Economía

Resumen electrónico de EIR, Vol.XXV, núm. 12
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Narcotráfico, S.A. de Soros va por Brasil

por Dennis Small

Una pauta alarmante de las actividades recientes del megaespeculador George Soros y sus amos financieros británicos indica que Narcotráfico, S.A. —los intereses bancarios internacionales que rigen el tráfico de drogas y el narcoterrorismo que lo acompaña— va por Brasil. Tres acontecimientos sobresalieron en el transcurso de 2008.

Primero: Soros —de renombre tanto por promover la legalización de las drogas, como por defender su participación, cuando joven, en la caza de sus compatriotas judíos en la Hungría ocupada por los nazis durante la Segunda Guerra Mundial— financió la formación de una Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia en abril de este año, para organizar y cabildear a favor de la legalización de las drogas tanto en Iberoamérica como en Estados Unidos. La comisión de Soros la encabezan los ex presidentes de México, Colombia y Brasil, Ernesto Zedillo, César Gaviria y Fernando Henrique Cardoso, respectivamente. Los patriotas brasileños odian a Cardoso porque destruyó la prometedora economía brasileña con las políticas británicas de la privatización, el libre comercio y la globalización durante sus dos períodos de gobierno (1995–2003).

La asociación de Cardoso con Soros no es nada nuevo: su gobernador del Banco Central de Brasil de 1992 a 2002 fue Arminio Fraga, un ejecutivo del Fondo Quantum de Soros. Todos concuerdan en que el megaespeculador Soros prácticamente estuvo a cargo del Banco Central en ese período. Fue él también quien, a fines de 1998, pidió un “muro de dinero” para rescatar de un estallido inminente a Brasil, Rusia y otros países; una probadita de la locura hiperinflacionaria que impera hoy en la política británica y estadounidense.

La perspectiva criminal del trío de sicarios presidenciales de Soros salió a relucir el 26 de noviembre, en un intercambio público entre el copresidente de la comisión Ernesto Zedillo y Gretchen Small de EIR, en una reunión en el Instituto Brookings de Washington. Presionado por Small sobre su labor de narcolegalización con Soros, quien defendió con descaro sus actividades pro nazis en una entrevista en el programa 60 Minutos de la CBS en diciembre de 1998, el ex Presidente mexicano replicó enojado: “Usted saca a colación aspectos de la biografía del señor Soros que, diría yo, encuentro totalmente irrelevantes para hablar de este asunto” de legalizar las drogas. “Si ése es el nivel de discusión que vamos a tener, entonces no llegaremos a ningún lado” con el proyecto de Soros (ver artículo a continuación).

Soros no sólo es un especulador prominente, de los que han destruido la economía mundial con los derivados financieros, sino también el principal promotor mundial de la narcolegalización; él ha financiado incontables campañas a favor de las drogas en EU y a escala internacional.

Segundo: Las redes bancarias de control británico le hincaron hondo el diente al sistema bancario brasileño, llevando a la práctica el 29 de agosto de 2008 un acuerdo pactado desde 2007, por medio del cual el español Banco Santander consolidaba su posición en el mercado brasileño al apoderarse de Banco Real, entonces propiedad del banco holandés ABN Amro. Los activos bancarios combinados de Santander ascienden ahora a más de 170 mil millones de dólares, 12% del total nacional, convirtiéndolo en la cuarta institución financiera más grande del país. El socio de Santander en la adquisición de ABN Amro fue Royal Bank of Scotland, que son los banqueros de la monarquía británica y controladores estratégicos de Santander.

El apologista de Soros, Thomas Palley

Tercero: Soros también se las ingenió para meter a uno de sus propagandistas como orador en la conferencia internacional que tendría lugar del 7 al 11 de diciembre en el estado brasileño de Paraná, auspiciada por el propio Gobernador para plantear alternativas a la crisis financiera global. Si bien muchos de los participantes anunciados de Brasil y otras naciones sudamericanas son economistas y políticos nacionalistas, el de EU es Thomas Palley, quien en 2002 y 2003 dirigió el Proyecto Reforma de la Globalización en el Instituto de la Sociedad Abierta de Soros. Palley ha defendido las actividades “filantrópicas” de Soros y, en particular, sus recetas políticas para Brasil.

