Se esboza plan antiguerra en Italia
por Claudio Celani
Milán (EIRNS)Lyndon LaRouche le dijo a una reunión organizada por la Cámara de Comercio de Milán el 8 de mayo, que sólo los idiotas quieren la guerra, porque el desafío que enfrentamos hoy es entablar una era de cooperación para la humanidad. La visita a Milán fue la tercera de LaRouche a Italia en cosa de un mes. El 5 de mayo, LaRouche habló en una conferencia de la ISIES, un centro de estudios afiliado a la Cámara de Comercio de la ciudad industrial de Vicenza, y estuvo en Romadel 8 al 11 de abril, en una gira colmada de reuniones públicas y discusiones privadas con representantes políticos, religiosos y de la prensa, en una Italia que se halla en la paradójica situación de que su gobierno apoya la política de guerra de los Estados Unidos, mientras que la gran mayoría de su población la rechaza.
LaRouche ofreció liderato tanto a los adversarios como a los partidarios de la política oficial, ilustrando la naturaleza de la facción de los gallinazos estadounidenses que controla la política de ese país, e indicando de qué forma la clase política puede apoyarse en un movimiento de paz legítimo para presentar una política de paz basada en una estrategia de desarrollo económico. La intervención de LaRouche bien puede haber sentado las bases para devolver la política italiana a su función tradicionalmente republicana.
LaRouche ya había esbozado su estrategia de alejamiento de la política de guerra desde su visita del 8 de abril al Capitolio romano, como invitado especial a una conferencia organizada para presentar un nuevo libro del economista Nino Galloni.
LaRouche recalcó que el mundo se caracteriza por una marcha hacia una dictadura mundial encabezada por una camarilla fascista que controla al Ejecutivo estadounidense, y por la desintegración del sistema económico y monetario internacional. La relación entre ambos aspectos es semejante a aquélla entre la crisis económica de 19291930 y el ascenso de Hitler al poder, dijo, explicando cómo al Partido Nazi lo rescataron y elevaron al poder los fondos de los intereses angloamericanos que no deseaban que hubiese cooperación entre el "Nuevo Trato" de los EU bajo Franklin Roosevelt y la cancillería de Von Schleicher en Alemania. Al igual que el incendio del Reichstag en 1933, los hechos del 11 de septiembre de 2001 se aprovecharon para efectuar un golpe en los EU. Hay que conocer la verdadera naturaleza del problema para poder emprender los primeros pasos hacia su solución, dijo.
Las manifestaciones de paz no bastan para evitar la guerra, dijo LaRouche, pero sí dan legitimidad a los líderes políticos que emprendan acciones para detenerla. Estas acciones deben ocurrir con la perspectiva del desarrollo económico de toda Eurasia, sólo posible sometiendo a reorganización por bancarrota al actual sistema financiero y monetario insolvente, y estableciendo un nuevo sistema capaz de generar crédito para las inversiones y acuerdos comerciales de largo plazo en el continente eurasiático.
El mismo tema se trató en una reunión con miembros del Parlamento italiano organizada por los senadores Oskar Peterlini y Patrizia Toja. LaRouche advirtió del peligro de establecer una autoridad mundial como remedio al desorden en el mundo, pues una autoridad mundial da impulso a un imperio mundial.
Los legisladores le informaron a LaRouche que ya está en marcha la iniciativa para introducir al Senado una resolución en pro de una "nueva arquitectura financiera mundial", como la aprobada en septiembre de 2002 por la Cámara de Diputados.
LaRouche también sostuvo reuniones en privado con dirigentes religiosos, quienes recalcaron los más recientes pronunciamientos del Papa sobre el tema. Aun los representantes del gobierno, quienes en público apoyan la política del gobierno de EU, en privado le dijeron a LaRouche que consideran un desastre la fractura del orden jurídico internacional con la guerra contra Iraq. Pero lo que más les sorprendía era la falta de oposición en el Congreso de los EU. El problema es que los mismos intereses que están detrás de los gallinazos, explicó LaRouche, también controlan al Partido Demócrata. Hay congresistas que lo único que necesitan para emprender una lucha de oposición es liderato, y eso es lo que LaRouche está dispuesto a ofrecerles.
La agencia noticiosa Agenparl, del Parlamento italiano, informó de la siguiente manera la reunión en el Capitolio: "El economista estadounidense Lyndon H. LaRouche comenzó destacando los temas que se tratan en el libro de Galloni, en el marco más amplio de las dos principales crisis que enfrentamos hoy: la fase final de desplome del actual sistema financiero mundial, y la influencia de un grupo minoritario... que impulsa la lógica de la guerra. LaRouche trazó el paralelo con la crisis económica de los años 1930, y el ascenso de Hitler al poder. LaRouche concluyó proponiendo una perspectiva de recuperación económica para Europa, exclusivamente mediante la cooperación con Rusia y otros países con pautas de crecimiento económico, tales como India y China". Otras dos agencias de prensa, AISE y OP, también cubrieron la noticia. El 9 de abril, la revista electrónica Vita publicó una entrevista con LaRouche, en la que lo cita diciendo que "las posibilidades de reelección de Bush, si los EU siguen existiendo constitucionalmente, son menores que cero".