‘Sí hay vida después del
FMI’, es el mensaje de LaRouche a los filipinos
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El corresponsal de EIR y vocero de Lyndon LaRouche,
Mike Billington (ctro.), ofrece una conferencia en Manila
el 16 de mayo; (der.) el dirigente larouchista en Filipinas
Butch Valdes. |
por Michael Billington y Marlou Mummar, miembro del
Movimiento de Juventudes Larouchistas
Filipinas, una de las naciones de Asia más devastadas en lo
económico, tiene que reconocer que la política de medidas de
austeridad del Fondo Monetario Internacional (FMI) sólo matará a
millones de filipinos, y que la única solución a la crisis
consiste en declarar en quiebra al sistema del FMI, someterlo a una
reorganización por bancarrota, y remplazarlo por el Nuevo Bretton Woods
de LaRouche. Tal fue el mensaje que le dieron al pueblo filipino el corresponsal
de EIR y vocero de Lyndon LaRouche, Mike Billington, durante su reciente
visita al país, así como el brazo del Movimiento de Juventudes
Larouchistas (MJL) en Filipinas, en una conferencia de prensa que tuvo lugar la
mañana del 16 de mayo en el hotel Rembrandt, en Quezón City,
Manila.
Apenas 10 días después, el 26 de mayo, la influencia de las
ideas de LaRouche quedó de manifiesto en Filipinas cuando el senador
Aquilino Pimentel, dirigente de la oposición en el Senado, llamó
por la adopción del Nuevo Bretton Woods. El senador Pimentel propuso
apoyarse en la resolución que aprobó la Cámara de Diputados
de Italia el 6 de abril, también inspirada por LaRouche, que impulsa
“la convocación de una conferencia internacional al nivel de jefes
de Estado y jefes de gobierno, similar a la que tuvo lugar en Bretton Woods en
1944, para crear un nuevo sistema monetario y financiero mundial más
justo”.
Las ideas de LaRouche
Entre los que participaron en la conferencia de prensa que ofreció
Billinton, estaban algunos empresarios y cerca de 40 reporteros de diversos
órganos noticiosos. Billington habló de cómo Filipinas
padece la enfermedad que creó la política genocida del FMI, y que
el problema que enfrentamos no es privativo de Filipinas, sino que es un
microcosmos de la moribunda economía mundial.
Butch Valdes, quien encabeza la organización larouchista en
Filipinas y la Katipunan ng Demokratikong Pilipino (Liga de
Demócratas Filipinos), también intervino en la conferencia de
prensa para explicarle al pueblo cuál es la razón de la crisis de
la deuda que redunda en perjuicio de los depauperados filipinos.
La caída del dólar y de la empresa automotriz General Motors,
que encarnaba del poder económico de los EU, indica que el mundo entero
va camino a un desplome que, de no pararse, quizá conduzca al mundo a la
próxima Nueva Era de Tinieblas.
Billington dijo que la deuda de Filipinas con el FMI no es más que
producto de la aritmética de los banqueros. Han saqueado al país,
y obligado a la gente a aceptar la clásica austeridad del Fondo, que
incluye tasajear los salarios y el gasto del gobierno, aumentar impuestos y
cuotas, y que el gobierno retenga la parte de la renta nacional que (por ley)
debe regresársele a los gobiernos locales, para pagar la deuda.
Las deudas desbocadas que Filipinas contrajo con el FMI se deben a varios
factores artificiales, como la manipulación de las monedas, así
que no son deudas reales. La deuda nacional de Filipinas ha llegado ya a casi 70
mil millones de dólares, de los cuales alrededor de 33 mil millones son
de deuda externa.
Ahora es necesario que el Gobierno de Gloria Macapagal Arroyo se ponga del
lado del pueblo, y que sea tan valiente como el presidente argentino
Néstor Kirchner y el ex primer ministro malasio Mahatir bin Mohamed en
combatir las condiciones del FMI.
Los reporteros preguntaron sobre la situación de la deuda, las
medidas a tomar para rescatar al país de las garras del FMI, la crisis
del petróleo y el desplome de la economía estadounidense. Las
respuestas de Billington satisfacieron a todos.
Afuera de la conferencia de prensa, los miembros del MJL y otros
organizadores larouchistas repartían los impresos de LaRouche y
entablaban discusiones con los curiosos.
La Presidenta tiene que actuar
Ese mismo día por la tarde, el sitio electrónico de
ABS–CBN publicó un artículo noticioso sobre las ideas
presentadas en la conferencia de prensa. ABS–CBN, citando a Billington,
informó: “La Presidenta debe enfrentar al FMI y tomar deciciones
definitivas, si es que quiere sacar a este país de la crisis. Sí
hay vida después del FMI”.
