A
continuación reproducimos el discurso que dirigió Lyndon LaRouche
el 16 de junio de 2005 a una reunión organizada por su comité de
acción política LaRouche PAC en Washington, D.C., y que fue
transmitido al mundo entero por internet, con interpretación
simultánea al español. El señor LaRouche habló por
un sistema de videoconferencia desde Europa, en la reunión que
moderó su vocera para los Estados Unidos, Debra
Hanania–Freeman.
Freeman:
Buenas tardes, damas y caballeros. Me llamo Debra Freeman y, como algunos de
ustedes saben, soy la vocera nacional de Lyndon LaRouche y su representante
aquí en Washington. A nombre del señor LaRouche y de LaRouche
PAC, quiero darles la bienvenida a la reunión de esta
tarde.
Parece
increíble que la última vez que nos reunimos aquí fue hace
apenas ocho semanas, porque, de hecho, el ritmo de los acontecimientos en el
curso de sólo esas cuantas semanas ha sido no menos que absolutamente
espectacular.
El 23 de
mayo, aquí en los EU, en una victoria de suma importancia para las
fuerzas patriotas, un grupo bipartidista de senadores estadounidenses le
propinó una derrota significativa al Gobierno de Bush, al derrotar lo que
vino a conocerse como la “opción nuclear”. El suceso no
sólo fue importante porque significó una derrota para el Gobierno,
sino porque de hecho representó una derrota para lo que no fue otra cosa
que una intentona de golpe contra la Constitución de los EU.
Sólo
unos días después, el 29 de mayo, el electorado francés, en
lo que pareciera ser un acontecimiento sin ninguna relación,
derrotó de manera aplastante la recién propuesta
Constitución europea. En y de por sí, pudiera resultarle
difícil a los estadounidenses entender eso, en términos de su
importancia. Pero, el voto francés lo impulsó, quizá
más que cualquier otra cosa, el enojo absoluto de la ciudadanía
francesa por los desastres económicos que han enfrentado desde la
adopción del Pacto de Estabilidad del Tratado de Maastricht y la
política de globalización que lo caracteriza.
Lo
ocurrido en Francia fue precedido una semana antes por una elección muy
importante en la región de Renania Septentrional Westfalia en Alemania,
donde los socialdemócratas alemanes sufrieron una derrota significativa,
más que nada debido al fracaso de las políticas económicas
del Gobierno de Schröder allí.
Cuando el
señor LaRouche habló aquí en abril, reiteró una
advertencia que presentó por primera vez a mediados de febrero, respecto
a la importancia de la bancarrota inminente de General Motors (GM). En aquel
momento mucha gente en los EU pensó que el señor LaRouche
estaría exagerando, o un poco desfasado en cuanto al tiempo. Pero creo
que los acontecimientos recientes aquí en los EU han dejado absolutamente
claro que el pronóstico del señor LaRouche fue más que
acertado. Y, de hecho, ahora estamos en una situación en la que la
intensidad de la crisis, aunque aterra a mucha gente, de hecho ha creado el
ambiente para que haya un muy esperado cambio fundamental en la política
económica y financiera de los EU y del mundo.
El
señor LaRouche, quien, como la mayoría de ustedes sabe, es
más que nada un economista físico, ha instado con la mayor
urgencia a revivir los principios del Sistema Americano que rigieron la
recuperación que Franklin Delano Roosevelt encabezó durante la
última Gran Depresión que nuestra nación encaró. El
asunto en realidad es que la situación hoy es, no obstante, mucho peor:
el sistema posterior a Bretton Woods, de 1971 a la fecha, ha llevado a los EU, y
en verdad al mundo, al borde de un derrumbe monetario total. Es más, ha
saqueado la producción mundial de los bienes físicos vitales,
tanto industriales como agrícolas, que la raza humana necesita para
sobrevivir y prosperar.
LaRouche,
en una serie de declaraciones emitidas por él, ha identificado la
coyuntura de las sacudidas políticas en Washington, París y
Berlín, y la desintegración acelerada de la crisis financiera,
como un momento de gran oportunidad. Aunque puede ser aterrador, para alguien
con la competencia del señor LaRouche —y el coraje del señor
LaRouche—, esto en realidad representa un momento de tremenda oportunidad,
no sólo para los EU, sino para toda la humanidad. Nos brinda un momento
en el cual tenemos de hecho el potencial y la posibilidad de que la cordura
regrese a nuestra política económica.
El hecho
es que, de no hacerlo, la alternativa es algo que quizás ninguno de
nosotros quiera considerar.
Creo que,
en el transcurso de la reunión de esta tarde, el señor LaRouche
abordará estos asuntos de una manera más que adecuada; y mucho
más. Esta reunión se transmite en vivo por la red internacional de
la internet. El señor LaRouche nos hablará desde Europa, donde,
aunque tiene un programa de reuniones y actividades muy apretado, pensó
que era absolutamente crucial dirigirse a los EU, en particular, en este
momento, y que lo hiciera antes de que acabe este trimestre ominoso.
Así
que, señoras y señores, sin más preámbulos, quisiera
aprovechar la oportunidad para presentarles a Lyndon LaRouche.
Lyndon H.
LaRouche
Tengo que
repetirles hoy lo que Franklin Roosevelt le dijo al pueblo estadounidense en
condiciones parecidas. Porque lo que estoy por decirles podrá aterrarlos,
a no ser que les muestre que hay una solución a este problema. Roosevelt
dijo, “a lo único que hay que temerle es al temor mismo”, y
ésa es la situación ahora.
Y,
vayamos ahora mismo al principio de la lista: lo que enfrentamos ahora, a partir
del 1 de julio, es la terminación de ciertos contratos que involucran
fondos especulativos, que están a punto de irse a la quiebra. De hecho,
lo ocurrido como consecuencia de la crisis de General Motors, el proceso en el
que fue anunciada la bancarrota potencial inminente de General Motors junto con
la de Ford, y en el cual más tarde los valores de General Motors cayeron
a la condición de bonos chatarra, lo cual significa que quienes
invirtieron en esos bonos, en tanto inversionistas institucionales,
tenían que deshacerse de ellos porque legalmente ya no
podían conservar valores con la calificación de bonos
chatarra.
Bueno,
esto acaba para fines de julio, según la programación actual.
Nadie puede decir con exactitud lo que pasará, pero nosotros sabemos
cómo será lo que viene, y lo que hay que hacer al respecto.
Así que, si menciono fechas o plazos determinados, los plazos son
flexibles, pero nos encontramos en uno muy apretado, y por grande que sea el
ajuste ligero en el plazo, la hora de tomar decisiones no diferirá mucho
de la que les indico. ¿Correcto?
