La cuestión hoy, se concentra en el horrendo espectáculo y el peligro que representa la crisis del Oriente Medio para la civilización, y en indicar las posibles soluciones a esta crisis. Pero esta no es una crisis del Oriente Medio, y no fue creada, ni ahí, ni por sus protagonistas en ese lugar. Se trata de una crisis mundial que, por varios motivos estratégicos, ha explotado en el Oriente Medio, y que amenaza con propagarse por toda la región y, en las circunstancias actuales, con poner fin a la civilización mundial como la conocemos, por muchas generaciones.
Algunas de las cosas que les diré, que normalmente no se hablan en público, coinciden con la opinión de mucha gente de todo el mundo, no sólo de críticos árabes, sino de otros en Europa y dondequiera. Sin embargo, nadie más lo dice, nadie en la oposición con suficiente voz para que se le escuche lo dice en público. Si ustedes han visto recientemente en los EU a su representante electo, y le ven la espalda mientras se aleja, casi pueden ver el aviso de "Se alquila". Esta es la situación general de los partidos y de la política estadounidense hoy día. Por consiguiente, en el fango y la babosada que es la política estadounidense actual, en el caos, la confusión y la demencia que sale del teleapuntador que lee el Presidente, y otro tipo de cosas, ¿dónde está la solución? ¿Dónde hay una voz clara que defina la política a seguir?
En ninguna parte en general, y menos dentro de los EU. Uno de los problemas que tenemos aquí, que trataré de aclarar un poco hoy, es que muy pocos, incluso en este país, saben qué son los EU y cuáles son sus problemas. Mucha gente quisiera defender a los EU, pero no saben qué están defendiendo, y a veces se equivocan de bando al elegir una causa. Mi función es aclararles esto. Ahora estamos en el marco de una crisis a nivel internacional la cual abordaré primero, y luego regresaremos al tema del Oriente Medio en sí, en la que el mundo en su totalidad, en especial la civilización europea extendida al orbe, experimenta en estos momentos la peor y más peligrosa crisis de la historia europea desde el Tratado de Westfalia de 1648.
Ninguna crisis, incluidas las guerras del siglo que pasó, fue de tanta gravedad y peligro para la civilización como la que vemos reflejada hoy en el Oriente Medio; ésta podría destruir la historia moderna por generaciones.
Y como pueden ver, no tenemos Presidente de los Estados Unidos. Tenemos un Presidente electo, bueno, quién sabe si electo, pero en todo caso asumido, pese a la situación. Pensándolo bien, en realidad lo eligió Al Gore, porque él hubiera podido ganar las elecciones en Arkansas, pero decidió desconocer ese estado, tal vez porque tenía que ver Bill Clinton. Y prefirió ir a Florida y echar a perder las elecciones, cuando hubiera ganado en Arkansas, si no hubiera desperdiciado su dinero ahí. De manera que le regaló la elección al presidente Bush, y ahora es una criatura del pasado, y esperemos que siga siéndolo.
El problema, sin embargo, va más allá. Y es que a partir de 1964, con una sola excepción, ningún Presidente de los EU ha expresado en asuntos de gran importancia estratégica los verdaderos intereses de los EU, salvo el presidente Reagan con la Iniciativa de Defensa Estratégica, a principios de los ochenta. Desde 1964, cuando el presidente Johnson aprobó la ley de los Derechos Civiles, ningún presidente estadounidense, aparte de Reagan, ha hablado de manera congruente con el verdadero interés fundamental de los EU.
Por ejemplo, tuvimos la crisis del Suez. El presidente Eisenhower obró en el interés de los EU, tal como él lo entendía. Ahora bien, lo que he descrito como el problema es que, al concluir la guerra, tras la muerte de Roosevelt, los EU le dieron la espalda, en gran medida, al compromiso de Roosevelt, del camino que siguió, y del mundo de la posguerra que hubiésemos tenido, de haber seguido viviendo. Por ejemplo, Roosevelt proponía la inmediata abolición del colonialismo después de la guerra.
Los EU salieron de la guerra como la única potencia mundial, como la única potencia, construida sobre las ruinas de la depresión que dejaron Coolidge y Mellon. No había otra potencia sobre el planeta, y Roosevelt se proponía emplear esa fuerza, como se lo explicó a Churchill, para dar pie a un nuevo sistema mundial, uno que no estuviera basado en las políticas del siglo 18 de Adam Smith y los británicos, en el colonialismo; sino aprovechar el poder de los EU para liberar de inmediato a todas las colonias, y emplear las políticas del Sistema Americano, las políticas contrarias a Adam Smith, para reconstruir y construir las economías del mundo con el respaldo estadounidense. Eso se desechó. Con Truman se restauró el colonialismo a punta de bayoneta por instrucciones del gobierno británico, con el apoyo estadounidense.
No obstante, teníamos un sistema que funcionó hasta cierto punto. El sistema monetario de la posguerra, que conservó muchos de los rasgos de la política de Roosevelt, fue bastante exitoso por espacio de 20 años. Hasta mediados de los sesenta, los EU prosperaron en una recuperación continua en lo económico, pese a los errores de la influencia de Arthur Burns sobre el presidente Eisenhower y demás, y el nivel de vida de la mayoría de los ciudadanos mejoró, y aumentaron las oportunidades. Lo mismo ocurrió en Europa con la cooperación estadounidense, con las ideas de Jean Monet de Francia, quien era admirador y colaborador de Franklin Roosevelt. Lo mismo en Japón y, en cierta medida, en Centro y Sudamérica. Ese período, aun con Truman y Eisenhower, y a pesar de sus errores, fue un período de progreso para la mayor parte del mundo. Luego, todo cambió de repente. Este cambio sobrevino con la muerte de Eisenhower. Y todo empeoró cada vez más.
He aquí lo que sucedió: remontémonos a la historia de los EU. Éstos fueron una creación de Europa. Tras el período de las guerras religiosas en Europa, de 1511 a 1648, la esperanza de constituir un Estado nacional soberano moderno en Europa se había ido por el caño. Así que, sobre la base del Tratado de Westfalia de 1648, se emprendió un esfuerzo por erigir Estados nacionales soberanos en Europa. Sin embargo, los resquicios de las guerras religiosas, de los intereses feudales, y cosas por el estilo, impidieron que esta obra prosperara en Europa. Así, a lo largo del siglo 17, y en particular del 18, una parte cada vez mayor de la intelectualidad europea de muchos países, como Francia, Inglaterra, Rusia y Alemania, se concentró en los EU, o en lo que después serían los EU, con la esperanza de construir en Norteamérica, sobre las ruinas del Imperio Romano y el feudalismo, el tipo de república al que la civilización europea había aspirado.
