Economía
Ha llegado la hora del Nuevo Bretton Woods
Lyndon y Helga LaRouche llevan años pugnando por la creación
de un nuevo sistema monetario–financiero mundial más justo,
en la forma de un Nuevo Bretton Woods.
El catastrófico desplome de los pilares fundamentales de la capacidad productiva de los Estados Unidos, General Motors y Ford, y el inminente megacrac de los mercados financieros, no dejan lugar a duda para muchos de que ha llegado ya la hora de instaurar el Nuevo Bretton Woods de Lyndon LaRouche. Los legisladores de una nación, Italia, de forma colectiva, aprobaron y adoptaron una resolución que insta a que haya una reunión de jefes de Estado “para definir un nuevo y más justo sistema monetario y financiero mundial”. La resolución italiana, redactada en colaboración con el movimiento político afín a LaRouche en Italia, destaca el problema de la enorme burbuja especulativa depredadora que aplasta a millones de personas, al tiempo que la verdadera economía productiva está hecha pedazos.
Ahora el llamado por un Nuevo Bretton Woods que Helga Zepp–LaRouche, presidenta del Instituto Schiller, renovó en abril, ya ha aglutinado a un núcleo de firmantes de alto nivel de todo el mundo, entre ellos muchos parlamentarios y funcionarios de gobierno.
La pelea por instaurar el Nuevo Bretton Woods empezó hace ocho años, el 4 de enero de 1997, cuando el economista y estadista norteamericano Lyndon LaRouche planteó cuál debía ser la orientación política para un segundo Gobierno de Bill Clinton, en un foro político que tuvo lugar en Washington, D.C. LaRouche presentó dos propuestas. Primero, que el Presidente de los EU convocara a una conferencia internacional para establecer un nuevo sistema de Bretton Woods, que sometiera a la economía mundial a una reorganización por bancarrota y la reorganizara para el desarrollo productivo. Y, segundo, que los EU participaran en poyectos internacionales en beneficio de toda la humanidad, con acento especial en la construcción del Puente Terrestre Eurasiático.
En cosa de un mes el senador Publio Fiori, un dirigente de la Alianza Nacional de oposición y ex ministro de Transporte de Italia, hizo suya la pelea y le planteó una averiguación parlamentaria al gobierno pidiendo que, en vista de la desintegración en marcha del sistema monetario y financiero internacional, Italia tomara medidas de emergencia, tales como instaurar un Nuevo Bretton Woods y gravar la especulación con derivados financieros.
En febrero de 1997 Helga Zepp–LaRouche, junto con la economista y parlamentaria ucraniana Natalia Vitrenko, hizo un “Llamado urgente al presidente Clinton a organizar una nueva conferencia de Bretton Woods”, que circuló por todo el mundo y recibió el apoyo de gran cantidad de figuras públicas. En abril de 1997 tanto Lyndon como Helga LaRouche intervinieron en diversas reuniones en Roma sobre el Nuevo Bretton Woods, en las que participaron parlamentarios, economistas, periodistas y diplomáticos. Un año después, en abril de 1998, el asunto cobró tanta prominencia, que cuando EIR le hizo una pregunta sobre economía al primer ministro italiano Romano Prodi, éste contestó: “Yo pienso personalmente que se debe ir hacia un Nuevo Bretton Woods”.
Los parlamentarios italianos siguieron impulsando el llamado por el Nuevo Bretton Woods, y en marzo del 2000 le presentaron una resolución al Parlamento Europeo en Estrasburgo. El Instituto Schiller hizo un nuevo llamado para la creación de un Comité Ad Hoc por un Nuevo Sistema de Bretton Woods, que incluía el texto de la resolución del Parlamento Europeo y una introducción que decía: “Los abajo firmantes nos referimos a Lyndon LaRouche como el economista que, en todo el mundo, viene analizando más profundamente y por más tiempo las causas de esta crisis sistémica, y quien ha elaborado un paquete completo de medidas para superarla, el programa de un Nuevo Bretton Woods”.
Un año después, el llamado había reunido las firmas de apoyo de más de 500 parlamentarios de 40 países, y de varios cientos de dirigentes de los derechos civiles, sindicalistas, industriales y representantes de organizaciones sociales. Entre los firmantes estaban dos ex presidentes iberoamericanos, José López Portillo de México y João Baptista Figueiredo de Brasil, quienes ya habían firmado el llamado original de 1997, junto con el ex presidente de Uganda, Geoffrey Binaisa.
La batalla por el Nuevo Bretton Woods continuó en Italia, y en el 2002 la Cámara de Diputados aprobó una resolución que instaba a crear “una nueva arquitectura financiera”. Ambas cámaras recibieron una nueva propuesta en el 2004, pero no llegó a discutirse en el pleno. No obstante, este año la pelea rindió frutos, y la propuesta que redactó y presentó el diputado Mario Lettieri en febrero del 2004 (en medio del escándalo de lo de Parmalat) fue debatida y aprobada por la Cámara de Diputados con el apoyo de casi todos los partidos.