En este
período hubo un desplome de alrededor del 40%, mínimo, en el valor
de las carteras de los fondos especulativos que estuvieron metidos en muchas
cosas. Esto está empeorando ahora. La razón por la que no escuchan
mucho del problema de los fondos especulativos —no tanto como
debieran, si reconocen que el destino de todo el sistema monetario
mundial depende ahora de ello—, es el hecho de que los grandes bancos, que
están asociados con los fondos especulativos, pretenden decidir ahora, en
este momento, qué fondos especulativos botar y a cuáles apoyar.
Porque la magnitud del crac de los fondos especulativos es tan grande, que ya no
pueden rescatarlos a todos. Los bancos tratarán de protegerse ellos
mismos del derrumbe de los fondos especulativos arrojando a algunos a los
lobos. Y ahora, como sabemos, aún están por decidir a
cuáles degollarán para proteger a los bancos mismos. Y los bancos
de que hablamos son los bancos comerciales más grandes del mundo.
Éstos son los que están en la cuerda floja.
Los
fondos especulativos son una forma de demencia que fue introducida en 1987,
más o menos, después del crac generalizado de octubre de 1987 del
mercado bursátil en los EU. En ese período, cuando Paul Volcker
iba ya de salida como presidente de la Reserva Federal y estaba por remplazarlo
Alan Greenspan, éste último dijo: “¡Paaaren todo hasta
que suba a bordo!”
Lo que
hizo Alan Greenspan fue introducir un sistema llamado “derivados
financieros”. Los derivados financieros suenan a alguna suerte de
inversión. Bueno, no son una inversión. Como todo apostador
tramposo sabe, esto no es más que una apuesta contra la apuesta real. Los
derivados financieros son una apuesta colateral en la economía. Igual que
una partida de fulanos en un callejón, alguna gente tira los dados y pone
su plata en el suelo, mientras que, junto a ellos, otros más apuestan en
contra de los apostadores con apuestas colaterales.
Entonces,
esto también recibe el nombre de “fondo compensatorio”, para
dignificar el asunto. Pueden imaginarse a una caterva de apostadores en un
callejón, diciendo: “¡Estoy invirtiendo en fondos
compensatorios!” Esto es algo así como el crimen organizado:
“¡Estoy invirtiendo en fondos compensatorios!” Qué
digno, ¿no? ¡Es algo importante y grande
¡No!
Pero sí es grande. Y en estos momentos la burbuja mundial de los
derivados financieros está a punto de implosionar, y justo en la cima de
todo está el desplome de los fondos especulativos.
Si los
fondos especulativos se vienen abajo, y los bancos junto con ellos, o por lo
menos algunos de ellos, y hay que rescatarlos en tanto bancos o someterlos a la
intervención de los gobiernos, entonces, ¿a qué le tiran las
apuestas colaterales? Cosas como las carteras hipotecarias de los bancos
principales, en momentos en que están en graves problemas en los EU, el
Reino Unido y algunas otras partes; del modo que buena parte de la gran prensa
ha señalado, en ocasiones, cuál es la naturaleza del
problema.
Si la
burbuja hipotecaria estalla a consecuencia del derrumbe de GM, entonces
estás en aprietos.
Entre
tanto, la crisis de GM ha generado un problema adicional: tenemos una
institución del Congreso que fue creada hace unos años para tratar
de ofrecer un mínimo de apoyo a los fondos de pensiones, que
podrían estar en problemas por culpa de un fracaso empresarial. Hace
poco, un juez de bancarrotas le dijo a United Airlines que podía
desprenderse de las responsabilidades que tiene con sus jubilados y empleados
actuales. El peligro, por supuesto, es que con esa decisión, el siguiente
paso sería que Delta —que ya está en una situación de
quiebra— y American Airlines ¡hicieran lo mismo! Y se sabe que la
administración de General Motors pretende desembarazarse de las pensiones
de sus jubilados y empleados endilgándoselas al erario
público.
Esto
significa inundar el erario público, lo cual afecta en gran medida a la
gente del 80% con los ingresos familiares más bajos. Esto significa que
si eres una persona con ingresos promedio —no del nivel superior con
acceso a fondos especiales, sino con fondos normales—, quiere decir que tu
pensión puede desaparecer. La única pensión segura que te
queda es ¡tu pensión del Seguro Social! Y el Presidente de los EU,
como saben, ha estado tratando de robarles eso pidiéndoles que pasen sus
fondos del Seguro Social al mercado de fondos privados, donde estas aseguradoras
privadas, estos fondos de pensiones privados, ¡están
reventando!
Quieren
rescatar el mercado bursátil quitándoles sus activos del
Seguro Social, y entregándoselos a alguien en la comunidad
financiera.
Eso es lo
que el Presidente de los EU dice que pretende hacer. Yo no culpo al Presidente
de demasiadas cosas, porque no creo que sepa lo que hace. Creo que otros lo
están manipulando. En cierto sentido, creo que el hombre en realidad no
sabe ni qué hora es.
La
situación es tal, que la gente en general ahora se da cuenta que los EU
están en graves aprietos, que la economía estadounidense
está en problemas, que está a punto de venirse abajo en un
derrumbe de reacción en cadena. ¿Cuándo? Nadie lo sabe con
exactitud, pero sabemos que viene. Por eso digo, como Roosevelt: “A lo
único que hay que temerle es al temor mismo”. Porque hay ciertas
cosas que podríamos hacer al respecto; hay cosas que el Gobierno de
los EU podría hacer al respecto; hay cosas que el pueblo
estadounidense podría obligar al Gobierno de los EU a hacer al
respecto.
Pero la
persona promedio no entiende este problema. Por consiguiente, no está
segura de qué hacer, y no está segura de qué clase de
propuesta debiera apoyar. Pero sabe que el Gobierno tiene que hacer algo para
protegerla del peligro de un derrumbe que, de hecho, es mucho mayor que el de
1929–1933; el de 1929–1933, que fue cortesía de los
presidentes Coolidge y Hoover, tuvo un efecto relativamente suave en
comparación con la amenaza que el crac que ahora embiste representa para
el mundo, así como para los EU.
La
situación es ésta: todo el sistema mundial está
viniéndose abajo; no sólo el de los EU, sino el del mundo entero.
Hay mucha gente que rechifla desde lo oscuro, y dice: “No va a pasar. No
puede pasar”. Bueno, ¡sí va a pasar! ¡Es
inevitable!
¿Qué
hacemos al respecto?
