muerto

El sistema se está viniendo abajo ahora por las razones que he indicado. ¡No hay nada, en la medida que se aferren a los axiomas del actual sistema del FMI, o lo que el FMI representa, ninguna esperanza para ningún país de las Américas! Mejor sería que nos dieramos un tiro de gracia con una nueva oleada de guerras, en lugar de tener que soportar una crisis de desintegración general de la economía.

Hemos llegado al punto en que uno dice: Si miramos para atrás desde el presente hasta 1945, y comparamos el período de 1966 a 2002 con el desempeño de las economías y los gobiernos en el período de 1945 a 1965, se concluye: "Obviamente, el sistema monetario que tenemos, el sistema y las reglas que rigieron en el período anterior, fue relativamente exitoso. A pesar de todas las injusticias y los fracasos y demás, el sistema en su efecto neto era progresista. Hubo un aumento de la riqueza. Había desigualdades en el aumento de la riqueza, pero hubo un aumento en la riqueza. Había algo que robar".

Desde 1966, y especialmente desde 1971–1972, y especialmente en Iberoamérica desde 1982, que fue el punto de rompimiento para todos los países en Iberoamérica, la tendencia es hacia abajo, hacia la ruina. Esta es la situación de Europa. Esta es la situación del mundo. Si se observa al mundo en su totalidad y se reconoce la interdependencia de varios aspectos del sistema mundial, se concluye: "El sistema mundial como un todo está acabado ahora". ¡Está muerto! Será una cuestión de meses antes de que termine si se le deja sólo, simplemente dejarlo que siga. ¡Pero está muerto! No se trata de decir: "¿Se recuperará? ¿Hay recuperación?" No hay una recuperación en marcha en este momento y no habrá una nunca bajo este sistema. Lo que está en marcha es una edad de tinieblas si el sistema continúa.

Lo primero que enfrentamos es, por tanto: Por qué simplemente no reconocemos que hemos cometido un error terrible desde 1966, por que no decimos: "Regresemos a las reglas que operaban antes y hagamos mejoras a partir de eso. ¿Por qué no regresamos a un tipo cambio fijo, basado en una determinación de intercambio de oro? ¿Por qué no tenemos un sistema regulado, en términos de países que tengan un caracter proteccionista, pero con un acuerdo equilibrado entre naciones en base a términos justos de proteccionismo?"

El libre comercio es una estafa

¿Por qué no reconocemos que el libre comercio es inherentemente un fracaso? El libre comercio tiene un historial: se remonta a la historia de la Europa medieval y moderna, con los bogomiles, conocidos también como los cátaros o los "buggers" [bujarones], en la jerga inglesa. Éstos tenían un sistema de creencias en el que, si eras unos de los ancianos de la iglesia, Dios te concedería riquezas automáticamente, las merecieras o no. Y si no eras de los ancianos de la iglesia o la tribu, no te tocaba nada. Eras virtualmente una cabeza de ganado humano.

Esta misma idea surgió en Inglaterra con el empirismo, con John Locke, el concepto de Locke de "vida, libertad y propiedad", que es un ejemplo. Se tiene otro ejemplo de esto en el caso de François Quesnay, el fisiócrata. Quesnay dijo: "Bueno, vean, la ganancia neta de la sociedad pertenece a aquellos que la extraen de la tierra". ¿Por qué les pertenece a ellos? "¡Porque si Dios les dio los títulos de propiedad a esa tierra, entonces todo lo que esa tierra produzca es suyo, de los dueños del título, así hagan algo o no, en virtud de su título de propiedad!"

¿Pero qué del pueblo, de los campesinos que producen esta riqueza? ¿O los mineros? "Ah no, esos son como las vacas del campo: son ganado humano". Esto es análogo a la esclavitud. La jsutificación de la esclavitud, como en el caso de las justificaciones de John Locke eran exactamente eso: ¡Se pueden mantener a los seres humanos cmo ganado! Se pueden tener en manada, cruzarlos y seleccionar las manadas como se hace con el ganado vacuno, precisamente por esa razón, porque son ganado.