La prensa también informó que Billington instó a la
presidenta Arroyo a responder al llamado que han hecho otras naciones para crear
un nuevo sistema monetario mundial, y citó la reciente resolución
que aprobó el Parlamento de Italia, que insta a convocar una conferencia
de un Nuevo Bretton Woods, como propone LaRouche.
En su noticiero vespertino, el canal 7 de GMA informó del llamado
que hizo Billington al Gobierno filipino, a ponerse al frente de la lucha y
emular la decisión del Presidente de Argentina de limitar los pagos de la
deuda.
Net 25 también presentó un reportaje muy bueno mencionando la
necesidad de declarar una moratoria a la deuda, como lo propone el Movimiento de
Juventudes Larouchistas filipino y la Katipunan ng Demokratikong
Pilipino, que permita un lapso para reconstruir la economía
física productiva del país.
Pero la misión aún no concluía ese día. Luego
Billington estuvo como invitado en el programa de radio que tiene el movimiento
de LaRouche de 10 a 11 de la noche.
El Nuevo Bretton Woods en Filipinas
El 26 de mayo, hablando ante la Asociación de Inmobiliarios y
Constructores en el Hotel Intercontinental Makati, el senador Pimentel le dio
todo su apoyo al llamado italiano por un Nuevo Bretton Woods, y a las medidas de
emergencia necesarias para salvar la economía filipina en base a la
instauración de un nuevo orden económico mundial más justo.
Pimentel dijo que había que ubicar la crisis nacional en el marco de la
crisis financiera internacional, y aludió a la resolución del
Parlamento italiano: “Yo comparto la perspectiva de los legisladores
italianos”. Añadió: “Permítanme que me atreva a
sugerir ahora que un patrón oro o alguna medida semejante del valor de
una moneda que no dependa de la mera palabra, puede ser una buena base para
reexaminar y reescribir el acuerdo de Bretton Woods que fue adoptado hacia fines
de la Segunda Guerra Mundial, en 1944”. (Al escribir estas líneas,
Pimentel aún no presentaba estos planteamientos ante el pleno del Senado
filipino).
Luego repasó las incesantes crisis que ha sufrido el sistema: las de
Parmalat, Enron, LTCM, Argentina, etc. Y expresó que “las
preocupaciones externadas por los legisladores italianos son un eco de nuestras
propias aprehensiones aquí, de que a nuestro país también
lo están estafando las [agencias] calificadoras del crédito, a las
que les pagamos para que nos bajen de calificación cuando quiera que a
ellos y a su clientela de acreedores internacionales les venga en
gana”.
La naturaleza “sistémica” de la crisis, dijo, de una
“crisis de todo el sistema financiero, en la que los fondos especulativos
—que están más allá de cualquier suerte de reglas o
control— están cobrando una preponderancia siempre
mayor. . . [está] ensanchando la brecha entre la
economía real y la puramente financiera, que se manifiesta en la
verdadera explosión de la burbuja de los derivados financieros y otras
formas de deuda”.
De ahí, el senador Pimentel pasó a leer la sección de
la resolución en la que el Parlamento de Italia resuelve comprometer al
Gobierno: “ ‘A intervenir en los foros internacionales
pertinentes para construir una nueva arquitectura financiera, con el objetivo de
evitar futuros crac financieros y la repetición de burbujas
especulativas, y que, por tanto, esté orientada al objetivo primordial de
sostener a la economía real; y a emprender todas las iniciativas
necesarias para lograr, lo antes posible, junto con otras naciones, la
convocación de una conferencia internacional al nivel de jefes de Estado
y de Gobierno, para definir un nuevo y más justo sistema monetario y
financiero mundial’ ”.
Pimentel concluyó: “Como legislador, comparto las perspectivas
de los parlamentarios italianos, de proteger el bienestar de nuestra respectivas
bases. Por tanto, sugiero que lo menos que puede hacer nuestro Congreso es
apoyar el llamado por el establecimiento de un nuevo sistema monetario de
Bretton Woods, para proteger y garantizar la seguridad de los tratos financieros
y de otras actividades económicas de los pueblos en todo el mundo. La
propuesta de los legisladores italianos me parece razonable en cuanto a que,
dada la internacionalización de los mercados financieros, una
nación por sí misma, o incluso Europa sola, no pueden garantizar
el control y aplicación de reglas más fuertes de una manera
decisiva”.
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