por William F. Wertz, Jr.
El 7 de noviembre de 1940 el general español Francisco Franco creó el Consejo de la Hispanidad en Madrid. El término hispanidad lo popularizaron los teóricos falangistas y lo afinó el Instituto Iberoamericano de Berlín en los 1930, para que la Falange Española lo usara en Iberoamérica. De acuerdo con esta ideología, la Edad Media fue el mayor período de desarrollo espiritual del hombre. España era la mejor representante de esto bajo el sacro emperador romano Habsburgo y rey de España, Carlos V (reinó de 1519 a 1556), quien auspició el concilio de contrarreforma de Trento (15451563); y bajo el reinado de Felipe II de España (reinó de 1556 a 1598), quien reprimió brutalmente la revuelta de los Países Bajos, por lo que los adeptos de la hispanidad lo consideran el defensor de la fe.
Sin embargo, la unidad ultramontana del cristianismo la rompió el Renacimiento Dorado, el cual dio a luz al Estado nacional soberano, y la Reforma protestante, a la que los seguidores de la hispanidad consideran pagana. La pelea por la creación y desarrollo de los Estados nacionales soberanos, en oposición al poder teocrático de la Iglesia católica, llevó a que el rey Carlos III de España proscribiera la orden de los jesuitas (fundada en 1534) en 1767. Los sinarquistas partidarios de la hispanidad consideran esto como el comienzo de la odiada revolución, cuya primera expresión fue la exitosa Revolución Americana de 1776.
La misión de la España de Franco fue darle marcha atrás a este proceso y restablecer un imperio “cristiano” teocrático, usando los métodos empleados por los patrocinadores de Franco, la Alemania nazi y la Italia fascista, que tuvieron su origen en la España de la Inquisición de Tomás de Torquemada (14201498). Así, los adeptos de la hispanidad celebran la Inquisición y sus métodos, incluida la expulsión antisemita de los judíos de España en 1492, y la de los moros, que inició en 1502 y concluyó en 1609, con el rey Felipe III.
Los sinarquistas propagandistas de la hispanidad se oponen al rey pro estadounidense de España Carlos III y a sus asesores, Pedro Pablo Abarca de Bolea, conde de Aranda; Pedro Rodríguez, conde de Campomanes, Gaspar Melchor de Jovellanos, etc. En su opinión, los mayores males de México los trajeron los líderes del movimiento independentista Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos y Pavón y, peor aun, el presidente Benito Juárez. Sus héroes son el emperador Agustín de Iturbide, el general Antonio López de Santa Anna, el emperador Maximiliano de Habsburgo y el dictador Porfirio Díaz. Y consideran a los Estados Unidos de América como una nación anglosajona protestante creada por los masones.