Por ejemplo, Palley escribió en noviembre de 2002 “Los conceptos de Soros sobre los mercados internacionales de capital y las economías en vías de desarrollo”, que presentó en Río de Janeiro, en el que declara que el narcoespeculador es “una persona impresionante. No sólo es uno de los financieros más exitosos del mundo. . . también es uno de los filántropos más importantes”. Servil, dice que “Soros se ha convertido en un intelectual destacado”, cuya “construcción teórica de los mercados financieros va aparejada con un profundo discernimiento político y moral”.

Además, Palley hizo planteamientos teóricos en apoyo de la propuesta de Soros de que Brasil podría reducir sus tasas de interés y evitar el incumplimiento consiguiendo que el FMI garantice su deuda. No se específico el quid pro quo específico, pero las condiciones que el FMI y los bancos le imponen a tales acuerdos son bien conocidas.

Y también defiende al FMI y al Banco Mundial. En una entrevista el 13 de noviembre con la agencia noticiosa árabe Aljazeera, a Palley —quien habla con un marcado acento británico— le preguntaron:

Pregunta: [Bush] también pareció criticar al FMI y al Banco Mundial, aunque a esas dos instituciones las controlan totalmente EU y Europa.

Palley: Eso es verdad, pero, por otra parte, esas instituciones no son del agrado de muchos republicanos; las ven como el largo brazo del gobierno. Y por eso siempre han tenido una relación algo incómoda con ellas. Esas instituciones no tienen nada qué ver con la crisis actual. Sí tienen sus propios problemas, y no voy a negarlo, pero, por otra parte, no están implicadas en la crisis, y pueda que en estos momentos estén desempeñando una función de hecho útil”.

También vale la pena señalar que Palley ha escrito que el economista más grande de EU fue Irving Fisher (1867–1947), quien introdujo la escuela “marginalista” austríaca a la corriente principal de la economía estadounidense y fue pionero de gemas de la incompetencia moderna tales como las curvas de Phillips y de indiferencia. El portal de la Nueva Escuela de Investigación Social informa sobre Fischer: “Perdió su fortuna y su reputación quedó gravemente dañada por el crac de Wall Street de 1929, cuando apenas unos días antes de que sobreviniera les aseguraba a los inversionistas que el precio de las acciones no estaba sobreinflado, sino que más bien había alcanzado un nuevo estadio permanente”. ¿Suena conocido?

Fisher, cabe añadir, también fue un defensor de la “ciencia racista” británica de la eugenesia, al igual que su contemporáneo John Maynard Keynes, a quien Palley admira tanto.

George Soros: ladrón nazi

La ofensiva de George Soros para legalizar y fomentar el narcotráfico asesino por todo el mundo es un producto lógico de su primer trabajo, allá en los 1940, en el que se le asignó la tarea de saquear las propiedades de los judíos bajo el régimen del teniente general Kurt Becher, jefe de la sección de las Waffen SS.

En al menos dos entrevistas televisivas en los 1990, Soros rememora su experiencia al servicio de los nazis y cómo vió enviar a sus hermanos judíos a campos de concentración. Al preguntarle Steve Kroft Kroft del programa 60 Minutos de CBS cómo reaccionó a todo esto, Soros no sólo mostró su total falta de consciencia cuando esto ocurrió, sino cómo sigue justificando lo que hizo, hasta la fecha. Soros sigue siendo hoy la misma persona que entonces:

“Kroft: Y usted vio enviar a mucha gente a los campos de exterminio.

“Soros: Correcto. Yo tenía 14 años, y diría que fue entonces que se formó mi carácter.

“Kroft: ¿De qué manera?

“Soros: En que uno debe pensar por adelantado. Uno debe entender y anticipar los acontecimientos y cuándo se ve amenazado. Fue una amenaza tremenda de perversidad. Digo, experimenté el mal de manera muy personal.

“Kroft: Entiendo que salía con este protector suyo que juró que usted era su ahijado adoptivo.

“Soros: Sí. Sí.

“Kroft: Salía, de hecho, y ayudaba en la confiscación de propiedades de los judíos.

“Soros: Sí. Eso es correcto. Sí.

“Kroft: Quiero decir, eso es. . . eso suena como una experiencia que mandaría a muchos al diván del psiquiatra por muchos, muchos años. ¿Fue difícil?

