Lo
más importante es que estamos bregando con un mundo en el que existe un
concepto del dinero, que es el concepto popular del dinero de los
gobiernos y de las instituciones principales que, por lo que sé, es
demencial, por la norma del efecto del concepto, por la forma en que se aplica.
El valor del dinero no debe determinarse sobre la base de algún valor
contable vigente. Esa contabilidad debe proscribirse en tanto método para
determinar el valor del dinero.
El valor
del dinero debe determinarse mediante un principio científico, no
uno contable. Y el principio científico es: ¿cuál es una
determinación, que pueda defenderse en términos físicos, de
la voluntad y la capacidad de los gobiernos de desempeñarse en la
creación de crédito en el largo plazo, para el desarrollo de sus
economías y productividades? Y, por consiguiente, nosotros de entre las
naciones debemos reconocer este proceso, usar este proceso, y establecer
los valores en términos del crédito y de la paridad sobre
la base de esas determinaciones, que tienen que ser físicas,
científicas. Porque lo crucial es, ¿cuál es la vida
física de la inversión? ¿Cómo habrá de
mantenerse? Y, ¿a qué plazo y por qué cantidad es? Sobre esas
bases es que debes emitir crédito: las del conocimiento de la
determinación y competencia del gobierno para crear valor, para
crear riqueza, y para tener la riqueza suficiente a fin de saldar de forma
oportuna la deuda que estás creando.
Ésta
es una cuestión física, no una contable.