El LYM sobre la tragedia en Tabasco

La solución al colapso económico es la infraestructura

Tragedias como la de Tabasco pudieron haberse evitado de haber seguido el ejemplo de países como China, que construyó la obra hidráulica más ambiciosa del mundo, la llamada presa de las Tres Gargantas, no sólo para acabar con las frecuentes inundaciones que azotaban al río Yangtzé, sino para aprovechar su agua para el desarrollo nacional. (Foto: DigitalGlobe).

¿Nueva Orleans? ¡No! ¡Tabasco, México! Contrario a las excusas absurdas del gobierno, la inundación que sufrió a fines de octubre y principios de noviembre de 2007este estado no fue consecuencia de ningún calentamiento global, sino de la falta de infraestructura hidráulica adecuada. (Fotos: rescatista de PEMEX).

Estamos viviendo la crisis económico–financiera y cultural más grande de la historia de la humanidad. La realidad se asoma con el desastre en Tabasco, Chiapas y Oaxaca: desabasto de alimentos, falta de agua potable y medicinas, latentes brotes de epidemias, ciudades enteras bajo el agua. Se pueden comparar fácilmente los resultados de la política del neoliberalismo o libre comercio en México con la escena de Tabasco hoy, tal como lo vimos en Estados Unidos con el huracán Katrina. Los gobiernos de ambas naciones resultaron incompetentes para abordar los fenómenos meteorológicos, al carecer de la infraestructura y los programas pertinentes.

El 31 de agosto de 2005 el economista demócrata estadounidense Lyndon H. LaRouche enumeró las medidas que debían tomarse de inmediato para abordar lo que no pudo el Gobierno de George Bush hijo, advirtiendo que la perspectiva principal era el desarrollo de los sectores productivos y de infraestructura.

La necia política de guerra del vicepresidente Dick Cheney y de Bush desatendió a todos estos sectores importantes de la economía en Estados Unidos. Los cuatro estados en los que golpeó el huracán Katrina habían sido devastados antes económicamente, al igual que toda la república mexicana lo fue en los últimos 25 años. No sólo se pararon los proyectos de infraestructura, sino que se desmantelaron los existentes, principalmente en materia de gestión de aguas, transporte y energía.

¿Todo es causa del calentamiento global?

“Sí, les puedo asegurar a los tabasqueños que el origen y la causa de esta catástrofe está precisamente en la enorme alteración climática que, se reconozca o no, se ha provocado”. Con esta frase y de esta manera, el presidente mexicano Felipe Calderón trata de ocultar el verdadero rostro que hay detrás de la catástrofe ocurrida en Tabasco, el desplome de la infraestructura y la economía física del país. Es bien sabido que la oligarquía financiera internacional usa la propaganda mediática para frenar el desarrollo de las naciones. Además, sus políticas de libre comercio han encontrado a su mejor aliada en la llamada política verde del culto a la “madre tierra” Gaia, secta que ha ganado muchos adeptos entre los grupos políticos de izquierda, centro y derecha, donde se repite una y otra vez la mayor mentira desde que se decía que la Tierra era plana. Así, el mito del calentamiento global causado por el hombre es el mito de “la Tierra plana” del siglo 21; es el germen de un nuevo fascismo con cara verde, un planteamiento antihumano y genocida.^[1]

Y, ¿qué hacer?

Se necesita restablecer los poderes productivos y crear un cuerpo de infraestructura que integre a nuestro país de nuevo, y, junto con otras naciones soberanas, crear los mecanismos para su financiamiento. Tiene que ser por parte del Estado, pues ninguna iniciativa privada es capaz, ni lo será, de resolver problemas de esta magnitud.

La responsabilidad del Estado nacional es el bienestar general

José López Portillo fue el último presidente mexicano con esta idea, y se jugó el todo por el todo para que México fuera un país industrializado, sentando las bases de una nación encaminada a ser una potencia industrial autosuficiente.

¿Cómo se pretendía lograr esto? Repasemos un poco: con presas, carreteras, hidroeléctricas, escuelas, hospitales; con una industria química, una petroquímica; con la siderurgia, el transporte, la agricultura, la ganadería, la educación y los alimentos. México de hecho incursionaba en el desarrollo y aplicación de la tecnología nuclear. Éstos son sólo algunos de los sectores en donde hubo un aumento tan impresionante, que logró ser autosuficiente y llegar a niveles que, con la política económica actual, serían un sueño o pura retórica.

De hecho, fue hasta que López Portillo concluyó su gestión y entró Miguel de la Madrid, que de inmediato se llevó a México al juego de la especulación financiera, el libre mercado y la globalización; un juego tan macabro, que ha aniquilado a naciones enteras y ahora amenaza al propio Estados Unidos y, sobre todo, a nuestro país, con llevarlos a un verdadero desastre impensado.^[2]

El PLHINO y el PLHIGON

Desde 1983, un grupo selecto de ingenieros mexicanos, en la tradición de la Fundación de Energía de Fusión (movimiento fundado en torno a los conceptos de economía física y de un renacimiento científico inspirados por Lyndon LaRouche), creó un programa de desarrollo para México, que incluía un plan hidráulico que debemos de rescatar ahora; este plan hidráulico se denomina Plan Hidráulico del Golfo Norte (PLHIGON), del cual sólo mencionaremos una parte (ver mapa en pág. 13). El sistema Grijalva–Usumacinta se encuentra entre los 7 más importantes del mundo por el volumen de agua que descarga al mar: 110.900 millones de metros cúbicos, que representan el 30% del escurrimiento superficial en México; agua suficiente como para duplicar su potencial agrícola e hidroeléctrico.

La construcción de la solución

Proyectos, muchos proyectos que, bajo una nueva forma de cooperación económica para la paz, garanticen el bienestar de la población.

Como Rusia, que ahora ha propuesto la construcción de un ferrocarril de alta velocidad que atraviese el estrecho de Bering. Ésta es una propuesta que en estos momentos se está debatiendo ampliamente en círculos políticos de alto nivel de China, India y Estados Unidos. A la par, en Sudamérica los países integrantes del Banco del Sur ven con gran entusiasmo la creación de corredores de desarrollo industrial, mediante el rescate del transporte ferroviario de alta velocidad y la generación de los mecanismos de crédito necesarios para ello.

Otra vez el Estado debe regular la economía; sólo así se pueden desarrollar los proyectos necesarios para el crecimiento sostenido de una nación. Ningún fondo de ayuda va a servir; deben reintegrarse los estados de la república a través de corredores de desarrollo. No hay ningún pretexto por el cual deba pararse el desarrollo de la nación; no aceptes un “no” como respuesta.

Cambiemos, pues, nuestro pensamiento con respecto a la economía, y peleemos por un nuevo orden económico internacional que nos permita los flujos y créditos necesarios para construir muchos proyectos como el PLHINO y el PLHIGON, que se han vuelto parte del Puente Terrestre Eurasiático mundial, la propuesta que el movimiento larouchista está llevando a todas partes del mundo. Únete a este esfuerzo.