El Congreso de los EU pondera proyectos de infraestructura
El puente de Oresund, que va de Suecia a Dinamarca, es un bello ejemplo de los proyectos de infraestructura que Europa necesita para su recuperación económica. (Foto: Jan Kofod Winther)
por Anita Gallagher
A medianoche del 1 de julio, al empezar los estados de los Estados Unidos el año fiscal 2004, 7 de los 50 estados tronaron financieramente, sin poder armar un presupuesto y enfrentando despidos en grande y cierres inmediatos. Aunque posteriormente algunos estados se las han arreglado para estructurar algo que parece un presupuesto, la situación sigue muy negra: algunos estados sólo tienen un presupuesto parcial; en otros, los gobernadores decidieron unilateralmente no gastar cientos de millones de dólares presupuestados, y destinar ese dinero a fondos de reservas para cubrir los déficit que al parecer son inevitables en el futuro; y 16 legislaturas estatales han convocado sesiones especiales desde enero, la gran mayoría de ellas con la tarea imposible de recortar más los servicios esenciales, en la medida en que los ingresos fiscales se hunden en una depresión económica que ya entra a su tercer año consecutivo.
Los estados están entre la espada y la pared, con ingresos que siguen cayendo y aumentos en la demanda y los costos de los servicios esenciales. Los recortes presupuestales sólo empeoran el problema, creando más desempleados, que no pagan impuestos, mientras que el aumento de los impuestos no funciona cuando el ingreso de la mayoría de los estadounidenses sigue bajando.
Ante esta situación, muchos políticos empiezan a fijarse en la propuesta que hizo Lyndon LaRouche en el otoño de 2002, de reconstruir la economía usando el crédito del Gobierno federal para crear riqueza física: infraestructura sólida, como transporte y energía, e infraestructura blanda, como los servicios de salud. En su propuesta, LaRouche habló de cómo podrían costearse dichas mejoras, señalando que sólo el Gobierno federal, y no los estados, tiene la autoridad para emitir crédito para tales proyectos.
En junio, por primera vez en lo que va de este derrumbe, el Congreso de los Estados Unidos empezó a considerar medidas para construir nueva infraestructura económica, y para poner a trabajar de nuevo a los estadounidenses desempleados. Los proyectos todavía son a muy pequeña escala, y se pretende llevarlos a la práctica a un ritmo muy lento, algo que la campaña presidencial de LaRouche está en una situación única de cambiar.
No obstante, los nuevos proyectos de ley son "positivos y útiles", dijo LaRouche, y aunque puedan necesitar modificaciones en su instrumentación, tienen el propósito básico correcto: poner a trabajar a la gente rápido. El 30 de junio, LaRouche dijo que la legislación propuesta debe estudiarse a la luz de los sucesos paralelos en Europa, especialmente el "Plan Tremonti" para construir proyectos de infraestructura a través de todo el Viejo Continente . Más allá de invertir en sistemas de infraestructura, el "hueso duro" que habrá que roer para que haya una recuperación económica, sera la reorganización de un sistema monetario internacional en quiebra, dijo LaRouche, en un discurso que se difundió por internet el 2 de julio, y que reproducimos integro en la sección 'Análisis de LaRouche'.
El Congreso de los EU tiene bajo su consideración dos proyectos de ley que, según la prensa, siguen la pauta del "Nuevo Trato" que Franklin Roosevelt usó para sacar a los EU de la Gran Depresión de los 1930. Cada uno de los dos proyectos de ley propone invertir 50.000 millones de dólares en infraestructura:
• Los senadores Jim Talent (republicano por Misurí) y Ron Wyden (demócrata por Oregón) presentaron el proyecto de ley "Bonos para construir a los EU" (S.1190), el cual aportaría "50.000 milllones de dólares de financiamiento para la construcción de nueva infraestructura de transporte mediante bonos federales, para darle a los gobiernos estatales y locales los medios para completar importantes proyectos de infraestructura en todas las modalidades de transporte, caminos, ferrovías, tránsito, aviación y agua, y para otros propósitos". El considerando del proyecto de ley señala que la infraestructura "es el motor de nuestra economía", y que "cada mil millones de dólares en inversión en transporte tiene el potencial de crear más de 47.500 empleos". También señala que "cada dólar invertido en la infraestructura de transporte de la nación produce cuando menos 5,70 dólares en beneficios económicos en virtud de reducir atrasos, mejorar la seguridad, y reducir los costos de operación de los vehículos".