La responsabilidad
de los EU
Bueno,
nosotros en los EU tenemos la responsabilidad principal de bregar con esto.
¿Por qué? Porque el sistema mundial, el sistema monetario mundial y,
por consiguiente, el sistema financiero mundial, dependen de un sistema
monetario que sigue siendo un sistema monetario basado en el
dólar. Si los dólares en manos de extranjeros, de China,
Japón, Corea del Sur y demás, de los europeos, si el dólar
estadounidense cayera 30%, esto sería una catástrofe para
el resto del mundo, porque desencadenaría el caos, un derrumbe
caótico del sistema monetario del mundo. Nosotros en los EU
tenemos la responsabilidad legal de defendernos y de cooperar en la defensa de
otras naciones tomando las medidas apropiadas para proteger al sistema monetario
mundial del desplome.
Pues
bien, en varias partes del mundo hay alguna gente que celebra, en especial
después de la guerra de Iraq y algunas otras cosas como esa, que celebra
cualquier catástrofe que afecte a los EU. ¡No le gusta los
EU! Le alegra ver hundirse a los EU, porque cree que la ha atosigado por
demasiado tiempo, en especial desde que George Bush devino en presidente. Pero
ésa es una actitud muy tonta. No hay nada que sustituya al Sistema
Americano en este planeta.
Por
tanto, nos toca a nosotros la responsabilidad de evitar el caos mundial
tomando las medidas que nos llevarán a la estabilización del
valor del dólar estadounidense en tanto unidad monetaria de reserva a
nivel mundial. Eso significa que tendremos que regresar a algo ya probado:
los métodos que Franklin Roosevelt usó para sacarnos de la
última Depresión, y para transformar la economía
estadounidense insolvente de 1933 en la más poderosa que el mundo
había visto jamás hasta 1945. Lo hicimos entonces, y podemos
hacerlo de nuevo. Es una tarea mucho más difícil que entonces;
teníamos más ferrocarriles, más granjas, más
industrias, más lugares en donde poner a la gente a trabajar, que ahora.
¡Pero podemos hacerlo!
¿Qué
significa esto? Significa que tomamos estas obligaciones de los EU, los bonos
del Tesoro estadounidense, que es la obligación principal del sistema, y
garantizamos que los bonos del Tesoro estadounidense conserven su valor en el
mercado mundial. Tenemos que hacerlo a modo de un arreglo, y de un arreglo
garantizado, en cooperación con otras naciones del planeta.
Pues
bien, como dije, algunos salen con que, “dejen que los EU se
hundan”. Eso es algo muy tonto. Algunos dicen: “Necesitamos un
sistema que remplace a los EU”. Es una idea muy necia. Cualquier idea como
esa llevará a un crac de toda la economía mundial. No a un crac
financiero, sino a un verdadero crac de reacción en cadena de la
economía mundial; porque algunos idiotas, en su gran sabiduría,
han pretendido globalizar la economía. Lo que hicimos fue tomar
nuestras industrias de los EU y Europa, embarcamos el trabajo que hacían
a países donde la mano de obra era más barata, y seguimos tratando
de encontrar mercados de mano de obra cada vez más baratos en varias
partes del mundo.
Como ya
no estábamos produciendo más, y como el 80% de los de menores
ingresos familiares iban cayendo cada vez más y más bajo, en
términos del valor físico de su ingreso y de sus oportunidades de
empleo, empezamos a perder infraestructura. Lo que hizo el gobierno con esta
política absurda, en especial desde 1971–72, es que empezamos a
destruir la infraestructura de la que dependía nuestro poder productivo.
Al mismo tiempo, estábamos cerrando nuestras fábricas y
¡mandando a nuestros desempleados a trabajos de paga reducida! La gente
pasó de los trabajos productivos calificados, a los de Wal–Mart y
cosas como esa, que no tienen nada de productivo, a producir cosas baratas, que
en los viejos tiempos nos hubiera avergonzado, así como en lo que
consumíamos.
Mapa 1
— [ver ampliación]—
Permitimos
que nuestra infraestructura decayera. Destruimos nuestros ferrocarriles,
nuestros sistemas eléctricos, nuestros sistemas de transporte fluvial,
así como nuestros sistemas de ríos; dejamos caer nuestros sistemas
municipales, nuestros sistemas educativos; encogimos y destruimos nuestro
sistema de salud (ver mapas 1–3).
Mapa 2
— [ver ampliación]—
Todas estas cosas, que eran el
fundamento y la infraestructura económica básica para el empleo
calificado y productivo, fueron destruidas conforme destruíamos el empleo
y mudábamos a la gente de los empleos productivos a los trabajos manuales
de salario bajo. Tomamos a gente que representaba una y media personas de los
adultos en una familia, que sostenían a la familia, ¡y ahora tenemos
a gente con varios empleos! ¡A todos, a todos los miembros de la
familia!
Mapa 3
— [ver ampliación]—
Tenemos
las burbujas de los bienes raíces, con las chozas en el área de
Washington, D.C., en sus alrededores, adonde gente de todas partes del mundo se
ha mudado para vivir en el área del Distrito de Columbia. Y se apilan en
estos lugares, combinan sus ingresos, juntan el dinero para comprar una choza
—construida, no con clavos, ¡sino con tachuelas!—, y esta choza
tiene una hipoteca de entre 600.000 y un millón de dólares. Y
éstas no son sino chozas de baja calidad en toda la región. Tienes
a la gente entrando y saliendo a montones de estos lugares, sin una vida
familiar normal, que asiste a escuelas malas, con un servicio de salud pobre que
empeora todo el tiempo. ¡Éstas son las condiciones de vida! (Ver
mapa 4).
Mapa 4
Esto
está por caerse. Y cada vez hacen más por decir que cuando ya no
puedas pagar la hipoteca. . . De hecho, te matan; te botan, te
exprimen. ¡A esto es a lo que hemos llegado!
Los efectos
asesinos de la globalización
¿Qué
le hicimos al resto del mundo? Embarcamos la producción fuera de los EU y
Europa hacia los países más pobres del mundo. A
países. . . Por ejemplo, India es un país respetable en
muchos sentidos. China es un país respetable, es una potencia en muchos
respectos. Sin embargo, 70% de la población india es desesperadamente
pobre y casi no tiene infraestructura que la apoye. En China, 70% sigue siendo
desesperadamente pobre, a pesar del éxito de su crecimiento en muchos
otros aspectos.
Sobre los
otros países de los que aprovechamos su mano de obra como parte de la
globalización: ¿qué están haciendo en Europa?
