Editorial

Resumen electrónico de EIR, Vol.XXIV, núm. 15
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Editorial

¿Está el diablo en tu laptop?

La intención de esta serie que iniciamos con la sección ¿Está el diablo en tu laptop?, misma que originalmente publicó el Comité de Acción Política Lyndon LaRouche (o LPAC) en la forma de un folleto, es salvar al mundo de su propia autodestrucción.

El marco para esto es, como el más grande experto en economía física Lyndon LaRouche ha advertido, que el actual sistema económico mundial está muerto. Está muerto al momento de escribir esto, y ya no resucitará.

Pero a la gente puede salvársele. ¿Cómo? LaRouche ha propuesto una legislación sencilla, conocida como la ley de Protección a los Bancos y Propietarios de Vivienda de 2007, que será un primer paso claro que ponga a nuestra sociedad camino a la recuperación.

Sin duda, todos los candidatos presidenciales son, al presente, una porquería. Pero, ¿por qué la generación actual de entre 16 y 25 años de edad hasta ahora se ha visto tan incapaz de responder? ¿Dónde está el movimiento de jóvenes que le haga frente a esta crisis y le dé un futuro a la humanidad?

“Hoy existe un movimiento de masas fascista en las universidades”, dijo LaRouche, al identificarlo como la amenaza más grande para la supervivencia del mundo en estos momentos. Esta amenaza, dijo, tiene tres rostros:

• MySpace, bajo la dirección de Rupert Murdoch;

• Facebook, bajo la de Bill Gates;

• y los juegos de computadora, en especial las versiones maniáticas homicidas.

Si uno permite que estas cosas destruyan a una generación entera de jóvenes, afirmó LaRouche, no hay futuro para planeta.

Por consiguiente, estos tres elementos que actualmente imperan en nuestra cultura tienen que ser destruidos, del mismo modo que un virus mortal contagioso o una enfermedad bacteriológica debe diagnosticarse como es debido y curarse.

Esta enfermedad, por supuesto, no es una biológica, per se, sino un mal mental y cultural. Nuestro diagnóstico y nuestro método para encontrar una cura es el que aquí presentamos.

Y, aunque el contenido de esta serie le infligirá un dolor inmediato la mente de aquellos lectores que puedan estar metidos hasta el cogote en “toda la fiebre” de MySpace, Facebook y los juegos de computadora, la alegría de liberarse de la esclavitud mental, para participar así en la solución a los peligrosos problemas que aquejan a nuestro mundo actual, a la larga compensará por mucho el dolor que pueda sentirse en el corto plazo al abandonar una necedad adorada, pero letal.