El proyecto de ley del Senado crearía una "Corporación para construir a los EU", la que emitiría bonos para venderles a empresas, individuos, u a otras entidades a fin de generar los 50.000 millones de dólares. En vez de intereses, los tenedores de bonos obtendrían créditos fiscales.
• El proyecto de ley "Para reconstruir a los EU", que también propone invertir 50.000 millones de dólares, fue presentado a la consideración de la Cámara de Representantes el 26 de junio por los representantes Jerry Costello (demócrata por Illinois), Lincoln Davis (demócrata por Tennessee), Jim Oberstar (demócrata por Minnesota), vicepresidente de la Comisión de Transporte e Infraestructura de la Cámara de Representantes, y otros 31 representantes. El mismo propone destinar "50.000 millones de dólares para inversiones de infraestructura, a fin de mejorar la seguridad y eficiencia de nuestras carreteras, el tránsito, la aviación, ferrovías, puertos, e infraestructura para edificios públicos, y el medio ambiente".
El proyecto ordena que todos los fondos se inviertan en proyectos de infraestructura listos para iniciarse, con prioridad a proyectos que puedan licitarse a 90 días de promulgada la ley. Una encuesta de los departamentos de transporte estatales que hizo la Asociación Estadounidense de Funcionarios Estatales de Carreteras y Transporte encontró que, hasta abril de 2003, hay 2.710 proyectos estatales, a un costo total de 17.100 millones de dólares, listos para ponerse en marcha tan pronto haya fondos disponibles. El proyecto de ley de la Cámara de Representantes requiere la asignación de todos los 50.000 millones en dos años.
Con base a datos de la Administración Federal de Carreteras (AFC), sobre los efectos de la inversión en infraestructura víal, el cálculo es los 50.000 millones invertidos crearían más de 2,3 millones de empleos y 310.000 millones de dólares en actividad económica. (La AFC estima que cada mil millones de dólares que se invierten en nueva infraestructura crean 47.500 empleos y 6.200 millones de dólares en actividad económica). En el proyecto de ley para "Reconstruir a los EU" se cita un reciente estudio que mostró que los contratistas de transporte emplean trabajadores a las tres semanas de obtener el contrato, y que los empleados comienzan a recibir su paga a las dos semanas de comenzar a trabajar. Además, dice, el 8,4% de los obreros de la construcción estaban desempleados al presentarse el proyecto de ley, pero la cifra subió más en junio.
Apalancando las inversiones federales, el costo a 10 años para la hacienda pública sería menos de 34.000 millones de dólares, que incluye un saldo de 9.600 millones del Fideicomiso de Transporte; 4.500 millones por cambios en las leyes impositivas; y 19.500 millones del presupuesto general. Los proponentes proponen resarcir 20,1 miles de millones de dólares de estas inversiones cerrando los refugios tributarios de los que abusan las sociedades anónimas, tales como de los que se valió la Enron. Esto incluiría prohibirle a las sociedades anónimas estadounidenses emplear un domicilio extranjero para evadir los impuestos de los EU, aunque realicen la mayor parte de sus negocios en los EU (4.800 millones de dólares), y una extensión de 10 años de las tarifas a los usuarios de aduana (10.000 millones de dólares).
El proyecto de la Cámara de Representantes contempla invertir en las siguientes áreas:
• Carreteras: La congestión del tráfico en las 75 mayores zonas urbanas de la nación representa un costo pasmoso de 68.000 millones de dólares anuales en tiempo perdido (3.600 millones de horas en retrasos), y combustible (5.700 millones de galones extra de combustible). A nivel nacional el costo anual del congestionamiento probablemente ande por los 100.000 millones de dólares, según señala el considerando del proyecto de ley. Actualmente, hay un faltante de 14.200 millones de dólares en el gasto necesario, de acuerdo con el Departamento de Transporte de los EU, tan sólo para mantener las carreteras y el sistema de tránsito en su condición actual. El proyecto propone invertir 5.000 millones en esta área para crear 237.500 empleos, y generar 31.000 millones de dólares en actividad económica.
