Reportaje especial
La historia secreta del racista Gore
por Anton Chaitkin
Al Gore entró a la política nacional de Estados Unidos como
un agente de la policía, al que recompensaron con un escaño en el
Congreso por dirigir una emboscada racista del FBI en contra de un dirigente
político negro que pretendía evitar que la policía de
Nashville destruyera la comunidad al darle manga ancha al narcotráfico y
la prostitución.
Años después, durante la abortada candidatura presidencial
del senador Al Gore en 1988, surgió de pronto una biografía que
alentaba su campaña, escrita —cosa bastante extraña—
por un ex funcionario del Negociado Federal de Investigaciones (FBI), Hank
Hillin: Al Gore, Jr.: Born To Lead (Al Gore hijo: nacido para mandar),
que se reimprimió en 1992 como Al Gore, Jr., His Life and Career (Al Gore hijo, su vida y su carrera). Hasta 1999 el único recuento
público de la vida de Al Gore era el libro del hombre del FBI. Hank
Hillin le dijo a este reportero que conoce a Gore y su familia desde que el
primero tenía cuatro años de edad, y describió cómo
se llevó a Gore a trabajar en la campaña de terror que
emprendió el FBI contra los funcionarios públicos negros en
Tennessee.
La pauta de cientos de operaciones del FBI y el Departamento de Justicia
desde fines de los 1950, en las que funcionarios de las minorías eran
tomados como blanco de manera ilegal, estaban bajo la jurisdicción
interna de la “Operación Frühmenschen” (que en
alemán significa “hombre antiguo” o “primitivo”)
del FBI. Esta doctrina racista que guiaba el encausamiento de minorías a
manos del FBI, fue primero identificada públicamente por el representante
demócrata Mervyn Dymally (por California). El 27 de enero de 1988
Dymally, quien entonces era presidente de la Junta de Congresistas Negros,
introdujo al registro oficial del Congreso una declaración jurada del ex
agente especial del FBI Hirsch Friedman, que originalmente se sometió
ante el Tribunal Federal de Atlanta, en la cual afirmaba:
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La política fascista verde de Al Gore tiene sus raíces en la
honda tradición racista de la que ha hecho gala desde el inicio de su
carrera política como agente en las sucias operaciones del FBI contra
dirigentes de las minorías. (Foto: Sara Jaye
Weiss/Abaca). |
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Estos artículos periodísticos documentan la campaña
racista contra el concejal de la ciudad de Nashville, Morris Haddox, en la que
Al Gore fue decisivo. |
“El propósito de esta directriz era la investigación
rutinaria, sin motivo fundado, de prominentes funcionarios negros elegidos y
nombrados, en las principales zonas metropolitanas de todo Estados Unidos. En
conversaciones con agentes especiales del FBI, me enteré que el
fundamento de esta directriz era el supuesto del FBI de que los funcionarios
negros eran incapaces, en lo intelectual y lo social, de dirigir organizaciones
o instituciones de gobierno importantes.
John Siegenthaler, director del Tennessean de Nashville,
contrató en 1971 a Gore, entonces de 23 años, como reportero de
nota roja. Seigenthaler, al igual que Hillin del FBI, ya había trabajado
antes en el Departamento de Justicia de Estados Unidos en las sucias operaciones
antisindicales en torno al funcionario de ese departamento, Walter Sheridan, un
cabecilla de la facción que encubrió el asesinato del presidente
John F. Kennedy.