Este mismo sistema lo copió Bernard Mandeville, quien dijo que no debería haber leyes en contra del vicio, porque el beneficio público se produce a través de la promoción de los vicios privados. Estos son los fundamentos de la filosofía de la Sociedad Mont Pelerin, que cuenta con cierta influencia en el mundo en estos días. Tenemos a un plagiador, que responde al nombre de Adam Smith, quien era agente de la Compañía Británica de las Indias Orientales, de lord Shelburne, y quien escribió un libro en gran medida plagiado de los escritos de los fisiócratas, no sólo de Quesnay, de quien tomó la idea del libre comercio, sino también de Turgot. Y esto se convirtió en el sistema de la Compañía de las Indias Orientales, que fue difundido por todas partes del mundo por la escuela Haileybury de las Compañía de las Indias Orientales. Y esto devino la doctrina del libre comercio.

Pero, decía la gente, el sistema británico funcionaba. No funcionaba. Los británicos nunca permitieron en el pasado que se les aplicara a ellos el libre comercio. Los británicos mantenían un sistema proteccionista para el Reino Unido, pero exigían que todos los países del mundo fuera de Inglaterra, se sometieran al libre comercio. Es una forma de globalización. Así que los británicos obtenían sus ingresos bajo la influencia de la Compañía Británica de las Indias Orientales, como lo que se denomina "ingresos invisibles". No lo ganaban precisamente, sino que tenían la capacidad de imponerle las condiciones políticas o militares a sus víctimas, para así extraer las ganancias del libre comercio, como ingreso y producto de ese ingreso para el Reino Unido.

De cualquier manera, el modelo que ustedes deben conocer es el del Sistema Americano. El sistema exitoso, incluyendo el caso del sistema de la posguerra, no fue el sistema británico, el sistema de libre comercio. Los Estados Unidos no se recuperaron de la depresión de los 1930 con libre comercio. Se recuperaron con el proteccionismo bajo Franklin Roosevelt. ¿Y de dónde sacó Roosevelt estas ideas de proteccionismo? De Alexander Hamilton, el primer secretario del Tesoro de los Estados Unidos, quien diseñó el sistema de economía nacional. La obtuvo de individuos como los Carey, ambos, Mathew Carey y su hijo, Henry C. Carey. Las obtuvo de individuos como Friedrich List, americano-alemán que fue el primero en desarrollar el sistema del ferrocarril transcontinental como política.

La alternativa al sistema británico siempre fue el sistema americano, que era el modelo de los Estados Unidos, de un Estado nacional independiente y soberano, que utilizaba los métodos del proteccionismo conocido como el Sistema Americano, para defender y mantener su economía. Y este sistema, que no fue perfectamete aplicado en el período de la posguerra, pero que sí fue aplicado, porque los Estados Unidos eran no sólo la mayor potencia del planeta en 1945, sino la única potencia. Teníamos la única potencia económica de este planeta. Nosotros, con individuos como Jean Monnet, creamos la recuperación en Europa. El sistema del FMI que fue ideado y puesto en práctica de 1945 a 1965, fue en cierto sentido, un pálido reflejo de lo que Roosevelt y sus colaboradores, no Keynes, habían echado a andar en Bretton Woods.

Así que decimos, ¿por qué no regresamos a un sistema de funcionó, a diferencia de un sistema que nos ha fallado por más de 35 años? ¿Por qué no volvemos al Sistema Americano reflejado en los aspectos positivos del FMI de 1945–1965. Hubo muchos errores, aún en ese período, pero esa es la lección obvia.

Cambiemos las reglas del juego

¿Cuál es la solución? Como dije al principio, el problema hoy es de negación. La gente tiene miedo. Le tiene miedo al poder. Le tiene miedo al poder del FMI. Le tiene miedo al poder de los Estados Unidos. Y por lo tanto, dice: tenemos que jugar acorde a las reglas generalmente aceptadas entre las naciones del FMI, y por los Estados Unidos. Por lo tanto, cuando tratan de resolver un problema, dicen: "¡Tenemos que encontrar una solución dentro de las reglas! ¡No se pueden violar las reglas! Se tiene que encontrar una alternativa dentro de las reglas". Pero lo que les he indicado es: ¡no hay soluciones dentro de las reglas!