“Soros: No. Para nada. En lo absoluto. Tal vez uno de niño no. . . uno no ve la conexión. Pero no fue —no creó— ningún problema en lo absoluto.

“Kroft: ¿Ningún sentimiento de culpa?

“Soros: No.

“Kroft: Por ejemplo, de ‘Soy judío y heme aquí, viendo a esta gente irse. Muy bien pudiera estar ahí. Debiera estar ahí’. ¿Nada de eso?

“Soros: Bueno, por supuesto podía haber estado del otro lado o podría ser uno de los que les estaban quitando sus cosas. Pero no tenía ninguna sensación de que no debiera estar ahí, porque eso fue. . . bueno, en realidad, de un modo curioso, es como en los mercados, de que si no estuviera ahí.. Por supuesto, yo no estaba haciéndolo, pero, de cualquier modo podrían, podrían estárselo quitando a alguien más. Y fue la. . . ya fuera que yo estuviera ahí o no. Yo sólo era un espectador; tomaban las propiedades. No tuve ninguna participación en quitar las propiedades, así que no tenía ningún sentimiento de culpa”.

El propio padre de Soros escribió que a la larga ordenó que renunciara a ese “trabajo”, aunque George nunca dejó de disfrutarlo, como él mismo se condena en la introducción del libro de su padre:

“Es un sacrilegio decirlo, pero esos diez meses [de la ocupación nazi] fueron los más felices de mi vida. . . Llevamos una vida aventurada y nos divertíamos juntos”.

¿Divertido participar en el Holocausto? A eso es a lo que Soros se dedica hasta el presente.

Uno se pregunta si el Gobernador de Paraná, Roberto Requiao, sabía siquiera que alguien invitó a un vocero del narconazi George Soros, cuando le dijo a la prensa: “Estamos invitando a personalidades con una opinión heterodoxa de la economía. No voy a invitar a los que causaron el desastre”.

EIR se enteró que al menos algunos de los organizadores de la conferencia no sabían nada de la invitación a Palley ni de su conexión con Soros, a quien aborrecen.

Además, entre los invitados está una pequeña partida de ex colaboradores de Lyndon LaRouche —Paulo Raimondi, Michael Liebig y Lorenzo Carrasco— que a últimas fechas desertó para pasarse al bando británico. Hace poco, estos renegados reunieron a un grupo de rusos, italianos y otros para participar en una serie de conferencias, entre ellas una que tuvo lugar en julio de 2008 en Módena, Italia, sin molestarse nunca en informarles que ya no tienen nada qué ver con LaRouche, y embaucándolos con el cuento de un “nuevo Bretton Woods”, pero como el que luego propuso el primer ministro británico Gordon Brown.

El economista estadounidense Lyndon LaRouche —quien pronosticó de manera singular la actual crisis financiera sistémica internacional y presentó la única propuesta viable de una reorganziación por bancarrota estilo Roosevelt para resolverla— comentó, en cuanto a la ofensiva de Soros contra Brasil, que estas redes del narcoespeculador en la inteligencia británica son las mismas que las de la operación de Malloch–Brown en la República Democrática del Congo.

Por años, lord Mark Malloch–Brown —hasta 2007 vicepresidente del fondo especulativo Quantum y del Instituto de la Sociedad Abierta, ambos de Soros— ha sido el amo británico del narcoespeculador, y hoy es ministro del Reino Unido para África, Asia y la ONU. Con ese carácter, Malloch–Brown pidió hace poco la intervención militar de Gran Bretaña en la provincia de Kivu, en la República Democrática del Congo, como pretexto para poner en la mira la soberanía de cualquier nación africana que estorbe los designios imperiales británicos.

“¿Harán en Brasil Soros y sus aliados británicos lo que en el Congo?”, preguntó LaRouche.

¡Alto a la narcolegalización de Soros!

por Gretchen Small

La campaña para someter al Gobierno entrante de Obama a la política de legalizar de nuevo el narcotráfico mundial, como en los mejores tiempos del Imperio Británico, está en marcha. Irónicamente, la mayor vulnerabilidad de semejante ofensiva quizás pruebe serlo su cabecilla, George Soros, el aborrecible especulador que propuso asesinar a su propia madre cuando ésta enfermó y que todavía saborea el recuerdo de cuando trabajó para Adolf Eichmann en contra de sus hermanos judíos durante la ocupación nazi de Hungría en los 1940. Un agente del Imperio Británico que justifica el mal con el argumento de que, si no él, alguien más lo haría.

