LaRouche:
Considerando que, el sistema está quebrado. . .
El economista estadounidense Lyndon LaRouche propuso las siguientes nueve medidas el 1 de noviembre, para movilizar a la institución de la Presidencia de Estados Unidos a que actúe, mientras pueda hacerlo.
1. Al sábado 1 de noviembre de 2008, el presente sistema monetario mundial está quebrado sin remedio. Cualquier intento por continuar este sistema, no sólo representaría un fraude de esas potencias políticas que se rehúsan a reconocer esta realidad, sino, en y de por sí, la perpetuación de un crimen enorme en contra de esa gran masa de la humanidad que sufriría crueldades de una magnitud más grande, en sus efectos globales, que las que obró la maquinaria de Adolfo Hitler.
2. Lo que experimenta ahora el orbe entero es una desintegración económica mundial comparable a la que vivió Europa como una “Nueva Era de Tinieblas” en el siglo 14, una nueva desintegración que hizo erupción, primero, en Estados Unidos de América, a fines de julio de 2007. En las condiciones actuales, seguir sin reconocer ese hecho, como lo han hecho hasta ahora las potencias principales del planeta, sería, en efecto, un crimen de lesa humanidad por parte de dichas potencias y sus autoridades responsables, las cuales, por consiguiente, personificarían a dirigentes individuales culpables tanto en los asuntos de gobierno como de la economía internacional.
3. En mi capacidad de pronosticador económico de largo plazo exitoso, en repetidas ocasiones he identificado las condiciones que están llevándonos a esta crisis de desintegración global del actual sistema monetario internacional, que ahora se nos viene encima. Lo he hecho en un ámbito singularmente válido y con advertencias específicas durante el período previo y posterior al comienzo del presente proceso de desintegración mundial, desde el 25 de julio de 2007. Es claro que cualquier entidad o gobierno que no tome en cuenta esas pruebas decisivas, actúa, como lo hace el propio Congreso estadounidense hasta la fecha, con un desenfado temerario por las realidades económicas y las consecuencias sociales de su negligencia.
4. Aunque al presente se reconoce con amplitud entre los principales círculos gubernamentales y relacionados del mundo que se necesita con urgencia una reforma que merezca el nombre de “Nuevo Sistema de Bretton Woods” para esta situación, esas potencias no tienen claro todavía qué significa precisamente eso en cuanto a los principios más elementales de dicha reforma. Es esencial que se definan principios fundamentales claros, y pronto —“el sistema ya se está viniendo abajo”—, ¡como lo hago yo aquí!
5. Por lo tanto, es indispensable convocar a una reunión especial entre personalidades selectas apropiadas, a puerta cerrada, en Washington, D.C. para el 11 de noviembre de 2008, previo a la reunión general programada con el presidente estadounidense George W. Bush hijo, para aconsejarlo a él y a otras partes atinentes sobre lo que habría de exigírseles, con justicia, en cuanto al virtual carácter de Día del Juicio Final de la crisis de desintegración general mundial ahora inminente en lo inmediato. Esta reunión del 11 de noviembre se ha escogido como la oportunidad para trazar algunos lineamientos generales sobre la naturaleza del acuerdo inmediato al que debe llegar el Presidente de Estados Unidos de América, para instar a declarar de inmediato el compromiso de acordar de nuevo hoy una reforma económica mundial congruente con la intención que el presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt manifestó en Bretton Woods antes de su muerte.
6. En vista de la gran credibilidad sin par que me he ganado como pronosticador de largo plazo, es indispensable, en el interés de garantizar que se llegue a un acuerdo competente, que inicie y sea patrocinador de ese presente llamado.
7. La intención es que se incluya a un número limitado de funcionarios políticos estadounidenses responsables y otros notables idóneos entre un selecto grupo iniciador de los invitados. Demasiados cocineros arruinarían el guisado. Ese órgano debe recomendar que se extienda la invitación a personalidades internacionales pertinentes a las que se reconozca por simpatizar con esta clase de asambleas, con el propósito de continuar la deliberación inmediatamente después de la reunión del 11 de noviembre. Tenemos que organizar esto con rapidez; el sistema monetario mundial, ahora en bancarrota sin remedio, está a punto de hacer implosión.
8. El propósito de convocar a ésta como una reunión privada, y también a las probablemente inmediatas de seguimiento, es el de formular una propuesta que esté tan desembarazada como sea posible de lo que de otro modo sería la distracción de la interferencia probable del “cabildeo” de grupos obvios que se oponen a la idea misma de someter a un proceso de reorganización por bancarrota a la forma “monetarista” liberal angloholandesa de sistema monetario internacional ahora imperante, pero irremediablemente fallido, global y de suyo fraudulento.
9. No debemos permitir que círculos de gobierno, tales como los ya fracasados del propio presidente George W. Bush hijo, dominen el programa de las deliberaciones al grado que elementos esenciales de las cuestiones de acuerdo se excluyan, así, del diálogo. Son los gobiernos mismos los que hasta ahora han errado a este respecto; por tanto, juzgar ese fracaso forma parte esencial de cualquier propuesta preliminar competente.