Están tomando la mano de obra de Europa Oriental, de países como
Polonia, donde las personas calificadas trabajan como peones en los
países de Europa Central y Occidental. ¡Y ahora están
desplazando a gente de esos países, a los niveles salariales que pagan en
esos países, a Francia, Alemania y demás! Y están
destruyendo la infraestructura de los países de Europa Central y
Occidental que otrora fueran centros productivos por derecho propio.
Así
que, lo que hicimos. . . la globalización, que es una de las
ideas más perversas jamás concebidas, ¡redujo el nivel
productivo del mundo per cápita! Destruimos la infraestructura y el
empleo en países que eran las potencias de la producción de
riqueza, en los EU y Europa.
Destruimos
el nivel de vida y los niveles productivos que existían en México,
en América Central y del Sur, al tiempo que mudamos los puestos de
trabajos para allá.
|
No pudimos conseguir suficiente mano de obra barata en los Estados Unidos, así que obligamos a los mexicanos a cruzar la frontera —¡por hambre!— como inmigrantes ilegales a los Estados Unidos.
(gráfica 1) |
Tomamos los trabajos que hacía la mano de obra barata
traída de forma legal a los EU, les quitamos el trabajo y se lo dimos a
la mano de obra inmigrante, ¡a los inmigrantes ilegales! Los inmigrantes
ilegales vienen acá porque alguien los atrajo a los EU, ¡porque no
estaba satisfecho con lo barato de la mano de obra aquí! Ni siquiera con
la que antes era la más barata. Eso es lo que nos han hecho (ver gráfica 1).
Eso es lo
que le han hecho al mundo.
Y ahora
estamos al borde del despeñadero, donde han visto desplomarse sus
servicios de salud, sus servicios públicos, su educación en los
EU. Y ven alrededor del mundo, ven a Argentina: Argentina tenía el cuarto
nivel de vida más alto del mundo allá a fines de la Segunda Guerra
Mundial. ¿Dónde está hoy? ¿Qué le pasó a
México, que iba camino al crecimiento allá en 1982, cuando lo
destruimos imponiéndole una política? Y
prácticamente destruimos un país que era poderoso y estaba en
crecimiento. Le hicimos lo mismo a Venezuela, o estamos haciéndoselo. Se
lo hicimos a Colombia; se lo hicimos a Perú; destruimos a Ecuador;
destruimos a Bolivia. Estamos socavando a nuestros amigos en Brasil. Y lo que
estamos haciendo en el Caribe es. . .
Lo que
estamos haciendo en África, en especial en el sur de África,
¡es genocidio deliberado y conciente! La propagación de
enfermedades. . . porque ellos quieren alimentar el genocidio con la
propagación de enfermedades para deshacerse de los africanos. Ésta
era una política de los 1970; la política era que África
tiene muchas materias primas, y esas materias primas terminarán
aquí con nosotros, ¡en los EU! ¡No dejaremos que los
africanos consuman esas materias primas! No queremos que su población
crezca; ¡queremos que disminuya! No queremos que los africanos alcancen un
nivel superior de productividad, porque usarán más materias
primas, mismas que estamos ahorrando para nosotros en el futuro.
Eso es lo
que hemos hecho.
No nos
importa cerca del 70% de la población de India, que sigue en
condiciones de pobreza cada vez peores, pese al progreso de India en otros
aspectos. No nos importan las perspectivas de largo plazo para la
población de China. No nos importa la población del sudeste
asiático.
¿Ven
esto del maremoto? ¿Qué representa el maremoto, la crisis del
maremoto? Tienes estas zonas a lo largo de las costas que fueron azotadas por la
ola provocada por un gran terremoto. ¿Que pasó?
Bueno,
vinieron las olas y toda la gente pobre que vivía prácticamente en
la playa, o enseguida de la playa, a fin de ofrecer su mano de obra barata a los
turistas, sufrió el impacto; y muchos de los turistas también.
Pero, ¿por qué la gente vivía allí? Porque no
había infraestructura. ¿Por qué no había
infraestructura? Porque la gente en los EU y otras partes dijo que la
política para esta región del mundo era que no habría
inversión en infraestructura. La mano de obra de esta aparte del mundo
trabajará en hoteles o en las industrias del entretenimiento, y
¡representará mano de obra barata y recreación sexual para
los turistas!
De modo
que creamos, mediante nuestra política. . . En vez de
desarrollar esta parte del mundo, como pretendíamos en la época en
que Roosevelt aún era presidente, como su política de la
posguerra, en vez de ayudar a estas naciones a desarrollarse, de hecho
redujimos las condiciones de vida de la población de esta parte del
mundo, porque los usamos como mano de obra barata y de entretenimiento en
las zonas turísticas.
Ése
es nuestro crimen. ¡Nosotros lo hicimos! ¡Ésta es la
globalización!
Y lo que
hace es golpearnos, porque los valores con los que contamos, en términos
de valores financieros, no son reales, son valores ficticios. Son valores muy
inflados, son especulación.
Usemos el modelo
de Roosevelt
Lo que
tenemos que hacer, y podemos hacerlo aprovechando el éxito de la
política de Franklin Roosevelt como modelo, y esa experiencia de 1933 a
1945, es garantizar la estabilidad de los bonos del Tesoro de los EU, que es la
base de la seguridad del dólar estadounidense. Tenemos que llegar a
acuerdos con Europa y otras partes del mundo sobre un sistema de tipos de cambio
fijos, el cual podríamos describir con justicia como el sistema del Nuevo
Bretton Woods. La clase de sistema que Roosevelt creó al término
del período de la guerra, el sistema de tipos de cambio fijos que
funcionó —y funcionó bien— hasta mediados de los 1960.
Un sistema con el cual nosotros, en los EU, ayudamos a Europa a
recuperarse de la guerra, en especial a Alemania; ésta, con su
política del Kreditanstalt für Wiederaufbau, creó lo
que vino a conocerse como un “milagro económico”, con
beneficios parecidos en Francia, Italia y demás durante el período
de fines de los 1940, los 1950 y los 1960.
Tenemos
que regresar a esa clase de sistema, al que Nixon destruyó, que fue
cuando de veras empezaron nuestros problemas. Y al obtener crédito de
largo plazo, en vez de a corto plazo, debemos hacer acuerdos de crédito
de largo plazo, crédito en términos de la inversión en
infraestructura.
Hoy la
infraestructura es algo de largo plazo. Una central eléctrica tiene un
ciclo de vida física de entre 25 y 30 años, tal vez 50, con
ciertas mejoras en el diseño. Los sistemas hidráulicos son de
entre 25 y 50 años. Los sistemas hidráulicos en los EU
están desmoronándose por lo viejos que son; no los han reparado.
