por Dennis Small y Cynthia Rush
Washington (EIRNS)Un grupo de empresas petroleras extranjeras privatizadas con sede en España le ha declarado la guerra económica a Argentina, en un intento por estrangular al país y tumbar al Gobierno del presidente Néstor Kirchner. Estos buitres de la energía, que están creando a porpósito una escasez de gas natural y electricidad cuando se avecinan los meses de invierno en el Cono Sur de América (que es lo que hicieron esta clase de empresas en California a mediados del 2002), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y sus aliados, los banqueros sinarquistas, están dándole garrotazos al país para obligarlo a pagar más deuda.
En un momento de crisis mundial generalizada, Argentina rápidamente se ha convertido en la prueba de ácido para el mundo: ¿puede una nación soberana poner los intereses de su propia población por encima de las exigencias de los intereses financieros extrajeros? O, ¿quedarán las naciones obligadas a someterse a su propia destrucción sin derecho a respingar siquiera? El Gobierno de Kirchner ha defendido con insistencia lo primero. El 9 de marzo obligó al FMI a ceder parcialmente en un toma y daca en torno al refinanciamiento de un pago de 3.100 millones de dólares que Argentina tenía que hacer. Desde entonces la comunidad financiera internacional decidió que hay que aplastar a Argentina, o si no otras naciones deudoras del Tercer Mundo, tales como su vecino Brasil, seguirán su ejemplo.
Sin embargo, Kirchner no está sometiéndose calladamente a la nueva ronda de chantajes energéticos, y ha rechazado las mentiras de los buitres de la energía de que la escasez es consecuencia de que las empresas no pueden hacer las inversiones necesarias, porque los reguladores del gobierno mantuvieron las tarifas demasiado bajas. Un nervioso artículo del periódico The Wall Street Journal del 8 de abril informó que Kirchner, "en un tono típicamente vehemente, le advirtió con rudeza a parincipios de abril a las empresas extranjeras" que esas empresas tendrán que entregarle a Argentina el gas y la energía que necesita, y que no va a someterse a las presiones. Kirchner atacó todo el proceso de privatización que se impuso en Argentina desde 1989, diciendo que Argentina era el único país del mundo que no controla su ecuación energética, debido a la ilustre teoría de que el Estado funciona mejor si abandona toda su producción.
Pero se necesita mucho más que retórica para enfrentar la embestida sinarquista. La Juventud Larouchista de Argentina emitió el 12 de abril una declaración política, titulada "Renacionalicemos la energía, que está en garras de los 'buitres energéticos' que pretenden tumbar a Kirchner", en la que insta al Gobierno de Kirchner a renacionalizar las empresas energéticas controladas por extranjeros, incluyendo a los productores de gas natural y de petróleo, así como a las empresas de generación de electricidad, si es que éstas siguen con el chantaje al país reteniendo las reservas (ver la edición de la 2ª quincena de abril de 2004 de esta publicación).
La revista Resumen ejecutivo de EIR también advirtió del peligro de privatizar la energía e indicó el papel que España tiene en este proceso, en un artículo que publicó en su edición de la 1ª quincena de septiembre de 2001 (vol. XVIII, núm. 13).
¿Quién apagó las luces?
El Gobierno de Kirchner respondió a la crisis energética reduciendo las exportaciones a Chile para aumentar el abasto nacional, y concediendo un aumento al precio que se les paga a las petroleras para garantizar el suministro adecuado en los meses invernales de junio, julio y agosto, cuando la demanda es mayor. Ambas medidas pueden acarrearle problemas políticos.
Los aumentos al gas natural 33% para mayo, y otro 67% en los próximos 15 a 18 meses representarán un aumento drástico al precio que los consumidores industriales y residenciales pagan, así como aumentos grandes a las tarifas eléctricas. Para deleite del FMI, esto será un fuerte golpe a la popularidad de Kirchner en Argentina.
En el frente externo, el Gobierno de Chile presentó una protesta diplomática por la decisión de reducir las exportaciones hacia ese país, argumentando un incumplimiento de contrato. El Wall Street Journal, que está tratando de sacar el máximo provecho y presenta el hecho como algo que causará un conflicto regional, informó en un artículo el 8 de abril que "algunas empresas afectadas han dicho que se unirán a la enorme lista de los que están demandando a Argentina por incumplir contratos". Esto en referencia a las absurdas demandas que los fondos buitres han adelantado en los Estados Unidos, y en tribunales en otras partes del muno, a través de los cuales han embargado e intentado apoderarse de las propiedades del Gobierno argentino en el exterior.
Irónicamente, las empresas eléctricas chilenas que se han visto afectadas son Endesa Chile y AES Gener la sucursal de AES en Chile, los mismos buitres energéticos transnacionales que en Argentina ejecutan su parte en el plan de estrangular al Gobierno de Kirchner.