Esta gente se concentró en nosotros, educó a nuestro pueblo, y vinieron algunos de ellos para ayudarnos a construir esta república. Así levantamos la que sigue siendo hasta la fecha, en términos de su diseño constitucional, la única república de Estado nacional soberano verdadera sobre este planeta, a la que Lafayette describió como "Templo de la libertad y faro de esperanza para toda la humanidad"; como lo era, y lo sigue siendo, al menos en los deseos, si no en la realidad, para mucha gente. Seguimos siendo una potencia. No lo merecemos, pero lo somos. Esto es, tenemos la capacidad como nación, y por nuestra autoridad histórica, no por nuestro gobierno actual o nuestro desempeño reciente, sino por nuestra autoridad histórica, de intervenir en los asuntos del mundo como influencia moral y como potencia, y no como dictador, para lograr que sucedan para bien, cosas que de otra forma no serían posibles. El caso del Oriente Medio es típico de esto.
Si el Presidente de los EU tuviera el coraje y la sabiduría para intervenir en el Oriente Medio, este "show" de cabaret se detendría de inmediato. No porque tengan la fuerza física para impedir lo que está haciendo el primer ministro de Israel, Ariel Sharon, sino porque si los EU adoptan esa posición, entonces las naciones europeas que desean resolver el asunto se les unirían y cooperarían con ellos. Otras regiones del mundo también se sumarían, y el mundo entero, o gran parte de él, detendría de inmediato, como un solo puño, esta carnicería en el Oriente Medio, y traería la paz.
Nuestro problema es, ¿cómo hacemos esto, con este Presidente en el poder? Y esto es lo que quiero plantearles hoy. El problema existe; les he mostrado sus peores manifestaciones. Las soluciones existen, al menos en el papel, como ideas; desde 1975 vengo buscando la paz en el Oriente Medio, y viendo esos 25 años, no me he equivocado: lo que dije entonces sigue siendo válido. Lo que otros han hecho en el mismo sentido sigue siendo válido. Lo que ha faltado es la voluntad y la autoridad para poner esto en posición y a funcionar. Por ello, mi preocupación es cómo aplicar esto de forma realista, y no quedarnos otra vez en proponer la solución que yo, y otros, hemos venido ofreciendo correcta y justamente por más de 25 años.
Este es el problema: al concluir la Segunda Guerra Mundial, las mismas fuerzas que odiaban al presidente Franklin Roosevelt, tomaron el poder en los EU, aunque no del todo, porque los que regresaban de la guerra no lo hubieran tolerado.
Recordábamos la guerra, Roosevelt y lo que él representaban nos había inspirado. Muchos redescubrimos el legado de la Revolución Americana en nuestra historia. No lo hubiéramos tolerado.
Sin embargo, nos volvimos lerdos, perezosos y corruptos. Los que regresábamos recuerden que éramos unos 16 millones en el servicio militar durante la guerra, después de unos cinco años de participación estadounidense en esa guerra, comenzamos a criar una familia. Las parejas casadas decidían tener hijos por esa época. Nos empezamos a mudar a los suburbios, a aquellas casuchas mal hechas de los campos de papas de las afueras de las ciudades, para hacer una vida suburbana, y otras formas de vida. Las mujeres cuyos maridos fueron a la guerra, ahora decían, "no, ahora tienes que hacer lo posible por compensar esos cinco años de ausencia. Tenemos que tener los bebés ahora, tenemos que construir las escuelas para ellos, debemos tener una casa, tenemos que tener todo, ya". Y hubo una generación a la que sólo le interesaba el aquí y el ahora, la generación "baby boomer". Iban a la universidad, no para adquirir conocimiento, sino un empleo; y así, se corrompieron. Yo lo vi. Lo odié entonces, y lo odio aún más hoy, cuando veo el resultado.
Lo que sucedió en los EU es que cierta facción, cuyo legado son los Estados Confederados de América, representada por los agraristas de Nashville del virtual miembro de la Confederación William Yandell Elliot, junto con ciertos círculos financieros de Boston, Nueva York, Washington y otras partes, concibió un mundo antirooseveltiano. Su concepto era que si el poder de los EU podía sumarse y ser controlado por el poder de la Gran Bretaña, entonces podríamos crear un imperio mundial anglófono, modelado en el Imperio Romano, pero con características financieras británicas, a diferencia de las romanas. Entonces podríamos dominar al mundo, aplicar la fuerza militar para controlar a las naciones, tal como la antigua Roma controló naciones con sus legiones, sus políticas y sus guerras étnicas y religiosas.
Esta política pasó a conocerse en los cincuenta como la política "utopista". Fue una política de las grandes casas bancarias, y de los bufetes legales y contables de Nueva York, Washington y Boston. Gente que se coaligó con una facción dentro del ejército estadounidense, unida en torno al fortalecimiento del Departamento de Defensa, y a lo que se convirtió en el Corporación RAND, entre otras fundaciones, intereses financieros y bufetes jurídicos, etc., que se propusieron transformar a los EU y al mundo en algo parecido a la antigua tradición del Imperio Romano. Un mundo anglófono, también bajo el modelo, en materia militar, tanto de las legiones romanas, como de las Waffen-SS nazis.
Entonces, ocurrió ese cambio de rumbo. Se dio un cambio en la política militar. Despidieron a MacCarthur, quien fue el mejor comandante de los EU durante la Segunda Guerra Mundial: conquistó más territorio, con menos bajas, tanto propias como del adversario japonés, relativamente en menos tiempo, que nadie en la historia moderna. Quizás haya sido el comandante militar más exitoso de la historia moderna. Se convirtió, digamos, en el supervisor del Japón. Y no tuvo que usar la bomba nuclear en Japón, nunca la usó. Esto vino de Londres y de Washington. Truman decidió arrojar la bomba. No había necesidad militar de soltarla.
Japón, que depende de la importación de materias primas para existir, estaba bloqueado por aire y por mar.
Tan efectivo era el bloqueo estadounidense, que la facción militar que aún se oponía a la resolución del emperador Hiroito de capitular, pronto tendría que rendirse también.
De manera que la política estadounidense, en el verano de 1945, bajo MacCarthur, no era la de arrojar bombas, sino la de esperar y no atacar a una nación ya derrotada. La política militar normal es la de no atacar a un enemigo derrotado, porque puedes empezar una nueva guerra.
Pero los utopistas no estaban contentos; querían usar esas bombas. Pretendían arrojarlas sobre Berlín. Si no se hubiera rendido antes de junio del 45, la hubieran desaparecido con una o dos bombas nucleares. Esa era la política estadounidense. Pero Hitler se rindió, bueno, no él, sino los alemanes, y no pudieron usar las bombas. Así que dijeron, echémoslas sobre Japón, y las soltaron sobre Hiroshima y Nagasaki.