Uno solía conseguir agua potable al abrir la llave. Ya no puedes, en cada
vez más lugares del país no puedes conseguir agua fresca de la
llave porque han destruido los sistemas hidráulicos. No tienes
garantizado el acceso a la electricidad necesaria para las cosas que necesitas.
No tenemos un sistema de transporte público. Tenemos supercarreteras que
sirven de estacionamiento en las horas pico. Tenemos gente que pasa más
tiempo en la carretera y en otras formas de traslado que en la vida familiar
debido a estas condiciones.
Así
que, lo que tenemos que hacer es reconstruir la economía mundial. Tenemos
que construir infraestructura nueva en lugares que no la tienen. Tenemos que
reconstruir la infraestructura de los EU y Europa. Esto requerirá
inversión de largo plazo.
Entonces,
¿cuál es el plan? Bueno, ahora estamos funcionando por debajo del
nivel de equilibrio. El problema básico, aparte de que la gente que no
está pagando sus impuestos debiera hacerlo. . . Me refiero a la
gente de verdad rica que, como ven cuando salen del juzgado, en realidad nunca
se ganaron su ingreso. Como Enron. Ellos nunca se ganaron en realidad ese
ingreso. Se lo robaron. Y ésos son los que ganan buena plata. Vean los
salarios de la gente en General Motors, ¡quienes administraron mal y
echaron abajo todo! ¡Vean lo que reciben de pensión! Vean lo que
ganan como ejecutivos. Es una economía parasitaria.
Tenemos
que reconstruir la economía. Tenemos que reconstruir las industrias y
demás. Tenemos que emplear a nuestra gente de manera productiva. Mucho
del empleo tiene que ser en la infraestructura económica
básica: construyendo sistemas hidráulicos, sistemas de
transporte colectivo, mejorando nuestras ciudades, construyendo nuevas
industrias y ampliando las viejas.
Tomen un
ejemplo; tomemos el caso del sector automotriz. La industria automotriz es
una parte estratégica decisiva de la economía
estadounidense. Ahora estamos produciendo demasiados autos, y lo hemos hecho
por demasiado tiempo. De hecho, las compañías automotrices han
estado pagándole a la gente para que compre automóviles. Y
la gente los compra con una deuda de más largo plazo, pero le
están pagando para que compre un automóvil. Es la única
manera en que estas empresas pueden vender los autos que necesitan vender; y eso
no está funcionando muy bien. Por eso General Motor está en
quiebra; por eso Ford está en aprietos.
Pero
veamos la industria, veamos el gran número de personas que trabajan en
esta industria y en las relacionadas, la gente que depende de esas industrias.
¿Qué representan ellos? Bueno, en parte representan el
corazón de la capacidad de máquinas–herramienta de los EU.
El poderío de los EU en la Segunda Guerra Mundial dependió de
nuestra habilidad para movilizar nuestra capacidad de
máquinas–herramienta. Ganamos la guerra en base al puro tonelaje
del poder productivo.
No
teníamos el mejor ejército del mundo. A la mayoría de
nosotros apenas nos habían llamado al servicio más o menos un
año antes de entrar en batalla. Pero ganamos la guerra por el poder de
nuestra logística, de la logística que usamos para apoyar a
nuestras propias fuerzas, la logística que le ofrecimos a otras fuerzas
de otros países aliados. Sostuvimos una guerra en dos frentes para
derrotar el imperio de Hitler. Y, sin nosotros, eso no habría sucedido.
Sin la economía estadounidense bajo Roosevelt no pudo haber
ocurrido.
Nosotros
lo hicimos. Salimos de eso como el país más poderoso del mundo.
Podemos hacerlo de nuevo.
Lo que
tenemos que hacer es usar el crédito del gobierno, el poder del gobierno
bajo nuestra Constitución, para crear crédito federal a largo
plazo y bajas tasas de interés; bonos y préstamos a entre 25 y 50
años. Tenemos que lograr que otros países hagan lo mismo, ya sea
emitiendo crédito en la forma de crédito del Estado, o de tratados
y acuerdos comerciales de largo plazo. Como los que hoy existen entre Europa
Occidental y países de Asia tales como China, India y otros.
China
necesita de todo. Setenta por ciento de la población sigue siendo pobre.
Tienen que construir ciudades nuevas. Tienen que construir nuevos sistemas de
transporte. Tienen que mejorar la condición de su población
mediante el desarrollo. Necesitan crédito de largo plazo. Gran parte
pueden generarlo ellos mismos, pero necesitan construir su
país.
El
sudeste de Asia está en una situación parecida. Indonesia
representa un problema parecido. Malasia; están fortaleciéndose
bastante bien, pero pueden hacerlo mejor, y lo harán. India, Myanmar; es
necesario reconstruir estas partes del mundo.
El
llamado Oriente Medio, el Sudoeste de Asia, que es un yermo de guerras y muerte
hoy, necesita reconstruirse con sistemas hidráulicos y otras cosas, para
que la gente en esta parte del mundo pueda acceder a una calidad de
vida.
Éstas
son inversiones de largo plazo a una a dos generaciones. Tenemos que generar,
junto con otros países, las formas nuevas de crédito de largo
plazo, de crédito garantizado por el Estado. Tenemos que organizar este
crédito en un sistema monetario internacional que siga el modelo del
viejo sistema de Bretton Woods, pero adaptándolo a las nuevas condiciones
de hoy. Tenemos que contar con un sistema de tipos de cambio fijos; tenemos que
fijar estas monedas y estabilizarlas. Por tanto, en esas condiciones, podemos
garantizar el pago futuro de los bonos que emitamos en la forma de deuda.
¿Para qué? Para poner a la gente a trabajar hoy, de modo que
elevemos la economía estadounidense por encima del nivel de
equilibrio, en términos de las operaciones corrientes. Si suficiente
gente está trabajando y ganando dinero, si un porcentaje lo bastante
amplio de nuestra población está ganando dinero en ocupaciones
productivas, en la infraestructura y en las manufacturas y demás,
entonces estamos generando el ingreso per cápita suficiente para llevar a
esta economía por encima del punto de equilibrio.
Si
podemos operar sobre esa base, superar el nivel de equilibrio, y hacerlo por una
o dos generaciones, podemos garantizar, por tanto, el pago de la deuda que
emitimos y creamos a fin de efectuar ese trabajo. Sobre esa base, con
acuerdos entre naciones en ese sentido, podemos entonces decir que tenemos un
valor fijo establecido para el dólar estadounidense, y pueden contar con
eso por unos 50 años, y otros países pueden hacer lo
mismo.
