Le tumban la cresta a Bush en Monterrey
por Valerie Rush
Los días 12 y 13 de enero se realizó en Monterrey, México, una Cumbre de las Américas que había de juntar a los jefes de Estado del hemisferio para posar ante las cámaras, en un ambiente de cacareo insulso sobre la propagación de la pobreza y la "crisis de gobernabilidad". Al menos en su aspecto público, la cumbre fue un diálogo de sordos en que el presidente estadounidense George Bush recitaba a tontas y a locas el mantra de que "el libre comercio lo resuelve todo". Pero ha sido justamente esa política la que ha puesta a Iberoamérica al borde del abismo, y varios jefes de Estado iberoamericanos encabezados por el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva denuncian en coro que la política es "perversa", pero no ofrecen alternativas serias.
Le correspondió a los seguidores de Lyndon LaRouche introducir la voz de la razón en esta cumbre sorda. Activistas del Movimiento de Juventudes Larouchistas (MJL) saturaron el acto con materiales sobre la inminente catástrofe financiera mundial, y sobre la propuesta de LaRouche de un Nuevo Bretton Woods para reorganizar el sistema monetario internacional. Los activistas se cercioraron de poner en manos de todos los jefes de Estado ejemplares del documento programático de LaRouche, Los Estados soberanos de las Américas.
El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roger Noriega, expuso de manera escueta la posición estadounidense en la cumbre, en un discurso del 6 de enero ante el Consejo de las Américas. La mejor respuesta a la pobreza, alegaba, es la "protección de los derechos de propiedad"; y no dejó ninguna duda de que los derechos a que se refería son los de inversionistas y acreedores extranjeros.
La segunda prioridad, dijo Noriega, es facilitar el flujo de remesas a la región por conducto de los grandes bancos, porque ese dinero se ha convertido en la principal fuente de divisas extranjeras para muchos países. Ello es así por los millones de iberoamericanos que trabajan en los Estados Unidos, más que nada en empleos mal remunerados, después de que precisamente el "libre comercio" ha destruido las economías de sus propios países. Ahora estos países, para mantener siquiera un remedo de servicio a sus deudas impagables, deben apoyarse en el ingreso de esas remesas, entre otras fuentes, que los bancos acreedores necesitan con urgencia para mantener a flote otro rato su aparato en bancarrota.
El presidente Lula, del Brasil, habló en nombre de las víctimas del saqueo librecambista de la última década, impuesto con el falaz argumento de que la privatización y las reformas del mercado traerían prosperidad. Pero la década de los 1990 fue todo lo contrario, fue una década de desesperación, dijo Lula, fue un modelo perverso que separó erróneamente lo económico de lo social, contrapuso la estabilidad al crecimiento, y separó la responsabilidad de la justicia. El presidente argentino Néstor Kirchner agregó que es inaceptable insistir en recetas que han fallado.
El presidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, informó que durante la plática que sostuvo en la cumbre con Horst Köhler, director gerente del Fondo Monetario Internacional, instó al FMI a excluir las inversión en infraestructura de los cálculos de límites a los déficit fiscales que el Fondo le impone normalmente a los países. El mandatario dijo que hablaba a nombre de todos los países de Iberoamérica, cuando señaló que se necesita mayor inversión social. El FMI y las instituciones financieras multilaterales pueden ayudarnos, dijo, aceptando la sugerencia de todas las naciones sudamericanas de que no se incluya la inversión en infraestructura dentro de los topes fiscales. Uribe recalcó que si debían construir una carretera o una hidrovía necesaria a nivel internacional, ¿por qué habían de incluir esto dentro de los topes fiscales? Al no hacerlo, tendremos la oportunidad de realizar inversiones que tendrán un impacto social importante, sentenció.
Los activistas del MJL lograron reunirse personalmente con presidentes iberoamericanos, incluidos el de Chile, Ricardo Lagos, y el de Bolivia, Carlos Mesa. También tuvieron un intercambio personal con el presidente Vicente Fox, del país anfitrión, mismo que comentó ampliamente la prensa mexicana. Al acudir a misa en la catedral de Monterrey, se le acercaron a Fox tres organizadores larouchistas, quienes lo exhortaron a adoptar la exigencia de LaRouche de condonar la deuda externa iberoamericana. Le explicaron que el verdadero amigo y "buen vecino" de México en los EU es Lyndon LaRouche, y le hicieron entrega de un libro de éste, titulado Rumbo a la recuperación.
El breve intercambio entre el MJL y Fox salió en titulares de periódicos desde La Jornada, radical de izquierda, hasta El Norte, Milenio, El Universal, El Heraldo y El Porvenir. Todos destacaron el llamado del MJL a no pagar la deuda externa, sus denuncias del FMI, etc.
Los organizadores del MJL se sumaron a una marcha contra la cumbre de los inútiles, constituyéndose en el único contingente que ofrecía alternativas reales a las estériles protestas de los activistas "globalifóbicos". Entre otras consignas larouchistas, se oía corear: "¿Quiénes son el eje del mal? El FMI y el Banco Mundial". Llamó la atención de la prensa una enorme pancarta que portaba el MJL, que rezaba: "LaRouche: aliado de México contra Cheney y el FMI".
El presidente Hugo Chávez, de Venezuela, cuya conducta mantuvo cuchicheando a la prensa, la hizo de "chico malo" en la cumbre, dándole a Bush y sus compinches una distracción muy conveniente de los temas de urgencia real.