Iberoamérica
Documentación:
La campaña de Carrillo contra el fascismo económico
Jorge Carrillo: “Es necesario llevar a cabo una política de armonía de intereses como la que impulsara Henry Carey, el asesor económico de Abraham Lincoln. Sólo una alianza para la producción entre industriales, agricultores y trabajadores puede defender el interés fundamental de la República”. |
Agosto de 1985: Jorge Carrillo Rojas pronunció el siguiente discurso en una conferencia sobre la propuesta de construir el canal interoceánico Atrato–Truandó. En ese entonces era vicepresidente de la UTC y presidente de la UTRABOC, su filial regional:
“El empleo que necesita el país debe ser empleo bien remunerado y bien productivo, en el sentido de la creación de riqueza tangible útil. Las microempresas, empresas tan pequeñas que hay que observarlas con un microscopio, no sirven para explotar nuestros recursos naturales como el carbón, el petróleo, el gas natural, el uranio, las rocas fosfóricas. Fundamentar un programa para el país en la microempresa significa permitir que la explotación de nuestros recursos esté al designio de multinacionales, que hasta financian grupos guerrilleros, mientras nosotros nos ilusionamos con los carritos de dulces, los puestos de arepas y bocadillos, como si esto fuera nuestro supuesto modelo autónomo.
“Las microempresas, y lo que algunos llaman industrias de poco capital e intensivas en mano de obra, en realidad aparentemente emplean más población pero con un nivel salarial inferior, lo que significa que más gente tiene que trabajar por la misma cantidad de ingresos.
“Ésa es la misma mentalidad monetarista y usurera que expresan todos aquellos que arman alharaca y advierten que la manera de crear empleo es eliminando prestaciones sociales, para tener de esa manera más gente trabajando pero a costa de disminuir la remuneración por trabajador. Ésa fue la idea de Hitler, quien le dio a todo el mundo empleo en los campos de concentración, donde no tenía necesidad de pagar salario alguno porque la gente estaba sin alimentación esperando la muerte.
“La razón por la cual la microempresa no puede asegurar buenos salarios es por su baja productividad. Si se usa tecnología moderna y avanzada, la productividad es mayor; es decir, cada trabajador produce más cantidad de productos con menor esfuerzo y las empresas están en una mayor posibilidad de dar mejores salarios a los trabajadores.
“Es por eso que la UTC y UTRABOC han defendido en numerosas ocasiones la iniciación de grandes proyectos de desarrollo económico como el canal interoceánico a nivel Atrato–Truandó. Más importante aun que la cantidad de personas que se emplean directamente en la construcción y en el manejo del canal es el aumento en productividad que aportaría a toda la economía. Pensemos en que la construcción del canal crearía las bases para un asentamiento inicial de por lo menos 250.000 personas, que tendrían diversos tipos de empleos en proyectos económicos que aquí se han descrito, que no tendrían ninguna posibilidad en caso de no construirse el canal. Pensemos que con el canal estamos integrando a una región del territorio nacional a la economía nacional”.
Su toma de posesión como ministro de Trabajo
2 de septiembre de 1985: en su ceremonia de juramentación como nuevo ministro de Trabajo de Colombia, Jorge Carrillo habló ante cerca de 1.000 invitados y simpatizantes, entre ellos el presidente Belisario Betancur, al tiempo que 5.000 sindicalistas, en representación de casi todas las federaciones sindicales del país, expresaban su solidaridad afuera del palacio presidencial, donde tenía lugar la ceremonia. Este fue su discurso:
“Hay quienes dicen que no podemos hacer grandes cosas porque somos un país pobre y vivimos en una vecindad igualmente pobre. Otros se preguntan qué puede hacer el Ministerio de Trabajo con sus limitados recursos. Yo afirmo que, efectivamente, en la actualidad tenemos muchas carencias. Sin embargo, todo lo que necesitamos para nuestro desarrollo lo podemos construir si utilizamos el potencial de riqueza que representan nuestros desempleados.