Pero
estamos en una situación en la que es nuestra responsabilidad.
Ningún otro país ni grupo de países sobre este planeta
puede hacer eso sin los EU. Y como nos encargamos de esto y lo creamos como un
sistema del dólar, tenemos la responsabilidad moral y práctica de
hacerlo. Somos nosotros los que tenemos que salir y salvar al mundo; porque sin
nosotros, si nosotros caemos, seremos como Sansón: el mundo entero
caerá junto con nosotros.
De manera
que ésta es nuestra responsabilidad.
El desarrollo
externo
Ahora
bien, ¿qué es lo que está involucrado en términos del
desarrollo externo? ¿Qué lecciones tenemos que aprender de esto?
Bueno, por ejemplo, sería fácil hacer esto en cierto sentido,
porque. . . Tomemos el caso de Alemania. Alemania es el país
clave de Europa Occidental. Es el país más capaz, si le permiten
hacerlo, de generar una pauta de crecimiento dentro de Europa. Lo hizo antes.
Alemania, en el período de la posguerra, aceptó las condiciones de
Roosevelt y creó una institución con un banquero importante
allí, pero siguiendo el modelo del sistema estadounidense de Roosevelt.
Lleva el nombre de Kreditanstalt für Wiederaufbau. Y
funciona.
Si pones
suficiente crédito en el sistema alemán, y tomas a la gente que
está quedando desempleada, como en lo que se conoce como la
Mittelstand, estas pequeñas empresas privadas que son las grandes
productoras de la labor de ingeniería y otras cosas, de las que dependen
las grandes empresas; las pones a trabajar de nuevo, y entonces tienes una
orientación, un motor de crecimiento. Mientras Alemania opere por encima
del nivel de equilibrio —lo cual no ocurre al presente—, Alemania
funciona. Cuando Alemania funciona, con sus conexiones con los países
vecinos, Europa funciona; al menos la Europa continental.
Si
Alemania funciona, entonces seguirá el camino que Schröder ya
abrió, para ampliar la cooperación con Rusia, con los
países en torno a Rusia, en una cooperación triangular entre
Rusia, China e India, llevando a todos los países de Asia a un sistema de
cooperación con Europa.
Mi
perspectiva es que nosotros, como los EU, tenemos que ser socios
de Europa y de Eurasia en general en esta clase de arreglo. Debemos bendecir sus
esfuerzos por hacer eso. Debemos buscar la cooperación y
participación en lo que están haciendo. En base a eso podemos
regresar a Europa a la vida. Podemos hacer compromisos con los países de
Asia para que nosotros, junto con Europa, realicemos los actos de justicia que
requieren de nosotros.
Nosotros,
juntos, tenemos el poder de resolver el problema de África. El problema
de África es uno de grandes crímenes, cometidos desde Europa, y en
particular desde 1492, desde que los españoles introdujeron la esclavitud
tratando a los africanos como animales a los que cazaban y capturaban, y a
quienes usaban como esclavos. Y ese proceso ha continuado; quedan reliquias de
ese proceso en el sur de África hoy. La raza humana fuera de
África ha cometido un gran crimen con lo que hizo, y con lo que sigue
tolerando. Y no podremos vivir con nosotros mismos en el futuro, a menos que
hagamos algo para arreglarlo.
Por
tanto, si nosotros en Eurasia y las Américas estamos encargándonos
de lo propio, entonces juntos tenemos que intervenir en ayuda de
África.
¿Cuál
es nuestro concepto del hombre?
Tenemos
que tener un concepto del hombre que vaya asociado con la idea de que vamos a
construir el futuro; vamos a crear un futuro nuevo para la humanidad a
partir de los despojos de los errores que hemos cometido hasta la fecha. Porque,
como saben, la gente cree que el propósito de la economía es el
dinero, y cuando piensa que el propósito de la economía es
conseguir dinero, no entiende lo que es ser humano.
El
propósito de la economía es realizar lo que es el hombre. El
hombre no es un animal. Ningún animal puede descubrir un principio
físico y aplicarlo para aumentar su poder de existir sobre el planeta,
sobre el universo. Sólo el hombre puede hacerlo. Esto lo hace a
través del poder de la razón. No somos animales; somos criaturas
de razón.
El
resultado neto de lo que hacemos con nuestras vidas, el concepto mismo de la
inmortalidad, el concepto práctico de la inmortalidad individual humana,
es que mientras vivimos podemos aportar algo que perdurará en el futuro,
como un cimiento de beneficio para las generaciones venideras; que lo que
producimos, por tanto, si somos sabios, no son productos. Estamos produciendo
infraestructura; estamos produciendo los medios de las manufacturas; estamos
produciendo tecnologías mejoradas; estamos elevando el nivel de vida;
estamos aumentando el potencial para el desarrollo intelectual y moral del
individuo de las generaciones futuras. Lo que estamos produciendo es al hombre.
Lo que estamos produciendo es cultura. Lo que estamos produciendo son mejores
seres humanos, no sólo porque les han dicho que moralmente tienen que
serlo, sino porque han subido a un nivel superior. Tienen mayor acceso al
conocimiento. Pueden hacer juicios mejores. Pueden ser más productivos.
De modo que puedes decir, como de que muchos inmigrantes en los EU pensaron
cuando llegaron acá. . . se sacrificaron para que sus hijos y
nietos pudieran tener una vida mejor.
El mayor
motivo en la economía es usar el progreso científico y
tecnológico para mejorar, no sólo el nivel de consumo, sino la
calidad de la existencia. Si podemos decir que quienes nazcan después
de nosotros —nuestros hijos, nuestros nietos y los que les sigan—
tendrán una vida mejor en tanto seres humanos —no sólo como
consumidores, sino como seres humanos— que la que tenemos en la
actualidad, entonces hemos descubierto el secreto de la
economía.
Miren el
mundo de conjunto. Quienes participamos en esta transmisión hoy,
veámonos desde los EU, desde Sudamérica, Centroamérica,
desde Europa. Veámonos. ¿Qué significado tiene nuestra vida?
¡Todos vamos a morir! Cuando hayamos muerto, ¿qué
habrá significado nuestra vida? ¿Qué hemos hecho ahora
que nos cauce satisfacción, de modo que podamos regocijarnos de que
nuestras vidas hayan significado algo, que podamos enfrentar la muerte
sabiendo que logramos algo mientras vivimos!