Uno de los motivos por los que las arrojaron, fue para quitarle el mérito de la victoria a Douglas MacCarthur, porque la cuestión era la política militar. Douglas MacCarthur representaba la política militar tradicional de la sociedad civilizada moderna, la política de los EU, la de Lazare Carnot en Francia, quien fue uno de los grandes revolucionarios de la política militar moderna, la de Gerhardt Scharnhorst de Alemania. Esta era la política militar de los EU, en especial después del triunfo de Abraham Lincoln. MacCarthur representaba esa política. El presidente Eisenhower, no obstante todas sus vacilaciones en materia política-económica, representaba esa misma tradición y política.
¿Qué ocurrió? Con la destitución de MacCarthur, ordenada por los intereses financieros de Londres y Nueva York, y que fue una trampa, desembocó en una guerra imposible de ganar en Corea que, de hecho, hasta la fecha, no ha concluido.
El problema de la política coreana es que el Presidente de Corea del Sur, con el aliento del presidente Clinton, propuso en cierto momento una nueva política para la reunificación efectiva de las dos Coreas, como parte de un proceso de cooperación entre ambas. Pero la guerra coreana continúa hasta la fecha. Y los que ponen a Corea del Norte en la lista del "eje del mal", en realidad expresan esa determinación de tener una guerra perpetua en Asia, llamada Corea. Tal vez quisieran hacerlo en Indochina, donde, en efecto, libraron una guerra perpetua basada en el precedente coreano, tras el asesinato del presidente Kennedy. Lo que han hecho en Iraq es guerra perpetua. Entraron a librar una guerra contra Iraq y esa guerra no ha cesado. Jamás se declaró la paz. La guerra continúa. El gobierno de Bush se lanzó a una guerra ridícula en Afganistán, que sólo un militar idiota e incompetente se atrevería a emprender. Después de la experiencia que tuvieron los soviéticos en Afganistán, nadie volvería a repetirlo. Unas cuantas decenas de miles de combatientes, siempre y cuando sigan recibiendo abastos, pueden comprometer de manera permanente a doscientos mil soldados estadounidenses en Afganistán, igual que paralizaron a los soviéticos. Y está sucediendo, y así seguirá, porque es una guerra perpetua. Vamos a reactivar la guerra perpetua contra Iraq, y por todo el Oriente Medio.
Así que la política ha sido la de encontrar enemigos, como lo hacían los romanos, como los nazis, y lanzar una guerra perpetua. ¿Cómo se libra una guerra perpetua? ¿Por medios de guerra convencionales? No. Libras guerras de aniquilación e intimidación para obligar a las naciones a someterse a tu voluntad, como hacían los romanos.
Estos son los utopistas. Lo que más odiaban era a los EU. Es una larga tradición en los EU que muy poca gente afuera de nuestras fronteras ha llegado a entender.
En los Estados Unidos hay dos tradiciones. Una, la que yo defiendo, es la tradición intelectual americana; algo que Kissinger ha reprobado en varias ocasiones. Ésta es la tradición de los fundadores de esta república.
La idea de crear un Estado nacional moderno cuyo propósito no era sojuzgar al mundo, sino, en palabras del secretario de Estado John Quincy Adams, bajo la presidencia de James Monroe, crear una comunidad de principios entre Estados nacionales soberanos, que fue la recomendación de Quincy Adams a Monroe en el caso de las Américas, y el fundamento de la llamada Doctrina Monroe.
Los EU no estaban en ese momento en condiciones militares de derrotar, y sacar a los Habsburgo y a los británicos de las Américas. Pero Monroe y Quincy Adams dijeron que los EU deben estar resueltos a reunir la fuerza necesaria para poder echar a los británicos y a los Habsburgo de las Américas, y para que los pueblos de estos países, que aspiran a sus propios gobiernos, su propia soberanía, disfruten una soberanía perfecta, bajo la protección de una alianza con los EU. Una comunidad de principios con un propósito común, pero con soberanías independientes en términos de poder. Esa era la política del presidente Roosevelt para después de la guerra, y la mía hoy. Permítanme explicarles de qué se trata y luego continuemos.
El asunto fundamental que hay que plantearse que muchas veces no se hace, y en ocasiones nuestras iglesias resultan ser las peores enemigas de la religión en este sentido es que el fundamento del cristianismo, del judaísmo y del islam es el concepto del hombre en tanto creación a imagen y semejanza del Creador del universo. Esto define al individuo como diferente de las bestias, cada uno con el poder cognoscitivo de la razón, una capacidad creadora que no tiene ningún animal. Y por tanto, cada ser humano nace bueno, o por lo menos, redimible para el bien; y representa una vida sagrada a los ojos del Creador, porque encarnamos esa cualidad en Él.[FIGURE 42]
Por consiguiente, la función del gobierno debe ser, no imponer la religión, sino reconocer esto como un principio de ley natural, bajo el cual el gobierno no tiene derecho a existir, como no sea en función de un compromiso eficiente al fomento del bienestar general de todo el pueblo y de su posteridad y del respeto a los logros y aspiraciones de nuestros antecesores, quienes han echado las bases sobre las que podemos hacer el bien. Esa es la función del gobierno. Ese es el significado del preámbulo de nuestra Constitución, que es la ley constitucional fundamental de los EU: el principio del bienestar general, que enarbola el fomento y defensa de nuestra soberanía y del bien común, tanto para nuestro pueblo, como para nuestras relaciones con otros Estados. Esa es nuestra ley, y esa es la tradición intelectual americana. Es una tradición en particular europea, de aquellos que lucharon por crear el tipo de sociedad libre de los rasgos característicos de la sociedad romana.
En la sociedad romana, o en las dictaduras mesopotámicas antes, el hombre nunca fue libre, porque generalmente se le clasificaba como una forma de ganado humano.
Había tres clases de ganado: el que corría, el cautivo, y el feraz, al que cazabas. Ahora bien, el ganado cautivo se cría igual que las vacas: lo cuidas, lo alimentas, lo ayudas a reproducirse en la cantidad deseada, asegurándote que no lo haga más allá de lo esperado, y lo matas cuando ya no sea útil. Eso era la economía. A eso le llamaban práctica agropecuaria. Esta era una sociedad en que la mayoría de los seres humanos eran ganado humano sometidos al arbitrio de gobernantes que se comportaban como bestias.
Algunas de estas sociedades hicieron importantes contribuciones a la cultura, pero lo hicieron desde sociedades gobernadas de forma bestial, como animales. Como lo hacían, por ejemplo, los emperadores romanos, o los gobernantes bizantinos, o el sistema feudal, o los Habsburgo de España y Austria, con excepción de José II, que hizo algunas cosas buenas.
Así que la cuestión era formar un tipo de sociedad que desarrollara las cualidades del individuo a imagen del Creador, y que librase a la humanidad de un destino como ganado cautivo o silvestre que la amenazaba, en tanto humanidad. Y para poder fomentar eso, se necesita desarrollar entre los pueblos su propio sentido de responsabilidad para mantener tal orden. No puede existir un orden semejante, a menos que la propia gente se esfuerce por mantenerlo.