“Definitivamente este Ministerio tendrá como prioridad alentar la creación de empleos productivos. Todo colombianos tiene derecho a un trabajo digno. Ningún compatriota debe sufrir la condena de tener que sobrevivir vendiendo cigarrillos extranjeros en la Carrera Séptima.
“La soberanía de la nación debe estar sustentada en las grandes obras de infraestructura como los ferrocarriles, las carreteras, los puertos, las plantas hidroeléctricas y el canal interoceánico Atrato–Truandó, obras éstas que los colombianos tendremos que construir.
“La eficacia de estos métodos para alcanzar el desarrollo, para multiplicar la potencia del trabajo, ya ha sido demostrada contundentemente por otras naciones. En medio de la peor depresión económica que afligió al mundo en la década de los treinta, los Estados Unidos forjaron su actual base industrial mediante la construcción de grandes obras.
“Llevar adelante la realización de estos grandes proyectos asegurará el cumplimiento del Artículo 17 de nuestra Constitución: ‘El trabajo es una obligación social y gozará de la especial protección del Estado’.
“Sólo en la mente de algunos pocos se puede concebir un enfrentamiento a muerte entre el capital y el trabajo. Ni los trabajadores, ni este ministerio tiene como enemigo al capital que se invierte y crea empleos en el país. El único enemigo de los trabajadores es la especulación que destruye al trabajo a la vez que imposibilita la inversión productiva del capital.
“A la luz del Artículo 30 de la Constitución nacional, según el cual ‘la propiedad es una función social que implica obligaciones’, hago desde ya un llamado a los empresarios para que presenten propuestas concretas para la creación de nuevos empleos. El país está ansioso de escuchar estas iniciativas.
“Como lo expresa sabiamente el papa Juan Pablo II, en su encíclica sobre el trabajo humano: el trabajo es un bien del hombre, es un bien de su humanidad, porque mediante el trabajo el hombre no sólo transforma la naturaleza adaptándola a las propias necesidades, sino que se realiza a sí mismo, como hombre, es más, en un cierto sentido se hace más hombre.
“Por todo esto, nuestra deuda es con los trabajadores, con los desempleados, con todas las generaciones de colombianos, no sólo con las actuales, sino también con las que nos precedieron y con las que vendrán después.
“Esa deuda, lo prometo, la honraremos”.
Su combate contra el FMI, las drogas y el sida
Octubre de 1985: el ministro de Trabajo Carrillo dio el siguiente discurso en la Conferencia Interamericana de Ministros de Trabajo que tuvo lugar en Costa Rica:
“Para pagar el servicio a la deuda hemos contraído la economía real, en forma que la quiebra de industrias y el desempleo crecientes se han convertido en el caldo de cultivo apropiado para desencadenar una hecatombe social de consecuencias imprevisibles. Nuestros partidos políticos y nuestra democracia son desestabilizados por los ‘programas de ajuste’ y las condiciones de las instituciones financieras. En este tipo de situaciones todos los extremismos encuentran terreno fértil. Lo más terrible es que las medidas que se han implementado, aparte de ser de corto plazo, sólo han tenido en la mira generar recursos para pagar el servicio de la deuda externa, sin considerar para nada las necesidades de inversión y el consumo de la población.
“Los rectores de las finanzas internacionales podrán pensar que se puede mantener este tipo de política impunemente. La verdad es que estamos al borde de alcanzar un punto de inflexión, en el que el descenso en espiral que hemos tenido se acelerará aún más. Ni nuestra biosfera, ni nuestras instituciones sociales y políticas aguantarán este deterioro. Lo que presenciamos no es otra depresión como la de los años 30. Lo que permitimos que ocurra es algo sólo equiparable a la peste negra que en el siglo 14 acabó con la mitad de la población europea. El letal SIDA es sólo un anticipo de lo que está por venir. Si nos obstinamos en defender y justificar la usura, no seremos moralmente aptos para sobrevivir, y efectivamente no sobreviviremos.