El llamado más reciente por un Nuevo Bretton Woods que hizo Helga Zepp–LaRouche, está circulando por todo el mundo, y pronto aparecerá publicada en sitios electrónicos y periódicos con la lista de firmantes (ver nuestro número anterior). En parte dice:
“El cambio de paradigma de las últimas cuatro décadas, un período en el que la economía mundial fue abandonando cada vez más las manufacturas y se entregó a la especulación desmandada, ahora llega a su fin. El sistema financiero mundial está por implosionar. La producción mundial bruta apenas anda por los 40 billones de dólares, y tras de ella se asoma una gigantesca burbuja de deuda 50 veces más grande, es decir, de 2 mil billones de dólares en obligaciones financieras. . .
“Las siguientes medidas deben de ponerse en práctica, si es que hemos de apartarnos del camino errado que hemos seguido desde que el presidente [Richard] Nixon dio al traste con los tipos de cambio fijos en 1971, un camino que ha llevado al actual ascenso rápido de una forma grotesca y predadora de capitalismo, gracias a la ‘globalización’ desbocada que vino tras la caída de la URSS. La conferencia del Nuevo Bretton Woods decidirá lo siguiente:
“1. quedarán restablecidos de inmediato los tipos de cambio fijos;
“2. los gobiernos acordarán un tratado que prohíba la especulación con derivados financieros;
“3. la deuda será eliminada o reorganizada;
“4. el Estado establecerá nuevas líneas de crédito para generar el pleno empleo mediante la inversión en innovaciones decisivas de infraestructura y tecnología;
“5. la construcción del Puente Terrestre Eurasiático, como la piedra angular para la reconstrucción de la economía mundial, será la perspectiva que no sólo traerá un nuevo Wirtschaftswunder (milagro económico), sino la paz al siglo 21; y
“6. una nueva Paz de Westfalia asegurará que, al menos por los próximos 50 años, las materias primas habrán de extraerse y procesarse en beneficio de todas las naciones de este planeta.
“Los abajo firmantes creemos que la llamada ‘globalización’, esta forma depredadora de capitalismo, ha demostrado más allá de toda duda estar en quiebra en todos sus aspectos, sea el económico, el financiero o el moral. Es el hombre quien tiene que ser el centro de la economía y, de conformidad, la economía tiene que servir al bienestar común. El propósito de fundar un nuevo orden económico mundial es el de garantizar los derechos inalienables del hombre”.
Entre los que han firmado el llamado hasta ahora, están:
Hon. Mario Lettieri, miembro de la Cámara de Diputados de Italia y secretario de la Comisión de Finanzas; Hon. Alfonso Gianni, miembro de la Cámara de Diputados de Italia (por el partido de oposición Rifondazione Comunista) e integrante de la Comisión de Asuntos Laborales; Hon. Sando Delmastro Delle Vedove, miembro de la Cámara de Diputados de Italia (por el partido Alleanza Nationale) e integrante de las comisiones de Cultura y Transporte; Hon. Oscar Peterlini, miembro del Senado de Italia (por el Partido Popular del Sur de Tirol) e integrante de la Comisión de Asuntos Laborales del Senado italiano; doctor Claus Noéa, economista y ex ministro de Finanzas de Alemania; doctor Nino Galloni, economista, director general del Ministerio de Bienestar Social de Italia y auditor del INPDAP (fondo de pensiones de los trabajadores del Estado); Hon. Antonio Parlato, ex subsecretario del Ministerio de Presupuesto de Italia y ex miembro de la Cámara de Diputados (por Alleanza Nationale); profesor Sam Aluko, ex asesor económico en jefe del Presidente de Nigeria (Akure, Nigeria); Jean Gahururu, asesor de política exterior de la oposición ruandesa en el exilio (Alemania); doctor Giovannino Santilli, director del Departamento para el Lejano Oriente del Ministerio de Actividades Productivas de Italia; Wolfgang Hoderlein, miembro del Parlamento estatal de Baviera, Alemania (por el SPD–MdL); Heidi Lueck, integrante del Parlamento estatal de Baviera, Alemania (por el SPD–MdL); abogado Giuseppe de Gori —representó a los demócratas cristianos en el histórico juicio contra las Brigadas Rojas por el asesinato de Aldo Moro— (Roma); doctor Jacopo Venier, miembro del Secretariado Nacional del Partito dei Comunisti Italiani (Roma); Fritz Hermann, presidente de la Organización de Granjeros Daneses Unidos o LFO (Dinamarca); Erling Svendsen, presidente de los Productores Daneses de Trigo (Dinamarca); doctor Tibor Kovats, economista y ex presidente de la Asociación Húngara de Refugiados Políticos (Budapest).