A seguidillas de su viaje a los Emiratos Árabes Unidos, el precandidato presidencial estadounidense Lyndon H. LaRouche y su esposa Helga Zepp-LaRouche visitaron Brasil del 9 al 15 de junio, invitados por el Concejo Municipal de São Paulo, a recibir el galardón de ciudadano honorario que le confirió el gobierno de esa ciudad. Otras instituciones brasileñas aprovecharon la oportunidad de sostener pláticas de primera mano con este estadista respetado por el mundo entero como verdadero patriota de los Estados Unidos, pero que se atreve a defender los intereses de toda la humanidad. El viaje resultó oportuno; los LaRouche llegaron en momentos en que empezaba a desmoronarse el castillo de naipes de las finanzas brasileñas, repitiendo como secuela de una película de horror la implosión del sistema financiero de la vecina Argentina, ida a pique hace apenas un año. Brasil, que tiene un poco más y un poco menos del 40 por ciento, respectivamente, de la población y el territorio de Iberoamérica, es uno de los pocos países iberoamericanos que guarda algún vestigio de soberanía tras 30 años de destrucción a manos del Fondo Monetario Internacional. Aunque Brasil también ha sufrido gran debilitamiento, hasta ahora ha podido mantener una importante capacidad científica y tecnológica independiente, como se vio en su reciente anuncio de que empezará en julio a producir uranio enriquecido para uso comercial, apenas el séptimo país del mundo que adquiere tal capacidad. Por muchos años la dirigencia brasileña se había creído que Brasil ocuparía su propio puesto a la mesa de la "globalización". Otras naciones caerían, pensaban, pero Brasil quedaría en pie. Con el avance del actual desplome económico y financiero internacional, empero, ya no es posible sostener ese mito. Poco a poco la clase política del país ha venido a caer en cuenta, horrorizada, de que la desintegración y muerte de la Argentina son lo que se proponen los Estados Unidos y el FMI. El desengaño de estas élites, acoplado con su resentimiento por el "unilateralismo" imperial adoptado por el gobierno de Bush hacia el resto del mundo, ha hecho trizas su tradicional postura proamericana. En consecuencia, estamentos de las élites brasileñas decidieron transmitir a los EU el mensaje más enfático que cabe imaginarse, sobre una conducta que ellos consideran inaceptable para una potencia mundial de tan eminente tradición histórica como lo son los EU: invitaron a Lyndon LaRouche como verdadero representante de esa tradición. Ciudadano honorario de São Paulo Recibir la ciudadanía honoraria de São Paulo no es poca cosa; con sus 18 millones de habitantes esta ciudad no sólo es un importante foco de poder nacional, sino que es la tercera del mundo en población. La ciudadanía honoraria a LaRouche fue presentada por la Dra. Havanir Nimtz, líder de la bancada de Partido para la Reconstrucción del Orden Nacional en el Concejo Municipal. El PRONA es el partido fundado por el doctor Eneas Carneiro, eminente cardiólogo brasileño que se ha postulado varias veces para la presidencia del país, distinguiéndose como ardiente opositor de la "globalización". Si bien el PRONA no detenta mayoría en el concejo paulista, la doctora Nimtz, dermatóloga de profesión, ostenta la autoridad de quien obtuvo la segunda cantidad de votos de todos los candidatos por todos los partidos en las más recientes elecciones en São Paulo. La pareja LaRouche, acompañada por el doctor Carneiro, visitaron el Concejo Municipal encontrándose éste en sesión plenaria del 12 de junio. La sesión fue interrumpida por moción de orden de la concejal Nimtz, quien presentó a los distinguidos visitantes ante las cámaras fotográficas y de televisión que empezaron a rodar con la introducción de Carneiro.[FIGURE 1] Luego se convocó una sesión extraordinaria del Concejo, ceremoniosamente celebrada en el auditorio mayor del edificio, para otorgarle a LaRouche la ciudadanía honoraria, hallándose presentes en el estrado los esposos LaRouche, los doctores Carneiro y Nimtz, y Lorenzo Carrasco, corresponsal de EIR en Brasil. Al abrirse la ceremonia la banda municipal tocó el himno nacional brasileño y se cantó el himno de los EU. El salón estaba hasta los bastidores con unos 250 asistentes, entre ellos activistas del PRONA procedentes de distintos lugares del país. Vivimos un período muy peligroso de la historia, le dijo LaRouche en una breve alocución a los presentes. Les reseñó la historia de los EU, presentándola como una pugna entre aquellos que, como él, continuaban el legado de su fundador Benjamin Franklin, y los tories, facción anglófila que hasta la fecha ha