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Resumen electrónico de EIR, Vol.XXIV, núm. 12
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Economía

LaRouche insta a crear un Banco de Infraestructura

El puente de la autopista interestatal 35W en Miniápolis El puente de la autopista interestatal 35W, que salvaba el río Misisipí en Miniápolis, se desplomó el 1 de agosto, dejando al descubierto la condición decrépita de la economía estadounidense

Para millones de estadounidenses el horror del desplome del puente de las Ciudades Gemelas sobre el río Misisipí ha puesto en primer plano la por mucho tiempo desatendida condición decrépita de la economía de Estados Unidos. Sólo en los últimos días se ha presentado toda una serie de iniciativas, entre ellas la propuesta de ley que aprobó el Senado para evaluar las reparaciones de toda la infraestructura que han dejado de hacerse en Estados Unidos; un nuevo proyecto de ley en la Cámara de Representantes que sometieron dos congresistas de Ohio, el demócrata Dennis Kucinich y el republicano Steve LaTourette, llamado ley para la Reconstrucción de la Infraestructura de Estados Unidos de 2007. Para el 5 de septiembre está programada una audiencia en la Cámara de Representantes para revisar las condiciones en que se encuentran 590.000 puentes estadounidenses, y se están organizando otras audiencias sobre infraestructura para cuando el Congreso regrese de su receso de verano.

El Comité de Acción Política Lyndon LaRouche (LPAC) anunció el 6 de agosto que retomará la ley de Recuperación Económica de 2006 de LaRouche—que el Congreso dejó morir al ignorarla—y la planteará ahora como una legislación que cobije y agrupe otras iniciativas con las mismas características subordinadas, para el mismo propósito.

Lyndon H. LaRouche, Jr. LaRouche ha señalado la necesidad de crear un banco especial de desarrollo federal, a financiarse con la autorización de crédito de largo plazo por parte del Congreso para la reconstrucción de infraestructura. (Foto: Stuart Lewis/EIRNS).

A principios de agosto, al proponer este enfoque, Lyndon LaRouche subrayó la función del crédito. LaRouche dijo que tenemos que crear un banco especial de desarrollo federal, a financiarse con la autorización de crédito de largo plazo por parte del Congreso, conforme a las disposiciones monetarias. Esta nueva agencia bancaria se aprovecharía exclusivamente para este propósito de desarrollo. Fijará las tasas de interés a 1 por ciento, de modo que los estados puedan entonces participar y compartir los beneficios de este banco. Los programas estatales y otros programas podrían ahora hacer parte de un programa federal que apoye proyectos nacionales, así como también los aspectos estatales de los mismos. Los bancos locales podrían participar, los municipios podrían participar. Funcionaría de la misma manera que lo hicieron los contratos de guerra durante la Segunda Guerra Mundial. Entidades locales calificadas podrían participar en los proyectos aprobados.

Para reiterar: tomemos todos los proyectos de ley pertinentes que están circulando, pero empecemos con un Banco de Desarrollo de Infraestructura. El Departamento del Tesoro, con autorización del Poder Legislativo, puede crear deuda a uno por ciento de interés, de dinero a prestarse a entidades privadas y otras para los propósitos necesarios: obras para la gestión de ríos, el control de inundaciones, autopistas, ferrocarriles, puentes, presas, hospitales, y toda clase de proyectos semejantes.

Al mismo tiempo, agregó LaRouche, crearíamos una entidad para poner de nuevo en acción a la fuerza laboral a la que se ha despedido en los últimos 72 meses de desmantelamiento del sector de máquinas–herramienta de la industria automotriz, y a la de la industria pesada y del acero a la que se botó en los años previos. El proyecto de ley (H.R. 6181) del representante demócrata William Lacy Clay (por Misurí) de 2006 incluye un aspecto de dicha función; ampliémoslo.

Tenemos que poner a trabajar de nuevo a los obreros de Lockport, Nueva York, y a todos a los que se ha despedido del otrora corredor industrial de Estados Unidos y de otras partes. Ellos representan a los ingenieros de diseño, a los diseñadores de máquinas–herramienta, a la fuerza laboral, y tenemos que hacer que se reintegren al proceso de resolver el problema de cómo reconstruir todos estos cientos de miles de puentes que se necesitan y de emprender todas las demás tareas pendientes.

Así es como lo haces: ¡reconstruyes!

Reactivas la economía. ¡Así es como se hace! Sacas a la gente de empleos inútiles o del desempleo, y la pones a trabajar en empleos útiles en los lugares donde debería vivir.

Entonces, tenemos varias propuestas útiles que están surgiendo ahora, pero la ley de Recuperación Económica de LaRouche y el Banco de Desarrollo de Infraestructura apuntan al nivel más alto. Su instrumentación también tiene lugar en los niveles estatal y local. Hay puentes estatales que necesitan reparación, y el gobierno federal viene y dice: “Éstos tienen que ser seguros y funcionales”. Por tanto, la ayuda federal llega y los estados reciben lo necesario para impulsar sus proyectos.

LaRouche dijo que había que ver el proceso que emprendió Harry Hopkins en los 1930, con el Gobierno de Franklin Delano Roosevelt. Se emprendió un sinnúmero de proyectos, que fueron desde los programas más modestos de la Administración de Proyectos de Obras Públicas en cientos de condados rurales para reconstruir las letrinas de casas–escuela con un solo salón, hasta las grandes obras hidráulicas y de mejoramiento de la tierra a gran escala, y toda clase de programas intermedios.

Ése es el camino: el crédito de largo plazo, al nivel del uno por ciento de interés. Con esto puede manejarse todo como Hopkins y demás se hicieron cargo de la reconstrucción en los 1930 y 1940.