Gore, el agente de la policía
Al Gore primero cobró fama en 1974, cuando él y su jefe
Seigenthaler urdieron una trampa contra Morris Haddox, un concejal negro de la
ciudad que era una espina que la élite de Nashville tenía clavada
en el costado. Menos de dos meses antes del ataque encubierto de Gore, Haddox
había declarado que era práctica común de la policía
permitir que cundiera rampante la venta de drogas y la prostitución en la
comunidad negra, y juró obstruir la consideración de cualquier
otro asunto legislativo hasta que el Concejo de la ciudad abordara una reforma a
esta concusión
criminal.[1]
Aunque nominalmente no era más que un reportero de un
periódico privado, Gore en persona se puso de acuerdo con los socios de
Hillin en el Negociado de Investigaciones de Tennessee (TBI) pare esconder un
radiotransmisor en el cuerpo de un delator, al que cargaron de dinero para
echarle el lazo al concejal Haddox. La acusación de soborno contra Morris
Haddox se anunció en un artículo del Tennessean el 7 de
febrero de 1974, firmado por Albert Gore hijo, con todo y una foto del reportero
de largas patillas y del jubiloso espía policíaco encubierto,
acompañado de tres fotógrafos.
Iglesias de la comunidad negra llevaron a cabo manifestaciones de apoyo al
concejal Haddox. Una convención política estatal negra
condenó de forma unánime a Gore y Seigenthaler por la
incriminación. El Tennessean del 11 de febrero de 1974 citó
el ataque del maestro universitario negro James Mock contra esos
“escritores que tramaron su guión en la comunidad negra e hicieron
que el señor Haddox lo representara. . . con lo que atacan a
toda la estructura política de nuestra comunidad negra”.
Un artículo de Al Gore que apareció publicado en el Tennessean el 12 de febrero de 1974, con el encabezado de “Alertan
al FBI y al IRS en investigación del Concejo”, explicaba que el FBI
—el equipo especial de Hillin— estaba tomando parte oficial en la
ofensiva legal en el Concejo Metropolitano de Nashville.
Aunque más tarde un jurado absolvió a Haddox, los vilipendios
periodísticos de Gore lo sacaron de la vida política. Dos
décadas después, Haddox regresó al Concejo de Nashville,
una vez que el ataque de Gore se había disipado de la memoria del
público.
En 1987, durante su campaña por la candidatura presidencial para
1988, Gore se jactó en el Des Moines Register que su labor como
reportero “encausó y mandó a la cárcel a un
montón de gente”. Periódicos de todo el país
informaron y dejaron a descubierto el carácter traicionero de esto, y la
vergüenza contribuyó a la derrota de Gore en
1988.[2]
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John Seigenthaler, director del Tennessean de Nashville, contrató
a Gore en 1971 como reportero de nota roja. Los dos racistas le tendieron una
trampa incriminatoria al concejal Haddox, que era una espina que la élite
de Nashville tenía clavada en el costado. (Foto: Curtis
Palmer). |
El agente editorial John Seigenthaler le consiguió a su subalterno
Al Gore una candidatura por un escaño en la Cámara de
Representantes de Estados Unidos, en las sesiones que iniciaron en 1976. Gore
recibió el patrocinio de la facción de banqueros aglutinada en
torno a Walter Sheridan, y dejó el periódico luego de ganar la
elección para ocupar su cargo en el Congreso, el mismo que había
ocupado Albert Gore padre.
El trabajo de soplón del FBI de Gore y su consiguiente ascenso al
Congreso iban acorde con los antecedentes racistas imperiales de su familia. Se
crió más que nada en Washington, D.C., donde asistió a una
escuela privada como el insufrible hijo arrogante de un acaudalado
político sureño blanco. Su padre giraba en la órbita de
Cordell Hull, el aristócrata de Tennessee que se convirtió en
secretario de Estado del presidente Franklin Delano Roosevelt, cargo desde el
que se opuso acérrimamente a las iniciativas de éste a favor de
los pueblos coloniales que desafiaban el racismo imperial
británico.
En 1964 Gore padre, quien entonces era senador, traicionó al
presidente Lyndon Baines Johnson y al movimiento de los derechos civiles al
votar en contra de la memorable ley de los Derechos Civiles (el 2 de julio de
1964), que fue la que le asestó un golpe mortal a Jim Crow, al proscribir
la segregación racial en toda la nación. Gore padre también
trató, sin éxito, de maniatar la ley con una enmienda que
eliminaba el recorte de fondos federales a los estados que desobedecieran la ley
y perpetuaran la segregación racial.