seguido aliada con el Imperio Británico. Los EU, dijo, tienen una misión histórica qué cumplir en el mundo, con Rusia, los países euroasiáticos y otras. Pero sus relaciones con las Américas serán decisivas, explicó, porque no hay forma de que los EU salgan de su crisis actual sin que se funde una comunidad de principio entre las naciones de las Américas. Por eso es mi esperanza -continuó- que este viaje al Brasil ponga eso en marcha. Brasil tiene un papel único qué jugar, en tanto uno de los pocos países que aún tienen soberanía. Espero que con mi visita ?dijo? podamos entablar ese diálogo con todas las naciones de las Américas. El doctor Carneiro declaró a todos los presentes que tienen que entender quién es este señor LaRouche. Recientemente leí un artículo de LaRouche sobre la catenaria, dijo Carneiro. Ahora, ¿cuántos candidatos presidenciales saben siquiera qué es una catenaria? Carneiro pasó a describir la catenaria, explicando que esa forma geométrica expresa la manera en que la naturaleza busca el orden con el mínimo de acción posible. ¿Qué candidato presidencial tendría la más remota idea -preguntó- de lo que es una función hiperbólica? LaRouche también habla de la antigua Grecia como si él hubiese estado allí, sentado al lado de Sócrates en el Simposio. Lo que pasa cuando uno lee a LaRouche es que recibe un baño refrescante de ciencia y arte. Pero lo más importante, agregó Carneiro, es la preocupación de LaRouche por la humanidad. Estas son ideas que el PRONA también defiende, dijo. Compárense los ataques de LaRouche a los imperios con lo que anda diciendo el presidente George Bush. El sistema se está destruyendo, y lo mismo le sucederá al Brasil. Sólo hay una solución: ¡ruptura! ¡Romper con el sistema! El Brasil es un país importante en el mundo, y debe decir ¡basta! Si este sistema no es detenido, como dice LaRouche, habrá una nueva era de tinieblas, concluyó. Helga Zepp-LaRouche declaró a los presentes que si ha de haber alguna esperanza para el resto del mundo, los Estados Unidos tienen que recobrar su sano juicio. Con esta acción ustedes han transmitido el mensaje más potente posible a los Estados Unidos de América. La soberanía dicta nuevas reglas LaRouche destacó en todas sus ponencias en Brasil, que no hay ninguna solución para el sistema actual; ni una sola, ni para los Estados Unidos, ni para el Brasil. Hay que reemplazar el sistema, le dijo a la gente, porque ambas naciones se encaminan directamente hacia un reventón idéntico al que postró a la Argentina, si acaso no la semana entrante, quizás en algunos meses, pero en todo caso pronto. El primer foro de LaRouche en Brasil se realizó el 11 de junio en el auditorio del Parlamento Latinoamericano, auspiciado conjuntamente por la Asociación de Egresados de la Escuela Superior de Guerra (ADESG) y EIR. LaRouche habló de "La crisis sistémica global y el fin del libre comercio", y cubrió la más amplia selección de temas en las tres horas y media de pláticas con los 120 participantes en el encuentro. Los reunidos eran dirigentes de los gremios industrial y agrícola, representantes de las empresas estatales, abogados, profesores, oficiales retirados del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea, y algunos estudiantes. Para responder a la presentación de LaRouche, la ADESG invitó a dos comentaristas reconocidos nacionalmente como intelectuales de altura, exponentes de distintos puntos de vista políticos. En esa calidad, pues, hablaron no sólo a título propio sino como portavoces de las dos principales vertientes políticas que debaten lo que debe hacer Brasil ante la actual coyuntura. Uno de ellos fue el general (r) Oswaldo Muniz Oliva, ex director de la Escuela Superior de Guerra e intelectual renombrado dentro y fuera de los medios militares brasileños, conocido por su oposición a la "globalización". El otro fue el diputado nacional Marcos Cintra, destacado ideólogo de los seguidores del liberalismo económico inglés en el país. Cintra encabeza actualmente la comisión del Congreso que tiene competencia sobre las negociaciones para el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). LaRouche describió la crisis que el mundo enfrenta, y en ese contexto trató el tema de cómo extender el concepto de defensa militar al de una defensa estratégica más amplia, del propio Estado nacional. Aquellos que temen el poder del FMI y de los Estados Unidos buscan soluciones dentro de las reglas, pero así no hay solución, dijo. No puede haber solución dentro de un sistema cuyos axiomas son demostradamente erróneos. Tenemos que cambiar las reglas. ¿Acaso no podemos cambiar las reglas? ¿Acaso