Economía
El número de estadounidenses en la pobreza oficial aumentó en 1,3 millones durante 2003, en particular entre la niñez, según lo dio a conocer el 26 de agosto el Negociado de Censos en Estados Unidos. Desde principios de 2001, el aumento de pobres acumula 4,3 millones, 13% más desde que tomara posesión el Gobierno actual de Bush y Cheney.
Sobre la base de una medida del umbral de pobreza ridículamente bajo, de un ingreso para una familia de cuatro miembros de 18.810 dólares anuales, el Negociado de Censos encontró que el ritmo de pobreza oficial de EU aumentó, de 12,1% en 2002, a 12,5% en 2003. El número de personas que viven por debajo del umbral oficial de pobreza aumentó 1,3 millones de 2002 a 2003, alcanzando la cifra de 35,9 millones, de los que 800.000 son niños. Por familias, el ritmo de pobreza pasó de 9,6% en 2002, a 10% en 2003, con el ingreso de 400.000 nuevas familias a la categoría de pobres.
Las entidades estadounidenses donde se concentró el aumento de pobres fueron Dakota del Sur, Nevada, Carolina del Norte, Illinois, Michigan, Virginia y Texas, en orden descendente, empezando con los casos más severos.
Además, el número de estadounidenses que no tienen seguro médico, según el Negociado de Censos, creció 1,4 millones en 2003, llegando a 45 millones.
Según el informe del Negociado de Estadísticas Laborales, cientos de miles de empleos desaparecieron bajo el Gobierno de Bush y Cheney en los estados donde la batalla electoral fue más reñida. Doce de los dieciséis estados en los que la contienda presidencial fue muy cerrada, han perdido empleos desde que tomó posesión Bush, según las cifras dadas a conocer por este Negociado. En conjunto, 16 estados con votantes "indecisos" sufrieron una pérdida neta de 315.900 empleos desde enero de 2001. Las más afectadas fueron las alguna vez entidades industriales, como Ohio, que perdió 229.600 empleos; Michigan, 245.200; y Pensilvania, donde las nóminas se redujeron en 80.600.
A Wall Street le preocupa que las manifestaciones de los lunes en Alemania derroten el Hartz IV
El Wall Street Journal, vocero de los banqueros sinarquistas, dejó ver su temor de que las cada vez más grandes manifestaciones de los lunes en Alemania, encabezadas por el Movimiento de Juventudes Larouchistas (MJL), echen abajo el programa de austeridad Hartz IV impuesto por los banqueros a Schröder, e insistió que éste debe aplicar aun más recortes. La nota, muy destacada junto con una foto de las manifestaciones en Leipzig, reza: "La reestructuración de la tercera economía del mundo se topó con un obstáculo inesperado: el deprimido este de Alemania vive una revuelta contra los cortes al bienestar social y contra los partidos políticos dominantes.
"El mes pasado, grupos cívicos organizaron protestas populares por toda Alemania oriental las noches de los lunes. Éstas le siguen la pista a las manifestaciones nocturas de los lunes de hace 15 años, cuando los alemanes tomaron las calles para oponerse al comunismo. En esta ocasión, sin embargo, los manifestantes exigen un fin a los recortes a los programas de beneficio social elemento decisivo de los esfuerzos de desregulación, que están golpeando duro, en particular a los del este.
"Las protestas callejeras esta semana de casi 80.000 personas a nivel nacional llegan demasiado tarde para descarrilar la reorganización económica de Alemania. Pero con el este donde la preponderancia de votantes indecisos manifica su influencia expresándose contra nuevos cambios, los dirigentes políticos se ven presionados a hablar menos de la economía de libre mercado, y más de la justicia social. El resultado probable: el fin de nuevas reestructuraciones económicas hasta las elecciones nacionales dentro de dos años.
"Estas podrían ser malas noticias para la economía mundial.
"El objetivo primario de los manifestantes es acabar con una ley aprobada el mes pasado, que corta los beneficios para los desempleados... La medida forma parte de un paquete de cambios".
La nota del WSJ se queja de que el Gobierno del canciller Gerhard Schröder y los sindicatos alemanes de la parte occidental no están de acuerdo con "convertir el este en una zona de bajos salarios".
Y concluye: "El Gobierno del señor Schröder ha tenido más éxito en la reforma fiscal, social, laboral y pensional que algunos países vecinos como Francia e Italia. Pero el Gobierno no ha mostrado interés alguno por tener nuevas iniciativas".
Greenspan insiste en cortarle los beneficios de retiro a la generación del 68
Alan Greenspan, le presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, reiteró esta demanda de sus controladores sinarquistas en un discurso que dio el 27 de agosto en una conferencia auspiciada por el Banco de la Reserva Federal de Kansas City. En la conferencia, que tuvo lugar en Jacksons Hole, Wyoming, se exigió que el Congreso tasajee de inmediato los programas federales de los sesentiocheros próximos a retirarse. Greenspan fundó su demanda de austeridad en la mentira de que Social Security y Medicare, que son los que proporcionan los beneficios de salud a los retirados, enfrentan déficit insuperables por el envejecimiento de la población.
"Como nación", dijo, "le debemos prometer a nuestros retirados sólo los beneficios que pueden darse. Si hemos prometido más de lo que nuestra economía tiene, debemos recalibrar nuestros programas públicos... Si lo retrasamos, los ajustes podrían resultar abruptos y dolorosos".
Anne Krueger, subdirectora gerente del FMI, también abordó el mismo tema, aunque se concentró en los países subdesarrollados. En las décadas venideras, dijo, los países pobres enfrentarán problemas serios con sus poblaciones envejecidas. Si bien las poblaciones envejecidas plantean "retos formidables" para los países industriales, estos retos "palidecen ante los que enfrentarán las economías de los mercados emergentes", puesto que esos países "parten de una posición mucho menos cómoda". Krueger señaló a India y Brasil como países que "necesitan tomar ahora la medida terapéutica" de hacerle frente al costo creciente de las pensiones. Krueger es notable por exigir la imposición de una austeridad draconiana en las naciones en vías de desarrollo.
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