Ha habido un proceso de largo plazo de decadencia de la cultura y de la economía. Ya no tenemos los tipos de líderes políticas que teníamos hace 20 años, o antes. Nuestra gente que egresa de las universidades no tienen la competencia de la gente que egresaba de las universidades hace una generación. Estamos en una cultura decadente, un sistema decadente, que nos está destruyendo. Y no se van a encontrar soluciones en un sistema que ha demostrado que las definiciones, los axiomas y los postulados del sistema aseguran la destrucción.

Pero la gente dice, "Pero se tiene que jugar de acuerdo a las reglas". ¿Y cuáles reglas son esas? Las reglas son precisamente los axiomas, las definiciones, los postulados que nos han destruido. ¿Por qué no podemos cambiar las reglas? ¿Acaso no somos seres humanos? ¿Acaso no representamos naciones? Miren, esto se encuentra en el primer capítulo de Génesis: El hombre y la mujer, ¿acaso no están hechos, ambos por igual, a imagen del Creador del universo, y no están dotados de estos poderes? ¿No tenemos la autoridad, por encima de cualquier cosa en este planeta, para cambiar las reglas? Tenemos ese poder. Eso es lo que significa la soberanía. Soberanía significa el poder para hacer las reglas según las cuales podemos sobrevivir. Eso no significa que podemos hacer cualquier regla que querramos: pero tenemos el derecho de deliberar.

La Constitución de los Estados Unidos de hecho contiene dos principios. Uno es la soberanía. El Presidente de los Estados Unidos es el jefe del ejecutivo de los EU y, de acuerdo con nuestra Constitución, tiene la responsabilidad de defender la soberanía de los EStados Unidos. Esa es su principal obligación. Su segunda obligación, la condición, es defender y fomentar el bienestar general de las presentes y futuras generaciones. Todo el resto de la Constitución relativamente casi no tiene importancia, en comparación con esas dos cosas del preámbulo, esos dos principios.

Estoy seguro que en Brasil, esa misma ley, está en la mente y en la consciencia de todos los patriotas. El gobierno tiene que asumir la responsabilidad de defender la soberanía de la nación, y de fomentar el bienestar general de su pueblo, para las generaciones presentes y futuras. Cundo los gobiernos deliberen, como deben deliberar los Estados Unidos y Brasil, y Argentina, ¿no hay el deber, entonces, de lograr una apreciación racional de lo que es la intención de Dios que descubramos, con los poderes de la razón que los que estamos dotados, y con la experiencia que tenemos? Y entonces establecer las reglas que suplanten a las que han fallado.

Esto es especialmente importante dado que solíamos tener reglas que funcionaban. Cambiamos las reglas y no funcionan, y está peor. Porque lo que hicimos, y lo que sale de los Estados Unidos hoy día, aparte de gente con bajos cuocientes de inteligencia, es el sometimiento a la idea de revivir el Imperio Romano, en la forma de un sistema global angloparlante de imperialismo que se sustente en métodos homicidas.

Una lección en el arte de gobernar

Permítanme retroceder, antes de concluir. Sabrán, MacCarthur no ganó la guerra en el Pacífico por la proporción de muertes. El poderío militar estadounidense en la Segunda Guerra Mundial, en tanto fuerza de combate per cápita, era muy inferior al del Wehrmacht. Había muchas razones de ello. Una razón: no habíamos mantenido nuestra política de defensa estratégica, en cuanto a política militar. No habíamos mantenido nuestras capacidades de reserva, que se suponía que debíamos haber mantenido desde la Guerra Civil. Esas se destruyeron en lo fundamental; la continuidad de eso se destruyó en gran medida en los 1870 y 1880. Pero todavía teníamos el concepto de defensa estratégica, y ganamos la guerra con ese concepto, no por la proporción de muertes.

Vean el Pacífico: MacCarthur evitó todas las batallas que pudo, porque estabamos ganando la guerra, no matando a japoneses, sino neutralizando su capacidad de librar guerra. ¿Ocupan los japoneses una isla? ¿La invadimos? ¡No! Alguna de la gente de nuestra Armada hacía eso; MacCarthur no. No entablen una batalla que no sea necesaria, y tiene que ser necesaria en lo estratégico, no simplemente porque quieras librarla. Tu objetivo no es matar al enemigo; tu objetivo es derrotarlo. Porque el objeto de derrotarlo es reducirlo a un estado pacífico, y de preferencia, reducirlo a un estado pacífico voluntario.

