Economía

por Cynthia R. Rush

Durante una visita de 36 horas a Neuquén el 7 y 8 de agosto, un representante de Lyndon LaRouche, aspirante a la candidatura presidencial del Partido Demócrata para las elecciones de 2004 en los Estados Unidos, encontró que todo mundo conoce a LaRouche en esa ciudad de 200.000 habitantes, capital de la provincia del mismo nombre. Al representante, Carlos Wesley, jefe de redacción de esta publicación, lo recibió en el aeropuerto una comitiva de unos 10 simpatizantes larouchistas en esa ciudad de la Patagonia, región cuya población total asciende a 1,2 millones de habitantes. No bien puso pie en tierra, Wesley dio la primera de 6 entrevistas de radio y televisión que sostuvo durante su visita. Una de ellas fue con una cadena radial de 34 emisoras, que llega a toda la provincia. Ahí, como en todas partes, el tema que le interesaba a la gente era la estrategia de LaRouche para detener la paralización económica, y cómo reconstruir al país.

Esa misma noche el canal 7 de televisión transmitió una entrevista con el propio LaRouche desde Alemania, misma que tuvo una gran difusión. Al día siguiente, caminando por las calles de la ciudad, al representante de LaRouche en Neuquén, Mario Ferrín, lo abordaba la gente y le decía: "Vi a tu hombre anoche en la televisión; estuvo muy bueno", y cosas por el estilo.

Durante su visita Wesley dio una conferencia sobre la deuda externa y el derrumbe financiero mundial, ante 62 estudiantes universitarios y jóvenes profesionales, organizada por el grupo "Nueva Generación". Al día siguiente dio otra sobre el mismo tema, organizada por un instituto de la localidad. En ambas recalcó la importancia de que la juventud asuma responsabilidad por el futuro de su patria, y del mundo, y presentó el ejemplo de la actividad que realiza el Movimiento de Juventudes Larouchistas (MJL) en los EU, México, Perú, Europa, Asia y Australia.

Si bien es cierto que el FMI y la banca internacional son los principales culpables de la situación en la que nos encontramos, dijo, también es cierto que nosotros también tenemos nuestra cuota de culpa. Al igual que el Hamlet de Shakespeare, optamos por el mal conocido, aun a sabiendas de que significa nuestra destrucción, y la de nuestra patria y nuestros hijos, en vez de buscar el bien por conocer. Ustedes son responsables de salvar a su nación y al mundo, para que puedan rendir cuentas de lo que hicieron mientras estuvieron en este mundo.

Eso motivó a varios de los jóvenes que lo escucharon a apuntarse para organizar en torno a las ideas de LaRouche, en especial cuando se enteraron de la activa participación de dos jóvenes argentinos —¡uno de ellos de Neuquén!— en el MJL en los EU, quienes hace poco abordaron al presidente argentino Néstor Kirchner durante una visita de éste a Washington.

Posteriormente, el representante de LaRouche sostuvo una reunión en Buenos Aires, la capital argentina, con un grupo de jóvenes, que también decidió organizar con las ideas de LaRouche en su país.