• Tránsito: El proyecto añade 3.000 millones de dólares en gasto, con el propósito de crear 142.500 empleos.
• Aviación: El Consejo Aeroportuario Internacional estima un faltante promedio anual de 3.000 milllones de dólares en inversiones aeroportuarias necesarias, sin considerar lo necesario para instalar equipos de detección de explosivos. Con 3.000 millones de inversión se crearían 142.500 empleos y se generaría una actividad económica por 18.600 millones de dólares.
• Ferrocarriles de alta velocidad: El proyecto señala que el Congreso o el Departamento de Transporte de los EU ha designado 11 corredores de ferrocarriles de alta velocidad. Por ejemplo, en los estados centrales de los EU, como el 17% de todos los pasajeros que utilizan el aeropuerto internacional O'Hare de Chicago llegan de una ciudad que sería mejor servida por riel con la construcción de la Iniciativa Ferroviaria Regional del Oeste Medio que por vuelos cortos o por carreteras. Unos 14.000 millones de dólares en gastos en este renglón crearían 665.000 empleos y 86.000 millones de dólares en actividad económica.
• Ferrocarriles de pasajeros y de carga: La ley destinaría 2.500 millones de dólares más en inversión de capital en la línea Amtrak para mejorar el corredor ferroviario del noroeste, a fin de que los trenes Acela puedan alcanzar sus velocidades asignadas. Asimismo, destinaría otros 5.000 millones de dólares en subsidios, créditos y garantías de crédito para que los ferrocarriles de rutas cortas y regionales rehabiliten sus vías férreas y las adecúen para el uso del vagón de 130.000 kilos que está convirtiendose en la norma de la industria. Estos 7.500 millones de dólares crearían 356.000 empleos y 46.500 millones de dólares en actividad económica.
El proyecto de ley también autoriza 2.500 millones de dólares para seguridad portuaria; 11.500 millones de dólares para infraestructura ambiental, incluyendo inversiones esenciales en sistemas de agua potable y para el tratamiento de aguas negras; 1.500 millones de dólares en inversiones para infraestructura de transporte fluvial, como esclusas, represas, instalaciones hidroeléctricas y puertos; 1.500 millones en desarrollo económico con acento en comunidades con más del 150% del promedio nacional de desempleo, pobreza y tasa de emigración; y 500 millones de dólares para invertir en edificios públicos viejos del Gobierno federal.
Por otra parte, el Senado y la Comisión de Transporte de la Cámara de Representantes aprobaron una legislación bipartidista el 25 de junio, que le daría a Amtrak los 2.000 millones de dólares anuales que solicitó para seguir funcionando por los próximos tres años.
Ese mismo día, la Comisión de Transporte también aprobó la ley de "Desarrollo y expansión de infraestructura ferroviaria para el siglo 21", mediante la cual se destinarían 60.000 millones de dólares para ferrocarriles de alta velocidad y proyectos de infraestructura ferroviaria. De aprobarse, multiplicaría por diez los fondos de préstamos y garantías de préstamo existentes para la rehabilitación y construcción de ferrovías e infrastructura férrea, que irían de 3.500 milllones de dólares en la actualidad, a 35.000 millones de dólares, tanto para sistemas férreos convencionales como para sistemas de levitación magnética. Se contemplan otros proyectos de ley en el mismo sentido, entre ellos la ley de "Ferrovías para la defensa nacional", del senador Ernest Hollings (republicano por Alaska), para darle financiamiento a corredores ferroviarios de alta velocidad y a Amtrak.
Es obvio que algunos congresistas estadounidenses empiezan a despertar a la realidad del derrumbe. Si el Congreso quiere un solución de alta velocidad, debe escuchar a LaRouche.