Internacional
Alemania puede protegerse del ‘capitalismo
depredador’ con el Sistema Americano
por Helga Zepp–LaRouche
Este artículo lo publicó originalmente el semanario
alemán Neue Solidarität el 14 de febrero. La señora
Zepp–LaRouche es presidenta nacional del Movimiento de Derechos Civiles
Solidaridad o BüSo en Alemania.
Mejor tarde que nunca, hace poco surgieron advertencias inusitadas del ex
canciller Helmut Schmidt, quien escribió en un artículo en el
periódico Die Zeit que los administradores financieros de las
empresas de capital de riesgo han perdido “la decencia y la
moralidad”, y que el “capitalismo depredador” trae consigo
“riesgos globales”: “Debido al entrecruce transnacional de los
administradores financieros, podrían darse sicosis y efectos
dominó, en los que cualquier fracaso individual podría extenderse
y multiplicarse. Sin embargo, en la actualidad sólo unos cuantos
ministros de finanzas en el mundo pueden evaluar y limitar el riesgo financiero
para sus propias economías nacionales”. Schmidt advierte con
claridad, con múltiples argumentos, de un posible crac del sistema, y que
al momento no hay ninguna institución que pueda proteger Alemania de este
peligro.
De hecho, Alemania corre un peligro mortal por la embestida inexorable del
desplome financiero, en tanto que los partidos de la Gran Coalición de
gobierno ni de la oposición hacen nada por impedir que “las
langostas financieras” devoren a Alemania. La canciller Ángela
Merkel anunció en la recepción de Año Nuevo que tuvo lugar
en la bolsa de valores de Fráncfort, que no habrá una
“orgía estatal” para regular a los fondos especulativos y las
empresas de capital de riesgo. La generación más joven del Partido
Socialdemócrata Alemán (SPD), que se agrupa en torno a gente como
Hubertus Heil and Andrea Nahles, dió un golpe contra el ex presidente del
SPD Franz Müntefering, porque en alguna ocasión se atrevió a
hablar de las “langostas” financieras, cuando ellos mismos
están invitando a estas compañías a Alemania como
inversionistas de las tecnologías ambientales. Los “verdes”
han remplazado al Democrático Libre (FDP) como el partido de los
“grandes apostadores”, y también quieren cobrar el rumbo de
las reformas económicas librecambistas. Y al mismísimo
“Señor Langosta”, alias Friedrich Merz, lo han acusado de
querer fundar de plano un Partido Langosta.
Al momento sólo una fuerza política está introduciendo
conceptos verdaderos al debate y tiene una perspectiva realista de cómo
Alemania podrá protegerse de las tomas hostiles de especuladores
inescrupulosos, el BüSo. Cuando el ministro de Finanzas Peer Steinbruek
llegó a la conclusión de que en la próxima reunión
cumbre del G8 debía decidirse por una mayor “transparencia”
de los fondos especulativos y las empresas de capital de riesgo,
¿qué ha de hacerse con los datos que recaban?
El legado de Franklin Delano Roosevelt
Sólo hay una oportunidad de salvar al mundo de las consecuencias de
un crac sistémico incontrolable, y estriba en el potencial de que el
Partido Demócrata de Estados Unidos retome la tradición de
Franklin Delano Roosevelt, quien no sólo logró sacar al
país de la Depresión con su política del Nuevo Trato, sino
que también abogó por el interés nacional y el bien
común, de manera repetida y eficaz, contra la depredación de Wall
Street. La firme visión de Roosevelt era que el sistema de colonialismo
debía acabarse al término de la Segunda Guerra Mundial, y
remplazarse con una alianza de Estados nacionales soberanos; un plan que, a
causa de su muerte inoportuna, no pudo llevarse a cabo.
El 30 de enero se cumplieron 125 años del natalicio de Roosevelt.
Que representantes influyentes de la élite rusa conmemoraran este
aniversario con una conferencia titulada “Las enseñanzas del Nuevo
Trato para Rusia y el mundo entero”, debiera pararnos a pensar en
Alemania. La conferencia se celebró en el Instituto de Relaciones
Exteriores, que está relacionado con el Ministerio de Relaciones
Exteriores.
Vladislav Surkov, suboficial mayor del Kremlin, dictó el discurso
más sensacional, en el que comparó las tareas que ha asumido el
presidente Putin hoy con las de Roosevelt, quien tuvo que echar mano del poder
presidencial más grande posible para superar la crisis. Roosevelt
también asumió el liderato político en un momento en el que
la gente se sentía desesperada, y los grupos oligárquicos
controlaban los órganos de difusión y el sector financiero.
Roosevelt inspira a Rusia hasta la fecha, y para la mayoría de los rusos,
sigue siendo el más grande entre los grandes estadounidenses.
Otros oradores, como Boris Titov, presidente de “Negocios
Rusia”, describió el Nuevo Trato como el programa económico
más existoso en la historia de la humanidad. La experiencia de Rusia
desde 1991, cuando se le dejó a merced del libre mercado, demostró
que esto no llevó a un “mercado”, sino al capitalismo salvaje
y a la crisis de 1998.
Este debate es totalmente inexistente entre los círculos oficiales
alemanes. Buitres irresponsables están despedazando a Alemania en estos
momentos, y el sino de sus víctimas es casi el mismo que el de un papel
con el que se suenan y luego desechan.
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El BüSo organiza en las calles de Berlín; la manta reza:
“Roosevelt en vez de Schacht”, en referencia al ministro de
Economía de Hitler. (Foto: EIRNS). |
Otro cumpleaños: el de Alexander
Hamilton
Esto nos lleva a las ideas del segundo “cumpleañero” del
día, quien nació el 11 de enero hace 250 años: Alexander
Hamilton. El padre del Banco Nacional del Sistema Americano no sólo
sentó las bases sobre las cuales una nación puede ejercer su
soberanía sobre su moneda y la emisión de crédito;
también fue la mente principal en los intercambios que se publicaron como
las Cartas federalistas, que tuvieron lugar en la joven república
estadounidense, sobre el dilema de qué clase constitución adoptar,
por medios por los que una sociedad pueda autogobernarse.
Es precisamente esto lo que necesitamos con urgencia en Alemania.
¿Cómo proteger nuestro interés nacional en momentos en que
Alemania corre un peligro existencial? ¿Qué hacer para educar a
más ciudadanos concientes de su responsabilidad de sentar los cimientos
para las generaciones futuras? ¿Podemos gobernarnos a nosotros mismos? No
hay razón para avergonzarnos de pedirle consejo a Roosevelt y a Hamilton
sobre estas cuestiones.
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