‘Por qué Obama tiene que deshacerse de Soros’

LaRouche PAC acaba de dar a conocer un video con el título anterior, en el que Dennis Small, de EIR, explica la urgencia de tomar semejante medida.

El video está disponible en http://espanol.larouchepac.com/node/10967.

El hecho es que, dondequiera que alguien en el mundo aboga por la legalización de las drogas, está Soros. Sin excepción.

Títeres de lo abominable

Para la legalización, aunque aún no es aceptada, excepto por un pequeño estrato de sesentiocheros degenerados que insisten en su “derecho” a achicharrarse el cerebro, la estrategia general adoptada para quebrar la voluntad del pueblo estadounidense que resiste a esta perversidad, consiste en reclutar a “hombres sin tacha” para crear un clamor de que “la guerra a las drogas se ha perdido”. El cuento es que los estadounidenses tienen que aceptar que la alternativa no es aplastar al Imperio Británico y su cartel de Narcotráfico, S.A., con lo que se ganaría la guerra a las drogas, sino las llamadas estategias de “reducción de daños” que pululan por Europa, junto con el modelo holandés de proliferación de antros de drogas públicamente sancionados.

Para muestra el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo, el títere “respetable” más nuevo de Soros en la ofensiva del imperio por la adicción general, quien ahora opera desde su alma máter, la Universidad de Yale.

Zedillo es uno de tres ex presidentes iberoamericanos que presiden la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, la cual se fundó en abril pasado con dinero de Soros y es dirigida por su principal estratega en materia de legalización, Ethan Nadelmann, un notorio defensor del consumo de narcóticos. La tarea que la comisión se propuso es alinear a Iberoamérica en apoyo a la ofensiva de Soros para desmantelar las convenciones internacionales contra los narcóticos, en la reexaminación de la estrategia antidrogas que llevará a cabo la ONU en marzo de 2009. Hasta hace poco, los otros dos ex presidentes, Fernando Henrique Cardoso de Brasil y César Gaviria de Colombia, destacaban más en esta campaña.

Con el informe dado a conocer el 24 de noviembre, “Reformulación de las relaciones Estados Unidos–Latinoamérica; una colaboración hemisférica para un mundo turbulento”, Zedillo saltó a la palestra. El informe los produjo otra entidad que Zedillo copreside, la Comisión para la Cooperación de las Américas del Instituto Brookings, y en la que participan 18 “notables” del norte y el sur de la frontera entre México y Estados Unidos. El informe no pide la “legalización” como tal, pero da la línea acostumbrada de Soros: la estrategia de combate a las drogas está perdida, así que EU tiene que tornar la mirada a Europa y la “reducción de daños”. Hablando en nombre de la comisión, Zedillo se ha puesto al frente de promover esta idea en los medios, como una voz dizque “moderada” a favor del cambio.

Sí es un nazi, y qué

El debate que se escenificó en la presentación del informe del Instituto Brookings el 24 de noviembre es típico de cómo estos sofistas traman sus campañas. Los copresidentes Zedillo y el embajador estadounidense Thomas Pickering presentaron la conclusión del informe sobre la necesidad de que EU estudie “otros modelos” para bregar con los narcóticos, que sustituyan la fallida guerra a las drogas. Uno de los que asesoraron a la comisión, Sidney Weintraub del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, les espetó a Pickering y Zedillo que por qué el informe no exige, por nombre, lo que cree es necesario: la legalización de las drogas.

No se preocupe, le aseguró Pickering a Weintraub. Aunque la legalización es “una granada de mano o un tema explosivo que causa gran polémica” y no había consenso en la comisión para avanzar en esa dirección, el lenguaje del informe se “formuló con astucia” para dejarle la puerta abierta.

Zedillo se apegó a su caballito de batalla de que lo que la comisión quiere imponer es “un debate más abierto y claro” en EU. En ese marco, le aseguró a Weintraub, pueden abordarse “recomendaciones como la que usted expresó”. Sin embargo, en respuesta a una pregunta de EIR al respecto, Zedillo dejó claro que lo que la pandilla de Soros teme es precisamente un “debate abierto y claro” en EU sobre los planes verdaderos de Soros.