En la época en que su hijo incriminó a Morris Haddox, Gore
padre, quien ya se había retirado de la política, era
vicepresidente de la Occidental Petroleum Company de Armand Hammer, y presidente
de su Island Creek Coal Co. La familia Gore amasaba entonces su fortuna en la
industria petrolera, con las intrigas de Hammer en provecho de las operaciones
estratégicas británicas. En esos tiempos el padre de Gore
también era docente de la Universidad Vanderbilt de Nashville, el centro
nacional del “respetable” resurgimiento del Ku Klux Klan del siglo
19.
Mientras trabajaba para Seigenthaler y la fuerza de ataque del FBI contra
los negros, ¡Al Gore hijo asistía a la Escuela Divinity de la
Universidad Vanderbilt! Éste era el escondrijo de los
“fugitivos” y de los “agraristas de Nashville”, los
sectarios gnósticos que revivieron la “causa perdida” de la
Confederación sureña como un ataque neofeudal en contra de las
minorías, los sindicatos y la civilización industrial
moderna.
Con estas ideas, Gore hijo se abrió paso al poder al unirse a los
amos británicos de su padre en la guerra contra la tradición de
Franklin Delano Roosevelt en el Partido Demócrata y contra los pueblos de
color de todo el mundo.
[1]Dos
artículos de periódicos locales, ambos publicados el 12 de
noviembre de 1973, dejan clara la motivación fascista de la trampa: el Banner de Nashville, con el encabezado “El concejal Haddox se busca
un enfrentamiento con la policía”, decía que éste
había declarado que obstruiría los proyectos de ley que afectaran
su distrito de Nashville, hasta que se reformara el departamento de
policía. Haddox habló del caso de una mujer negra drogadicta que,
según se había informado, fue sodomizada por 25 oficiales de
policía, al tiempo que no hacían valer las leyes contra las drogas
y la prostitución en la comunidad negra. The Tennessean, que
llevaba por titular “Haddox antepone el orden público al trabajo
legislativo”, por Wayne Whitt, mostraba una fotografía de Morris
Haddox con el pie de foto: “La gente merece alguien mejor”. El
artículo describía cómo Haddox amenazaba con obstruir el
proceso legislativo, a menos que se obligara al departamento de policía a
hacer valer la ley, y a frenar la prostitución y la venta rampante de
drogas peligrosas en la comunidad
negra.
[2]Luego
de la incriminación de Haddox, la Gestapo de Hillin y Seigenthaler la
agarró contra el demócrata Ray Blanton, quien fue elegido como
gobernador de Tennessee en 1974. Blanton se opuso a su racismo y a sus medidas
de Estado policíaco, y trató de emprender una indagación
del incriminamiento de James Ray Earl en el asesinato de Martin Luther King, Jr.
en 1968, el cual sigue sin resolverse. Hillin le dijo a este reportero:
“Me asignaron la misión de tumbar a Blanton”. Los siguientes
cuatro años de cacería de brujas y el consiguiete encarcelamiento
del inocente Blanton (más tarde se declaró sin lugar la
acusación), quedaron registrados en las páginas del primer libro
de Hillin, FBI Codename TENNPAR (Nombre código del FBI, TENNPAR),
el cual lo hizo famoso y dio paso a su biografía de Gore dos años
más tarde. Una de las estrellas del reparto de Hillin y Seigenthaler que TENNPAR hizo célebre, era el fiscal federal de Memphis, Hickman
Ewing, de la más pura cepa del Ku Klux Klan. Poco después de
cerrar el caso Blanton, Ewing inició la campaña de
difamación y enjuiciamiento contra el congresista negro de Memphis,
Harold Ford, la cual duró diez años; a la larga, el representante
Ford fue absuelto. Ewing pasó a trabajar como uno de los agentes que
participaron en el ataque de Kenneth Starr contra el presidente Bill
Clinton.
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