Por tanto, es la población misma la que debe participar en el fomento del bienestar general, de la educación, de los descubrimientos científicos, de la longevidad, etc. La propia gente debe decidirse a hacerlo, y la función del gobierno es responsabilizarse ante la población en su función ejecutiva de gobernar, para garantizar que se siga fomentando esa práctica.
En esencia, esa es la tradición intelectual americana. Uno lo ve reflejado en las discusiones que llevaron a la declaración de Independencia de 1776, y en las que hubo en torno a la Constitución. Lo vemos expresado con mayor nobleza en Abraham Lincoln, quien entendía esto. Y no hay ningún crítico suyo que conozca, en ninguna parte, que no esté equivocado. Lincoln estuvo en lo correcto en todo, en todas sus decisiones; no siempre tenía la razón en términos de saber lo que había qué hacer, pero siempre estuvo correcto en principio.
Mientras Eisenhower fue presidente, la facción militar utopista que se había propuesto crear este nuevo Imperio Romano al estilo de las Waffen-SS nazis como el que tenemos hoy, no podía funcionar, y la crisis del Canal del Suez bajo Eisenhower es un ejemplo. Eisenhower respondió conforme a su comprensión del interés fundamental de los EU y dijo: los aplastaremos, es un crimen de lesa humanidad, y lo detendremos de inmediato. Y lo detuvo. Él era un verdadero Presidente. Quizás pasó demasiado tiempo en los campos de golf, tal vez jugó demasiado con el abuelo del Presidente actual, Prescott Bush. Ellos jugaron bastante al golf (en un campo de golf un poco racista, famoso en Washington por ello). Pero cuando se trataba de definir la política y el interés de los EU en el ámbito internacional, Eisenhower sabía lo que era ser soldado y ser Presidente, y obró en consecuencia.
El presidente Kennedy tenía tendencias en esa dirección, pero lo mataron.
La última vez que vimos esto, como mencioné antes, fue con el presidente Johnson en 1964, cuando tuvo el valor de reconocer que el interés fundamental de los Estados Unidos exigía que las dos leyes de derechos civiles fueran aprobadas. Y él las forzó, no porque les gustara éste o aquél aspecto, o porque tuviera tal o cual influencia, sino porque sabía lo que era ser Presidente.
Cuando eres Presidente, encarnas la capacidad ejecutiva del interés propio del pueblo y la nación, y el propósito de su existencia. Eres responsable de su pasado y de su futuro. Y aunque estés completamente solo, si eres el Presidente electo de los EU, debes obrar como Presidente contra cualquier fuerza contraria, incluidos tus propios ciudadanos. Debes erguirte tú solo como la conciencia de la nación y como defensor de sus intereses fundamentales. Aunque te maten debes hacerlo, porque es tu responsabilidad. Nadie debe buscar la Presidencia, a menos que esté dispuesto a asumir esa responsabilidad. Desdichadamente, muchos sí lo hacen.
Una vez que Eisenhower estuvo fuera del camino, los utopistas se desbocaron. Hubo olas de asesinatos por todo el mundo: el intento de asesinar a Charles de Gaulle en 1962, ¿a manos de quién? De los fascistas, como Jacques Soustelle, a quien conozco por su carrera en México y otros lugares, como un hombre perverso, con el respaldo de Franco, un fascista, un hombre maligno, con el apoyo de los carlistas españoles, que son perversos, y de sus simpatizantes en el régimen de Petain en Francia, que son malvados, quienes estaban resueltos a matarlo.
Esta fue la misma turba que se lanzó contra el presidente Kennedy, no sabemos quién le disparó. Ciertamente sabemos que no fue Oswald, pero no sabemos quiénes fueron los tres francotiradores. Sí sabemos, sin embargo, quién lo tenía entre miras, la misma camarilla que persiguió a De Gaulle. Sabemos quién mató a Mattei; los mismos que persiguieron a De Gaulle. Sabemos porqué destituyeron a MacMillan con el escándalo Profumo en Londres. La misma gente.
Entonces, esta horda, a la que llamamos los intereses de la guerra especial, la camarilla de Allen Dulles, gente de esa laya, se ubicó para poner en marcha un nuevo tipo de guerra, que afirmó lanzando la guerra en Indochina a mediados de los sesenta. Este grupo estaba restringido por el hecho de que tenía que lidiar con el gobierno soviético; el llamado acuerdo de detente que tenía varios niveles. En primer lugar, entre los británicos y Jruschov, quien negoció con Londres a través de Bertrand Russell a mediados de los cincuenta. Más adelante, otra vez Jruschov, sobre la base de la crisis de los proyectiles en Cuba, etc. A pesar de estos acuerdos, el poder soviético era real, y otras naciones del mundo que resentían la arrogancia estadounidense, en ocasiones se alineaban o coqueteaban con la realidad del poder soviético, como una forma de contrarrestar la amenaza de una dictadura utopista de Londres y Washington.
Con el desplome del sistema soviético entre 1989 y 1991, pensaron que eran libres. Cuando se firmaron los documentos de los acuerdos entre Thatcher, Mitterrand, el ex presidente George Bush y Gorbachov, estos señores ya estaban convencidos de que el imperio angloamericano ahora podría gobernar el mundo, o pasar a instrumentar los cambios que eliminarían la institución del Estado nacional soberano, instituir el control demográfico mundial, eliminar cualquier forma de educación competente y convertir a las personas, mentalmente, en el ganado humano que vemos hoy; y así establecer un sistema militar forjado en lo más inmediato en la Waffen-SS de los nazis, que gobernaría el mundo.
Y ése es el trasfondo esencial de la guerra del Oriente Medio.
La gente a veces dirá que los israelíes controlan a los EU a través del cabildo sionista, pero no es cierto. Los utopistas dominan a Israel a través de sus agentes, que son principalmente los seguidores de Vladimir Jabotisnky, quien no solamente era un fascista confeso, cuyo movimiento Betar era fascista en el sentido de Mussolini, sino que públicamente ofreció apoyar al gobierno de Adolfo Hitler, si Hitler llegaba a deshacerse del antisemitismo.
Así que tenemos en Israel, que se consolidaba cada vez más en el poder a fines de los setenta, el surgimiento de una fuerza fascista en torno al partido conocido como Likud, que es fascista, y en realidad no hay ninguna diferencia entre fascista y nazi, es simplemente una cuestión de matiz, de detalle.
De modo que creamos este monstruo en el Oriente Medio, nosotros y los británicos creamos ahí una situación de guerra perpetua, como una forma de manejar al Oriente Medio.