“En lo tocante a las debilidades estructurales internas de nuestras economías, el principal problema es la estructura colonial de nuestra producción. A pesar de las guerras de independencia que se libraron a principios del siglo pasado, en esencia seguimos produciendo materias primas que se exportan sin mayor elaboración. Salimos de manos de los españoles para caer en las garras del libre cambio inglés”.
Armonía de intereses
18 de octubre de 1985: “Soy un apasionado defensor de la idea de progreso que sirve de pilar a nuestra civilización occidental, idea que se expresa sabiamente en el precepto del Génesis: ‘Fructificad y multiplicaos: llenad la tierra y sojuzgadla’. En estas breves pero profundas palabras se resume toda una filosofía optimista de la vida. El hombre, al ser creado a imagen de Dios, posee una mente creadora la cual debe emplear para transformar y expandir el universo. El hombre está moralmente comprometido a realizar avances tecnológicos que son un reflejo del progreso científico. Cada ser humano, si se le provee con las condiciones de vida y cultura apropiadas, con su actividad, con su trabajo, incrementa el potencial para sostener la población.
“Debemos reflexionar que no sólo se trata de generar empleos en cantidad, sino que los nuevos empleos tendrá que ser más calificados que los que existen en los actuales momentos. El empleo no sólo debe cubrir el derecho que tiene todo ser humano a trabajar. El trabajo debe hacer progresar tanto la economía como al trabajador”.
24 de octubre de 1985: “Como bien lo explica el Papa Juan Pablo II, el trabajo humano es la actividad a través de la cual el hombre interviene en forma eficiente en el universo. Puesto que nuestra existencia biológica es efímera, sólo a través de lo que leguemos a la sociedad en el arte, la política, la ciencia, o la actividad cotidiana en la fábrica, es que podremos darle eternidad a nuestra propia existencia”.
29 de noviembre de 1985: “Es necesario llevar a cabo una política de armonía de intereses como la que impulsara Henry Carey, el asesor económico de Abraham Lincoln. Sólo una alianza para la producción entre industriales, agricultores y trabajadores puede defender el interés fundamental de la República”.
2 de diciembre de 1985: en un discurso que dio en la ceremonia de apertura del Consejo de Salarios, dijo: “Como explicara Leibniz en el documento Sociedad y Economía, hay un monto por debajo del cual se deteriora la calidad del trabajo. En realidad el trabajo barato no es trabajo menos costoso. El trabajo barato es trabajo menos productivo. Mantener y mejorar la capacidad adquisitiva de los trabajadores de menor ingreso no es simplemente un asunto elemental de justicia social, es además saludable desde el punto de vista económico para que nuestros deprimidos marcados se reactiven. Para la democracia misma sería nocivo que los trabajadores de salario mínimo tuvieran que soportar dolorosos y vanos procesos de ajuste”.
7 de diciembre de 1985: “Dentro de la ortodoxia de la doctrina librecambista, el salario mínimo constituiría una aberración o imperfección del mercado. Si siguiéramos esa teorías monetaristas, tendríamos que eliminar el salario mínimo y dejar que ‘libremente’ las fuerzas del mercado determinen el precio del salario de acuerdo a la oferta y la demanda. Si escucháramos esas voces, tendríamos que acabar con el Código Sustantivo del Trabajo, pues también constituiría una violación a las fuerzas el mercado.
“No por el hecho de rechazar el colectivismo marxista debemos casarnos con arbitrariedades que efectivamente ocurren y que son causadas, no tanto por el sistema capitalista, en tanto impulsor del desarrollo industrial y científico, sino por la adherencia al principio de darle justificación y validez económica a la usura en todas sus formas”.
La unidad contra el libre cambio y la usura
28 de marzo de 1986: EIR le preguntó lo siguiente a Carrillo en una entrevista:
EIR: ¿Cómo ve el panorama de la posible unidad continental de los trabajadores para enfrentar o resolver el problema de la deuda externa en el continente?