Lo que uno hace, como se hizo en el caso del Tratado de Westfalia, que fue el modelo de esto en la civilización moderna, es mostrándole que su condición de vida sería mejor si hay paz, que si él continúa la guerra. De allí, entonces, que la logística es lo decisivo en esto. El arte de gobernar es la llave, y desarrollar la habilidad de no perder la guerra, de no estar enfrascado de forma innecesaria en guerras prolongadas.

Bueno, ¿qué es lo que hacen ahora? ¿Qúe hacen ahora? ¿Qué hacen los utopistas? Dijeron, durante la Guerra de Corea: "El soldado estadounidense no mató suficientes enemigos durante la Segunda Guerra Mundial". Pero, ¿acaso no ganamos la guerra? No tuvimos que matar a tantos. Yo estuve ahí. Ganamos la guerra principalmente con la logística. La ventaja de los Estados Unidos sobre la Wehrmacht era principalmente logísitica. La ventaja de los Estados Unidos sobre Japón era logística. Era la movilización de Roosevelt de los 1930, incluso la movilización que se echó a andar en 1936, cuando se dieron cuenta que era inevitable una guerra con Alemania, y fue la ejecución de esa movilización bajo condiciones de guerra lo que le dio a los Estados Unidos el poder, a través de su logística, que le permitió a las fuerzas militares ganar victorias decisivas pese a equivocaciones.

Ahora, llegamos a un momento en que ellos dicen: "No, ya no queremos más logistica, queremos un sistema militar distinto". ¿Por qué? Porque la logística se basa en el supuesto de que uno a desarrollado a la población, a su economía, sus destrezas. Si uno puede desarrollar una población fuerte, las fuerzas militares de uno pueden depender de reservas tomadas de la población en general, así que si la nación va a la guerra, la nación es la que va a la guerra, no un grupo especial.

Si uno tiene la conducción, la conducción militar, y si es inteligente, copiará a los alemanes en un sentido: Auftragstaktik, tácticas de misión. No autómatas desplegados para matar, sino tácticas de misión; soldados que piensan, cabos que piensan, sargentos que piensan, oficiales de baja graduación que piensan; que siempre se toparan con situaciones que no estaban en el plan, pero tienen una misión, el teniente que piensa, el sargento que piensa, el soldado de primera clase que piensa, el cabo que piensa, el raso que piensa, al enfrentar esa situación y estar comprometido a la misión, usará su mente para resolver el problema y alcanzar el objetivo, a pesar del hechode que las condiciones han cambiado.

Uno quiere esa calidad, que viene del mejor ciudadanos, el ciudadano que también es el empresario, el ciudadano que es un científico. Esas son las cualidades que se evocaron en el recluta estadounidense en la Segunda Guerra Mundial para ganar la guerra, no la proporción de muertes, las destrezas técnicas; la capacidad de manejar un camión, arreglar un tractor, arreglar un tanque, construir un puente. Tal como lo entendió Lázaro Carnot. Tal como lo entendieron los alemanes entrenados en la tradición de Scharnhorst, esa tradición, tal como la entendimos nosotros.

Pero ahora dicen, "maten". ¿Por qué? Si desarrollamos el mejor sistema militar que uno pueda tener para combate de hombre a hombre a hombre entre naciones, ¿por qué tendríamos que cambiar eso? "Porque ya no queremos esa clase de gente".

El nuevo Imperio Romano

Miren a Henry Kissinger, por ejemplo: 1974, NSSM-200. ¿Qué es eso? Y Kissinger no inventó esa política. Era la política de Brzezinski, era la política del gobierno de Carter, era la política del Club de Roma.

La política es, que si permitimos que los pueblos de África, de América del Sur y Central, que tienen vastos recursos de materia prima en sus continentes, si se les permite desarrollarse —y este es lo que argumenta Kissinger en NSSM-200—, entonces consumiran esas materias primas que necesitamos en los Estados Unidos y en el Reino Unido para las generaciones futuras. Por tanto, tenemos que forzarlos a, uno, reducir sus poblaciones, a través de métodos de contro de población, el Club de Roma. Tenemos que forzarlos también a que dejen de emplear lo que hoy día conocemos como "tecnología de uso doble", algo con lo cual ustedes tal vez estén familiarizados en Brasil, con el asunto de la política de fármacos.