Esto se inició de dos formas. Comenzó con los británicos durante la época de las guerras napoleónicas, cuando estaban resueltos a intervenir en la destrucción del Imperio Otomano, buscando algunas influencias internas para controlar su destrucción. Y tomaron a Palestina como una de las áreas claves para esta intervención. Más tarde, en las últimas décadas del siglo 19, la época del almirante británico Fisher, los británicos decidieron que iban a librar una guerra, una guerra mundial de la que la Armada británica resultaría dominante. Y para esto, decidieron que lo que harían sería crear la llamada armada de acorazados de Fisher, de buques impulsados no por carbón, sino por petróleo.
Y fue entonces cuando se robaron el petróleo del golfo, que se convirtió en propiedad personal del Rey de Inglaterra, después de la Reina, y más tarde se le llamó British Petroleum, uno de los principales recursos de la monarquía británica. Decidieron entonces que toda la región productora de petróleo en el Oriente Medio se convertiría ahora en la base de su control de los abastecimientos mundiales de petróleo y energéticos, para efectos estratégicos. Y por tanto, el objeto era dividir a los pueblos en pedacitos para enfrentarlos unos con otros, crear facciones y partidos contrarios, y así controlar esa región del mundo que es de importancia estratégica.
Ese es el punto que une a Eurasia y África, el punto de ingreso del Mediterráneo al Océano Indico, y tanto implícita como históricamente ha sido el pivote estratégico del mundo.
Así que, el objetivo estratégico del Imperio Británico era controlar la política en esta parte del mundo, y, de hecho, bajo Wilson y Coolidge, de lo que vino a conocerse como el Imperio Angloamericano. Y ese es su origen.
Para esto, tenían que crear un factor de desestabilización en el Oriente Medio. Al principio, como recordarán, las colonias judías en el Oriente Medio eran muy limitadas y en general involucraban una cierta coexistencia entre judíos y palestinos vecinos, entre los que se acomodaron. Pero alguien dijo que eso estaba mal, de modo que organizaron un movimiento para crear algunas atrocidades contra los colonos judíos en Palestina; y éstos, a su vez, a través de un grupo de rusos que les mandó la policía secreta de Rusia, crearon lo que luego se llamó Haganah, la organización de defensa que estableció ahí la policía secreta rusa desde Odesa, en respuesta a las provocaciones orquestadas por círculos británicos antijudíos.
Así que el esfuerzo de defensa judío contra las provocaciones organizadas por los británicos, se convirtió en la semilla de un conflicto árabe-israelí permanente en esa parte del mundo.
Fue a través de este tipo de operaciones de poner en contra a distintas partes del Oriente Medio, que las fuerzas imperiales externas, las fuerzas angloamericanas, pudieron controlar la región y no nada más los intereses petroleros, que eran fundamentales, sino usar esos intereses petroleros como una pieza clave del control mundial, no sólo de las armadas, sino del mundo entero, y para impedir que otras cosas ocurrieran, creando un factor permanente de desestabilización en una región estratégica, el Oriente Medio, que conecta a África, Eurasia, al Mediterráneo y al Océano Índico. Y ahí es donde está el problema.
Lo que enfrentamos, entonces, no es una cuestión israelí, no es una cuestión palestina, no es una cuestión árabe. Es una cuestión estratégica: ¿podremos seguir viviendo sobre este planeta? Porque si se permite que esto que se propone ahora, el choque de civilizaciones de Samuel Huntington, Bernard Lewis, Zbigniew Brzezinski, Henry Kissinger y otros cerdos, continúe este tipo de guerra donde tenemos al joven Bush atado de manos, les garantizo que, dada la realidad de la situación económica, la realidad militar, la realidad política, no tendremos vida civilizada sobre este planeta durante varias generaciones. Tendremos una era de tinieblas para toda la humanidad.
¿Estamos dispuestos? ¿Somos moralmente capaces? ¿Tenemos un Presidente de los Estados Unidos con la fibra moral para serlo, capaz de tomar decisiones aún más fuertes que las que tomó Eisenhower durante la crisis del Suez? El principio es el mismo, el mismo tipo de decisión que tuvimos que tomar cuando luchamos contra Hitler. ¿Estamos suficientemente conscientes de nuestra responsabilidad como Estado nacional, como nación, de nuestra responsabilidad de proteger a la gente de este planeta y a nuestro propio pueblo de estos horrores, o no? Si lo estamos, le pondremos un alto a esto de una vez.
Vayamos al grano.
Veamos cuál es la crisis mundial, con la triple curva. En 1995, como resultado de mi participación en una conferencia en el Vaticano sobre salud, surgió una discusión sobre cuáles eran los problemas de la salud pública. Yo me concentré en el aspecto financiero-económico del derrumbe del sistema de salud mundial, y el peligro para la vida humana como resultado de esto. Y como había mucha gente ahí, grupos religiosos, sacerdotes, monjas y demás, que no saben mucho de economía, me dije, pues cómo hago claro cuál es el peligro que enfrentamos y si hemos de tener los recursos para atender las necesidades de salud de la humanidad en el período venidero.
Lo que hice entonces fue dibujar, trazar esta triple curva, que es una representación pedagógica de lo que mis estudios indicaban que era el problema de los EU y del mundo a partir del 1966, porque en ese momento, la economía mundial cambió de carácter por iniciativa de los estadounidenses y los británicos, de lo que había sido una sociedad productiva, fundamentada en la producción de riqueza, en la educación de la población y la inversión en el aumento de la productividad de la fuerza de trabajo, a una sociedad que, como la antigua Roma después de la segunda Guerra Púnica, se convirtió en una sociedad parasítica. Es decir, Roma dejó de producir para satisfacer sus necesidades. En vez de eso, Roma empezó a extenderse y a saquear a los países vecinos para que la abastecieran de los alimentos y otras cosas que necesitaban, adoptó la esclavitud improductiva dentro de la Italia misma y creó una clase de ciudadanos que no eran otra cosa que parásitos; más o menos como nuestros ciudadanos hoy en día, razón por la cual votan como votan. Pan y circo.
¿No creen que somos corruptos? ¿No creen ustedes que nosotros como los romanos somos corruptos? Vamos a grandes estadios a ver deportes violentos; todavía no tenemos gladiadores oficialmente, excepto en la pantalla. Pero, ¿qué ven ustedes en la pantalla de televisión? Ven el pandemonio. Y ven lo que produce Hollywood, no sólo los juegos de Nintendo, a los que me referiré, sino el tipo de cosas que el senador Joe Lieberman no rechaza.