¿Cuánta
gente en los EU y otras partes del mundo tiene el derecho a pensar así
hoy día, en la práctica? Las condiciones de vida de la gente
al presente son que piensas en tu futuro. ¡Piensas que la gente en los EU
tiene un futuro peor que bajo el que creciste! Eso es lo que han vivido
por dos generaciones en los últimos cuarenta años. De manera que
puedes figurarte que tus nietos vivirán casi como animales, en
comparación con tu nivel de vida. Las cosas van de mal en peor con
George W. Bush; mucho peor.
Lo que
solíamos pensar, aun a nuestra propia manera burda, es que
creíamos estar mejorando las cosas, que la comunidad mejoraba, que el
Estado mejoraba, que la nación mejoraba; que nuestros hijos iban camino a
un nivel de vida y de importancia superiores; que tus nietos eran la promesa del
futuro. Y podías ver más allá de eso, para decir:
“Vamos a construir esta nación; juntos, vamos a construir
otras naciones, para hacer de este planeta un lugar mejor”. Y
decir: “Puedo morir con una sonrisa en el rostro, porque estamos
haciendo eso”. Y ése es el gran propósito de la
economía.
¡No
es la ganancia! Sí, claro, necesitamos sacar una ganancia, necesitamos
lograr una ganancia en la productividad en relación con lo que invertimos
en primer lugar. Sí, necesitamos esa clase de ganancia. Pero el
propósito de la vida y de la economía no es la ganancia. El
propósito es construir una sociedad mejor, desarrollar seres humanos que
puedan hacer lo que nosotros nunca pudimos; y esperar que ellos hagan lo mismo
por quienes les sigan, y que podamos decir: “Significamos algo en el plan
de la eternidad. Tenemos derecho a considerarnos como algo más que un
animal”.
Eso es lo
que realmente necesitamos.
La crisis del
liberalismo angloholandés
Enfrentamos
una gran crisis en estos momentos. El mal ha hecho presa de nosotros. Y, como
una persona que no tiene pelos en la lengua, tengo que decir que Dick Cheney es
perverso. El Presidente de los EU es un caso de locura clínica; y el
Vicepresidente, uno de inmoralidad. Son perversos. Lo que hizo
Cheney. . . No culpo al pobre de George W. Bush, no creo que tuviera
los sesos para saber lo que hacía. Pero Cheney sí; o su esposa
sí, y tal vez ella se lo dijo.
Lo que
trató de hacer en el Congreso, es lo siguiente:
Muy poca
gente alrededor del mundo sabe lo que es la Constitución de los EU. Por
la situación de la educación en la actualidad, muy poca gente lo
sabe, incluso la gente joven hoy. Sólo algunos de nosotros que somos
más viejos sabemos en realidad lo que son los EU, y unos cuantos amigos
más jóvenes y bien despiertos que empiezan a
entenderlo.
Los EU
fueron una creación de Europa. Desde 1492 hasta 1648, Europa estuvo
inmersa en guerras religiosas. Era una Europa que había salido de un
período terrible y que empezaba a desarrollar una sociedad moderna, el
Estado nacional moderno. Pero las guerras religiosas —que terminaron en
1648— estaban destruyendo esto. En este período, la gente en Europa
dijo: “¿Qué vamos a hacer? Bueno, salgamos de Europa y vayamos
a otros lugares, como propuso Nicolás de Cusa, cruzando el
océano”. Y así, cruzaron el océano, cruzaron el
Atlántico, llegaron a Norteamérica con la idea de crear
asentamientos acá, que formarían una clase de sociedad
aquí, que luego retroalimentaría a Europa y devendría en el
modelo de su liberación de las terribles condiciones que había
allí. Eso es lo que se pretendía que fueran los EU.
Y desde
que fue fundada la colonia de la bahía de Massachusetts en el siglo 17 en
adelante, eso fue lo que guió la forma de pensar de todos los mejores
líderes de los EU para construir una república, no nada más
para tener algo propio, ¡sino para construir algo que no podíamos
hacer en Europa en ese momento! Construyendo algo aquí e invitando a la
gente a venir, y a unírsenos y ser parte de nosotros. Para construir una
república que luego devendría en un modelo y una fuerza de
influencia para el resto del mundo. Para curar los grandes males que
habían hecho presa de Europa; y que siguen haciéndolo.
Así,
al paso del tiempo, cuando Europa se volvió perversa debido a la
proliferación del liberalismo angloholandés, nos desesperamos. Y,
empezando en 1763, emprendimos una pelea por nuestra independencia. Fue una
pelea peligrosa, y contamos con amigos en Europa que sabían lo que
hacíamos y lo respaldaron. Ganamos esa guerra. Establecimos una
república. Y una vez que ganamos la guerra, tuvimos que pensar en
cómo poner en orden nuestra casa.
La función
indispensable del Senado
Entonces,
en el transcurso de los 1780, tuvimos un proceso que giraba en torno a cierto
número de instituciones, entre ellas la de los veteranos de guerra, la
llamada Sociedad de Cincinato. Y nos reunimos, nuestros líderes se
reunieron para diseñar una república, una institución para
el futuro. Esta república tomó como base el conocimiento de lo
mejor de la experiencia de Europa. Y se llegó el momento de decidir
qué clase de aparato de Estado íbamos a tener. Ésa fue la
gran pelea en cuanto a la Constitución: ¿qué clase de Estado
tendríamos?
Y se
decidió tener una Presidencia. Cuando decidimos tener una Presidencia,
topamos con un razonamiento; dijimos: “¡Momento! Lo que pasa es que
la Presidencia, como la diseñamos, es una institución muy
poderosa. ¿Qué tal si esa institución cae en manos de alguien
que la use con fines aviesos? ¿Sobreviviría nuestra
república?” Lo que hicimos fue otorgarle, entre nuestros frenos y
contrapesos en nuestra constitución de gobierno, ciertos poderes al
grupo permanente del gobierno por elección. Ahora bien, el grupo
permanente del gobierno por elección es el Senado de los EU: nunca deja
de existir. Aproximadamente un tercio de los senadores tienen que elegirse cada
dos años.
Eso
significa que el Senado, a diferencia de la Cámara de Representantes,
nunca deja de funcionar. La mayoría del Senado siempre sigue en
funciones, antes y después de la elección. Y se supone que el
Senado es para reflexionar. Por eso existe esta regla de las dos terceras partes
para ciertos asuntos, de modo que si un tercio de los senadores dice
“no”, pueden bloquear la decisión de la mayoría.