no somos humanos? Soberanía, dijo LaRouche, es la facultad de poder deliberar para cambiar las reglas. El problema es de liderazgo. Hay mucha gente técnicamente competente, pero no son buenos líderes. Es un problema moral. No obran de acuerdo con lo que es ser humano. Son las reglas actuales las que están destruyendo al mundo, y tenemos que inspirar a la gente para que las cambie, exhortó LaRouche. En respuesta, el general Oliva recordó cómo el Brasil impulsó el crecimiento económico durante el gobierno militar de 1965 a 1983, haciendo énfasis en las inversiones en infraestructura. Pero eso era en un mundo en que la economía internacional aún era estable, y los Estados Unidos querían ayudar a Brasil, aclaró. Ahora, porque Brasil aceptó las reglas del FMI, ya no le queda patrimonio nacional, dijo. El general Oliva agregó que él también admira a Hamilton y a Franklin Delano Roosevelt, y dijo que no tenía ninguna discrepancia con LaRouche. Lo mismo no pudo decir el diputado Cintra, quien defendió el liberalismo económico como un sistema que todavía funciona. Sin embargo, Cintra dijo que le gusta debatir con personas de inteligencia; dijo que prefiere debatir el bosque que los árboles, y que LaRouche tiene una visión estratégica, que lo abarca todo. Cintra dijo que este foro había sido uno de los más interesantes en que él haya participado, y que las ideas de LaRouche enriquecen sus reflexiones. Al concluir la discusión que siguió, el jefe de la ADESG en São Paulo, Adauto Rocchetto, agradeció a LaRouche por haberles hablado tan directamente, especialmente en vista de que lo que dice, ciudadano y político de los Estados Unidos, contradice lo que su gobierno dice y hace en el mundo. En otra presentación ante un almuerzo organizado por la Asociación Comercial de São Paulo, LaRouche retomó el tema del liderazgo. A menos que se ofrezca liderazgo en estos tiempos de crisis, dijo, el país podría verse ante su propia revolución jacobina, como la del 14 de julio de 1789 en Francia. Esto es lo que están organizando oligarcas como el agente anglofrancés Teddy Goldsmith, valiéndose de instrumentos tales como el Foro Social Mundial fundado en 2001 en Porto Alegre, Brasil. La Revolución Francesa, recalcó LaRouche, surgió de la falta de liderazgo de sus opositores. La única manera en que el Foro Social Mundial y los nuevos jacobinos consiguen que les crean cuando se hacen pasar por la "oposición a la globalización", es por toda la destrucción que ya se ha permitido bajo la "globalización". Ellos no se oponen a la globalización, insistió LaRouche. Yo soy el líder contra la globalización. Yo defiendo el Estado nacional. LaRouche instó a los presentes a unirse a él para organizar más diálogo, más discusión, más conspiración. Las conspiraciones, les dijo, son cuando la gente se junta a hablar de aquello en que están de acuerdo, en lo que no están de acuerdo, y qué hacer al respecto. El 14 de junio, LaRouche fue el expositor de fondo en el V Seminario "Brasil-Argentina: La Hora de la Verdad", organizado conjuntamente por sus colaboradores del Movimiento de Solidaridad Iberoamericana (MSIA), y el Movimiento de Identidad Nacional e Integración Iberoamericana (MINEII), fundado por amigos del coronel argentino Mohammed Alí Seineldín. El seminario, que se realizó en el auditorio de la ADESG con una nutrida concurrencia, comenzó con un intercambio de ideas entre LaRouche y Seineldín, conectado por teléfono desde su prisión militar en Argentina. Luego, LaRouche habló sobre las bases políticas y epistemológica sobre las que debe fundarse la integración exitosa de Iberoamérica. Helga Zepp-LaRouche inició la segunda mesa de trabajo con una presentación sobre la importancia estratégica del Puente Terrestre Eurasiático para la integración de Iberoamérica. El doctor Vasco de Azevedo Neto, ex miembro del Congreso del Brasil y candidato presidencial, la siguió con una presentación sobre la necesidad de completar la Gran Hidrovía, como se conoce el proyecto para vincular las cuencas del Orinoco, el Amazonas, y el río La Plata. Además Helga Zepp-LaRouche, fue invitada por el Tribunal Penal de Apelaciones de São Paulo, para exponer sobre la amenaza de la "nueva violencia", y sobre su propuesta para que se prohiban a nivel internacional los videojuegos más violentos. La Sra. LaRouche, quien fue presentada por el vicepresidente de dicho tribunal, el Dr. Renato Nalini, habló ante un auditorio de 80 personas, que incluía 15 jueces, el vicepresidente del Tribunal Militar de São Paulo, y diversos representates de las autoridades civiles y militares, además de abogados y estudiantes.