Déjenme darles un ejemplo. ¿Qué pasó entonces con este cambio a una sociedad de consumo, que en verdad no es más que una imitación de la degeneración de la antigua Roma? El cambio de una sociedad de producción a una sociedad de consumo. Bueno, lo que pasó es que empezamos a reducir, de 1966 en adelante, la producción física per cápita de nuestra economía. Sostuvimos la economía, ¿cómo? Invirtiendo dinero del Sistema de la Reserva Federal y de otras fuentes, incluso externas, para inflar los haberes financieros que nos dieran la capacidad adquisitiva para comprar del exterior lo que no producíamos. Enviamos nuestras industrias a mercados de mano de obra barata en el extranjero. ¿Cómo compramos nuestra comida, si enviamos a la industria para allá? ¿Cómo compramos nuestros bienes de estos mercados de mano de obra barata? Imprimimos el dinero. ¿Cómo conseguimos el poder adquisitivo para imprimir el dinero para comprar? Bueno, usamos el dinero para crear los valores de bienes raíces, de las acciones, y cosas como esas.
La mayor burbuja que está lista para reventar en los EU es la burbuja hipotecaria de bienes raíces. Una burbuja gigantesca está por estallar, y cuando eso suceda, el sistema estadounidense desaparecerá, en lo financiero.
Esas fueron las tres tendencias entonces. Una economía física que se estaba diluyendo a partir de 1966 en adelante, con el presupuesto de 1966–67. En la misma época, vimos un rápido aumento en los agregados monetarios que supuestamente eran para financiar la guerra de Vietnam. Y como parte de eso, hubo un cambio en las bolsas de valores hacia una apreciación de las acciones.
En 1971, empeoró cuando Nixon cerró la economía, cerró el sistema monetario que había funcionado muy bien en los 20 primeros años después de la Segunda Guerra Mundial, y entramos a un sistema de tipos de cambio flotantes que arruinó todo, y este proceso aceleró.
Ahora, en 2000, entramos a un segundo paso. Lo que vimos aquí es que, en especial en los EU, en el año 2000, ocurrió lo mismo en principio, que en la Alemania de Weimar en junio-julio de 1923.
La Alemania de la posguerra de la Primera Guerra Mundial había sido saqueada bajo los acuerdos de Versalles, se le quitaban los bienes para alimentar a los franceses y a los británicos, que les debían grandes cantidades de dinero a los EU. Así que, los EU eran el gran acreedor del mundo, y los británicos y los franceses vivían de saquear a los alemanes.
La economía alemana estaba siendo despojada de sus bienes, así que lo que hizo el gobierno alemán fue imprimir dinero, marcos, para generar un flujo de efectivo que se usaba para pagarle a los franceses y a los británicos, de 1921 en adelante. No hubo una inflación significativa, desenfrenada, en Alemania, sino hasta la primavera y verano de 1923. En ese momento, lo que ocurrió es que la cantidad de dinero que había que imprimir para poder cubrir los valores financieros, era mucho mayor que los propios valores. El resultado fue, en las condiciones de Alemania entonces, una hiperinflación que barrió con el marco entre octubre y noviembre de ese año.
Lo que nos ocurrió en el verano de 2000 fue en esencia algo similar. Los agregados monetarios que Alan Greenspan puede generar, y los que puede obtener de afuera para mantener inflado al mercado accionario, son mucho más que lo que sostienen. Por eso vemos el tipo de comportamiento errático de la bolsa de valores de los EU.
El mercado de valores ya se vino abajo y tuvieron que aceptar mantener el valor de las bolsas de valores a un nivel más bajo, de modo que los índices cayeron, como un reflejo de la incapacidad del sistema estadounidense de seguir bombeándole dinero a ese ritmo. Pero lo siguen haciendo. Adonde bombearon el dinero fue a algo que ustedes conocen, el fenómeno de liquidar.
La forma en que la cual se sostiene la economía hoy día, en apariencia, es que las hipotecas se están inflando de manera artificial, mediante estas entidades Fannie Mae y Freddie Mac y el Sistema de la Reserva Federal. Los banqueros que aceptan estas hipotecas pueden entonces revendérselas a Fannie Mae o Freddie Mac. Por tanto, los banqueros tienen el efectivo y con los pagos de hipotecas que reciben, los depósitos de estas hipotecas, los bancos emiten más créditos, y entonces los agentes de bienes raíces en el norte de Virginia, alrededor de Washington, por ejemplo, se juntan con los banqueros y arman una operación. Financian una operación que empuja, infla el precio del bien raíz que se está vendiendo. Entonces, las personas que ya tienen una hipoteca van donde el banco y liquidan. Refinancian su hipoteca para reflejar el nuevo valor de la propiedad que establecen los agentes. Y toman este efectivo y lo gastan en alimentos, comida y el pago de sus tarjetas de crédito. Y en esto se fundamenta esta economía.
Si vemos fuera del área de Washington, lo que verán es exactamente este fenómeno. Van a ver chozas, chozas de cartón al estilo Hollywood, hechas de palitos, un poco de plástico y algunas vistas de lujo, y las venden por 500 mil o un millón de dólares cada una. Pero no son más que chozas sentadas sobre una loma o un terreno. Son desagradables, con sus traseros sobre la carretera, vendiéndote el cuento; son pura basura. Y la gente vive ahí, y no, esa persona con la hipoteca es ahora un instrumento para crear la ilusión de un flujo monetario a los bancos para las hipotecas y esta ilusión es ahora el valor fundamental del andamiaje financiero de los EU. Entonces, eso fue lo que ocurrió.
La tercera. Estas son cifras del 96 al 2001, y corresponden en esencia a lo que estoy describiendo. Se vino abajo el empleo en las manufacturas, que es un reflejo de esto; hubo una fluctuación en las ganancias de las empresas; hubo un crecimiento de la deuda, miren su tasa de aumento, y vean el incremento del suministro monetario. Entonces, lo que tenemos es una economía que no produce riqueza, sino deuda. La deuda se está empleando como riqueza, y la forma en que se hace es bombeando dinero, incluso de Japón, del yen y demás. Y así es que funciona la economía. Esta es una característica del sistema.
Pero hay otra. Recientemente, en la ciudad de Erfurt, en el oriente de Alemania, hubo una masacre en una escuela donde hubo 19 víctimas, dos estudiantes y 17 maestros, por un tipo que llegó con una escopeta y una pistola, y mató a esta gente. Igual que en Columbine, en Colorado, un solo tipo.
En realidad los alemanes lo enfrentaron mejor, con mayor honestidad que nosotros en los EU, porque Hollywood y Joe Lieberman no te dirán la verdad plena sobre lo que ocurre dentro de los EU, ya que Hollywood saca mucho dinero cuando la gente muere como con lo de Columbine. Y Lieberman está muy ligado a Hollywood, de ahí viene su dinero. El problema es el mismo.
Hace años, durante el período de la Guerra de Corea, la gente que admiraba a Sam Huntington en Harvard y su libro El soldado y el Estado, se quejaron de que la proporción de muertes durante esas dos guerras no fue suficiente, de que los soldados estadounidenses no disparaban lo suficiente como para matar suficiente gente. Así es que decidieron desarrollar un programa sicológico para condicionar a los soldados estadounidenses para matar más gente, más rápido, sin chistar. Como resultado de esto, en particular durante la Guerra de Vietnam, los EU empezaron a experimentar con la idea de aumentar el potencial de matar, no sólo de los soldados y los policías, sino también de los adolescentes comunes y corrientes.