Carrillo: Yo tengo informaciones de que los problemas que afectan a nuestras naciones están haciendo el milagro de unir a los trabajadores en un sólo propósito, desde México hasta la Argentina. No hay duda de que esa unidad va a ser realidad a corto plazo, y de que vamos a tener un movimiento sindical en Iberoamérica, decidido a dar la gran batalla por la supervivencia de nuestras poblaciones.
15–17 de noviembre de 1986: unos 2.000 delegados de 44 sindicatos, que representan el 80% de la fuerza laboral organizada de Colombia, se reunieron en Bogotá para consolidar la creación de una nueva organización obrera apartidista, la UTC. Su presidente fue el ex ministro de Trabajo Carrillo. En su intervención en la conferencia de fundación, Carrillo dijo:
“Pesa sobre nuestras economías una deuda externa de cerca de 400.000 millones de dólares, catalogada de impagable por su exorbitante crecimiento, por la opresión económica a que estamos sometidos, por la acción expoliadora de la oligarquía financiera transnacional. El fardo de la deuda externa hace que cada latinoamericano sea un deudor. . . condenado a sacrificar sus posibilidades de mejoramiento con tal de cubrir puntualmente la carga del endeudamiento".
“En el caso concreto de Colombia, los últimos tres lustros la canasta familiar creció en su valor 30 veces”.
Su alianza con LaRouche
6 de mayo de 1999: Carrillo dio un discurso en una conferencia que EIR organizó en Bogotá, Colombia, titulada “Ante el desplome financiero, la nueva OTAN amenaza al mundo”.
“¿Qué hacer entonces? Yo recuerdo que hace unos nueve años leí a Henry Carey, uno de los economistas que influyó en Lyndon LaRouche. Carey decía que para que un país salga adelante se requiere una armonía de intereses, una comunidad de intereses entre trabajadores, agricultores, científicos e industriales. Y decía que en el momento en que uno de estos sectores intentara saquear a algún otro sector, quien terminaba saqueando a todos los sectores era el sector financiero especulativo. Eso es lo que pasa hoy en el mundo, es algo muy grave, tan grave que tiene moribundo al sector productivo.
“El sector empresarial no puede creer que va a salir adelante saqueando a la mano de obra, pagándole cada vez menos por su trabajo, y disminuyendo así el mercado interno. Si mejoramos el salario de los trabajadores, vamos a fortalecer el mercado interno. Si en Colombia tenemos más de 42 millones de personas, ¿cómo no vamos a tener un mercado interno grande y fuerte?
“Carey insistía en que mientras un sector esté pensando solamente en saquear al otro, lo que ocurre es que de entrada alguien viene y nos saquea a todos. Así se vienen aplicando las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI) que establecen que hay que seguir privatizando, mejor dicho, piratizando. Es la piratización que estamos sufriendo de parte de las empresas multinacionales. Y es un doble saqueo, porque el ingreso que recibe el país por las piratizaciones sirve tan sólo para abonar un poco al pago del servicio de la deuda. Se trata de un cambio de deuda por activos.
“Si pusiéramos en práctica las enseñanzas de Carey, de la armonía de intereses entre el empresario, el trabajador, el agricultor y el científico, sacaríamos adelante a nuestro país. Con este concepto de la armonía de intereses, debemos crear un movimiento que aglutine a toda la población en contra de la usura. La población no se siente representada por los partidos políticos, tampoco por las élites, y mucho menos por los gobiernos, que cuando llegan al poder por el voto popular hacen todo lo contrario de lo que habían prometido.
“Debemos crear un Frente de Reconstrucción Nacional, que vaya creciendo como ocurrió con el Ejército libertador en la época de la Independencia. Y éste es un concepto que se aplica en muchas partes, no solamente en Colombia, de tal manera que se augura que el próximo siglo será un siglo humanista. Tenemos que asegurar el surgimiento de un nuevo renacimiento cultural que salve a la humanidad e impida un retorno al barbarismo. No podemos quedar en manos de estos locos que manejan la OTAN y el FMI, que creen que matándonos todos los días a través del hambre y de la guerra podrán mantener su imperio de pies de barro.