¿Cuál es el efecto de decir que Brasil no puede fabricar drogas genéricas para el África? ¿Cuál es su intención? ¿Qué están diciendo ellos? ¡Está hablando de genocidio contra el África! ¿No es la función de la profesión médica, y del Estado en esta capacidad, defender a la población de enfermedades destructivas? Si los fármacos se necesitan para la gente, para defender a la gente, ¿no debe uno desarrollarlos? ¿Acaso no debe tener uno, en tanto gobierno, el derecho a desarrollar estas capacidades y desplegarlas? ¿Acaso no tienen el derecho de defenderse a sí mismos y de defender a su población? ¿Tienen que someterse al genocidio porque a alguien se le ocurre llamarlo "tecnologías de doble uso"?

Así que, si encaran la realidad, la ven por lo que es; no estamos hablando de légitimas preocupaciones sobre "Estados forajidos" o cosas por el estilo. Estamos hablando de poder imperial, el cual a propósito y a sabiendas, a lo largo de treinta y cinco años, destruyó su propio sistema, su propia economía, y la economía mundial, y ahora dice:

"Nadie nos impedirá eliminar el Estado nacional, detener el progreso técnico y científico, eliminar el bienestar general en tanto norma, y consolidar todo el poder económico en manos de un puñado de piratas al estilo veneciena, que intentan dominar el mundo. Lo que necesitamos es una fuerza militar de matones, de matones descorticados, que matan del modo que prescriben los videojuegos el homicidio. Matones entrenados para matar por los videojuegos".

Los futuros militares de los Estados Unidos vienen de lunáticos, del tipo que se están entrenando con videojuegos. Ninguna fuerza militar responsable podría querer tener a esta gente de reclutas, porque son tan capaces de matar al compañero de armas, como al tipo al otro lado de la línea. Son totalmente inestables, son insanos, no se puede fiar de ellos. Son víctimas de una esquisofrenia psicótica de masas inducida socialmente.

Pero a esta gente se le usa del modo que se usaba a los soldados romanos, para que vayan a matar: "Maten, maten, maten". El asunto del "fuego propio" en Afganistán es un ejemplo de esta clase de política militar. "Maten, maten, maten". No piensen en quién están mtando. No piensen en ganar la batalla. Salten adelante.

Así que vemos una intención deliberada de regresar el reloj de la historia, de regresar de la historia moderna a los peores apectos del feudalismo, y atrás al Imperio Romano.

Y algunos quieren hacerlo; esas son sus reglas; ese es el problema.

El asunto del liderato

Ahora, sólo una cosa final, el punto final al que me refería. ¿Cuál es nuestro problema? Nuestro problema es un problema de conducción. Y el liderato tiene dos cualidades esenciales, aparte de la mera competencia técnica. La competencia técnica es importante, pero tenemos a muchas personas técnicamente competentes, que no son buenos líderes. No son buenos líderes. ¿Por qué no? Es una cuestión moral. Es un problema moral de la sociedad en general. ¿Por qué es que con los seres humanos, con todas las capacidades con las que nacen, no tenemos más líderes? Porque el problema moral es que no vivimos plenamente a la altura de lo que es el hombre.

Ahora, supuestamente en el cristianismo, se supone que tenemos un sentido de inmortalidad, la clase de cosas a las que se refirió, por ejemplo, Moisés Mendelssohn en un famoso tratado sobre el asunto del tratamiento de la inmortalidad del alma que hace Platón.

Reconocemos que el ser humano, no es como ningún animal, porque de haber sido los seres humanos simios superiores, nunca hubiera habido más que unos cuantos millones de esos espécimenes viviendo en este planeta en ningún momento en los últimos dos millones de años, en términos de las condiciones que existían en este planeta en los últimos dos millones de años.