Entonces, lo que tenemos con los juegos de Nintendo, por ejemplo, y cosas parecidas, es que estos juegos están diseñados para condicionar a los jóvenes a que se conviertan en asesinos a sangre fría.[FIGURE 43]
En el caso de Alemania investigaron este caso y otros, y los informes policíacos de las últimas semanas han descubierto mucho de esto; cómo se adiestró este joven, dónde, cómo funcionó, cómo se armó, y el hecho de que en Alemania, que tiene una tercera parte de la población de los EU, hay 170.000 jóvenes considerados como potenciales asesinos de la misma índole.
¿Adivinen cuántos tenemos en los EU?
Veamos, ¿qué tenemos aquí? Juegos de Nintendo. Estamos viendo el entretenimiento que produce Hollywood que tiene el mismo contenido en lo esencial. Tenemos entretenimiento sexual de Hollywood que es exactamente lo mismo. Sabemos que está ocurriendo. Tenemos agencias de policía que se adiestran de esta forma. Tenemos estos tiroteos irresponsables por parte de la policía, porque están adiestrados de esta forma para responder a los grandes problemas de las concentraciones urbanas. Tenemos adolescentes que toman un arma, que nunca han usado en su vida, y se convierten en asesinos perfectos, en un tirador. Nunca han disparado antes en su vida, toman un arma y se convierten en fríos asesinos.
¿Es esta una amenaza de seguridad nacional? ¿No debemos preocuparnos? ¿No debemos estar conscientes? ¿No debemos estar conscientes de lo que representa Hollywood y de lo que nos está haciendo? ¿No deberíamos también estar conscientes de otras cosas, como cuántos estadounidenses saben que esto está pasando, cuántos padres de familia estadounidenses saben que sus adolescentes y sus niños más jóvenes son adictos a los juegos de Pokémon, o de Nintendo, o de otros juegos que tienen el mismo efecto? ¿Cuál es su actitud en cuanto a esto? ¿Cuál es su actitud en cuanto a Harry Potter, esta producción británica que induce a la gente a creer que pueden resolver problemas mediante la magia destruyendo a la gente que los ofende? ¿Qué hay del culto a Tolkien, al "Señor de los anillos", que es una forma suavizada de esto? ¿Cuántos padres saben esto?
La gente habla de la pornografía en la televisión. Bueno, es algo, pero, ¿qué de este asesinato en masa, y el entrenamiento a tus hijos para matarte? Tienes a dos chicos en la sala diciendo, "Prendámosle fuego a mamá y papá esta noche". Este es el tipo de cultura que hemos creado.
Entonces, ¿en qué se refleja esta cultura? Se refleja en nuestra política militar en el extranjero, que es sicótica.
Veamos lo que ocurrió en el Oriente Medio. Comencemos con Varsovia en 1943, para que sepan lo que Sharon está haciendo en realidad; qué es lo que enfrentamos. Jürgen Stroop, un general de la policía nazi, fue encomendado por los nazis, por Himmler personalmente, para que fuera a Varsovia y limpiara algo de lo que los alemanes querían deshacerse en Varsovia.
Recuerden que los nazis tomaron a los judíos que no habían matado en Polonia, y a muchos de ellos los asignaron como mano de obra barata al gueto de Varsovia. De hecho, los judíos del gueto se ocupaban sobre todo en producir para el ejército alemán.
Algunos en el gueto de Varsovia decidieron resistir, y con unas cuantas pistolas y carabinas, y un poco de ingenio, lanzaron una efectiva resistencia. En ese momento, los alemanes dijeron, ¿cómo limpiamos esto? Y Stroop salió con la política de erradicar al gueto judío de Varsovia y matar de inmediato a todos los detenidos, o mandarlos a campos de concentración, donde morirían poco después.
Entonces le mandó un mensaje a Hitler: "El gueto de Varsovia ya no existe".
Y publicó un informe. Esto es lo que están viendo ahora, el tipo de escenas típicas de aquel período; la marcha desde el gueto hacia los campos de exterminio. Eso es lo que representa el informe de Stroop. Víctimas judías a punto de ser enviadas a los campos de exterminio en 1943.
Veamos a Palestina hoy día. Piensen en el Informe Stroop. ¿Cuál es la diferencia? ¿Cuál es la diferencia? Tiene el mismo propósito, es la llamada política de los colonos, o del movimiento de Likud, que es el movimiento fascista de Israel.
En aquel momento la idea era limpiar a Varsovia de los judíos. Ahora, es limpiar la Ribera Occidental de árabes, de palestinos.
Unos pocos entre los palestinos resisten. Los tanques entran y comienzan el exterminio. No hay ninguna diferencia. Es más, como informó el diario Ha'aretz, la forma en que las Fuerzas de Defensa de Israel diseñaron esta operación, bajo la dirección de Sharon, se basa en un estudio del Informe Stroop. El asunto era estudiar el problema que enfrentaron los nazis con el gueto de Varsovia, y decir: tenemos el mismo problema aquí, en Israel hoy día. Vamos a barrerlos. El mismo tipo de proceso. Y cuando el Presidente de los EU se refiere a Sharon como un hombre de paz, estoy seguro que Sharon se siente insultado.
El meollo del asunto es, ¿por qué, entonces, los EU apoyan esto? No es porque haya un cabildo sionista. De hecho, algunos de los peores antisemitas en los EU son los llamados fundamentalistas cristianos pro Harmagedón. Son antisemitas. Cualquiera que venga del sur de los EU sabe eso. Estos son los verdaderos antisemitas en los EU. Son los verdaderos nazis. De cualquier modo, piensan como fascistas.
¿A poco creen que esta gente gusta de los judíos? ¡No! No les interesan los judíos, eso no les importa. Lo que les importa es su política. Dicen, mira, si la próxima semana Dios me arrebata al cielo, ¡no tengo que pagar el alquiler! Así es de malo.
Así es que hemos creado una sociedad de locos en estas mentadas "sectas religiosas del trueno" dentro de los EU.
En efecto, son dementes, sicóticos, no viven en el mundo real. Sin embargo, son una fuerza política importante detrás de personas como Pat Robertson, por ejemplo. Son peligrosos.
Esta es la base del odio, la base del Ku Klux Klan. Necesitan alguien a quien odiar, a quien matar; ellos dicen: "Son los árabes, hasta parecen negros". ¿No es así?
Miren, soy viejo. Llevo buen rato en este país, yo sé lo que pasa aquí. Yo adiestraba soldados en la Segunda Guerra Mundial. Sé qué es lo que nos llegaba del sur de los EU. Sé lo que decían. Yo tenía que bregar con ellos. Tenemos esa podredumbre muy arraigada en nuestro país, que ahora está saliendo a flor de tierra y se usa como un arma.