“Como lo ha propuesto el estadista norteamericano Lyndon H. LaRouche y su esposa Helga Zepp–LaRouche, es hora de establecer un nuevo orden económico internacional justo, un Nuevo Bretton Woods. Esto era lo que yo quería transmitirles esta noche”.
‘No’ a la globalización
24 de septiembre de 2004: dirigió una carta al congreso de la Confederación General de Trabajadores democrática:
“Uno de los efectos de la globalización de la usura fue la disminución global de los salarios. A los trabajadores norteamericanos que tenían y aún tienen los salarios más altos, se les dijo que tenían que aceptar bajar los salarios porque, de lo contrario, las empresas norteamericanas se irían a México, en donde no tenían que pagar 20 dólares la hora, sino tan sólo un dólar la hora. En México se impuso el modelo de las maquilas que no es otra cosa que producir para el exterior, no para satisfacer las necesidades de consumo nacionales. Pero a su vez a los mexicanos se les dijo que bajaran sus salarios o de lo contrario las empresas ‘generadoras de empleo’ buscarían establecerse en China, donde podrían pagar salarios de tan sólo 10 centavos de dólar la hora.
“Por supuesto que Colombia no fue la excepción. Aquí tuvimos la apertura en 1992, se vendieron empresas estatales, se eliminó el control de cambios, se bajaron todos los aranceles de importación. El faltante generado porque el Estado renunció a este impuesto fue cubierto con el IVA. La actividad sindical ahora es mucho más difícil porque el mayor empleo está en el sector informal, y por las modalidades de contrato de corto plazo y los contratos de prestación de servicios que ahora se estilan. El movimiento sindical hace bien en combatir esta terrible tendencia hacia una nueva esclavitud.
“La deuda actual del gobierno nacional con los banqueros extranjeros y colombianos es el costo de la ‘apertura’. Esa deuda es un subsidio que el Estado le da a los banqueros. En el discurso que pronunció el presidente Álvaro Uribe Vélez en el Meta, manifestó que el servicio de la deuda se come más del 40% del presupuesto nacional. En realidad el pago del servicio de la deuda es el único renglón del presupuesto que ha crecido, cuando los banqueros nacionales e internacionales exigen que se recorte el presupuesto jamás piensan que el único sector del presupuesto que se debiera cortar es ése precisamente.
“Ahora estos usureros dicen que, como a pesar de los recortes en el presupuesto, a pesar de los mayores impuestos, la plata no alcanza para pagar los servicios de la deuda, entonces proponen que el Estado se apropie de las pensiones de los trabajadores para que el Estado cumpla con el servicio de la deuda. Estoy seguro que si uno hace un estudio detallado de la deuda externa e interna de Colombia, puede concluir que esa deuda se ha pagado varias veces, de la misma forma en que todos los usuarios del UPAC y del UVR, que en un plazo de 15 años terminan pagando seis o más veces el valor del crédito inicial.
“Colombia y el mundo necesitan un sistema financiero que le sirva a la economía real, que le sirva a la producción, que le sirva al verdadero intercambio de bienes y servicios, que garantice un mejoramiento del nivel de vida de la gente, y no al revés como ocurre ahora: un sistema financiero voraz que aplasta naciones y poblaciones. El mundo se está dando cuenta que el modelo actual ya no da más y que hay que hacer un cambio en él, que se valore el trabajo, las innovaciones tecnológicas, la productividad física real, la educación y la salud de la población.
“El Estado no puede abandonar la salud, la educación, ni la infraestructura. El Estado tiene la obligación de dirigir la economía para mejorar continuamente los niveles de vida de la población, porque el objetivo de la economía no es enriquecer a unos cuantos, sino sostener la especie humana en condiciones cada vez mejores. El objetivo es el bienestar general”.