EIR señaló la participación de Zedillo en la dirección de la Comisión Latinoamericana sobre Drogas y Democracia, “que creó, financió y dirige George Soros”, el principal mecenas de la legalización a nivel internacional, “quien de manera pública y reiterada ha afirmado que su propia forma de ver la vida viene de sus viejos días al servicio de los nazis en Hugría, en contra de sus congéneres judíos”.

Zedillo reconoció, con una furia fría, que sacar a colación la intervención de Soros en el sórdido debate sobre las drogas podría hundir todo el proyecto, y se quejó de que, en EU, “cuando empezamos a hablar de este tema, de inmediato se levantan muros de contención alrededor suyo”, añadiendo que los comentarios de EIR eran “un ejemplo perfecto de eso. Usted saca a colación aspectos de la biografía del señor Soros que, diría yo, encuentro totalmente irrelevantes para hablar de este asunto. El grupo sobre Drogas y Democracia, que encabezan el presidente Cardoso de Brasil y el presidente Gaviria de Colombia, y del cual también soy miembro”, ni siquiera ha emitido su informe definitivo, y “ese trabajo empieza a descalificarse dizque por una asociación con el señor Soros.

“Creo que si ése es el nivel de discusión que vamos a tener, entonces no llegaremos a ningún lado”.

Los frentes de Soros en Harvard

Al revuelo que causó Zedillo en la prensa le siguió la publicación de un estudio de Harvard, que sugiere que la respuesta a la bancarrota del gobierno estadounidense sería hacer millones con la destrucción de mentes humanas con las drogas.

El estudio lo dio a conocer el 2 de diciembre en Washington uno de los muchos frentes narcolegalizadores de Soros, la Ley en Contra de la Prohibición (LEAP). Fue escrito por otro de los beneficiarios de la generosidad de Soros, el profesor Jeffrey Miron, director de Estudios de Pregrado en el Departamento de Economía de la Universidad de Harvard, y publicitado por el adulador de Soros en el Baltimore Sun, Dan Rodricks, quien tituló su columna, con descaro, “Legaliza las drogas y gánate 77 mil millones de dólares”.

El “estudio” de Harvard declara que los gobiernos federal, estatal y local pueden hacer dinero como locos, 76.800 millones de dólares al año, legalizando la producción y el consumo de todas las drogas.

Este informe es más honesto, al admitir que lo que Soros y sus amos británicos quieren es legalizar la producción; o sea, el narcotráfico.

Con maromas estadísticas dudosas, Miron llega a la conclusión de que EU podría “ahorrarse” 44.100 millones de dólares anuales si deja de combatirse el narcotráfico, además de “generar ingresos tributarios de la producción y venta legal de estupefacientes”. Miron supone que si la producción y comercialización se gravan a una tasa comparable a las del alcohol y el tabaco, los gobiernos federal, estatal y local podrían “generar un ingreso tributario de cerca de 32.700 millones de dólares al año”. Y especifica: “Aproximadamente 6.700 millones de dólares de este ingreso resultarían de legalizar la mariguana, 22.500 millones de la cocaína y la heroína, y 3.500 millones de todas las demás drogas”.

Ese cálculo se funda en el supuesto de que el consumo de drogas —ni hablar de la producción— no aumente con la legalización, un supuesto que el lacayo de Soros reconoce con timidez “probablemente no vaya en dirección de entender la recabación fiscal de las drogas legalizadas, porque las penas por posesión podrían, en potencia, disuadir a algunas personas de consumir”.

Miron ha cabildeado por el consumo libre de narcóticos por cerca de dos décadas. Él recibió una subvención del Instituto de la Sociedad Abierta de Soros en 2000, para calcular el costo de aplicar las leyes antidrogas. En 2005, emitió un “estudio” igual de espurio sobre las “Implicaciones presupuestales de la prohibición de la mariguana en Estados Unidos”, que el equipo de Soros usó para conseguir que 500 dizque economistas, encabezados por el finado gurú monetarista Milton Friedman, apoyaran su petición de legalizar la mariguana, en función de criterios monetarios de “costo–beneficio”.

En cuanto a los estudiantes de Harvard, pues. . . votaron por Miron como uno de sus maestros favoritos de 2006–2008.

¿Cuántas drogas estarán consumiendo los estudiantes de economía de Harvard como para tolerar semejante basura?