El propósito es lo que están haciendo. ¿Creen que estos juegos de Nintendo son un accidente que surgió por Hollywood? Sí, Hollywood lo está haciendo, está haciendo ese tipo de cosas, pero no, esto lo inventaron los militares estadounidenses. Fue hecho a propósito. ¿Para qué? Para crear en nuestra juventud asesinos a sangre fría que se pueden reclutar para enviarlos a cualquier parte del mundo y hacer exactamente lo mismo que los israelíes.
No son los israelíes los que controlan el cabildo sionista, los que controlan a los EU. Es una facción angloamericana de esta estirpe que tiene un instrumento dentro de Israel que se llama el ala derecha del Likud, representada por Netanyahu, que es incluso más peligroso que Sharon. Estos tipos son los asesinos que están haciendo el trabajo de las legiones romanas angloamericanas en el Oriente Medio. ¿Qué quieren estos tipos? Bueno, Israel no puede continuar esta operación, atraerá su perdición, por razones militares que algunos círculos israelíes entienden muy bien. De hecho, Rabín, el ex Primer Ministro de Israel, lo entendía con toda claridad. Israel no puede seguir haciendo el tipo de cosas que Sharon y Netanyahu representan, y sobrevivir.
¿Cómo va a sobrevivir Israel? Bueno, les importa un comino porque tienen el complejo de Masada, prefieren caer en el abismo que ser derrotados. Aquí la clave es Iraq. El propósito de esta operación es usar esto para ampliar la guerra y lograr la guerra de "choque de civilizaciones" que Sam Huntington, Brzezinski y compañía desean.
Y lo que tenemos aquí es una combinación, el reclutamiento y el entrenamiento de jóvenes que de otra forma son sicóticos inútiles, o cuasi sicóticos, por los juegos de Nintendo diseñados por los militares estadounidenses, que han circulado de forma generalizada a través del ejército, con la ayuda de la producción de estos juegos en Japón y demás.
Ahora estamos tomando a la juventud de nuestra población, a nuestros adolescentes, y a una gran parte los estamos convirtiendo en asesinos potenciales entrenados, adiestrados en los videojuegos, que sólo hay que darles armas reales para que hagan lo que han aprendido en los videojuegos, y reclutarlos como soldados para mandarlos a distintas partes del mundo como parte de una guerra de "choque de civilizaciones".
Junten las dos cosas, y tenemos las nuevas legiones romanas, las nuevas Waffen-SS nazis, listas para marchar por el mundo.
Nuestra corrupción es resultado de nuestra política, y muchos en nuestro país, en lugares encumbrados, lo saben, pero no tienen las agallas para decirlo. Así que hemos llegado al momento en que yo tengo que decirlo, porque no hay nadie más; casi en cualquier círculo importante en los EU o Europa, se menciona mi nombre en una reunión y la gente se encrespa. Todos enloquecen, dices LaRouche y se ponen como locos. Así que, en realidad, mi impacto en los EU, en Europa y en otras partes es de veras grande. Cuando yo hablo, la gente escucha. Tal vez no les guste lo que oyen, pero uso la voz que tengo, la influencia que tengo, para tratar de forzar a la gente a que enfrente la realidad de la situación.
Ahora bien, ¿cómo puede ser posible la paz? Implícitamente, debiera ser obvio. Tenemos el poder en los EU, y les aseguro que Europa está dispuesta a sumársenos en semejante esfuerzo, la mayor parte de Europa, Italia, la mayoría de Alemania, etc., para decir que vamos a ofrecer una base económica para una paz duradera en el Oriente Medio, que vamos a hacer lo que se propuso antes, dos Estados, igualmente soberanos, viviendo lado a lado, juntos, en paz. ¿Por qué? Porque, en primer lugar, hay que darles agua para que todos tengan que beber, para vivir, y no hay suficiente agua. Gran parte del ímpetu de la guerra del Oriente Medio viene de la escasez de agua en los acuíferos.
Nosotros podemos generar programas eficientes de desalación a gran escala, que puedan producir agua de manera económica, tanto para beber, como para otros usos. Podemos superar la crisis del agua en el Oriente Medio, que es, por su ubicación, un lugar de tránsito obligado de África hacia Eurasia, un punto clave de transporte del Océano Mediterráneo al Índico, un lugar ideal para el desarrollo de industrias sobre esos ejes de transporte. Podemos tomar el Sinaí, porciones enteras del Oriente Medio, y desarrollarlas como áreas de desarrollo industrial, lo cual es muy importante para la relación no solamente con África en general, sino para la de Europa, como productora de bienes de alta tecnología, con sectores de Asia que con desesperación necesitan una infusión de bienes de alta tecnología.
De manera que no existe ninguna base, ni desde la perspectiva de los intereses de la gente involucrada, ni desde la de los intereses de Europa, EU o Asia, para que continúe esta guerra.
El objetivo de una guerra justificada es siempre producir la paz, llevar a una condición en que la persona contra quien se ha combatido, pueda aceptarnos, pueda vivir con nosotros en paz, porque vieron motivo para hacerlo, porque se les da motivo.
El objetivo de la guerra no es matar, no de una guerra justificada. El objetivo es dar lugar a la paz lo más pronto posible, a un máximo de personas. ¿Queremos la paz? Tenemos el poder para lograrlo en el Oriente Medio, porque no sólo tenemos nuestra capacidad, sino que tenemos amigos en Europa y otros lugares que con entusiasmo se nos sumarían en cualquier programa de reconstrucción de toda la región del Oriente Medio.
Bien, de Presidente de los Estados Unidos no tenemos gran cosa, pero el tipo es el Presidente, y por tanto, por qué no trabajamos en el problema de tratar de crear en torno a él un ambiente en que se le comunique que los EU sí tienen intereses. Quizás no los entienda del todo, pero hay que aclararle cuáles son esos intereses; como fue claro, en cierto sentido, para Eisenhower y para Johnson, en el caso de la ley de los derechos civiles.
Algo se tiene que hacer porque es en el interés de los EU, hay que decirle que no le tenga miedo al mentado cabildo sionista en este país. Nosotros nos encargamos de eso por él. Hagamos lo necesario y démosle buenos asesores, a los que se les dice, ¿Cómo se puede motivar a una persona como George Bush? Sólo hay una forma de llegarle, con todas sus limitantes, y es diciéndole, usted tiene una función y es muy importante, a lo que responderá: Sí, es un trabajo importante. Bueno, ¿quiere que le vaya bien? ¿Quiere ser recordado por generaciones futuras como un gran Presidente de los Estados Unidos? Él dirá: Sí. Bien, si usted está de acuerdo con eso, lo convertiremos en uno.
Y es lo que tenemos que hacer.
Gracias.