Internacional
El movimiento de LaRouche avanza en Italia
por Andrew Spannaus
El Movimento Solidarietà, que es la organización
política del estadista norteamericano Lyndon H. LaRouche en Italia, ha
emprendido una campaña para ampliar con rapidez su fuerza organizativa
por todo el país. Esta ofensiva capitalizará la excelente
respuesta que han encontrado ahí las propuestas de LaRouche para la
reorganización del sistema monetario internacional como una alternativa a
los planes de guerra permanente y una nueva era feudal de la oligarquía
financiera.
Uno de los nuevos cambios es que la publicación periódica del
movimiento cambió de nombre, de Solidarietà a Solidarietà e Progresso (Solidaridad y Progreso, que es
también el nombre del partido político asociado con LaRouche en
Francia). Acaba de imprimirse una edición de 40.000 ejemplares del
boletín, lo cual representa un aumento exponencial respecto al tiraje
anterior, y los activistas y simpatizantes del movimiento están
repartiéndolo por todo el país, en colaboración con cuatro
miembros del Movimiento de Juventudes Larouchistas (LYM), quienes viajaron a
Italia desde Berlín.
El viraje en la intensidad de las actividades del movimiento se
formalizó con un cambio de dirigencia, la cual fue ratificada en una
reunión de los miembros que tuvo lugar en Milán el 18 de marzo. La
nueva directiva del movimiento la integran: Liliana Gorini, presidenta; Claudio
Celani, vicepresidente; y Andrew Spannaus, secretario general. La nueva
dirigencia ha decidido seguir la pauta del movimiento internacional de LaRouche,
para emprender una campaña organizativa de masas, que consistirá
en la distribución de impresos a gran escala con un acento en el
reclutamiento de jóvenes al Movimiento de Juventudes LaRouchistas,
desafiándolos a que reconozcan su responsabilidad por el futuro de un
mundo al que la actual élite política y cultural ha arrojado al
matadero.
Como ha puesto de relieve LaRouche en incontables ocasiones, la clave de
semejante liderato estriba en revivir los avances conceptuales de grandes mentes
como las de Carl Friedrich Gauss y Johannes Kepler, y en esforzarse por
reproducir el proceso creativo que demuestran la obras polifónicas de
grandes compositores clásicos como Juan Sebastián Bach y Amadeus
Mozart.
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Lyndon LaRouche y su Movimiento de Juventudes Larouchistas están
decididos a reimponer la cordura en el mundo, e Italia no es la
excepción. “Estoy en esta pelea para ganar, por un nuevo sistema
financiero que asegure los próximos 50 años de la Tierra, por un
futuro para las generaciones jóvenes”, dice LaRouche. (Foto: Stuart Lewis/EIRNS). |
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El nuevo boletín Solidarietà e Progresso es el arma con el
que el movimiento de LaRouche está creando un movimiento de masas en
Italia, empezando con la distribución de los 40.000 ejemplares de su
edición príncipe. El encabezado reza: “Bush y Gore, las dos
caras del nuevo fascismo”. |
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El encabezado principal de la edición príncipe de Solidarietà e Progresso es “Bush y Gore, las dos caras del
nuevo fascismo”. Los artículos explican cómo es que la
oligarquía angloholandesa está usando el fraude de que el cambio
climático mundial es obra del hombre, para manipular a personas que de
otro modo se considerarían “contrarias a lo establecido” a
que apoyen precisamente las políticas librecambistas antihumanas de la
globalización que ya han destruido al Tercer Mundo, y que amenazan con
eliminar cualquier posibilidad de que las naciones más importantes del
mundo impidan que caigamos en un período prolongado de guerras y
depresión.
Al oponerse a las políticas dirigistas a favor del desarrollo
tecnológico y económico, en el nombre de preservar el
“equilibrio” del planeta, caen directo en el juego de la
cúpula financiera que pretende usar el libre mercado para impedir que los
países hagan las inversiones productivas que les permitirían
zafarse de las garras de los carteles y los especuladores financieros
internacionales.
A derrotar siglos de propaganda verde
En Italia, como en Alemania, a la población la han bombardeado desde
muy temprana edad con propaganda ambientista en los últimos años.
Sin embargo, también hay un reconocimiento muy difundido del estado de
quiebra en el que se encuentra el sistema financiero internacional, y una
identificación positiva con las políticas a favor del crecimiento
que permitieron la reconstrucción de la nación después de
la Segunda Guerra Mundial. Uno de los reflejos más claros de este
potencial es la respuesta que ha encontrado el movimiento de LaRouche a sus
campañas entre los estratos políticos de Italia, que en repetidas
ocasiones han propuesto iniciativas públicas a favor de una
reorganización del sistema financiero y monetario internacional al estilo
del Nuevo Bretton Woods de LaRouche. En 2005 la Cámara de Diputados
aprobó la propuesta del diputado Mario Lettieri, de convocar a “una
conferencia internacional al nivel de jefes de Estado y de Gobierno, para
definir un nuevo y más justo sistema monetario y financiero
mundial”.
El 13 de febrero de 2007 LaRouche habló en la famosa Sala del
Cenáculo de la Cámara de Diputados en Roma, a invitación
del diputado Andrea Ricci, un ex profesor de economía que escribió
un libro sobre el Nuevo Bretton Woods, en el que cita las propuestas que
LaRouche planteó en una conferencia que tuvo lugar en la Universidad
Católica de Milán en 2001.
Tanto Ricci como Gennaro Migliore, el dirigente de la facción del
partido Rifondazione Comunista en la cámara, que es parte de la
coalición de centro–izquierda que dirige el primer ministro Romano
Prodi, hicieron hincapié ahí, en que quieren tender lazos con
aquellas fuerzas de Estados Unidos que encabezan la lucha contra Bush y Cheney,
para así acabar con el falso debate sobre quién es pro
estadounidense y quién antiestadounidense en relación con la
política bélica del Gobierno actual. Migliore también
respondió muy bien al llamado de LaRouche por un nuevo tratado de
Westfalia como el fundamento de las relaciones de cooperación entre los
Estados nacionales, en oposición al enfoque imperial de la
globalización.
LaRouche también se reunió en esa ocasión con miembros
de la coalición de oposición, entre ellos algunos que
habían participado en otros debates anteriores en el Parlamento sobre el
Nuevo Bretton Woods, y con una personalidad de centro–derecha que ha
hablado sin tapujos a favor de emprender la construcción de grandes obras
de infraestructura, en oposición a la ideología monetarista del
Pacto de Estabilidad de Maastricht. El Gobierno actual de Prodi, aunque ha roto
con el de Bush en cuanto a la guerra en Iraq, sufre una intensa presión
para que no reduzca sus tropas en Afganistán y, en particular, para que
acelere los recortes presupuestales y las políticas privatizadoras que
sólo se han aplicado de manera parcial en Italia en los últimos
años.
El programa de Movimento Solidarietà e Progresso para Italia, que
pide un aumento de grandes proporciones a la emisión de crédito
público soberano para el financiamiento de la industria y la
infraestructura, establece la clara alternativa. En referencia al ex miembro de
la directiva del Banco Central Europeo, Tommaso Padoa–Schioppa, quien es
el actual ministro de Economía, el texto del programa empieza por
mencionar una consigna que los activistas del movimiento corearon hace poco en
un “día de acción” en el Parlamento italiano en Roma:
“Más Roosevelt y menos Padoa–Schioppa”.
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