¡Urge un
Nuevo Bretton Woods, ya!
Como
seguimiento al llamado que hizo en julio de 2000 para reorganizar el sistema
monetario–financiero mundial, mismo que contó con el respaldo de ex
jefes de gobierno y de Estado, legisladores y dirigentes cívicos,
sindicales, empresariales y del clero, la presidenta del Instituto Schiller
Helga Zepp–LaRouche acaba de renovar su llamado a favor de un Nuevo
Bretton Woods. El texto de la iniciativa, que publicamos a continuación,
aparecerá, junto con los nombres de los signatarios, en
periódicos, revistas y sitios de internet. En vista de la crisis
inmediata que enfrentamos, instamos a nuestros lectores a apoyar esta
iniciativa.
El
cambio de paradigma de las últimas cuatro décadas, un
período en el que la economía mundial fue abandonando cada vez
más las manufacturas y se entregó a la especulación
desmandada, ahora llega a su fin. El sistema financiero mundial está por
implosiónar. La producción mundial bruta apenas anda por los 40
billones de dólares, y tras de ella se asoma una gigantesca burbuja de
deuda 50 veces más grande, es decir, de 2 mil billones de dólares
en obligaciones financieras. La quiebra inminente de la General Motors y
potencialmente de toda la industria automotriz de los Estados Unidos, no es sino
uno de los muchos factores que bien pueden llevar al desplome del dólar
estadounidense y, con ello, al de todo el sistema financiero.
Para
evitar que la población mundial sufra el daño indecible que
desencadenaría la desintegración del sistema, los abajo firmantes
exigimos que se convoque a una conferencia urgente para establecer una nueva
arquitectura financiera similar a la del sistema de Bretton Woods, creado en
1944 por iniciativa de Franklin D. Roosevelt. Subrayamos que Lyndon LaRouche es
el economista que mejor entiende las causas de la crisis sistémica, y
quien, además, ha elaborado un paquete completo de medidas para
enfrentarla de forma adecuada: el acuerdo de un Nuevo Bretton Woods.
Los abajo
firmantes también recalcamos que el Parlamento italiano adoptó la
propuesta de LaRouche, y el 6 de abril de 2005 aprobó una
resolución instando a la convocatoria de “una conferencia
internacional al nivel de jefes de Estado y de Gobierno, para definir un nuevo y
más justo sistema monetario y financiero mundial”.
Las
siguientes medidas deben de ponerse en práctica, si es que hemos de
apartarnos del camino errado que hemos seguido desde que el presidente [Richard]
Nixon dio al traste con los tipos de cambio fijos en 1971, un camino que ha
llevado al actual ascenso rápido de una forma grotesca y predadora de
capitalismo, gracias a la “globalización” desbocada que vino
tras la caída de la URSS. La Conferencia del Nuevo Bretton Woods
decidirá lo siguiente:
1.quedarán restablecidos de inmediato los tipos de cambio fijos;
2. los
gobiernos acordarán un tratado que prohíba la especulación
con derivados financieros;
3. la
deuda será eliminada o reorganizada;
4. el
Estado establecerá nuevas líneas de crédito para generar el
pleno empleo mediante la inversión en innovaciones decisivas de
infraestructura y tecnología;
5. la
construcción del Puente Terrestre Eurasiático, como la piedra
angular para la reconstrucción de la economía mundial, será
la perspectiva que no sólo traerá un nuevo
Wirtschaftswunder (milagro económico), sino la paz al siglo 21;
y
6. una
nueva Paz de Westfalia asegurará que, al menos por los próximos 50
años, las materias primas habrán de extraerse y procesarse en
beneficio de todas las naciones de este planeta.
Los abajo
firmantes creemos que la llamada “globalización”, esta forma
depredadora de capitalismo, ha demostrado más allá de toda duda
estar en quiebra en todos sus aspectos, sea el económico, el financiero o
el moral. Es el hombre quien tiene que ser el centro de la
economía y, de conformidad, la economía tiene que servir al
bienestar común. El propósito de fundar un nuevo orden
económico mundial es el de garantizar los derechos inalienables del
hombre.