Porque el supuesto era que la siguiente elección bianual le daría
al Senado, y al pueblo estadounidense, la oportunidad de reflexionar sobre si
tal propuesta era correcta o no, y de escoger a sus representantes al Congreso,
al Senado, en base a resolver dicha cuestión.
De
ahí que, lo que Cheney intentó hacer —y no sólo
él, sino la gente detrás suyo; él sólo es el
hampón que encabezó la cargada— fue tratar de derrocar la
Constitución de los EU. Porque este asunto de los fueros de la
Presidencia es decisivo. La prerrogativa de declarar la guerra. . .
Seguimos metidos en una guerra en Iraq, la cual es ilegal, pues ¡viola
nuestra Constitución! Una guerra en la que nos metimos ¡porque
nos mintieron! O porque miembros del Senado le creyeron a los mentirosos, que
fueron el Presidente, el Vicepresidente y otros. ¡Eso fue una
subversión de nuestra Constitución! ¡Eso no fue un
acto legítimo de guerra! Además de ser un acto bélico
emprendido ¡por la autoridad de las mentiras! ¡Las mentiras del
Presidente! ¡Las mentiras del Vicepresidente! ¡Las mentiras de muchos
otros en el gobierno!
Luego
vienen y dicen: “Queremos una dictadura”. Bueno, ¿cómo
la logras? “Tenemos una mayoría en la Cámara de
Representantes y en el Senado, y acabamos de robarnos la Presidencia de nuevo.
Así que, por tanto, si podemos lograr un voto de mayoría simple en
el Senado, derrocando la provisión constitucional en contra de la
dictadura precisamente, podemos imponer una dictadura”.
Lo que
pasó fue que hombres de conciencia del Partido Republicano se unieron a
los hombres y mujeres de conciencia del Demócrata en el Senado, y
dijeron: “¡No!” Acabamos de salvarnos de una dictadura.
Estaríamos bajo una dictadura hoy si estos hombres y mujeres del Senado
no hubieran actuado para bloquear a Cheney.
Pero, el
Presidente mismo es ya un figurón. En realidad no funciona. Es uno de
esos patos que no vuela; se vuela, pero no puede volar.
Pero
seguimos en peligro. Porque en tiempos como estos, en la mayor parte del mundo,
en el caso de una crisis financiera como la actual, de seguido hay golpes, hay
asesinatos de jefes de gobierno y otra gente importante. ¡Esto es
característico de Europa! Nunca ha pasado en los EU. Han asesinado a unos
cuantos presidentes —muy pocos— por razones políticas, a
manos de intereses poderosos, por lo general intereses financieros poderosos, a
menudo intereses financieros poderosos asentados en Europa que han matado a
varios de nuestros presidentes porque no les gustaban nuestras
políticas.
Pero a
nuestra forma de gobierno nunca la ha derrocado una dictadura. En Europa eso
sí ha ocurrido seguido. Estamos en un momento en que ése es el
peligro. Cheney y compañía lo intentaron una vez. De
dárseles la oportunidad, lo intentarán de nuevo; uno ve que
ése es el ambiente a su alrededor.
Entonces,
quizás entiendan algo más: cuán importantes son los EU.
Hasta ahora, ni siquiera el 23 de mayo, no nos hemos convertido en una
dictadura; en tanto que en períodos tales, muchas veces, la mayor parte
de Europa ha pasado por sistemas dictatoriales.
Nuestro
sistema de gobierno —que no es un sistema capitalista— es el Sistema
Americano de economía política, que es como lo llamaron nuestros
padres fundadores. No es una economía socialista; no es una
economía capitalista; es una economía americana, una forma
única de economía, una forma única de sistema
constitucional en el mundo. Y este sistema de gobierno es el de una
nación que devino en una potencia porque tenía este
sistema.
¿Qué
somos nosotros? ¡En gran medida somos europeos! Venimos de Europa. Algunos
no, pero la mayoría de nosotros venimos de Europa. [Los europeos]
vinieron aquí porque había una mejor oportunidad de desarrollo.
Esta nación fue erigida porque creó una mejor oportunidad de
desarrollo para la economía y su población, que cualquier
país de Europa. Por eso nos convertimos en la potencia que fuimos;
por esa razón. ¡Somos una institución única! Y en los
EU hay lugar para el patriotismo, un patriotismo en cuanto a la función
histórica que hemos tenido en el pasado, y a la que tiene que tener
hoy.
Hacia el sistema
de un Nuevo Bretton Woods
He visto
los gobiernos de Europa, Sudamérica, Centroamérica, Asia, y no veo
la capacidad de tomar la clase de decisión inicial que alguna gran
nación de este planeta tiene que tomar. De modo que propongo que el
Gobierno de los EU tiene que dar un paso adelante ahora, antes de que sea
demasiado tarde —y después del 1 de julio quién sabe
cuándo sea “demasiado tarde”—. Debe dar un paso al
frente, y hacer la propuesta y tomar las decisiones adicionales que
reunirán a las naciones de este planeta, o por lo menos a muchas de
ellas, para establecer un nuevo sistema monetario mundial que siga el
modelo del de Bretton Woods, a fin de hacer de este planeta un lugar habitable;
para fomentar la soberanía de todos los pueblos y naciones, pero en
términos de la cooperación, de la colaboración entre
las naciones soberanas, no tratando de meternos a todos en un revoltijo;
y para acabar con este sistema.
Ése
es mi mensaje. Éste debe ser un tiempo de esperanza. Somos una gran
nación; o hay una gran nación escondida en alguna parte entre
nosotros. Como colectividad podemos convertirnos en una gran nación en
cualquier momento que decidamos hacerlo de nuevo. Los miembros del Senado que
obstruyeron el golpe de Estado el 23 de mayo demostraron esa virtud entre
nuestra gente.
Yo
propondría que el mismo grupo en el Senado, y otros que concuerdan con
él en el Congreso y otras instituciones, comiencen a colaborar y a unirse
entendiendo el gran peligro que nos amenaza, pero también la gran
oportunidad que tenemos ante nosotros.
La gran
oportunidad es que hemos cometido los errores más estúpidos
imaginables en los últimos treinta y tantos años. Ahora,
reconociendo esa estupidez que nos metió en todo este problemón,
debemos decidir que vamos a pararla y a dejar de ser estúpidos; y que
regresaremos a lo que se supone que debemos ser: los EU, una vez más. Y
ser los EU a los que el resto del mundo acuda para poder actuar cuando necesiten
que alguien de un paso adelante y asuma el liderato en tomar la clase de medidas
necesarias para salvar del infierno al planeta.
Y es
precisamente en eso en lo que estamos hoy.
Muchas
gracias.