Ahora tenemos una población de miles de millones. Deberíamos, con la aplicación previsible de tecnología hoy, sostener facilmente a 25 mil millones de personas sobre este problema con mucho éxito. Y también podemos lograr adelantos que pueden desarrollar el potencial mucho más. Tenemos la capacidad de descubrir lo que llamamos "leys físicas universales, principios físicos universales, experimentalmente válidos". En el desarrollo de esos principios, y en transmitirlos de una generación a la próxima, creamos culturas, no sólo principios físicos en el sentido de principios científicos, sino también principios culturales. Transmitimos estas lecciones de cultura, creadas por mentes individuales, compartidas con otras mentes, de una generación a la próxima.

Y, por tanto, si somos sensatos —y sabemos que todos vamos a morir—, entonces, ¿cuál es nuestro interés en la vida? ¿Cómo puede uno defender aquello que sabe que se le quitará a uno de todas formas? Por tanto, uno dice: "¿Cuál es el significado de mi vida, de una vida mortal? ¿Por qué se me dio esta vida mortal? ¿Qué significa? ¿Qué se supone que defienda, si la voy a perder de todas maneras?

"Yo tengo que defender mi papel, mi participación. Tengo que defender lo que estoy haciendo a los ojos de mis predecesores. ¿Continúo, honro, el legado que me dejaron sus mentes? ¿Estoy contribuyéndole algo a la próxima generación, para que lo que las generaciones futuras puedan sonreirse por lo que hago? ¿Le soy necesario al universo? ¿Soy necesario a los ojos de Dios?"

El problema es que mucha gente sabe esto, pero poca gente es capaz de vivir conforme a esto. Cuando enfrentan un problema dicen: "Tengo que pensar en mis intereses personales, en los intereses de mi familia, en los intereses de mi comunidad. Tengo que pensar en esto. Tengo que pensar en aquello".

Y por tanto, por conveniencia, la persona que niega la realidad diría: "Tengo que vivir conforme a las reglas". Diría: "Sí, creo que tienes razón: probablemente seremos destruídos si vivimos conforme a estas reglas. Estas reglas nos están destruyendo. ¡Pero no podemos cambiarlas!"

"¿Por qué no?"

"Porque alguien nos pondrá mala cara si las cambiamos o tratamos de cambiarlas".

Tenemos que cambiarlas!"

"¿Por qué? ¿No es peligroso tratar de cambiarlas? ¿No puede uno perder la vida cambiándolas?"

Tengo algo de experiencia con esto: Mi gobierno trató de matarme un par de veces, y quiero decir mi gobierno, oficialmente, empleando los métodos acostumbrados. Pero los agarramos haciéndolo, por lo que todavía sigo vivo, supongo.

Pero si uno no está dispuesto a arriesgar la vida por el bien de su alma, adolece de la calidad de conducción que se necesita para darle eficacia al talento y al conocimiento.

El problema que tenemos hoy es que nos faltan líderes. Nos falta gente que, en primer lugar, como cosa primaria, está dispuesta a hacerse líder, dispuesta a encontrar el sentido de su vida moral en algo de lo cual no tengan que sentir vergüenza a los ojos de sus predecesores y de su posteridad. Necesita, entonces, desarrollar el talento, las destrezas, el conocimiento, para hacer eficaz esa dedicación.

Y el problema que tenemos hoy —como se los he planteado hoy, tan sólo de forma sumaria, porque es un tema enorme, podríamos extendernos por meses, tan sólo sobre el tema mismo, lo que les he bosquejado hoy es el caso—, es: ¿Podemos sobrevivir? ¿Puede la civilización sobrevivir? ¿Puede Brasil sobrevivir? ¿Ven lo que sucede en Argentina? ¿Puede Brasil sobrevivir? ¿Y cómo? ¿Y dónde encontramos los líderes que eviten negar la realidad? Que encaren la horrible realidad, que miren a los ojos de la peligrosa realidad y digan: "Haré lo que sea necesario para salvar a esta nación y a la civilización, porque esta civilización, esta nación, es mi responsabilidad inmediata".

El resto se nos da como conocimiento, como información a nuestra disposición. Lo que falta es esa calidad de conducción, esa calidad de liderato que se hace contagiosa, que le inspira optimismo a la gente a nuestro alrededor. Y, si podemos infundirles optimismo, porque somos verdaderos, es decir líderes verdaderos, entonces, en ese caso, yo creo que nos irá bien.

Gracias.