Economía
El informe trimestral del BPI pone de relieve el riesgo financiero internacional
En su Informe Trimestral del primer trimestre de 2004, publicado sobre el fin de semana del 6 y 7 de marzo, el Banco de Pagos Internacionales (BPI) puso de relieve una situación impresionante prácticamente en cualquier rincón del sistema, que va desde las burbujas de los mercados bursátiles, agitación en los mercados de divisas internacionales, y deudas hipotecarias y de consumo insostenibles, hasta la explosión en el mercado de derivados financieros. Pese a que el informe aparece en el típico lenguaje de los banqueros, el "número" sin precedente de riesgos financieros aparece claro a los ojos de todos.
Impulsados por un "robusto apetito por el riesgo" entre los banqueros, los inversionistas financieros y otros, el BPI señala que tanto el mercado de bonos como el bursátil cerraron filas los últimos meses, y "ni siquiera las revelaciones adicionales de malversaciones en las firmas" como Parmalat o la perspectiva sombría presentada por muchas de las principales empresas de los EU "pareció inquietar a los inversionistas".
En las bolsas de valores del mundo los márgenes de ganancia están por las nubes. "Si bien todavía por debajo de su valor más alto, la apreciación en algunos de los mercados permanece relativamente alta en relación al promedio histórico". Está "en marcha un cambio en la cartera de los inversionistas estadounidenses, de equivalentes en efectivo a acciones y otros activos de alto riesgo". Pero la recuperación en las bolsas de valores es en todo el mundo. Por ejemplo, "las bolsas de valores tailandesa e indonesia crecieron 117 y 63%, respectivamente, en 2003".
La facturación de contratos de derivados en sus operaciones oficiales creció de forma abrupta 26% el año pasado, acumulando 874 billones de dólares en total. Tanto el "apetito por el riesgo" como la agitación en la cotización de las monedas contribuyó al aumento de la actividad con derivados.
La ciudad de Nueva York se derrumba bajo la 'bonanza' de Wall Street
En tanto la 'voyante' Bolsa de Valores de Nueva York y el consumismo conspicuo siguen sin freno en Wall Street, sus habitantes sufren. El índice de desempleo de Nueva York de 8,4% es el peor de entre las 20 ciudades más importantes de los Estados Unidos; la ciudad de Nueva York ha perdido 230.000 empleos en los últimos tres años; las peticiones de ayuda alimenticia de emergencia se han elevado en 46% en los últimos tres años; y 900.000 neoyorkinos reciben cupones de ayuda para sus alimentos, escribió Powell. La inflación, los cierres, los desalojos y las bancarrotas personales están elevándose de forma aguda. El 50% de los hombres negros de la ciudad ya no tienen trabajo. Las disparidades entre ricos y pobres están creciendo. Más de 40.000 neoyorkinos no tienen hogar, mientras que los precios de las viviendas se elevaron 10% en sólo un año. Unos 300.000 neoyorkinos no tienen trabajo, y otros 300.000 ganan menos de 7 dólares la hora. "Si te aventuras fuera de los sitios de moda te topas con mucha gente que le va fenomenalmente mal", dijo el analista político Patrick Markee, de la Coalición para los Ancianos sin Hogar.
Lyndon LaRouche comentó que, a como van las cosas en la ciudad de Nueva York, cuando llegue el presidente George Bush a la convención de elección del candidato del Partido Republicano en agosto, tal vez cambie el nombre de la ciudad por el de "Hooverville", en honor a su actual política económica. Durante la depresión de los 1930 en los Estados Unidos, "Hoovervilles" era el nombre con el que se conocían las llamadas ciudades perdidas, donde vivían los pobres y desamparados, producto de la política económica del presidente Herbert Hoover, culpable de la Gran Depresión.
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